Bherria, poniendo en relación a diferentes proyectos

“Tenemos que darnos margen al error”. Tal vez esta frase, rescatada de uno de los grupos de trabajo de esta segunda sesión presencial de Bherria, aporte la tranquilidad necesaria para enfocar el reto de la colaboración entre las administraciones locales y la ciudadanía como un proceso a largo plazo que requiere ejecutar pequeños cambios que, poco a poco, logran mover posiciones asentadas en ambos lados.

El 31 de octubre es la fecha en la que tuvo lugar el segundo encuentro presencial de Bherria. En esta ocasión, nos acercamos a Wikitoki buscando experiencias que ya están poniendo en marcha nuevas fórmulas de colaboración. Wikitoki es algo más que un espacio físico donde diferentes organizaciones y personas llevan adelante sus proyectos; se trata de un proceso experimental y laboratorio de colaboración entre personas y organizaciones que habitan este lugar y que interactúan tanto con su entorno físico inmediato -barrio San Francisco de Bilbao-, como en el ámbito digital.

Las personas participantes en el programa Bherria se acercan a esta sesión con la experiencia de haber mantenido un hilo de comunicación permanente, durante cuatro semanas, por medio de las dos Ágoras que ya han sido impartidas en la plataforma digital de formación: ‘Autogestión y procomún’ y ‘Smartcitizen, hacia una nueva ciudadanía en la sociedad conectada’. Al mismo tiempo, esperan reencontrarse en lo presencial con aquellas personas con las que tomaron contacto por primera vez, el 3 de octubre, en la sesión inicial de Bherria en Hirikilabs.

En esta ocasión nos volvemos a encontrar buscando aterrizar el trabajo realizado en el espacio online para seguir mezclándolo con los proyectos sobre los que queremos seguir profundizando. Encontrarnos, volver a conectarnos, profundizar sobre los contenidos que hemos trabajado en el espacio online, conocer los proyectos presentados desde los ayuntamientos y conocer experiencias concretas que sirven de inspiración.

Además, vamos reforzando la idea de Bherria como espacio de encuentro y colaboración interinstitucional. La diversidad de la convocatoria hace que nos encontremos técnicos/as y políticos/as con intereses muy similares y con experiencia de puesta en marcha de proyectos que aún no habían coincidido ni compartido saberes hasta este momento.

Sobre el trabajo en las Ágoras

Decíamos que, durante estas cuatro semanas, Ricardo Antón y Manu Fernández han facilitado respectivamente las Ágoras de ‘Autogestión y procomún’ y ‘Smartcitizen, hacia una nueva ciudadanía en la sociedad conectada’. Cada una de estas ágoras consiste en un aula digital de la plataforma Moodle, donde las personas participantes recorren un programa de contenidos y actividades propuestas por las personas facilitadoras.

Bherria es un espacio de experimentación de diferentes formatos para facilitar la colaboración entre Administraciones locales y ciudadanía. Iniciamos la sesión con una ronda de escucha, cómo estamos, experiencias en el foro interno, cuestiones que nos interesan o nos preocupan.

Hacemos un repaso por los contenidos abordados y descubrimos el potencial de la colaboración entre las personas que participan en Bherria y, también, “de la necesidad de buscar alianzas con personas de cada una de nuestras organizaciones”, apuntan las personas participantes. “Durante estos días”, añaden “también hemos tomado conciencia de las transformaciones sociales y el impacto que producen las tecnologías -que ya están en nuestras manos- en el modelo de relación entre ciudadanía y Administración Pública”.

Estamos ya cosechando los primeros aprendizajes; “a pesar de que sabíamos que esto iba a ser así, nos ha faltado algo de tiempo y dedicación para interiorizar los contenidos y actividades de las Ágoras. En todo caso, todavía podemos acceder a los contenidos de los módulos”, comparten algunas personas haciendo alusión al ritmo de trabajo y personal como traba para buscar espacios de aprendizaje y colaboración.

La percepción sobre el programa ha variado en el transcurso de estas semanas: “Ahora vemos Bherria”, dicen, “como un proceso a largo plazo. Un escenario de trabajo como éste no debería finalizar en diciembre; necesitamos nuevas formas de hacer en red y seguir compartiendo. Estas primeras ágoras nos han sido muy útiles para tomar contacto con algunas realidades que van a impactar en nuestra tarea diaria; somos capaces de intuir algo interesante que todavía no hemos llevado a terreno”.

Poniendo en relación a los proyectos y personas participantes en Bherria

Seguimos la sesión introduciendo una dinámica de preguntas desde la que trabajar con proyectos. Así, comenzamos un ejercicio de escritura libre y rápida, sobre cuestiones relativas a:

