A lo largo de BherriLab, hemos recogido numerosas experiencias, modelos y recursos que consideramos de gran interés para la gestión comunitaria de espacios públicos. Consulta este directorio de documentos, catalogados de acuerdo a los cuatro ámbitos trabajados durante el laboratorio ciudadano de Bherria: marco jurídico-administrativocolaboración público-socialcriterios de cesión, e indicadores de evaluación.

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¡Estrenamos Prestakuntza! Tecnologías para la colaboración público social

 

El próximo 29 de junio celebramos la primera sesión de Prestakuntza, uno de los ejes de Bherria orientado a la capacitación para la acción en aspectos relacionados con la colaboración público-social. En esta ocasión, bajo el título “Tecnologías para la colaboración público-social», presentamos una propuesta combinada: por un lado, una sesión formativa de dos horas de duración; por otro, 30 días de acompañamiento con una persona experta en la utilización de tecnología como potenciadora de la experiencia analógica.

La sesión formativa, que se desarrollará entre las 09:30 a 11:30 horas, abordará conceptos y herramientas tecnológicas que favorezcan el trabajo en proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía. Ana Rodera, diseñadora y activadora de experiencias de aprendizaje, será la ponente encargada de analizar diferentes aspectos relacionados con la integración de las tecnologías en procesos de colaboración público-social dando respuesta al “para qué”, “por qué”, “cómo” y “con qué” en cada caso.

Tras la sesión formativa, las personas participantes dispondrán de un mes para practicar con las tecnologías que consideren pertinentes, priorizando su uso y definiendo su aplicación, en procesos concretos que estén desarrollando, mediante el uso de una matriz de criterios que facilitaremos en la sesión formativa.

Y para que el acercamiento a los conceptos y herramientas tecnológicas resulte agradable, contaremos con el acompañamiento de Ana durante esos 30 días para poder solventar dudas sobre funcionalidades, acciones y cualquier cuestión que condicione la promoción de la cultura colaborativa en tus propuestas.

Si trabajas en la Administración Pública vasca y te interesa profundizar en el uso de las tecnologías como elementos mediadores y aumentadores de la experiencia analógica, inscríbete a través de este formulario.

¡Colabora con Bherria en la difusión de esta convocatoria! Si conoces a alguna persona que pueda estar interesada en esta formación, por favor, hazle llegar este enlace.

PONENTE

ana rodera

Ana Rodera. De formación, es doctora en Educación y Tecnología; de vocación, profesora de educación física. Profesionalmente, se considera “poli-val(i)ente”. Combina la consultoría artesana, la docencia y la investigación. Idea, activa, evalúa y acompaña en experiencias de aprendizaje de construcción de conocimiento colectivo aderezadas con tecnologías.

¡Reserva la fecha! El 14 de octubre te invitamos al encuentro anual de Bherria.


Ya estamos preparando lo que será el próximo Bherria Topaketak, un encuentro abierto, que se celebrará el 14 de octubre, entre las 09.00 y las 14.00 horas. Bajo el título “La colaboración público-social en situaciones de emergencia: claves para dar respuesta a nuevos reto”, la jornada pondrá el foco en indagar y aprender desde proyectos concretos que han construido respuestas comunitarias en situaciones de emergencia, como la generada por la Covid-19, desde la colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía. 

Antoni Gutiérrez-Rubi, consultor político y experto en comunicación, abrirá el encuentro con una ponencia marco que dará paso a tres investigaciones basadas en el análisis en profundidad de 15 experiencias de colaboración a nivel internacional. Encarna Hernández, directora de la Fundación Novagob, Iñaki García, psicoterapeuta experto en salud mental y coordinador de Erain y Laia Forné, socióloga experta en gestión urbana y cofundadora de La Hidra, serán las personas encargadas de liderar estos estudios.

El análisis de estas experiencias nos ayudará a encontrar respuesta a muchas preguntas que se nos plantean: ¿Cómo han surgido las iniciativas ciudadanas de solidaridad? ¿En qué otras estructuras se han apoyado? ¿De qué manera se producen sinergias con iniciativas más estructuradas o públicas? ¿Cuál ha sido el recorrido de estas iniciativas? ¿Qué uso han realizado de la tecnología en esta articulación? ¿Cómo continuar explorando vías de colaboración?

Tras finalizar las exposiciones, se abrirán tres espacios de trabajo paralelos, uno para cada investigación, donde las personas participantes podrán contrastar, poner en común los aprendizajes y, posteriormente, compartirlos en abierto.  

El encuentro, en formato telemático, se dirige a personas con responsabilidad política y técnica de la Administración Pública que busquen un espacio para escuchar, conversar y rescatar claves para poner en marcha proyectos de colaboración público-social aplicables en otros ámbitos y retos, más allá de situaciones de emergencia.

Aquí tienes el enlace para hacer la preinscripción. La inscripción se formalizará en septiembre, de tal manera que cada participante pueda seleccionar el espacio de trabajo en el que quiere tomar parte tras escuchar las investigaciones.

¡Reserva tu plaza ahora! Son limitadas.

¿Cómo abordamos la apertura en los procesos de colaboración?

En Bherria, el comienzo de año coincide con un nuevo ciclo temático en el que vamos a poner el foco, y profundizar, en otro de los atributos que resulta determinante para las iniciativas de colaboración con la ciudadanía: el grado de apertura.

Con esta nominación tan clara, nuestro objetivo es explorar y analizar aspectos vinculados con el diseño de procesos abiertos a los canales, herramientas, metodologías y recursos que facilitan la accesibilidad y la apuesta por fortalecer las relaciones entre los agentes comunitarios. Para analizar este atributo hemos iniciado conversación con varias técnicas y técnicos de la administración local de las que emergen algunas claves importantes.

Partimos de una reflexión profunda acerca de la comunidad, el sentido de pertenencia y los procesos que fortalecen estos vínculos. Nos proponemos analizar cómo compartimos de manera abierta todo el conocimiento generado en colaboración, así como la sistematización y difusión para trascender más allá de los límites territoriales. Conectado con esta gestión o digestión de los aprendizajes pensamos también en las rutinas de iteración tan propias de los proyectos que buscan innovar.

Finalmente, nos detenemos a reflexionar sobre las claves que permiten experimentar estos procesos con la acogida y seguridad necesarias. Reconocemos la importancia de la perspectiva interseccional para trabajar en este atributo. Buscamos herramientas adicionales para trabajar sobre rangos, privilegios o género, destacando la importancia de ofrecer diversas formas de participación y activar lenguajes alternativos para fomentar un diálogo inclusivo entre diferentes perspectivas.

Apostamos por proyectos concretos y encontramos inspiradores aquellos vinculados a la salud comunitaria, el esfuerzo de las agencias de voluntariado e iniciativas como el proyecto Euskadi Lagunkoia o las dinámicas participativas de las asambleas ciudadanas. Consideramos fundamental visibilizar y reconocer estos proyectos como catalizadores de un impacto positivo en nuestra comunidad.

Para profundizar en estas y otras cuestiones hemos programado, como hacemos habitualmente, dos acciones:

  • Una primera reflexión partiendo de la realidad de las técnicas y técnicos de la Administración Pública vasca que participan en Komunitatea (la comunidad de aprendizaje de Bherria).
  • Y una sesión formativa online, el día 14 de marzo, entre las 09:30 y las 11:00 horas, que impartirá Sergi Frias dentro del eje Prestakuntza (las sesiones abiertas de capacitación para la acción).

¡INSCRÍBETE AHORA A LA SESIÓN ABIERTA DE PRESTAKUNTZA!

Como hacemos habitualmente, con los contenidos recopilados en ambas sesiones elaboraremos un pequeño informe que aglutine los aprendizajes y las claves sobre aspectos vinculados al grado de apertura necesario para que los proyectos en colaboración con la ciudadanía resulten satisfactorios diversos e inclusivos. Además, compartiremos una infografía estática, y otra en movimiento, que resuma aún más dichas claves.

Y hasta aquí, el avance de contenidos sobre el atributo referido a grado de apertura.

Ondo segi.

*Las sesiones de Komunitatea están destinadas a las técnicas de las administraciones públicas vascas que forman parte de la comunidad Bherria. Si quieres formar parte de esta comunidad ponte en contacto con nosotras.

**Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30 a 11:00. Aquí puedes inscribirte a la próxima cita del 14 de marzo.



    datos de contacto





    Las sesiones de Prestakuntza son online y en horario de 09:30 a 11:00. También puedes inscribirte enviándonos un mail a [email protected].


    PONENTE

    Sergi Frías

    Es Lab Manager de Coboi lab, el laboratorio de innovación pública de Sant Boi de Llobregat. Frías es integrante de múltiples redes de ámbito catalán, español e internacional relacionadas con la Innovación Pública como la red Catlabs, Innpulso o Chief innovators Studio (Bloomberg Center for Public Innovation – Johns Hopkins University). 

    Su experiencia se focaliza en 3 ámbitos principales vinculados, todos ellos, a la innovación desde una perspectiva transformadora: los laboratorios de innovación, los procesos de co-creación y la innovación multi-actor.

    ¿Cómo adaptar los servicios públicos a la realidad actual generada por la Covid-19 en colaboración con la ciudadanía?

    La pregunta y la respuesta viene de la mano de Manu Narvaez. Es director de Presidencia del Ayuntamiento de Donostia, el departamento responsable de la relación del Ayuntamiento con la ciudadanía a través de los Servicios de Participación y Atención Ciudadana, de la gestión documental, de los datos y la provisión de recursos para la organización, así como de la estrategia y gestión organizativa de la entidad municipal.

    Defensor de que la integridad y la transparencia deben presidir la cultura institucional, presenta un nuevo proyecto que busca establecer un modelo de actuación ante situaciones imprevistas que permita un mayor conocimiento interno y comunitario de las diferentes situaciones que vive la ciudadanía para adaptar los servicios públicos a esta nueva situación.

    Es difícil calibrar el verdadero efecto de la pandemia, y si es comparable o superior a otros momentos históricos vividos, algo que, sin duda, nos dará la perspectiva del tiempo. A día de hoy, creo que se puede afirmar sin grandes dudas que las consecuencias derivadas de la Covid-19 han modificado radicalmente la realidad de la población y esto obliga a adecuar la agenda de prioridades de las instituciones y sus planes de gobierno. Ante esta distopía, las instituciones han tenido que reaccionar y adoptar decisiones sobre escenarios nunca conocidos y cuyos efectos no testados previamente se presentan como una incógnita.

    Este punto de partida es el que nos ha llevado a plantearnos, dentro del programa OGP Euskadi, un proyecto con diferentes alcances y objetivos. En primer lugar, queremos definir unos indicadores de amplia visión que nos permitan conocer y monitorizar la situación y evolución de las poblaciones y la ciudadanía (actividad económica, social, situaciones de fragilidad, situación de colectivos específicos, etcétera), identificar del modo más exhaustivo posible las medidas adoptadas por las diferentes instituciones (a nivel local, autonómico, estatal y europeo), analizando al mismo tiempo el efecto de las diferentes medidas que desde distintos ámbitos se están adoptando para paliar la situación. En este punto es clave considerar el efecto de las actuaciones más ambiciosas, las planteadas dentro los proyectos europeos Next Generation, que buscan una renovación radical de las estructuras productivas, sociales e incluso culturales de nuestra sociedad.

