Vivimos en un contexto marcado por grandes retos sociales y globales. En este escenario, las instituciones públicas tienen la responsabilidad de ir más allá de dar respuestas inmediatas: deben impulsar comunidades más unidas, inclusivas y participativas. Esto implica apostar por la participación ciudadana y por reforzar los vínculos sociales, avanzando hacia una sociedad más justa y cohesionada.
La acción comunitaria es una herramienta clave para alcanzar estos objetivos. No solo promueve la democracia participativa y la cohesión social, sino que transforma la relación entre instituciones y ciudadanía, apostando por un modelo de gobernanza más abierto y colaborativo. Para que esto sea posible, las instituciones deben adoptar un enfoque estratégico que priorice la colaboración, la inclusión y el empoderamiento de las comunidades.
En este contexto, presentamos siete claves extraídas del documento “Acción Comunitaria: marco conceptual, estratégico y operativo”, publicado por la Diputación Foral de Gipuzkoa y elaborado en colaboración con los municipios de dicho territorio. Estas claves orientan la acción institucional hacia el fortalecimiento de la acción comunitaria, entendida como aquellas iniciativas colectivas que abordan retos sociales con el objetivo de mejorar las condiciones de vida en barrios o municipios. A través de este enfoque, las instituciones pueden contribuir a construir comunidades más fuertes, participativas y resilientes.
1. La perspectiva comunitaria como eje transversal
La acción comunitaria no debe limitarse a un sector específico de las políticas públicas, sino que debe ser transversal. Esto implica incorporar la mirada comunitaria en áreas como la educación, la salud, los servicios sociales, la cultura o el urbanismo, entre otros. La idea es que cualquier política pública que intervenga en un territorio tenga en cuenta su impacto en la construcción de comunidad y en la creación de vínculos sociales.
2. Facilitar y construir: dos roles centrales de la administración
Las instituciones pueden asumir dos roles complementarios en la acción comunitaria:
- Facilitadora: En contextos con una sociedad organizada y con capital social fuerte, el papel de la administración debe centrarse en apoyar iniciativas ciudadanas, generar espacios de encuentro y fomentar la autonomía colectiva.
- Constructora: En contextos donde la comunidad es más frágil, la administración debe asumir un rol más activo en la creación de infraestructuras sociales y en la promoción de procesos que fortalezcan la cohesión y la participación.
El equilibrio entre ambos enfoques es clave para evitar una administración paternalista o, en el otro extremo, una administración que se limite a observar sin intervenir.
3. Infraestructura social; espacios que generan comunidad
Las infraestructuras comunitarias —espacios públicos, equipamientos, servicios— deben diseñarse para promover el encuentro, la cooperación y la generación de vínculos. Plazas, centros culturales o polideportivos pueden ser catalizadores de la comunidad si su diseño y gestión están orientados a favorecer la participación y el fortalecimiento de la trama comunitaria.
4. Fortalecer el asociacionismo y ampliar la participación
Si bien las asociaciones son pilares fundamentales de la acción comunitaria, no representan a toda la ciudadanía. Cada vez más personas participan en iniciativas informales o permanecen desvinculadas de estructuras organizadas. Para llegar a ellas, las instituciones deben generar procesos abiertos, accesibles y flexibles que faciliten su implicación, evitando que la participación se limite a “las mismas personas de siempre”.
5. Coproducción y alianzas intra e interinstitucionales
Por un lado, la acción comunitaria requiere de la colaboración entre diferentes agentes, tanto dentro como fuera de la administración. Es clave tejer alianzas con entidades sociales, asociaciones, instituciones educativas, etcétera, para construir estrategias más eficaces y sostenibles. Además, la coproducción de políticas públicas con la ciudadanía permite evitar enfoques fragmentados y maximizar el impacto de las acciones.
6. Liderazgos facilitadores y metodologías relacionales
Para fortalecer la trama comunitaria, es necesario que las instituciones adopten metodologías que promuevan la colaboración y la confianza. Esto implica:
- Acoger a las personas desde la proximidad y el reconocimiento, creando ambientes donde las personas se sientan parte y sean escuchadas.
- Poner la acción en el centro priorizando proyectos colectivos donde todas las personas puedan contribuir activamente.
- Tener presencia, mantener un vínculo cercano y constante con la comunidad para conocer sus realidades y necesidades.
- Acercarse a quienes quedan fuera de los circuitos tradicionales de participación.
- Trabajar desde las fortalezas de la ciudadanía valorando y potenciando sus capacidades, en lugar de centrarse solo en sus necesidades y problemas.
- Empoderar a los equipos técnicos, dotándolos de herramientas y formación para consolidar una administración que impulse procesos comunitarios efectivos.
- Favorecer liderazgos facilitadores que acompañen, que inspiren sin acaparar protagonismos ni decisiones, fortaleciendo la capacidad de autogestión de las comunidades.
7. La trama comunitaria como base de la democracia
La acción comunitaria no solo fortalece el bienestar social, sino que es una estrategia clave para la profundización democrática. En sociedades fragmentadas y desiguales, la participación y la organización colectiva son herramientas esenciales para la transformación social.
Cuando las instituciones crean condiciones favorables para la colaboración, el capital social se refuerza y la acción pública gana en legitimidad y eficacia. La clave está en entender que la administración no “hace comunidad”, sino que genera las condiciones para que esta se construya desde la ciudadanía. Más que un complemento en la gestión pública, la acción comunitaria debe entenderse como un enfoque que redefine el papel de las instituciones y su relación con la sociedad.
Si quieres conocer en profundidad el trabajo realizado por la Diputación Foral de Gipuzkoa, te recomendamos que te descargues el documento Acción Comunitaria: marco conceptual, estratégico y operativo.