  • Historias vividas y explicadas. Origen del proyecto, conversaciones y sensaciones iniciales, primeras lecturas, posibles éxitos y fracasos, cuestiones excepcionales, relatos internos y externos del proceso, etcétera.
  • Las actrices y actores interesados y los contextos en los que actúan. Principales actores y actrices, relaciones entre ellos y ellas, las que no hemos tenido en cuenta, colocación y movimiento de éstas en el contexto, alianzas, enfrentamientos, cambios de contexto, etcétera.
  • La visión que nos inspira. Idea compartida que motiva, formas de activar la energía de las personas que colaboran en el proyecto, aspiraciones individuales de actores y actrices, claridad de la imagen del proyecto, percepciones internas y externas, elementos de novedad, similitudes y diferencias con otros proyectos.
  • Los valores que nos guían. Valores declarados, contrapartida de los valores declarados, frenos invisibles, coherencia entre valores declarados y vividos, valores que nos son otorgados, jerarquías de valores vividos, etcétera.
  • Los procesos organizacionales y las estructuras para dirigirlos. Cuellos de botella, adecuación de nuestros procesos para producir los resultados esperados por la ciudadanía, procesos críticos, congruencia entre los procesos y las competencias y capacidades personales, recursos imprescindibles, dispositivos y herramientas que nos conectan, espacios para construir una mirada crítica y rescatar el foco del  trabajo.
  • Objetivos y planes de acción. Priorización de objetivos, compatibilidad entre los objetivos y estructuras disponibles para realizarlos, delegación de responsabilidades, confianza en otras personas, sistema de feedback, medición de impactos, categorización de objetivos de rentabilidad, conocimiento, experimentación y desarrollo, espacios a habitar, grietas de futuros y potenciales a cuidar y alimentar.

Cada grupo de respuestas se agrupa en post-it de colores diferentes con los que tratamos de construir una escultura que nos ayude a abordar de forma colectiva algunas de las cuestiones comunes en los proyectos que compartimos.

Contactando con mentores y mentoras de Bherria

Una segunda dinámica grupal pone en relación a las personas que van a realizar las tareas de mentorización en Bherria con las personas que desean compartir sus proyectos y recibir apoyo por parte del equipo facilitador. En cada uno de los cuatro grupos de trabajo, las personas que realizan la función de mentoría guían al grupo en una reflexión al respecto de sus propios proyectos y los aprendizajes obtenidos en Bherria hasta el momento.

El resultado de este trabajo en grupos se explica en plenario. Encontramos intereses comunes en ofertar espacios de co-diseño de políticas públicas a la ciudadanía; existe una percepción compartida de una mayor demanda por parte de la ciudadanía de ser tenida en cuenta, un nuevo contexto complejo que toca gestionar desde la limitación de recursos, por lo que resulta necesario estudiar nuevas fórmulas de implicación con la ciudadanía. Hacer frente a este contexto cambiante demanda la búsqueda de alianzas internas dentro de las administraciones locales que tengan en cuenta el desgaste que implica en las personas la puesta en marcha de nuevas formas de hacer y, por consecuencia, atienda también a los cuidados de estas personas impulsoras del cambio.

Compartimos la necesidad de flexibilizar el marco jurídico-legal, o al menos hacer más pedagogía del mismo, con el fin de lograr una invitación más clara a la ciudadanía. En este sentido, la gestión de plazos y los tiempos de los proyectos en los que implicamos a ciudadanía es determinante para no frustrar las energías y esperanzas volcadas.

Surge también la necesidad de revisar el lugar que queremos ocupar como administración local, ¿queremos ser unos meros proveedores de servicios? ¿Desea la ciudadanía ser una mera consumidora de servicios?

Sobre Urbanbat, la red de espacios y sobre Sarean

Terminamos la sesión en Wikitoki conociendo el propio espacio, su historia y propósito. También, conocemos la iniciativa para la Red de Intercambio de espacios, de la mano de  María Arana, de Urbanbat. Se trata de una propuesta para compartir recursos y espacios, integrada por 56 agentes, colectivos, empresas, asociaciones y particulares de los barrios de Bilbao la Vieja, San Francisco y Zabala. “Una excusa para conocernos, compartir recursos, necesidades espaciales y relacionarnos entre nosotras”, explica María.

Conocemos también la propuesta de Urbanbat, una iniciativa de urbanismo participativo que ofrece apoyo en la planificación del territorio a grupos, comunidades y administraciones locales. Próximamente, del 8 al 12 de noviembre, celebra la 6ª Edición del Festival Cultural Urbanbat, sobre urbanismo e innovación social. En esta edición, el festival trata sobre los procesos de desplazamiento y expulsión de los habitantes del centro de las ciudades. Una cita a tener en cuenta y que os recomendamos señalar en la agenda.

Finalmente, nos desplazamos a Sarean, un espacio de encuentro vecinal situado en la Plaza del Corazón de María, en el barrio de San Francisco. El motivo de esta visita es conocer un excelente ejemplo de colaboración entre un colectivo ciudadano (Asociación Cultural Espacio Plaza), una explotación hostelera y la Administración Local. La historia y la insistencia han hecho que el proyecto funcione hoy después de años de construcción de las relaciones y complicidades. Nos fijamos en la relación público-social de la iniciativa y en la forma en la que garantiza la sostenibilidad del proyecto a través de, entre otras líneas, de la explotación de hostelería que alberga.

En comparación con el voluntariado tradicional y a gracias a estos proyectos que estamos conociendo en las visitas, apreciamos cómo están emergiendo nuevas fórmulas de implicación cívica, que suponen una forma diferente de practicar el voluntariado cualificado o de la experiencia (bancos del tiempo, laboratorios y redes asociativas o cooperativas, etc.). Todas ellas están muy relacionadas con la búsqueda de fórmulas de auto-organización ciudadana, y suponen un cambio respecto al modelo clásico del voluntariado.

Entramos ya en la recta final de Bherria. Como hemos hecho hasta ahora, mantenemos la conversación y el debate en abierto por medio del blog, las redes sociales y la etiqueta #Bherria. Seguiremos difundiendo y dando a conocer experiencias de innovación en la relación público-social y en cuestiones relacionadas con el voluntariado.