Aprendizajes a partir del enfoque sobre propósito en un proyecto real de colaboración público-social

La semana pasada nos encontramos en Bherria Komunitatea, la comunidad de aprendizaje de Bherria, para trabajar sobre la claridad del propósito y su incidencia en los proyectos de colaboración público-social. Pensamos en el propósito como la declaración de aquello que queremos alcanzar, una definición del proyecto que queremos construir. Tener claridad en el foco nos ayuda a estar más alineadas, a hacer palanca de manera más eficiente y facilita trabajar desde la diversidad y la autonomía.

Hemos pedido a Asier Arévalo, integrante de la comunidad, que comparta cómo se ha enfocado el propósito en el proyecto Thinking Fadura del que es responsable técnico. Thinking Fadura es un proceso de colaboración entre Getxo Kirolak (el organismo del Ayuntamiento de Getxo que gestiona los polideportivos municipales) y la ciudadanía del municipio para transformar Fadura en un parque público que conviva junto con las instalaciones para la práctica deportiva de las personas abonadas al polideportivo. El claim de este proceso resulta descriptivo: “Un parque deportivo en construcción con la ciudadanía de Getxo”.

El proyecto surge en el marco de las actuaciones de URA, la Agencia Vasca del Agua, para ensanchar y acondicionar el cauce del río Gobela e impedir que se repitieran las inundaciones en este espacio de 21 hectáreas. Se esperaban cambios importantes que invitaban a pensar en una transición teniendo en cuenta que es una infraestructura de los años 70, y desde Getxo Kirolak se veía la necesidad de remodelación. De aquí, emergieron tres objetivos:

1. Remodelar las infraestructuras para modernizarlas.

2. Construir un parque que permitiera combinar un espacio abierto con otro restringido para personas abonadas.

3. Aprovechar este espacio para reconectar y relacionarnos de otra manera con la ciudadanía.

La presentación del proyecto, y las claves que han servido para definir su propósito, sirve de punto de partida para conversar con el resto de participantes de la sesión que aportan miradas diversas desde su propia realidad y la experiencia situada en sus proyectos de colaboración. A continuación, detallamos algunas ideas importantes surgidas en el debate:

1. Debemos recordar que la motivación base de la participación y la colaboración público social es recuperar la confianza entre la ciudadanía y las instituciones para avanzar en la profundización democrática entretejiendo el compromiso político de la ciudadanía. Esto es, de ser sujetos activos en la construcción del gobierno de lo común.


2. Sobre el origen de la demanda y del proceso. Tener conciencia de cuáles fueron las preguntas iniciales, y de donde partieron, ayuda a comprender y definir bien el propósito. El proceso, ¿parte desde un barrio olvidado? ¿Es una encomienda política? A veces el propósito se propone y se acepta, y otras veces no. De esta manera, el punto de partida puede ser complejo.


3. Es importante aclarar el marco en los primeros momentos. Cualquier invitación genera expectativas y podemos encontrarnos respuestas que parten del miedo. Es fundamental dedicar tiempo a trabajar las acciones previas en los procesos de colaboración.


4. Un objetivo compartido desde lugares diferentes. Cada agente que participa en los procesos de colaboración, incluida la Administración Pública, tiene sus objetivos particulares. Necesitamos esforzarnos en construir objetivos y propósitos compartidos, así como en construir una red entre las entidades que forman parte del proyecto.


5. Cuando los proyectos son a largo plazo el propósito va cambiando, adaptándose, y hay que mantenerse abiertos al cambio. En un proyecto contestado por la ciudadanía también se abren otras demandas que escuchar y atender. Es pertinente:

  • Desarrollar la capacidad de incluir objetivos de nuevos agentes.
  • Incluir otras acciones adyacentes que puedan tener impacto positivo y que ayudan a construir confianza.
  • Aceptar la posibilidad de conflicto y tensión.
  • En el conflicto pueden aparecer dinámicas de acumulación de poder; por tanto, es conveniente favorecer encuentros entre diferentes y trabajar la autorregulación para que los agentes con más poder puedan escuchar otras necesidades.

6. Sabemos que los ritmos de las demandas sociales y los procedimientos administrativos son muy diferentes. ¿Que se puede hacer para aligerar los procesos? Realizar pedagogía en todas las direcciones, explicar las necesidades y tiempos administrativos a la ciudadanía. Un proṕósito claro puede servirnos para implicar en el reto a otras áreas municipales. La cultura de la participación no es siempre tan compartida y, a menudo, la maquinaria burocrática nos aparta del trabajo coherente y cuidadoso.


7. A veces escuchamos frases como, por ejemplo, “Nos venden humo”. Y caemos en la trampa de seguir argumentando a quienes se sitúan en esa posición, en lugar de esforzarnos en trabajar de manera compartida y práctica.


8. Vinculado a esto, en la conversación emerge la necesidad de ciertas dosis de tangibilidad en los procesos. Nos referimos a aportar algún elemento perceptible para las personas destinatarias y participantes, De forma que sirva para afianzar la relación, el relato del proyecto, reducir la brecha entre expectativas y realidad, etc…


9. En ocasiones trabajamos para dar forma a un proyecto y un propósito desde una intuición. También puede ocurrir que este trabajo de definición desde una intuición, y un grupo más autónomo y libre (por ejemplo un equipo de técnicos/as), se vea amenazado por la parte política. Es cuando surge el miedo de perder el foco y el propósito inicial.


10. Todo es relación. A veces las personas con las que has construido propósito desaparecen; en el relevo puede que nos toque empezar desde cero. La gestión de los objetivos se construye en vínculo y relación, y hay que trabajarla. Necesitamos compartir y tomar consciencia de las necesidades de todas las partes y generar espacios de confianza.


11. Existe una línea difusa entre el necesario apoyo político que requieren los procesos de colaboración entre la ciudadanía y la administración, y la imposición de estos por parte de los cargos políticos. Cuando un proyecto es impuesto se puede producir la paradoja de que el apoyo político se convierta en un obstáculo ya que se puede estar alimentando resistencias que impiden la puesta en marcha de nuevas formas de hacer y de colaborar.


Hasta aquí la crónica de la sesión de Komunitatea. El jueves, día 24 de marzo, entre las 09:30 y las 11:00 horas, celebraremos la sesión Bherria Prestakuntza; en otro formato, seguiremos profundizando para concretar las claves que definen al atributo “propósito” en los proyectos de colaboración público-social. Puedes inscribirte en este enlace.

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