En la próxima sesión de Bherria Prestakuntza, que tendrá lugar el 24 de octubre a las 9:30h, exploraremos la coordinación de espacios como base fundamental para fomentar la acción conjunta y la colaboración público-social junto a una invitada muy querida para este equipo. Ella es Betlem Parés.
Es la actual coordinadora del Área de Servicios a las Personas y Promoción Económica del Ayuntamiento de Manlleu. Con más de 30 años de experiencia en la Administración Pública, ha ocupado diversos cargos de responsabilidad, liderando equipos y proyectos orientados al desarrollo local y la regeneración urbana. A lo largo de su carrera su objetivo “ha sido siempre mejorar el bienestar de la ciudadanía y promover la sostenibilidad del territorio”. Economista de formación, con un máster en desarrollo local, desde 2018 ha centrado su capacitación en la coordinación de equipos y en la colaboración público-privada. Este es el artículo que nos envía para ir centrando la sesión.
En la próxima sesión de Bherria Prestakuntza vamos a hablar y compartir en relación al atributo «Espacios de coordinación», explorando sus múltiples formas y dinámicas. Nos centraremos en la calidad de las conversaciones que se generan, ya que no existe una fórmula única de éxito: depende de los objetivos, los agentes implicados y el propósito, así como de los desafíos futuros que surgen en estos espacios.
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Mi enfoque parte de la experiencia práctica y desemboca en una reflexión teórica. Se trata de un proyecto complejo de regeneración urbana en un barrio de la ciudad, en el que estuvieron implicados todos los servicios municipales, de manera transversal y plural. Liderando este proyecto, sentí la necesidad de crear múltiples espacios de coordinación, desde el inicio, integrando tanto la participación ciudadana como la de las entidades vecinales y sociales del barrio y de la ciudad. Es a partir de esta experiencia concreta que voy construyendo una teoría y unas reflexiones.
Todo comenzó cuando la Generalitat de Cataluña aprobó un proyecto de regeneración urbana en un barrio de Manlleu. La complejidad del proyecto requeriría repensar la organización municipal, las formas de coordinación que utilizamos y cómo trabajar la implicación activa y la participación de la ciudadanía y las entidades. Pronto nos dimos cuenta de que los métodos tradicionales eran insuficientes. En este contexto, nos dimos cuenta de que las maneras se han quedado obsoletas y que el trabajo transversal no solo era necesario, sino imprescindible para lograr la transformación urbanística, social y económica que pretendíamos. Esto nos llevó a crear nuevos espacios de coordinación que integraban a todos los servicios municipales, y cuando decimos todos, nos referimos a todos: urbanismo, servicios sociales, educación, cultura, medio ambiente, deportes, promoción económica, entre otros.
El reto no era solo coordinar, sino también entendernos, tomar decisiones y actuar de manera conjunta con profesionales de disciplinas muy diversas que, en muchos casos, no habían trabajado nunca juntas. Otro aspecto importante fue aprender de las experiencias anteriores que no funcionaron. El fracaso, en este sentido, fue una oportunidad para aprender y mejorar.
Existen dos aciertos que destacan en la arquitectura de estos espacios de coordinación. El primero, la creación de un organismo autónomo dentro del Ayuntamiento de Manlleu, que actúa como agente coordinador de todos los espacios, enlazando y transmitiendo las conversaciones entre ellos y participa en todos ellos. El segundo, que el liderazgo del proyecto recae en la alcaldía, lo que otorga una legitimidad imprescindible y fuerza para facilitar el trabajo transversal.
Un tercer acierto, y no menos importante, es que dedicamos los dos primeros meses (no más) a discutir y elaborar un plan de convivencia para desarrollar el proyecto con la participación de todos las y los técnicos municipales, de personas expertas y de representantes de las entidades. Esto garantizó que sus voces fueran escuchadas desde el inicio, no solo en la futura ejecución.
Creamos diferentes espacios de coordinación: algunos son transversales, de co-creación y ejecución; otros son operativos y necesarios legalmente; y otros son espacios con ciudadanía y entidades. Todos ellos tienen la misma importancia, están poco jerarquizados y tienen un propósito claro.
Me gustaría, en esta sesión, compartir esta experiencia, discutirla, repensarla y transferirla explorando lo que funcionó y lo que no. Esta aventura, que concluyó en 2011, dejó aprendizajes significativos para proyectos futuros, así como elementos que debimos abandonar por volverse obsoletos. Compartiré también varios proyectos de espacios de coordinación que surgieron a partir de esa experiencia, hasta la actualidad: Área de Servicios a las Personas y Promoción Económica, Proyecto Vitamina o la Red de Economía Social y Solidaria de la Comarca de Osona, entre otros.
Por último, reflexionaremos sobre los liderazgos necesarios en los espacios de coordinación: cómo tiene que ser la participación, cómo se puede trabajar con perfiles profesionales tan distintos o desde perspectivas y necesidades diferentes. Abordaremos también los retos que enfrentaremos en estos espacios en el futuro.
Espero que sea de vuestro interés.
Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30 a 11:00. Aquí puedes inscribirte a la próxima cita del 13 de junio.