    Este análisis derivará en la necesidad de una reflexión y un ejercicio de repensar la agenda de prioridades de las instituciones y la adecuación de los servicios a la nueva situación: definición de los servicios esenciales que hay que asegurar en cualquiera de los casos; refuerzo y priorización de los mismos sobre otras actuaciones previstas previamente en los planes de Gobierno; replanteamiento de la atención ciudadana y de las relaciones institución-ciudadanía; nuevo paradigma de prestación de servicios; mecanismos de escucha activa que permitan conocer el verdadero sentir de la ciudadanía; o articular sistemas para devolver esta escucha en la materialización de actuaciones concretas, entre otros.

    Y todo ello impregnado de los dos valores que deben presidir la cultura institucional: integridad y transparencia. Integridad a la hora de definir la batería de actuaciones a llevar a cabo; y transparencia respecto a las mismas y, sobre todo, a la verdadera incidencia que su consecución genera en el entorno. El resultado debe ser, además, crear un modelo de actuación ante situaciones imprevistas, que puede permitir un mayor conocimiento interno y comunitario de las diferentes situaciones que vive la ciudadanía identificando sistemas eficaces de generar información transparente y contrastable sobre las medidas adoptadas para su resolución. Modelizar, de algún modo, una manera de gestionar el bien público como elemento clave para la consecución de un Gobierno abierto.

    Desde un punto de vista más técnico, la estructura del proyecto busca establecer mecanismos certeros, objetivos y medibles del impacto generado por la Covid-19 en la sociedad, e identificar y hacer efectiva la adaptación de los servicios públicos a esta nueva situación (durante y después de la pandemia) en las diferentes fases:

    • Identificación de los indicadores específicos que pueden ofrecer información exacta del impacto de la pandemia en el espacio territorial determinado.
    • Búsqueda de las fuentes de datos que alimentan los indicadores.
    • Creación de un cuadro de mando (selección, periodo de recogida, etcétera).
    • Analítica de datos para la toma de decisiones.
    • Monitorización de las medidas extraordinarias adoptadas y su efecto en la sociedad.
    • Incorporación a las políticas de transparencia y datos abiertos, y a la dinámica de rendición de cuentas de los Planes de Gobierno.
    • Modelización de la estructura de trabajo para su implementación dentro de las actuaciones de gobierno de la institución.
    • Contraste del modelo y validación.
    • Difusión y promoción del mismo.

    El reto consiste en obtener información real de lo que ocurre cuando adecuamos los servicios a la realidad actual, conocer el impacto de las medidas adoptadas y concluir con las enseñanzas y cambios de paradigma que lo vivido nos debe hacer replantear. Todo ello en colaboración, contraste y cocreación con la sociedad civil y las personas que formamos la comunidad. Algo que podremos desarrollar ya que a este compromiso se han unido dos visiones complementarias del ámbito ciudadano: la Asociación Mestiza, de Donostia, cuyo fin es promover y desarrollar proyectos artístico-socioculturales y reflejar la diversidad multicultural de nuestro entorno; y el Consejo de la Mujer de Bilbao, un órgano de participación ciudadana de la ciudad de Bilbao que nace con la vocación de garantizar la participación democrática de las mujeres de la capital bilbaína en el desarrollo e impulso del principio de igualdad de oportunidades de mujeres y hombres en los diferentes ámbitos de la vida.

    ¿Cómo lograr la confianza, el compromiso y la implicación para pasar a la acción?

    Antoni Gutiérrez-Rubí Bherria Topaketa

    Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político, abrirá el encuentro Bherria del 14 de octubre, con la ponencia marco “#LoQueViene: RESET”. Antoni nos envía este artículo, unas pinceladas de lo que viene…

    «Soy un pesimista debido a mi inteligencia, pero un optimista debido a mi voluntad», Antonio Gramsci

    La irrupción de la COVID-19 ha arrasado con todo, provocando una crisis múltiple e imprevisible, que impacta en el corto, medio y largo plazo, definiendo un presente complicado y proponiendo un futuro totalmente incierto. En este contexto de incertidumbre y complejidad, la ansiedad por vencer, definitivamente y cuanto antes, a esta pandemia hace que nuestras emociones estén a flor de piel y que se ponga a prueba nuestra paciencia personal y colectiva. El optimismo es una manera de vivir y de afrontar los retos que se plantean. El anhelo por un futuro mejor se extiende en esta nueva era, marcada por el desorden y la sobreexcitación.

    Vivimos en sociedades nerviosas, referenciando el ensayo de William Davis, Estados nerviosos: cómo las emociones se han adueñado de la sociedad, donde explica cómo el debate público se ha contaminado de pánico, excitación y urgencia. Davis nos plantea los desafíos a los que se enfrenta la democracia liberal en los próximos años y la pérdida de la centralidad de los datos y los hechos en la toma decisiones políticas: «Debemos reconocer el problema que supone vivir en este mundo de sensaciones inmediatas en tiempo real. No es que circulen mentiras. Siempre las ha habido. La cuestión reside en el modo en que los nuevos medios y la tecnología han cambiado el paisaje de la realidad», señala.

    Una realidad que se muestra tozuda y que exige nuevos modelos de liderazgo que sean empáticos, efectivos y eficaces, sensibles y dispuestos a colaborar de manera transversal y generosa.

    Liderazgos con inteligencia emocional, que sean capaces de comprender y gestionar las emociones que van fluyendo, atentos al estado de ánimo social y que puedan atender la diversidad de necesidades y sufrimientos.

    La política se enfrenta a un desafío que debe ser más inspirador que imperativo, más ejemplar que coercitivo. Y la ciudadanía se muestra fatigada, pero cree y ansía un futuro mejor. Hace tiempo que el bien común va ganando terreno y mostrando su potencial. Que la resiliencia y la acción colaborativa y solidaria da mejores resultados que la resistencia individual.

    Innovar juntos, aprendiendo y compartiendo. Ese es el camino. Cooperar de manera horizontal en espacios comunes sembrados para generar ecosistemas fértiles donde nazcan ideas, proyectos, relaciones… Reconocerse desde el respeto y entender que el día después es hoy y que —para afrontar las vulnerabilidades individuales y colectivas— es mejor estableciendo vínculos, generando sinergias y sumando complicidades.

    Se trata de impulsar con fuerza un cambio cultural y de modelo político y social que, aunque se viene sembrando y trabajando desde hace tiempo, ahora más que nunca exige compromiso y responsabilidad para avanzar; unos valores sólidos para afianzarse; y unas habilidades y competencias concretas para lograr el máximo potencial. Un cambio de calado que, hoy, resulta imprescindible.

    Organizarse para impulsar y mantener dinámicas colectivas activas es decisivo para la recuperación, la superación y/o para responder con mayor efectividad ante situaciones de emergencia (ya conocidas… o no). Y el paso previo es la escucha activa, el reconocimiento de unos y otros para construir un «nosotros».

    Nadie sabe qué nos depara el mañana, pero intuimos algunos de los escenarios y, a pesar de las dudas y la incertidumbre, podemos decidir cómo acercarnos y cómo prepararnos. Con la prudencia como norma, la moderación como actitud, la responsabilidad como principio, la creatividad como motor, la empatía y flexibilidad como bandera y la cooperación como valor, hay que aprender a encontrar, juntos y en espacios compartidos (on y offline), soluciones adecuadas, globales y sostenibles.

    El reto exige complicidad, coraje y visión. En un contexto de emergencia, volátil e imprevisible, la praxis política se ha mostrado «insensible» en muchas ocasiones y aquí ha empezado la brecha de legitimidad y de proximidad con la ciudadanía.

    Hay que tender puentes desde la política a la ciudadanía, compartiendo un horizonte común para poder cambiar el curso de los acontecimientos, sí. Hay que contribuir a dar una visión moral y ética del compromiso individual, de cada uno de nosotros y nosotras, en el horizonte colectivo, sí. El relato político debe emplazar también a la ciudadanía a pensar y a comprometerse, desde la implicación y el acompañamiento, sí. Pero, sobre todo, hay que confluir en un espacio común, de proximidad y entendimiento real, donde lo público y lo ciudadano sumen fuerza y compromiso para hacer de este epicentro una oportunidad para impulsar iniciativas regeneradoras y transformadoras que se expandan y transciendan al resto de la sociedad.

    ¿Dónde estamos y hacia dónde queremos ir? ¿Qué podemos hacer, con quién y cómo para cambiar el curso de los acontecimientos, para proponer alternativas y soluciones? ¿Cómo ser coherentes entre lo que somos, lo que decimos que somos y lo que hacemos? ¿Cómo lograr la confianza, el compromiso y la implicación para pasar a la acción?

    Conversar, escuchar, compartir, colaborar, tomar conciencia personal y colectiva es un punto de partida esperanzador para trabajar en ello y lograr los objetivos planteados.

    ¿Cómo medir lo invisible? Evaluación de procesos de innovación ciudadana

    Maje Reig y Pascual Pérez pertenecen a la red internacional Civicwise desde donde coordinan el proyecto Civímetro, una metodología para la evaluación de la innovación ciudadana. El próximo día 27 de octubre, de 9:30 a 11:00, tendremos la oportunidad de escucharles porque tenemos la suerte de contar con su participación como ponentes en la próxima sesión de Bherria Prestakuntza. A continuación, compartimos algunas reflexiones previas que nos envían Maje y Pascual para centrar el contenido de la sesión:

    ¿QUIERES APUNTARTE?

    La evaluación se ha convertido en un aspecto cada vez más demandado en todos los ámbitos, especialmente desde la ciudadanía. Evaluar qué efecto tienen unas acciones determinadas nos ayuda a analizar en qué medida cumplimos nuestros objetivos. Esto cobra aún más importancia cuando se trata de iniciativas facilitadas o promovidas desde la Administración Pública donde la rendición de cuentas debería ser, no sólo necesaria, sino inevitable.

    Sin embargo, actualmente, las evaluaciones tienen un marcado carácter resultadista que hace especial énfasis en los números absolutos. Una forma de análisis que, aunque pueda ser muy útil para determinados proyectos y sectores productivos, resulta insuficiente cuando hablamos de procesos de política pública cuyos objetivos se centran en la colaboración de las instituciones con la ciudadanía para abordar retos e inquietudes sociales.

    Un ejemplo de este tipo de política pública son los “laboratorios ciudadanos”, espacios donde una persona o un colectivo propone trabajar sobre un problema específico en su barrio, y sus vecinas y vecinos pueden unirse para desarrollarlo de forma abierta y colaborativa. En definitiva, un lugar que ofrece los recursos para experimentar y colaborar en un entorno de aprendizaje compartido. A estas dinámicas de trabajo colaborativo situadas en los laboratorios ciudadanos las llamamos “innovación ciudadana”.

    Pero, ¿cómo medir la gestión y eficiencia de estos recursos públicos en procesos experimentales, cuyo objetivo es generar un contexto abierto, inclusivo y deliberativo? Gran parte de la sociedad desconoce qué objetivos persiguen los procesos de innovación ciudadana, qué dinámicas promueven y qué impacto buscan generar. Es en este entorno de colaboración público-social la evaluación adquiere una especial relevancia para evitar que el desconocimiento se convierta en desconfianza hacia estos procesos.

    Desde la red CivicWise llevamos años reflexionando y explorando en colectivo sobre la evaluación y la medición de impacto en procesos de innovación ciudadana; y esto ha dado como resultado el proyecto Civímetro –civimetro.org–, que presenta una guía para la evaluación de procesos de innovación social y ciudadana. Civímetro busca adaptarse a los condicionantes locales de las distintas iniciativas a evaluar, al tiempo que facilita que se puedan compartir aprendizajes a través de los resultados de la evaluación.

    Durante la sesión de Bherria Prestakuntza,del próximo jueves 27 de octubre, pondremos en común inquietudes de las participantes y compartiremos nuestros propios aprendizajes a través del desarrollo de Civímetro y su implementación en proyectos de distinta escala como, por ejemplo,Medialab Prado(Madrid), Medialab Tabakalera(San Sebastián), Mestura Puerto(Fuerteventura) o las Comunidades de Aprendizaje y Práctica de BBK Kuna(Bilbao).

    Exploraremos conjuntamente diferentes cuestiones que nos surgen al enfrentarnos a un proceso de evaluación:

    ¿Qué es evaluar? ¿Y medir? Valorar los resultados obtenidos para definir conclusiones que nos permitan detectar campos de mejora y extraer aprendizajes.

    ¿Por qué evaluar? Compartir una visión ayuda a incorporar a diferentes agentes a la evaluación y a que esta sea efectiva.

    ¿Cuándo es importante introducir la evaluación? Prever las acciones necesarias para sacarle el mayor provecho al proceso.

    ¿Qué recursos son necesarios? Adaptar la evaluación a nuestras condiciones materiales, técnicas y económicas, y no al revés, para que acompañe al proyecto y no lo sobrecargue.

    ¿Puede la evaluación ayudar en el diseño de programas y proyectos? Definir un plan de evaluación es una oportunidad para reflexionar, focalizar y redefinir nuestros esfuerzos para lograr unos objetivos.

    ¿Cómo medir lo invisible? La elección de una metodología de evaluación adaptada al proyecto es clave para detectar y mostrar la importancia de los resultados conseguidos, aunque estos sean intangibles.

    En definitiva, veremos que la evaluación es mucho más que preguntarse “qué ha ido bien/mal en mi proceso”. Que sus implicaciones son mucho más profundas. Que se trata de un paradigma distinto desde el que afrontar y enriquecer el diseño de un proyecto. Y que si nos atrevemos, merecerá la pena”.

    Desde Bherria agradecemos la participación en esta sesión a Maje Reig y Pascual Pérez. Maje, arquitecta de formación, se dedica a la ideación e implementación de proyectos urbanos, de innovación y participación ciudadana. Pascual, arquitecto y diseñador cívico, está especializado en la facilitación de procesos de diálogo que promuevan la cultura de la participación en la planificación, diseño y construcción de la ciudad y el territorio.

    Si estás leyendo este artículo, trabajas en la Administración Pública vasca y te interesa conocer las claves en la evaluación de procesos de colaboración público-social, inscríbete a través de este formulario.

    Si es la primera vez que tomas parte en una actividad de Bherria, háznoslo saber para poder darte un poco de contexto sobre el programa y sus actividades.

    ¡Colabora con Bherria en la difusión de esta convocatoria! Si conoces a alguna persona que pueda estar interesada en esta formación, por favor, hazle llegar el enlace.

    Formulario de inscripción




      ¿Cómo poner la burocracia al servicio de la colaboración con la ciudadanía?

       

      Claudia Delso Carreira, licenciada en Historia del Arte. Posgrado en Gestión Cultural y Cooperación Internacional, y Posgrado en Tecnopolítica y Derechos en la Era Digital, tiene amplia experiencia trabajando con metodologías de participación e innovación social. Fue concejala de Participación e Innovación Democrática en el Ayuntamiento de A Coruña entre 2015-2019. Actualmente, es investigadora en el Institut de Recerca Urbana de Barcelona (IDRA) y co-coordina el Seminario “Repensar el Museo” dentro del Plan de Estudios “Tejidos Conjuntivos” del Museo Reina Sofía. El próximo día 8 de junio, de 9:30 a 11:00, participará como ponente en la próxima sesión de Bherria Prestakuntza. A continuación, compartimos algunas reflexiones previas que nos envía Claudia para centrar el contenido de la sesión:

       

      ¿QUIERES APUNTARTE?

      En la sesión de Bherria Prestakuntza vamos a profundizar y problematizar las formas de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía. Ponemos el foco en ese momento, demasiadas veces conflictivo, burocrático y rígido, pero también en ese momento de oportunidad, de aprendizaje, de ampliación de marcos de lo posible.

      Mi propuesta es que partamos de dos premisas muy claras: el por qué y el cómo. ¿Qué hace de las colaboraciones entre la Administración Pública y la ciudadanía algo necesario y potencialmente transformador? Cuándo necesitamos formalizar una colaboración, ¿cuáles son los primeros pasos? ¿En qué momentos se puede, si es que se puede, incorporar a la propia ciudadanía en el proceso? ¿Puede la formalización de una colaboración incorporar reconocimiento y reciprocidad? ¿Se puede generar reciprocidad en una relación asimétrica de poder, esto es, entre la administración y la ciudadanía? ¿Puede existir reconocimiento mutuo y/o un proceso de aprendizaje compartido que permee a través de la formalización de una colaboración?

      Me gustaría compartir algunas preguntas que surgen desde mi propia práctica y experiencia institucional, así como de algunos ejemplos concretos que poner en común para identificar y analizar algunas de las problemáticas y retos que tienen habitualmente las colaboraciones entre Administración Pública y ciudadanía.

      En mi experiencia un ejercicio clave ha sido repensar las prácticas (aquí da igual el lugar de enunciación de cada quién: administración, ciudadanía, empresa externa o x); se trata de pensar una y otra vez el lugar, pero sobre todo el “desde dónde hacemos” lo que hacemos para así tratar de generar las condiciones para que otras prácticas puedan tener lugar.

      Por un lado, la estructura administrativa, y más concretamente el marco técnico-jurídico, habría de funcionar como una traducción actualizada de aquello que trata de articular administrativamente. Esto es, vincularse en lo concreto con el sentido último de esa colaboración.

      Una colaboración situada en el contexto dónde se da. Pues no es lo mismo activar colaboraciones por primera vez que estar en un contexto donde las colaboraciones son habituales y el reto es el de incorporar variables, complejizarlas.

      A veces para que una colaboración situada o cuánto menos una colaboración efectiva tenga lugar entre la Administración Pública y la ciudadanía será necesario que ocurran algunas cosas. Por ejemplo, que las partes implicadas en esa colaboración se dejen atravesar por otras narrativas y formas de comunicación que ayuden a modificar las inercias habituales.

      Las inercias institucionales, pero no sólo, a menudo generan conflictos y rigidez; el reto está en fomentar espacios de aprendizaje compartidos dónde exista una escucha activa entre ambas partes. Aquí abrir el diálogo a otros vocabularios que permitan ampliar lenguajes se torna fundamental.

      La innovación y experimentación son, asimismo, elementos esenciales para que una colaboración situada tenga lugar. Existe una fuerte y conocida resistencia al cambio por parte de las Administraciones; sin embargo, un modo de limar asperezas y acortar distancias es abrir espacios para la experimentación, la duda, el testeo y, por supuesto, la innovación jurídica.

      En mi opinión, lo público habría de estar en disposición de explorar y adecuar los formatos y los marcos para que nuevas formas de trabajar en colaboración tengan lugar y, en este sentido, la innovación jurídica puede desempeñar un papel importante al crear marcos legales que apoyen y fomenten otras colaboraciones posibles con la ciudadanía. Por tanto, el momento de la colaboración es el momento donde la relación entre lo técnico y «la calle» se practica, realizando un trasvase de saberes y aprendizajes, y facilitando la traducción administrativa para una mejor comprensión mutua. Por ello, cada nuevo expediente administrativo es una oportunidad de colaboración. ¡Hagámosla posible!”.

      Desde Bherria agradecemos la participación en esta sesión a Claudia Delso. Si estás leyendo este artículo y te interesa conocer algunas claves de los procesos de colaboración público-social, inscríbete a través de este formulario.

      Si es la primera vez que tomas parte en una actividad de Bherria, háznoslo saber para poder darte un poco de contexto sobre el programa y sus actividades.

      ¡Colabora con Bherria en la difusión de esta convocatoria! Si conoces a alguna persona que pueda estar interesada en esta formación, por favor, hazle llegar el enlace.


      8 de junio de 9:30 a 11:00, por vídeo conferencia.

        Nunca he participado en Bherria

        datos de contacto

        ¿Qué diría este proceso sobre su propósito si pudiera hablar?

        Asier Gallastegi acompaña procesos personales, organizacionales y de equipos. Formado como Educador Social, Psicoterapeuta familiar y experto en intervenciones sistémicas. Supervisor/coach y desarrollo organizacional. Especializado en el trabajo desde de la perspectiva sistémica en el mundo de la gerencia, el trabajo en equipos, la acción comunitaria y los procesos de innovación.

        En este artículo resume parte del contenido trabajado en la sesión de Prestakuntza en la que abordamos «Las claves para construir un propósito claro y compartido en procesos de colaboración Público-Social«.

        Necesitamos procesos, lemas, declaraciones que nos ayuden a tener más claro para qué decidimos trabajar juntos y juntas, que nos ayuden a definir los focos sobre los que incidir, que nos cohesionen, que nos permitan trabajar en una misma línea, que sirvan de puente para incorporar a otras personas al proyecto y trabajar de manera más autónoma y con más claridad para tomar decisiones.

        Utilizamos el concepto “propósito” inspirados en las propuestas de Holocracia y organizaciones TEAL que Frederick Laloux recoge en su libro “Reinventando las organizaciones”. La palabra “objetivos” se nos queda corta y “misión” demasiado rígida y vinculada en nuestro imaginario a procesos más relacionados con el marketing, y cierta desconexión con las personas .

        Contextos complejos

        Durante la sesión de Bherria Prestakuntza, que celebramos el pasado 24 de marzo, dedicamos unos minutos a reflexionar sobre el tipo de contextos donde realizamos nuestra labor en este tipo de proyectos de colaboración público-social. Para esto, hicimos una pequeña introducción del modelo Cynefin desarrollado por David Snowden desde una matriz previa de Ralph Stacey.

        Presentamos los cuatro dominios: obvio, complicado, complejo y caótico (con el desconcierto en el medio), y reflexionamos sobre tareas o claves que dentro de estos procesos pudieran estar en un contexto u otro. Esta dimensión de construcción de propósito vinculado a la cohesión y alineamiento lo situamos en el terreno de lo complejo.

        En este contexto las relaciones causa–efecto solo se ven de manera retrospectiva. Estos problemas se gestionan prestando atención a los efectos que tienen nuestras acciones. Implican riesgo, incertidumbre y aprendizaje constante..

        Si pretendemos dar siempre la misma respuesta, o generar una estructura muy clara, vamos a modificarla sin descanso porque siempre habrá nueva información que la cuestione. El conocimiento emerge según vamos trabajando y necesitaremos activar muchas cosas que aún no habíamos hecho antes.

        Aportes para la conceptualización

        En este texto recogemos cinco claves que compartimos y reflexionamos en la sesión. Pensamos en un propósito que:

        1. Aporte claridad y foco.
        2. Sea compartido y ponga la mirada en el bien común.
        3. Atienda a los potenciales del proceso y a lo emergente.
        4. Permita transitar por las fronteras y estar al servicio de la innovación pública y ciudadana.
        5. Reconozca las tensiones como parte de los procesos.

        Claridad y Foco.

        Cuando comenzamos un proceso ya estamos generando unas expectativas. Es clave ser claro en esta primera invitación o paso. Si hay límites de punto de partida, necesitamos compartirlos. Desde nuestro punto de vista definir qué no va a pasar, deja un margen todavía muy amplio a lo que sí puede ser.
        Expresar para qué trabajamos en colaboración nos debe de ayudar a enfocar nuestro trabajo y saber qué es pertinente en este proceso y qué no.

        Además, esta definición nos ayuda a tejer alianzas y sinergias. Cuando un proyecto vive de verdad para su propósito no existe la competencia. Cualquier persona que pueda ayudar a lograr el propósito de manera más amplia, o de forma más rápida, es un aliado o aliada; en este sentido, no tenemos un competidor, no nos protegemos, protegemos el proceso y para esto lo compartimos buscando que se replique.

        Compartido y para el bien común.

        Si reflexionamos sobre este propósito de una manera participativa será más compartido y cumplirá mejor con su objetivo. El proceso es casi tan importante como el resultado.

        Cuando trabajamos en contextos complejos necesitamos ampliar la mirada y las perspectivas. Se trata de un ejercicio de inteligencia colectiva; todas las personas somos antenas/sensores y conectadas con el proceso podemos traer información muy matizada.

        Por tanto, no se trata de consensuar un propósito como una suma de expectativas y necesidades personales o de cada organización. Cuidamos de no trasladar estados de ánimo y necesidades particulares.

        Buscando la cohesión interna en nuestro ayuntamiento necesitamos utilizar el lenguaje que se comprende: planes, marcos, asignación de presupuesto…

        Atendiendo a los potenciales del proceso y a lo emergente

        Para trabajar en contextos complejos necesitamos probar, sentir y responder. Os proponemos escuchar al proceso o proyecto como si fuera un ser vivo que tiene identidad y es diferente a nosotros. Necesitamos separarnos.

        La propuesta es dedicar un tiempo a observar la forma que está cogiendo el proyecto y reflexionar sobre su máximo potencial y, sobre todo, lo que podemos seguir construyendo juntos. Se trata de conectar con lo que necesita el proyecto y colocarnos al servicio.

        Además, trabajar desde los potenciales de las personas y las organizaciones nos ayuda a que la conexión entre estas y el propósito sea más fuerte. Nos sentimos útiles y necesarios para el propósito compartido.

        Transitar por las fronteras y estar al servicio de la innovación pública y ciudadana.

        Cuando encontramos un propósito no es para siempre. La realidad cambia. Desde nuestra perspectiva tan importante es proteger el propósito como permitir que evolucione.

        Necesitamos ser sensibles e incorporar otras perspectivas que amplíen los objetivos del proyecto. Hablamos de mantener un respeto irreverente. Seguimos creyendo en las personas como radares que permanecen conectados con la realidad, con las dificultades, los estímulos externos y las señales que nos hablan de cambios y el futuro. En este punto también es clave protegernos del ruido y de la rapidez.

        Necesitamos acercarnos con humildad y confianza. No es necesario planificar por completo, es importante soltar la necesidad de control y de tener respuestas perfectas. Necesitamos abrirnos también a romper fetiches. No debemos caer en frases bonitas e irreales o con inercias que nos encorsetan.

        Reconocer las tensiones como parte de los procesos.

        Nuestra propuesta es la de dejar de invertir mucha energía escuchando discursos de queja, luchas de perspectivas y resistencias. Necesitamos poner límites a la exageración de posiciones.

        Por otro lado, creemos central escuchar los malestares que pudieran reflejar información importante para el proceso. A menudo hablan de aspectos como la gobernanza del proceso, las incongruencias… Nos gusta decir que hay un lugar donde podemos comprender las necesidades que están detrás de posiciones muy diferentes y ponerlas al servicio del proyecto compartido.

        Fuente. “Construyendo un propósito como organización” Orbe, A. Gallastegi, A

        Ejemplos y herramientas

        Compartimos uno de los vídeos que podéis encontrar en la red sobre el proyecto #BentaraNoa impulsado por el Ayuntamiento de Getxo. Queremos hacer hincapié en dos momentos:

        • El primero transcurre al comienzo y final del video donde vemos a Josu y Aritz Landeta cantando un bertso que refuerza el lema “Batera zabal dezagun”.
        • En el minuto 4:48, y dentro de un ejercicio que creemos que es muy pertinente para visibilizar escenarios de futuro/propósitos, una persona tiene en sus manos una construcción que inspirará el logotipo de la futura organización ciudadana vinculada al proyecto.

        En este otro video vemos un ejercicio que solemos utilizar cuando el proceso/proyecto lleva un tiempo y queremos conectar con sus potenciales para el futuro. Se trata de una sesión de trabajo con la asociación de empresas Ner Group.

        En este tipo de contextos, cuando el proyecto tiene un recorrido y queremos volver a conectarnos, realizamos una línea del tiempo con toda la información de la historia y nos preguntamos qué podemos aprender para el futuro. ¿Qué echamos de menos? ¿Qué se repite? ¿Vemos ciclos o fases? ¿Qué sabemos hacer bien?

        Necesitamos abrir conversaciones donde salgamos de las posiciones parciales para preguntarnos por el potencial del proyecto que coge forma mientras colaboramos. Un ejercicio que solemos realizar es preguntarnos: ¿Qué diría este proyecto de su propósito si pudiera hablar?

        «Chega de saudade”, por Alberto Ortiz de Zárate

        Alberto Ortiz de Zárate, especialista en el CAMBIO, con mayúsculas, participará como ponente en la próxima sesión de Bherria Prestakuntza prevista para el 11 de noviembre. Durante hora y media, entre las 09:30 y las 11:00 horas, abordaremos los inconvenientes con los que se encuentran las personas inquietas que apuestan por innovar dentro de las instituciones públicas.
        Alberto sabe mucho de este tema porque ha trabajado en el sector público durante años; ha sido responsable de servicios ciudadanos, jefe de proyectos de innovación o director de atención ciudadana. Es pionero en la apertura de datos públicos y en las políticas de Gobierno abierto.

        ¿QUIERES APUNTARTE?

        Si eres una persona que promueve el cambio en la Administración Pública, si te expones a procesos de colaboración ciudadana para promover la corresponsabilidad en la gestión de lo común, si además compartes aprendizajes sobre todo esto, enhorabuena, tienes un problema.

        Sí, enhorabuena y, sobre todo, enhorabuena. Ahora bien, tienes un problema, que paso a exponer.

        Las personas que estáis trabajando activa e ilusionadamente por cambiar el estado actual de las cosas sois –somos–, necesariamente, una minoría. Sin embargo, somos una minoría bastante relacionada. Gracias a procesos como Bherria, a la asistencia a congresos y otros eventos, a la pertenencia a determinadas asociaciones o grupos de opinión, a la frecuentación de determinados barrios de Internet, o a la mera conversación con personas que tienen las mismas inquietudes, vamos construyendo una red de apoyo donde nos sentimos estimulados y protegidos. Una red donde mola ser persona innovadora y comprometida.

        Ahora bien, ¿qué sucede cuando volvemos a nuestro lugar de trabajo? ¿Encontramos complicidad e impulso por parte de compañeras y compañeros? ¿Nuestras jefas y jefes están impacientes por llevar a cabo las ideas que hemos traído? Bueno, ojalá alguien responda que sí, pero más bien suele ser no.

        La distancia entre nuestro entusiasmo y el general escepticismo se mide en unidades de melancolía. Y de nada vale suspirar mientras apoyamos la cabeza en la mano. Como dice la primera y mejor bossa nova de la historia, “chega de saudade”; o sea, “no más melancolía”.

        Para romper el ciclo de ilusión y decepción, propongo que hablemos de cómo pasar de una lógica de emprendimiento individual a otra que se proyecta en el equipo, que se acomoda al ritmo del colectivo, que alinea metas y toma en cuenta a cada persona, sin prejuzgar su posición. En definitiva, este no puede ser un juego de héroes y heroínas, sino de tribus y sociedades.

        Como parte de esta reflexión, propongo que examinemos algunas patologías típicas del trabajo en la Administración y nos carguemos de razones para aumentar las posibilidades de influir y convencer. Una de ellas tiene que ver con convertir en gestorías las funciones de control. Otra, con normalizar redes de conocimiento no jerárquicas para crecer de la mano de quien quiera crecer.

        Y hablaremos de cómo las utopías nacen para ser traicionadas, pero dejan un poso al que llamamos “progreso”.

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        «Iruñategi es un proyecto al servicio del tejido social e institucional de Pamplona»

        Nadie mejor que Axel Moreno para explicar esta iniciativa. No en vano, es la persona que impulsó este proyecto en su etapa como Director de Participación Ciudadana en el Ayuntamiento de Pamplona. Consultor, formador e investigador, especializado en políticas públicas, desarrollo local, gobernanza y participación ciudadana, Axel acompaña proyectos de participación, educación y cultura para administraciones públicas, empresas y entidades del sector social. Formado como Educador Social, Terapeuta Gestalt y experto en Políticas Sociales y Acción Comunitaria, facilita también procesos organizacionales y de equipos. Axel llega a la Residencia Bherria con ganas de disfrutar de la ciudad, y sus gentes, y de experimentar junto a personas que quieren aprender en colectivo.

        Axel, ¿en qué consiste el proyecto Iruñategi?

        Iruñategi es un proyecto impulsado por el Área de Participación Ciudadana y Empoderamiento Social del Ayuntamiento de Pamplona para analizar, visibilizar y fortalecer las redes de gobernanza de la ciudad.

        El proyecto se desarrolla a través de tres líneas de análisis: la primera, consiste en detectar y visibilizar la red de recursos del territorio, mediante un mapeo del tejido social e institucional y de la economía social y solidaria. Iruñategi recoge los datos de un total de 1.960 recursos que pueden consultarse a través de un mapa interactivo online, y en 13 planos de cada barrio disponibles en paneles informativos y en folletos; la segunda línea de análisis consiste en identificar las necesidades y retos para desarrollar políticas públicas que fortalezcan esas redes de gobernanza en respuesta a las necesidades locales; y, finalmente, una tercera línea para investigar la evolución histórica del tejido social de la ciudad.

        ¿Cómo debe ser, o ha sido, la colaboración con otras áreas municipales para el desarrollo del proyecto?

        Iruñategi es un proyecto a disposición del tejido social e institucional de la ciudad. Supone una herramienta de gran utilidad para el trabajo de los técnicos y técnicas y recursos de proximidad de Pamplona, por lo que la colaboración intermunicipal se desarrolló a través de la coordinación entre las tres áreas municipales que tenían una mayor incidencia social: Participación Ciudadana y Empoderamiento Social, Acción Social y Desarrollo Comunitario y Cultura, Política Lingüística, Educación y Deporte.

        ¿Qué recursos o apoyos aporta el proyecto a iniciativas ciudadanas o sociales ya existentes?

        Desarrollar procesos de mapeo y contraste de las redes de gobernanza dota al territorio de herramientas actualizadas de información y consulta sobre el tejido social e institucional de la ciudad. Iruñategi da visibilidad y pone en valor la red de recursos institucionales, sociales y de la Economía Social y Solidaria en los barrios, y contribuye a generar una visión más integral de Pamplona. 

        Al mismo tiempo, desarrollar procesos de análisis nos ha permitido conocer los factores que influyen en el desarrollo del tejido social y la participación en la ciudad. Y también, identificar los retos para desarrollar políticas públicas que fortalezcan las redes de gobernanza en respuesta a las necesidades locales.

        ¿Por qué el proyecto necesita colaborar con la ciudadanía? ¿Qué estrategias habéis utilizado para canalizar dicha colaboración?

        Actuar sobre la complejidad de nuestros territorios, implica desarrollar una nueva concepción de lo público que no quede limitado a la esfera institucional. Implica reconocer los múltiples actores que conformamos la realidad del territorio, y nuestra interdependencia, para desarrollar actuaciones que involucren e impliquen al tejido social, institucional y económico, en colaboración con la ciudadanía.

        Iruñategi no es una iniciativa aislada, forma parte de una estrategia más amplia para impulsar el empoderamiento social y la acción comunitaria en la ciudad desde el Ayuntamiento. La participación en Iruñategi se ha producido desde múltiples espacios y procesos de colaboración público-social: el Foro de Participación Ciudadana (órgano sectorial de participación ciudadana), los Kolaboratorios (laboratorios de co-creación), el Observatorio Local de Democracia Participativa (Observatorio para el análisis y seguimiento de las experiencias de participación), Zentro Espacio Colaborativo (Centro de Participación Ciudadana), los Foros de Barrio (órganos territoriales de participación ciudadana) y los diferentes espacios cogestionados de la ciudad (centros y huertos comunitarios o Casa de las Mujeres, entre otros).

         

        REDES | WEB: http://asociaciones.pamplona.es/| Tw: @axelnomadak @participa_pna | Fb: @ParticipacionPamplona

        «La autogestión ciudadana sirve de contrapeso al modelo de ciudad-mercancía»

        El Ateneu Candela, ubicado en Terrassa (Barcelona), es un espacio abierto a la ciudad y a su gente. A punto de cumplir dos décadas, es un punto de encuentro de iniciativas ciudadanas, de actividad, de producción de cultura y de comunidad. Este centro social se gestiona con grupos de trabajo; cada proyecto trabaja de forma autónoma y, al mismo tiempo, conectada como nodo de la red/centro social. La información circula gracias a un espacio de gestión, el Hub Candela, que dinamiza el centro social.

        El local del Ateneu Candela está en alquiler; el proyecto se financia por dos vías: propias y externas. La aportación propia proviene de las personas asociadas y de las vías de producción de renta de los nodos de empresariabilidad política y de economía social que lo habitan. Las aportaciones externas provienen de fuentes de financiamiento públicas: locales, regionales y europeas.

        Hemos conversado con Elena Blanco y Alcira Padin sobre su experiencia en gestión comunitaria de espacios públicos.

        A vuestro entender, ¿cuáles son las claves que definen un proyecto de gestión comunitaria de un espacio público?

        Para la gestión comunitaria de un espacio público tiene que haber masa crítica, es decir, comunidad(es) que apuesten por un proyecto de laboratorio ciudadano que lleve adelante experiencias de autogestión colectiva. También tiene que existir una organización interna que genere los marcos reguladores de esa praxis, que esté en constante reformulación pero que marque criterios compartidos y consensuados para abordar el uso de un espacio común.

        Al mismo tiempo, tiene que existir voluntad política de parte de las instituciones para que los recursos públicos sean destinados a posibilitar condiciones de uso de instalaciones públicas por parte de la ciudadanía; donde lo público-comunitario explore nuevas maneras de interacción.

        ¿Qué retornos y beneficios sociales aportan los proyectos de estas características?

        Uno de los aportes sociales de este tipo de iniciativas es la existencia de experiencias de gestión ciudadana y democrática de espacios públicos de la ciudad. Es decir, practicar la autogestión ciudadana de lo público, contar con experiencias que marquen no solo límites sino contrapesos a los modelos de ciudad-mercancía, a través de una praxis que materialice la existencia de comunes urbanos. Y coligado a todo ello, la producción de una agenda de actividades e iniciativas que marquen horizontes de nuevas maneras de producir conocimiento crítico y cultura libre.

        El BherriLab aborda cuatro ámbitos de trabajo: marco jurídico, colaboración, criterios de cesión y adjudicación e indicadores de retorno social. En vuestra experiencia, ¿dónde están los potenciales? ¿Cuáles son las palancas que pueden propiciar cambios en estos ámbitos?

        El tejido comunitario, su propia existencia y transcurrir (el caminar preguntando) demarca nuevos vocabularios para nombrar sus praxis diarias de autogestión. Esas nuevas maneras de nombrar el conflicto por lo común son un elemento palanca. También la praxis es campo de saber para los marcos regulatorios de lo público en escenarios de innovación social. Es decir, las prácticas son las que hacen de palanca para la transformación. También las luchas articuladas por la cesión de espacios para uso ciudadano enmarcado en un catálogo de diversos derechos sociales a reapropiar o generar en contextos de crisis y privatización de los espacios de las ciudades como el actual.

        ¿Podéis compartir algún aprendizaje que pueda ayudar a proyectos que están marcha o a punto de iniciarse?

        Buscar siempre lógicas de cooperación o lógicas que partan de pensar los recursos como comunes. Estar en conexión con otras iniciativas amigas para tener constantes inputs. Generar tejidos a nivel local que exploren ecosistemas de proyectos que cooperen y se estimulen entre sí.

        Proyectos como Ateneu Candela son posibles por un cúmulo de elementos porque son procesos lentos, entre ellos la paciencia, la confianza en el saber hacer de las comunidades cuando pelean por espacios de uso común, saber que habrá discusión política pero también gestión, es decir, trabajos invisibles que son parte de trabajos a distribuir. Y no temerle a la continua reformulación a medida que la comunidad vaya cambiando, ampliando, etcétera.

        REDES | WEB: https://www.ateneucandela.info/es | Twitter: @ateneuCandela | FB: Ateneu Candela | Instagram: ateneucandela

        «Queremos visibilizar la acción voluntaria a través del enorme potencial de los datos»

        Raúl Oliván sabe de qué habla, y habla de ello con pasión. Los hechos, además, avalan la confianza que demuestra con sus palabras. Desde la Dirección General de Gobierno Abierto e Innovación Social del Gobierno de Aragón, ha lanzado CVOL, una plataforma digital que promueve, reconoce, acredita y mide el impacto del voluntariado, mediante competencias transversales y la incidencia en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Unas breves palabras de Raúl son capaces de transmitir la esencia de su presencia en la Residencia Bherria, que ya genera mucho interés.

        Raúl, ¿en qué consiste la plataforma de acreditación de competencias CVOL?

        En el contexto actual, es esencial mostrar y demostrar las competencias personales y profesionales que se poseen. Lo que aprendes en diferentes entornos se transforma en competencias y es el modo en el que una persona muestra su saber. En esta línea, se crea el Portafolio por Competencias del Voluntariado, CVOL, un sistema de acreditación de competencias de personas voluntarias que participan en programas de entidades sociales en Aragón, que nace con tres propósitos claros: reconocer la acción voluntaria y acreditarla como una experiencia valiosa para el ámbito laboral, educativo o personal; reforzar y visibilizar la acción de las organizaciones con voluntariado por su decisiva contribución a la cohesión social; y medir el impacto del voluntariado de Aragón y su contribución a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y la Agenda 2030.

        El Portafolio se creó en 2018 en fase beta y, actualmente, hay 247 programas de voluntariado de 245 entidades. Acabamos de iniciar un proyecto llamado “Club CVOL Empresas” para que este portafolio sea valorado y reconocido por los departamentos de recursos humanos de las organizaciones y para visibilizar el voluntariado corporativo.

        ¿Cómo debe ser o ha sido la colaboración con otros departamentos?

        Al ser una iniciativa del Gobierno de Aragón, nuestra competencia en participación ciudadana es total a lo largo y ancho de la Comunidad Autónoma. En concreto, la colaboración es recíproca con las entidades de voluntariado y con las personas voluntarias; además de ir a las ferias de la Universidad de Zaragoza en las tres capitales de provincia, estamos realizando asesorías y talleres formativos con las entidades con voluntariado para dar a conocer CVOL y ayudarles al registro y a la creación de programas en la plataforma en Huesca, Zaragoza y Teruel.

        ¿Qué recursos o apoyos aporta el proyecto a iniciativas ciudadanas o sociales ya existentes?

        La plataforma CVOL es un reconocimiento a toda esa labor social invisible realizada por entidades de voluntariado y personas voluntarias que en Aragón crean vínculos y construyen una sociedad más justa y solidaria en la que todas las personas somos más felices. 

        También es una red social innovadora que nace para promocionar, visibilizar, conectar y acreditar la acción solidaria de miles de personas de todas las edades que dedican su tiempo y su saber a la mejora social. Este portafolio es una herramienta a través de la que la persona voluntaria muestra las competencias que ha podido desarrollar en los programas de voluntariado en los que ha participado. 

        Cada entidad crea y edita todos sus programas de voluntariado de tal manera que le permite darles visibilidad; al mismo tiempo, las personas voluntarias adquieren su acreditación de las competencias desarrolladas o adquiridas en la acción voluntaria.

        ¿Por qué el proyecto necesita colaborar con la ciudadanía? ¿Qué estrategias habéis utilizado para canalizar dicha colaboración?

        Estamos en un momento de crecimiento y expansión, por lo que hemos tenido una estrategia de relación y colaboración continua con la coordinadora, plataformas y federaciones de Aragón que engloban asociaciones de voluntariado para la difusión de la plataforma CVOL mediante actos de presentación, stands en ferias, talleres formativos, asesorías técnicas en las sedes de las entidades, redes sociales, etcétera. 

        La prioridad ha sido publicar programas para que, a partir de ahora, crezca exponencialmente el número de personas acreditadas con CVOL.

         

        REDES | WEB: https://raulolivan.com/| Tw: @raulolivan @AragonAbierto | Fb: @ZaragozaActiva

        “UNA PLATAFORMA DISEÑADA PARA ARTICULAR PROCESOS DEMOCRÁTICOS DEBE CONTAR CON UNA GOBERNANZA DEMOCRÁTICA”

        Lo afirma Carolina Romero, que admite estar deseando llegar a Bilbao para participar en la Residencia Bherria. Carolina es Técnica del Área de Conocimiento y Tecnología del Consorcio Localret; actualmente trabaja en el proyecto Decidim como responsable de producto y coordinando la extensión interinstitucional. Es miembro de Democomunes. Se declara feminista y le interesa la tecnopolítica y los derechos humanos.

         

        Carolina, ¿en qué consiste el proyecto Decidim?

        Decidim es una plataforma digital de participación desarrollada de manera genérica para poder articular cualquier tipo de proceso democrático y que pueda ser utilizada fácilmente por otras instituciones y organizaciones. Su diseño y su flexibilidad, el hecho de ser software libre, su arquitectura modular y el modelo de desarrollo abierto, ha generado una enorme extensión, de forma que, tras cuatro años, hay más de 80 gobiernos locales y regionales que han apostado por esta plataforma, y más de 40 organizaciones sociales. Como proyecto de software libre cualquier persona puede ver el código, copiarlo, modificarlo y difundirlo, siempre y cuando mantenga la misma licencia (AGPLv3). Además, Decidim es también una comunidad de personas, administraciones públicas y organizaciones que buscan y diseñan mecanismos para la gobernanza democrática del proyecto, que ha trascendido a la propia ciudad de Barcelona y es, a día de hoy, un proyecto de alcance internacional.

        Decidim.barcelona es la plataforma digital de participación de la ciudad de Barcelona. Se puso en funcionamiento el 1 de febrero de 2016 y hoy ya cuenta con más de 32.000 participantes registrados, 13.000 propuestas, 1.300 encuentros presenciales, 190.000 apoyos recogidos y más de 9.000 propuestas ciudadanas aceptadas.

        El pistoletazo de salida coincidió con el proceso del Plan de Actuación Municipal (PAM), uno de los procesos estratégicos más participados en la esfera digital. Actualmente, la plataforma acoge la segunda edición del PAM junto con la celebración simultánea de los primeros presupuestos participativos: treinta y ocho procesos de participación, una quincena de órganos de participación municipales y una decena de iniciativas ciudadanas.

        ¿Cómo debe ser o ha sido la colaboración con otras áreas municipales para el desarrollo del proyecto?

        Decidim se define como una infraestructura de participación porque puede ser utilizada de múltiples formas, por diferentes organizaciones e instituciones. L’Ajuntament de Barcelona, como Institución compleja que presta multitud de servicios a la ciudadanía, con equipamientos que pueden trabajar independientemente o en red, con una organización sectorial y otra territorial y con múltiples organismos autónomos y empresas públicas, puede crear diferentes instancias Decidim —más allá de los mecanismos propios de la participación ciudadana— para democratizar diferentes áreas municipales.

        Desde el principio se ha colaborado con el Instituto Municipal de Informática (IMI) para el diseño y licitación de contratos de desarrollo de la plataforma, siendo este el proyecto de software libre más importante de la Institución.

        También, se han establecido espacios de coordinación con todas las áreas municipales que promueven procesos participativos (Urbanismo, Democracia Activa o Acción Comunitaria, entre otras) y existen comités de seguimiento quincenales para poner en común las actuaciones en curso y planificar las próximas.

        Por último, con el objetivo de abrir la participación al conjunto de personas que trabajan en el Ajuntament de Barcelona, se ha colaborado recientemente con el Àrea de Comunicació Interna, Desenvolupament i Atenció al Personal para la puesta en funcionamiento de un Decidim interno que permite, inicialmente, realizar el proyecto de un buzón de ideas; en un futuro se abrirán otros procesos y espacios de participación y debate.

        ¿Qué recursos o apoyos aporta el proyecto a iniciativas ciudadanas o sociales ya existentes?

        Se han firmado dos acuerdos de colaboración con un total de 15 entidades para la extensión de Decidim como herramienta de participación democrática para la ciudadanía activa y organizada. Un primer acuerdo se ha concretado con el trabajo conjunto entre la dirección de Recerca, Desenvolupament i Innovació y la dirección de Acció Comunitària. La concreción del segundo convenio se ha coordinado con la dirección de Serveis d’Economia Cooperativa, Social i Solidària i Consum.

        La finalidad de los acuerdos es facilitar la implantación de la plataforma entre las entidades y asociaciones de la ciudad sin ánimo de lucro para promover la participación y la democracia interna de las mismas.

        ¿Por qué el proyecto necesita colaborar con la ciudadanía? ¿Qué estrategias habéis utilizado para canalizar dicha colaboración?

        Con el objetivo de garantizar los principios democráticos del contrato social de la plataforma, desde el principio se optó por impulsar una comunidad abierta que acompañara todo el proceso de desarrollo y diseño funcional de Decidim. La premisa de esta opción es que una plataforma diseñada para articular procesos democráticos debe contar con una gobernanza democrática. Todo un reto: construir una comunidad partiendo de un proyecto impulsado desde el Ayuntamiento de Barcelona y reconociendo su naturaleza público-común, al ser software libre y de código abierto.

        En noviembre 2016 se organizaron unas primeras jornadas dando inicio al momento fundacional de la comunidad de Decidim, llamada Metadecidim.

        Metadecidim tiene como canal principal meta.decidim.org, una instancia de Decidim que sirve para articular la participación de la comunidad en un marco amplio de procesos. A la vez, sirve como espacio de experimentación, ya que es el lugar para testar nuevas funcionalidades, detectar errores y recoger propuestas de mejora.

        Metadecidim es un prototipo de participación democrática que pretende dar poder a la ciudadanía en la posibilidad de apropiarse de la herramienta, de contribuir a su desarrollo y de ser partícipes en su construcción. Actualmente, la comunidad Metadecidim cuenta con una amplia representación social, con 975 participantes entre ciudadanía, desarrolladoras e investigadoras, empresas e instituciones de todo el mundo.

         

        REDES | WEB: https://decidim.org/| Tw: @_carol_romero @decidim_org | Youtube: #decidim

        #LoQueViene: RESET

        “Cuando el agua ha empezado a hervir, apagar el fuego ya no sirve de nada”.
        Nelson Mandela

        En 2019 ya vivimos tiempos marcados por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. Tiempos VUCA, por su acrónimo en inglés. Hemos visto que los acontecimientos pasados ya no son predictores del futuro, lo que dificulta la previsión y la toma de decisiones, y nos obliga a reinventarnos constantemente. Las soluciones de ayer no son útiles para los desafíos de hoy, y de mañana. El grado de complejidad de los problemas y la variabilidad en cuanto a las posibles respuestas se incrementan.

        La pandemia ha hecho crecer la desconfianza, la incertidumbre y la nostalgia por tiempos pasados. Cuando el futuro no es una convicción de progreso se convierte en una pesadilla, y la nostalgia se impone para calmar ansiedades y miedos. Estos miedos se globalizan y determinan los estados sociales. En palabras de Martha Nussbaum: “El miedo tiende a bloquear la deliberación racional, envenena la esperanza e impide la cooperación constructiva en pos de un futuro mejor, […] a sobrepasarnos y a impulsarnos a actuar de forma egoísta, imprudente y antisocial”.

        En este contexto, en el que afloran las sociedades nerviosas, saber entender la atmósfera emocional en la que se desenvuelve lo político y lo social deviene crucial para poder interpretar nuestro presente. Un presente que impone su tiranía y donde lo inmediato, lo breve y rápido le gana a lo denso y lento; la cantidad frente a la calidad.

        Un presente que se impone a la idea del futuro que solía ser un poderoso estímulo para el cambio social, un lugar de progreso al que ir, la meta y la conquista de un espacio temporal en el que nuestros objetivos, convertidos en retos por la acción política, podían transformarse en logros y derechos.

        Hoy, es necesario recuperar el futuro si queremos recuperar la ilusión ciudadana. Necesitamos volver a pensarlo, a imaginarlo, a construirlo como un espacio dinamizador y generador de energías para cualquier proyecto político y social.
        No es un objetivo fácil cuando vemos que el descrédito y la desconfianza generalizada en las instituciones, y líderes sociales, aumentan en todo el mundo y conducen a un estado permanente de fragilidad democrática y resquebrajamiento de la autoridad moral, política e institucional. La inestabilidad crece como preocupación y se produce una explosiva conjunción de elementos desestabilizadores con el perímetro que dibuja la crisis económica, social y política en este escenario postpandemia.

        Es clave ofrecer soluciones y canalizar un estado de ánimo desesperanzado, sin confianza en el futuro, y hacerlo:

        • Desde nuevos modelos de liderazgo más sensibles, empáticos, generosos, colaborativos, transversales, efectivos…
        • Explorando nuevas dinámicas de relación, que nos lleven a iniciativas colectivas de calado real.
        • Aplicando la escucha activa para reconocer el papel decisivo de unos/as y otros/as, paso previo para construir un “nosotros y nosotras”.
        • Tejiendo relaciones duraderas, de largo alcance, creando comunidades a partir de intereses compartidos.
        • Pensando “fuera de la caja” para estimular la creatividad y la innovación.
        • Definiendo un propósito claro.
        • Poniendo en valor, más que nunca, la dimensión social y la definición de un espacio de lo público compartido, que sume talento, sinergias y efectividad.

        Para afrontar #LoQueViene y hacer realmente un reset, es imprescindible una alianza por el interés general, ya que la verdadera rentabilidad sostenible es la del bien común. No se pueden afrontar los grandes desafíos sin contar con la implicación y compromiso colectivos. Y es tan necesario tender puentes desde la política a la ciudadanía, como sumar el compromiso y la fuerza de esta, asumiendo un mayor papel político en la sociedad.

        La sociedad en su conjunto se la juega: menos de diez años para cambiar nuestro modelo productivo y energético, y hacer la triple transición económica, social y ecológica. Y los retos son muchos: recuperar la confianza ciudadana en la política y relegitimar las instituciones; avanzar hacia un nuevo contrato social incluyente y solidario, que sea capaz de enfrentar los desafíos que se nos presentan; e impulsar un cambio cultural y de modelo político y social, de lo micro a lo macro, del yo al nosotros y nosotras.

        Si queremos que estos cambios del progreso lleguen mejor, y a todas las personas, necesitamos espacios de consenso y participación colectiva. Espacios amplios, acogedores, superadores… para reflexionar conjuntamente y ver en qué punto estamos y hacia dónde queremos ir.

        La cooperación, la colaboración bien entendida, no es solo una declaración; es una atmósfera, una actitud, una disposición. Y proyectos como Bherria tienen el potencial para diseñar los espacios de confluencia de lo público-social y la capacidad de poder cambiar modelos organizativos.

        15 personas participan en una sesión de contraste sobre los atributos de la colaboración público-social

        Aprovechamos los últimos días de 2023 que, si bien están repletos de compromisos, también nos brindan la oportunidad de detenernos y reflexionar sobre el trabajo realizado durante este año y las metas planteadas para el año que entra; en concreto, en Bherria queríamos dedicar tiempo a reflexionar sobre los atributos de la colaboración público-social.

        A lo largo de 2022, hemos avanzado a través de 6 ciclos que combinan, por un lado, la escucha atenta a las experiencias y necesidades de técnicas y técnicos de la Administración Pública vasca; y, por otro, el contraste con personas expertas. Además, hace unas semanas hemos lanzado una sección nueva en la página web que presenta de manera organizada y accesible toda esta información: https://bherria.eus/es/atributos/

        Hemos superado el ecuador de los 10 atributos y hemos visto que era el momento de hacer un contraste, una revisión del trabajo realizado. Para llevar a cabo y enriquecer este proceso, invitamos a algunas personas que desde su experiencia pudieran aportarnos algunas perspectivas complementarias. En una sesión llevada a cabo en Wikitoki, nos reunimos 15 personas de los tres territorios y con experiencia en este trabajo de colaboración desde diferentes roles. A continuación, compartimos algunas de las ideas principales que surgieron durante la sesión.

        Durante esta revisión, pusimos especial atención en cuatro aspectos fundamentales::

        • Grado de conexión con la realidad. ¿En qué medida os sentís reconocidos/as en las dinámicas e ideas que reflejamos?
        • Nivel de utilidad y practicidad. ¿Cómo lo valoráis en claves de utilidad en el día a día?
        • Accesibilidad y grados de profundización. Los diferentes niveles de información: infografía, resumen, tips, informe…, ¿ayudan a entender mejor las principales claves de cada atributo?
        • Capacidad inspiradora. ¿Descubrimos proyectos y prácticas reales que nos permiten conectar con nuestros proyectos y su viabilidad?

        La evaluación realizada otorgó una media de 3 sobre 4 en relación al alcance de su desarrollo más óptimo. A partir del análisis cuantitativo, mantuvimos una valiosa conversación de la que recogimos algunas ideas importantes para el futuro:

        • El punto de partida de cada persona es muy diverso, y este es un aspecto clave. El desarrollo del material debe servir como punto de inicio para quien pone en marcha un proyecto desde un lugar muy bajo de experiencia y reflexión, al tiempo que debe permitir captar matices para profundizar en quienes tienen mayor experiencia y conocimiento. El lugar desde el que abordamos o nos acercamos a la colaboración es determinante para mirar de una forma u otra los atributos.
        • Las preguntas abiertas son las que más ayudan a aterrizar y profundizar en reflexiones, conectando la teoría con proyectos reales.
        • El juego de cartas se valora muy positivamente, ya que facilita el lenguaje cotidiano, nos ayudan a trabajar al nivel de las personas y, además, ayuda a defender la necesidad de desarrollar todos los ámbitos.
        • Aunque estos materiales están pensados para personal técnico, tienen el potencial de ser muy valiosos para una amplia gama de agentes que participan en procesos de colaboración: desde la ciudadanía (niños/as, jóvenes, personas mayores) hasta entidades, asociaciones, etcétera. Adaptarlos a una “lectura fácil” sería clave para su aplicación en estos contextos.

        Durante la sesión, exploramos nuevas ideas que enriquecieron nuestra perspectiva, conectándonos con proyectos e ideas complementarias al contenido previamente trabajado.

        Posteriormente, presentamos los cuatro atributos pendientes de desarrollo: grado de apertura, hibridación, espacios de coordinación y trama comunitaria. Identificamos proyectos inspiradores y personas con experiencias relevantes que podrían enriquecer y aportar mayor profundidad en cada uno de ellos. Aquí compartimos algunos de los elementos que recopilamos para orientar y fortalecer nuestro trabajo:

        1. Grado de apertura. Nuestro enfoque se centrará en idear estrategias de participación inclusivas y abiertas, garantizando que todas las personas interesadas tengan la oportunidad de contribuir de manera significativa.

        1. Reflexionar sobre los procesos de construcción y mantenimiento de comunidades. Esto implica considerar comunidades ligadas a un territorio específico o relacionadas con un desafío o propuesta concreta. Buscamos fortalecer el sentido de pertenencia y los lazos que permiten a las personas sentirse parte integral de un colectivo.
        2. Si consideramos la apertura en el ámbito de la innovación podríamos reflexionar también sobre los procesos de sistematización y transferencia de conocimiento que facilitan la replicabilidad de proyectos en distintos contextos y lugares
        3. La perspectiva interseccional juega un papel fundamental en la exploración de este atributo, siendo también un enfoque transversal. Se requiere comprender y abordar aspectos relacionados con rangos, privilegios, género y otros elementos clave para trabajar de manera efectiva en esta área.

        2. Hibridación de los procesos. Vamos a explorar y profundizar en la manera de fortalecer los espacios físicos de encuentro y vinculación con las personas involucradas, mediante un trabajo enriquecido por la capa digital.

        1. Reflexionar y planificar los procesos guardando un equilibrio entre la digitalización y la perspectiva crítica sobre este proceso. Reconoceremos la importancia de los encuentros presenciales para la deliberación y reflexión.
        2. Abordar la reflexión y práctica en torno a la Inteligencia Artificial, la participación ciudadana y la colaboración.
        3. Profundizar en el uso y promoción del Software libre y herramientas de código abierto.
        4. Conversar sobre la excesiva digitalización de trámites y relaciones con la administración, explorando los procesos multicanal y sus efectos

        3. Espacios de coordinación. Entendemos que los proyectos se construyen en base a conversaciones; nuestro compromiso es crear espacios de coordinación como escenarios privilegiados para que estas conversaciones sucedan.

        1. Abordar cómo conectar lo más estructurado con lo emergente articulando órganos de participación con espacios adaptados específicamente para los procesos.
        2. Examinar mecanismos para establecer acuerdos y roles a medida que avanza el proceso. Reflexionar sobre cómo escuchar y capturar lo que emerge a medida que evolucionan los acuerdos.

        4. Trama comunitaria. Los procesos de colaboración deben partir del reconocimiento y el refuerzo de la iniciativa ciudadana. Necesitamos conocer y comprender lo que ocurre, interactuar, reconocer y apoyar(nos).

        1. Implementar estrategias de capacitación y fortalecimiento de las iniciativas, incluyendo el trabajo invisible que ya está en marcha.
        2. Fomentar la interconexión entre proyectos conectando la apertura con la trama comunitaria. Evitar poner en marcha procesos que solo busquen maquillar realidades.

        Aprovechamos esta ocasión para recordar que hemos ya programado las actividades de Prestakuntza y Topaketa de Bherria para el año 2024 y que ya es posible participar en ellas

        ¡Forma parte de Komunitatea!
        ¡Asiste a Prestakuntza!

        Como cierre de la sesión, reflexionamos sobre posibles próximos pasos:

        • Hacer más accesibles los materiales para otras personas implicadas en los procesos de colaboración.
        • Acompañar e incentivar procesos que cumplan con los atributos marcados desde procesos de mentorización y enfoques similares.
        • Integrar la interseccionalidad en todos los atributos al transferir este conocimiento.
        • Continuar fortaleciendo espacios de referencia y contraste entre personas implicadas para aprender de las experiencias.
        • Poner en marcha proyectos concretos desde participantes de Bherria, trabajando en paralelo pero bajo un esquema común.
        • Mutualizar (interconectar, articular, complementar) las diferentes redes e iniciativas impulsadas por instituciones como el Gobierno Vasco, entre otras.

        Confiamos en ser capaces de desarrollar los siguientes pasos a la luz de esta información.

        4 estrategias para abordar la dotación de presupuestos y recursos en los procesos de colaboración público-social

        En Bherria, seguimos explorando a fondo los 10 aspectos que caracterizan los proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía. Desde el año 2022, hemos abordado cuestiones como “La claridad del propósito”, “La facilitación de procesos”, “La evaluación”, “La comunicación” y “Las formas de colaboración”. En esta ocasión, hemos profundizado en la dimensión económica de los procesos de colaboración: “Presupuesto y recursos”.

        En este ciclo reflexionamos sobre la comunidad como fuente de recursos, la necesidad de revisar los procedimientos vinculados a las subvenciones, el potencial del proceso que llamamos “presupuestos participativos” y la apertura a otras iniciativas que, apoyadas en la capa digital, están permitiendo establecer una financiación en red.

        En los documentos que compartimos incluimos estrategias para comprender y atender los aspectos vinculados con el presupuesto y los recursos en los proyectos de colaboración público-social:

        1. Las sinergias y conexiones entre agentes son un recurso muy valioso.
        2. Repensar los procesos de financiación a través de subvenciones.
        3. Estrategias vinculadas a presupuestos participativos que activan a la ciudadanía y construyen relaciones de confianza.
        4. Estrategias en los procesos de co-financiación y microfinanciación articuladas en la capa digital.

        Ante la necesidad de comprender la importancia del atributo de presupuesto y recursos, hemos proporcionado una contextualización desde la mirada que ofrecemos desde Bherria. Además, hemos tenido una conversación significativa acerca de este tema en uno de los encuentros de Komunitatea, nuestra comunidad de aprendizaje. Por último, Olivier Schulbaum, fundador de Goteo.org, una plataforma de crowdfunding cívico que respalda iniciativas de impacto social y promueve la Economía Social y Solidaria, ha liderado una sesión de Prestakuntza para seguir explorando este atributo desde su experiencia y conocimiento.

        Os invitamos a visitar y compartir esta página en la que recogemos todos los productos que hemos generado en este ciclo de trabajo y seguir conversando sobre las estrategias y claves en torno a presupuesto y recursos en proyectos que necesiten de la relación entre la ciudadanía y la Administración Pública. Esperamos que encontréis valor en este trabajo de sistematización.

        ¡Accede a toda la información del atributo!

        Aprendizajes a partir del enfoque sobre propósito en un proyecto real de colaboración público-social

        La semana pasada nos encontramos en Bherria Komunitatea, la comunidad de aprendizaje de Bherria, para trabajar sobre la claridad del propósito y su incidencia en los proyectos de colaboración público-social. Pensamos en el propósito como la declaración de aquello que queremos alcanzar, una definición del proyecto que queremos construir. Tener claridad en el foco nos ayuda a estar más alineadas, a hacer palanca de manera más eficiente y facilita trabajar desde la diversidad y la autonomía.

        Hemos pedido a Asier Arévalo, integrante de la comunidad, que comparta cómo se ha enfocado el propósito en el proyecto Thinking Fadura del que es responsable técnico. Thinking Fadura es un proceso de colaboración entre Getxo Kirolak (el organismo del Ayuntamiento de Getxo que gestiona los polideportivos municipales) y la ciudadanía del municipio para transformar Fadura en un parque público que conviva junto con las instalaciones para la práctica deportiva de las personas abonadas al polideportivo. El claim de este proceso resulta descriptivo: “Un parque deportivo en construcción con la ciudadanía de Getxo”.

        El proyecto surge en el marco de las actuaciones de URA, la Agencia Vasca del Agua, para ensanchar y acondicionar el cauce del río Gobela e impedir que se repitieran las inundaciones en este espacio de 21 hectáreas. Se esperaban cambios importantes que invitaban a pensar en una transición teniendo en cuenta que es una infraestructura de los años 70, y desde Getxo Kirolak se veía la necesidad de remodelación. De aquí, emergieron tres objetivos:

        1. Remodelar las infraestructuras para modernizarlas.

        2. Construir un parque que permitiera combinar un espacio abierto con otro restringido para personas abonadas.

        3. Aprovechar este espacio para reconectar y relacionarnos de otra manera con la ciudadanía.

        La presentación del proyecto, y las claves que han servido para definir su propósito, sirve de punto de partida para conversar con el resto de participantes de la sesión que aportan miradas diversas desde su propia realidad y la experiencia situada en sus proyectos de colaboración. A continuación, detallamos algunas ideas importantes surgidas en el debate:

        1. Debemos recordar que la motivación base de la participación y la colaboración público social es recuperar la confianza entre la ciudadanía y las instituciones para avanzar en la profundización democrática entretejiendo el compromiso político de la ciudadanía. Esto es, de ser sujetos activos en la construcción del gobierno de lo común.


        2. Sobre el origen de la demanda y del proceso. Tener conciencia de cuáles fueron las preguntas iniciales, y de donde partieron, ayuda a comprender y definir bien el propósito. El proceso, ¿parte desde un barrio olvidado? ¿Es una encomienda política? A veces el propósito se propone y se acepta, y otras veces no. De esta manera, el punto de partida puede ser complejo.


        3. Es importante aclarar el marco en los primeros momentos. Cualquier invitación genera expectativas y podemos encontrarnos respuestas que parten del miedo. Es fundamental dedicar tiempo a trabajar las acciones previas en los procesos de colaboración.


        4. Un objetivo compartido desde lugares diferentes. Cada agente que participa en los procesos de colaboración, incluida la Administración Pública, tiene sus objetivos particulares. Necesitamos esforzarnos en construir objetivos y propósitos compartidos, así como en construir una red entre las entidades que forman parte del proyecto.


        5. Cuando los proyectos son a largo plazo el propósito va cambiando, adaptándose, y hay que mantenerse abiertos al cambio. En un proyecto contestado por la ciudadanía también se abren otras demandas que escuchar y atender. Es pertinente:

        • Desarrollar la capacidad de incluir objetivos de nuevos agentes.
        • Incluir otras acciones adyacentes que puedan tener impacto positivo y que ayudan a construir confianza.
        • Aceptar la posibilidad de conflicto y tensión.
        • En el conflicto pueden aparecer dinámicas de acumulación de poder; por tanto, es conveniente favorecer encuentros entre diferentes y trabajar la autorregulación para que los agentes con más poder puedan escuchar otras necesidades.

        6. Sabemos que los ritmos de las demandas sociales y los procedimientos administrativos son muy diferentes. ¿Que se puede hacer para aligerar los procesos? Realizar pedagogía en todas las direcciones, explicar las necesidades y tiempos administrativos a la ciudadanía. Un proṕósito claro puede servirnos para implicar en el reto a otras áreas municipales. La cultura de la participación no es siempre tan compartida y, a menudo, la maquinaria burocrática nos aparta del trabajo coherente y cuidadoso.


        7. A veces escuchamos frases como, por ejemplo, “Nos venden humo”. Y caemos en la trampa de seguir argumentando a quienes se sitúan en esa posición, en lugar de esforzarnos en trabajar de manera compartida y práctica.


        8. Vinculado a esto, en la conversación emerge la necesidad de ciertas dosis de tangibilidad en los procesos. Nos referimos a aportar algún elemento perceptible para las personas destinatarias y participantes, De forma que sirva para afianzar la relación, el relato del proyecto, reducir la brecha entre expectativas y realidad, etc…


        9. En ocasiones trabajamos para dar forma a un proyecto y un propósito desde una intuición. También puede ocurrir que este trabajo de definición desde una intuición, y un grupo más autónomo y libre (por ejemplo un equipo de técnicos/as), se vea amenazado por la parte política. Es cuando surge el miedo de perder el foco y el propósito inicial.


        10. Todo es relación. A veces las personas con las que has construido propósito desaparecen; en el relevo puede que nos toque empezar desde cero. La gestión de los objetivos se construye en vínculo y relación, y hay que trabajarla. Necesitamos compartir y tomar consciencia de las necesidades de todas las partes y generar espacios de confianza.


        11. Existe una línea difusa entre el necesario apoyo político que requieren los procesos de colaboración entre la ciudadanía y la administración, y la imposición de estos por parte de los cargos políticos. Cuando un proyecto es impuesto se puede producir la paradoja de que el apoyo político se convierta en un obstáculo ya que se puede estar alimentando resistencias que impiden la puesta en marcha de nuevas formas de hacer y de colaborar.


        Hasta aquí la crónica de la sesión de Komunitatea. El jueves, día 24 de marzo, entre las 09:30 y las 11:00 horas, celebraremos la sesión Bherria Prestakuntza; en otro formato, seguiremos profundizando para concretar las claves que definen al atributo “propósito” en los proyectos de colaboración público-social. Puedes inscribirte en este enlace.

        Aprendizajes en procesos de apertura desde las instituciones

        La sesión de Bherria Prestakuntza, prevista para el próximo 14 de marzo, a las 9:30h, estará centrada en la práctica y aprendizajes de un laboratorio de innovación pública como activador de procesos colaborativos multiactor.

        Sergi Frías

        Es Lab Manager de Coboi lab, el laboratorio de innovación pública de Sant Boi de Llobregat. Frías es integrante de múltiples redes de ámbito catalán, español e internacional relacionadas con la Innovación Pública como la red Catlabs, Innpulso o Chief innovators Studio (Bloomberg Center for Public Innovation – Johns Hopkins University). 

        Su experiencia se focaliza en 3 ámbitos principales vinculados, todos ellos, a la innovación desde una perspectiva transformadora: los laboratorios de innovación, los procesos de co-creación y la innovación multi-actor.

        Como responsable de Coboi lab, el laboratorio de innovación pública de Sant Boi de Llobregat (coboilab.cat), he vivido en primera persona dos legislaturas (y media) completas. Esto me permite tener una cierta perspectiva de la evolución e iteración de un laboratorio público que ha mutado y evolucionado con el objetivo principal de impulsar una nueva manera de hacer frente a los retos urbanos contemporáneos de manera colaborativa.

        ¿QUIERES APUNTARTE A LA SESIÓN DE PRESTAKUNTZA?

        Están planteadas una serie de aproximaciones, poniendo el foco en nuestro proceso de apertura a la ciudad, el territorio y más allá: cómo hemos evolucionado en nuestros 10 años de trayectoria; cómo, a partir de nuestro autoconocimiento, hemos diseñado procesos y métodos participativos; con qué comunidades; para quiénes hablamos y para quiénes no. Etcétera. Hablaremos, principalmente, de la relación, siempre compleja, entre la administración pública y una ciudadanía (pro)activa y/o comunidades de interés en espacios dónde intereses privados y públicos se dan la mano.

        Aprovecharemos esta sesión para compartir aprendizajes sobre buenas prácticas, y también reflexionaremos sobre los obstáculos y complejidades derivadas de nuestra maleable identidad, acciones innovadoras de cierta disrupción o, por ejemplo, de los nuevos y emergentes roles que representamos y podemos llegar a representar en nuestras administraciones.

        Por último, introduciremos nuestra principal herramienta metodológica (Método 4>17) para afrontar retos de manera colaborativa y presentaremos, también, nuestro proyecto experimental más reciente basado en la conceptualización de un nuevo espacio de interacción público-comunitaria. Ambos pretenden ilustrar nuestra singularidad, con la intención de inspirar y cuestionar otras maneras de hacer desde lo público.


        Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30 a 11:00. Aquí puedes inscribirte a la próxima cita del 14 de marzo.



          datos de contacto





          Las sesiones de Prestakuntza son online y en horario de 09:30 a 11:00. También puedes inscribirte enviándonos un mail a [email protected].

          Aprendizajes y conclusiones sobre la facilitación en la colaboración público-social

          Hace unas semanas la comunidad de Bherria se reunió para celebrar la última sesión antes de la desconexión estival. El marco temático del encuentro fue la facilitación en los procesos de colaboración público-social; para ilustrar el tema y dinamizar la conversación, contamos con la aportación de Garbiñe Garamendi quien compartió la experiencia y aprendizajes del proceso de reflexión impulsado por la dirección de Participación de la Diputación Foral de Gipuzkoa que tiene como objetivo concretar un marco compartido para la acción comunitaria. A continuación, compartimos las principales reflexiones surgidas en la conversación.

          Todavía resonaban los ecos de la sesión de Prestakuntza dedicada a la facilitación. Más aún cuando Garbiñe presentó el proceso para “Elaborar un marco conceptual y estratégico para el impulso de políticas públicas basadas en la acción comunitaria en Gipuzkoa”, vinculándolo a la propuesta que hacía Susana Moliner en el contexto formativo. El vídeo que ilustra este post resume de forma sintética en qué consiste el proceso. Reservamos para esta crónica algunos de los elementos que se han tenido en cuenta en el diseño y facilitación del proceso:

          • Partir de la necesidad real y situada de técnicos y técnicas forales y municipales….
            …y reconocer y visibilizar experiencias activas que están aportando soluciones.

            Hay una necesidad de fijar un marco que soporte y oriente el trabajo local. Existen experiencias importantes y significativas en marcha. Necesitamos conocerlas, comprenderlas y contar con ellas para la construcción de ese marco.
          • Dedicar el tiempo necesario para el proceso creando un espacio de seguridad y confianza.
            En concreto, ha sido un acierto destinar al proceso un tiempo alejado de los ciclos electorales y de la tensión que estos conllevan.
          • Favorecer e integrar la diversidad para posibilitar el cruce de experiencias y conocimientos.
            Los talleres se han realizado con ayuntamientos grandes, medianos y pequeños. El proyecto ha ido adaptándose a los mismos en tiempos, espacios, horarios, metodologías y perfiles técnicos. Fruto de esta mirada a la diversidad, el grupo motor del proyecto se ha ampliado incluyendo otros municipios más pequeños.
          • Prestar atención a lo emergente y tener espacio de acción para atenderlo.
            Sorprende la fuerza con la que emergió la necesidad de un trabajo dentro de las instituciones que impacte en las dinámicas internas buscando, por ejemplo, una mayor coordinación entre redes y departamentos.
          • Desarrollar los aspectos relacionales desde la consciencia y el método.
            Garbiñe terminaba su explicación anunciando algunos aprendizajes vinculados a principios metodológicos para trabajar lo relacional; e invitándonos al curso de verano donde presentarán estas experiencias y conclusiones los próximos días 14 y 15 de septiembre.

          Tras la reflexión que nos compartían desde la dirección de participación de la Diputación Foral de Gipuzkoa profundizamos sobre algunos aspectos:

          Construcción de sinergias dentro de los ayuntamientos y entidades públicas:

          • Existe un caldo de cultivo de personas, que desde su responsabilidad técnica en municipios y la Diputación, se muestran interesadas en poner en práctica estas maneras de hacer. No obstante, es cierto que es difícil contagiar a todas las partes de la organización. Se trabaja desde hace mucho tiempo para incorporar esta apertura a la ciudadanía y no se avanza al ritmo deseado. Se van abriendo nuevas maneras y se obtienen impactos. Pero hacen falta más espacios de cruce para compartir los marcos de acción.
          • Hay servicios en los ayuntamientos que son muy relacionales y están habituados a trabajar con la ciudadanía. Otros lo tienen más lejano. Además, en ocasiones, este tipo de proyectos de colaboración con la ciudadanía se adjudican a personas de reciente incorporación que no reciben la preparación necesaria. Esto puede hacer pensar que no existe una apuesta real por parte de la institución..
          • Cuando la apuesta política es clara, los procesos funcionan. La construcción de un marco compartido desde una apuesta como la de la Diputación de Gipuzkoa apoyando el trabajo local es un muy buen ejemplo de ello.

          Construir puentes de colaboración con la ciudadanía abierta a otras formas de participar:

          • Resulta esencial acercarnos a la ciudadanía con la voluntad real de adaptación. Los ritmos, tiempos y lenguajes son diferentes para establecer vínculo con la ciudadanía. En el contexto actual la participación es más líquida, con menor compromiso que en un proceso largo en el que se implica a entidades sociales. Debemos adaptarnos a estas nuevas formas de participar más rápidas e instantáneas.
          • En los municipios más pequeños se acorta la distancia con la ciudadanía gracias a un alto conocimiento de las personas, los recursos… ¿Cuál puede ser la estrategia en municipios más grandes? ¿Concursos de ideas? