Residencia Bherria, un encuentro para fortalecer proyectos de colaboración público-social

¿Una nueva edición de #Bherria? ¿Y, además, con un formato de residencia? ¡Cuántas buenas noticias en un tuit! Así se recibía el 23 de enero el lanzamiento de la nueva propuesta de Bherria. Unas semanas después, el 12 de marzo, llega la Residencia Bherria.

Son las ocho de la mañana en La Terminal de ZAWP, un antiguo pabellón de ‘Estampaciones y Calderería’ reconvertido en un espacio polivalente, un lugar significativo al que nos acercamos porque nace de la inquietud de un colectivo de personas que se implican en la revitalización del barrio de Zorrozaurre. Es aquí donde nos damos cita más de 30 personas para convivir, durante una jornada y media, en un formato intensivo para profundizar y mejorar proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía desde los valores de la participación social y el voluntariado. Somos conscientes de la situación de incertidumbre que viviremos en los próximos dos días porque comienzan a llegar los primeros mensajes sobre el coronavirus. No sabemos hasta dónde podremos avanzar. Echamos a andar con la ilusión de la llegada de la Residencia Bherria tras meses de preparación y trabajo intenso.

La directora de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Marian Olabarrieta, da la bienvenida y agradece la presencia tanto de las técnicas y técnicos municipales de Euskadi, como de las personas que se han desplazado desde Barcelona, Pamplona, Manlleu, Zaragoza o Sevilla por aceptar la invitación y presentarnos sus proyectos. “Bherria es una apuesta innovadora para promover nuevas formas de relación público-social; la respuesta a esta convocatoria es un claro indicador de la necesidad de establecer relaciones de colaboración entre la propia administración, entre la ciudadanía y entre la administración y la ciudadanía. En el Departamento de Políticas Sociales del Gobierno Vasco tenemos la certeza de que solo podemos responder a retos importantes si vamos junto a la ciudadanía”, explica la directora.

¡Comienza la Residencia Bherria!

Después de las oportunas explicaciones del equipo facilitador, iniciamos la primera sesión. Los principios de esta Residencia invitan a situarse en disposición de construir en común, de ir a lo concreto, de abrirse a la proactividad y de aportar desde el conocimiento situado en la propia experiencia. Así, comenzamos a trabajar. El movimiento en el espacio ayuda a (re)conocernos: ¿De dónde venimos? ¿En qué áreas o departamentos trabajamos? ¿Cómo vivimos los proyectos? ¿Son una carga o una fuente de inspiración? Tenemos un objetivo claro: conectar y aprender desde proyectos similares buscando utilidad y practicidad.

Vestimos las paredes de La Terminal con 18 paneles de gran formato, uno por proyecto, que contienen un itinerario de acciones y espacio donde recoger aprendizajes y volcar conclusiones.

Comenzamos con un autodiagnóstico individual y colectivo de los proyectos participantes; de seguido, hacemos un trabajo sobre  arquetipos y reflexionamos sobre la relación entre los agentes implicados en nuestros proyectos para buscar el punto de palanca —mayor impacto con menos energía— que pudiera generar un cambio importante. ¿Quiénes son? ¿Qué actitud tienen? ¿Qué frases escuchas a las personas que participan o participarán en el proyecto? ¿Cómo es su tono? ¿Su estado de ánimo? ¿Tienen algo importante que contarte? Tras este primer acercamiento a nuestro proyecto, y el contexto desde el que se impulsa, llega el momento de conocer otros proyectos; nos acercamos con ganas de contrastar, de aprovechar la experiencia de otras personas y compartir dudas y aprendizajes.

A continuación, y después de un pequeño descanso para tomar un café, fruta y unos bizcochos, llega el momento de conocer proyectos que, por su naturaleza, dimensión, desarrollo o impacto, parecen tener otro brillo; estos proyectos son útiles como espejos donde mirarnos. Arranca Carolina Romero presentando Decidim, la plataforma de participación ciudadana que explicaba Xabier Barandiarán en este video. La siguiente intervención corre a cargo de Raúl Oliván, que trae un nuevo enfoque sobre el voluntariado y el lugar que pueden tener las tecnologías en su visibilización y reconocimiento a través de CVOL. Por último, Axel Moreno nos acerca al proyecto Iruñategi, una iniciativa que recoge datos de un total de 1.960 recursos de Pamplona que se pueden consultar a través del mapa interactivo online y en 13 planos de cada barrio. 

Durante las presentaciones van surgiendo preguntas; por eso, nos distribuimos en tres mesas para mantener conversaciones con Carolina, Raúl y Axel, al tiempo que tomamos buena nota, en el cuaderno de bitácora, de todo lo que resulte relevante y con lo que podamos enriquecer nuestros propios proyectos. También queremos aprovechar la potencia de la inteligencia colectiva organizando pequeños grupos de asesoría entre pares para intercambiar preguntas, compartir dudas y recoger aportaciones sobre cada uno de los proyectos; esta dinámica se exprime y se aprovecha al máximo. Como decíamos, se nota que hay mucha fuerza y energía entre estas personas.

 

Terminamos la sesión recorriendo todos los paneles; cada persona destaca un avance que ha experimentado. Es un buen ejercicio. A continuación, hacemos un plenario dando nuestra opinión sobre lo que ha sucedido. Y la sensación de satisfacción es bastante compartida. Así llegamos a las 18.30h, momento en el que finaliza la primera jornada en la que hemos escuchado, conversado e intercambiado ideas y opiniones sobre nuestros proyectos.

En esta Residencia queremos estrechar relaciones y tejer redes entre personas inquietas que quieren seguir avanzando en lógicas de colaboración. Por eso, nos vamos a cenar a Sarean, un espacio vecinal situado en el barrio de San Francisco y un ejemplo de colaboración entre un colectivo ciudadano (Asociación Cultural Espacio Plaza), una explotación hostelera y la Administración Local (Bilbao Ekintza). Aunque la reunión daba para horas, nos retiramos temprano porque al día siguiente queremos volver pronto a La Terminal.

Es viernes, 13 de marzo. Retomamos el trabajo identificando aquello que extraemos de esta Residencia. Llegan nuevas noticias sobre el coronavirus y, por precaución, decidimos suspender la sesión. Aún así, pudimos recoger algunos aprendizajes que se podrán ver en su integridad en los informes que publicaremos próximamente, junto a un vídeo resumen, recursos y la evaluación de la Residencia Bherria que, en una escala del 1 al 6, ha llegado a los 5,36 puntos. Esta es una muestra de algunos de estos aprendizajes:

  1. Cuidar los espacios y el tiempo para coger distancia y reflexionar sobre los procesos y proyectos.
  2. Cuidar los equipos, las alianzas y las personas implicadas en los proyectos transversales.
  3. Dejar de tener miedo a cambiar a modificar algunas estructuras, lógicas establecidas… 
  4. Dejar de luchar con los límites y enfocar la energía en lo que podemos modificar.
  5. Dejar de usar un lenguaje tecnócrata y construir puentes que nos permitan acercarnos a otras personas.
  6. Construir con mayor atención a la capa digital. Seguir explorando el uso de la capa digital, su hibridación y convivencia con los procesos presenciales. 
  7. Mejorar los procesos participativos. Que se conviertan en espacios de encuentro real entre la Administración Pública y la ciudadanía.
  8. Aclarar cuestiones relativas al voluntariado, a su reconocimiento y formalización. Cómo trasladar proyectos de un ámbito a otro para que puedan ser palancas de acción solidaria.
  9. Probar a hacer los ejes transversales en sí mismos. Pensar en cada proyecto con qué otros departamentos, organizaciones y personas podríamos ampliar nuestro equipo.
  10. Conectar participación y transparencia dentro de la propia organización, con el municipio y en línea con los intereses de la propia ciudadanía.

Hasta aquí llegamos con esta crónica. Las jornadas de trabajo útiles son las que generan aprendizajes para poner en práctica y, por eso, deseamos que lo aprendido en la Residencia Bherria os llene de energía y contribuya a mejorar vuestro proyecto. Nos gustaría que estas ideas y experiencias sigan llegando a más personas para seguir construyendo, entre todos y todas, una sociedad más justa y solidaria y en colaboración entre la administración y la ciudadanía activa.

Mientras tanto, toca cuidarse.

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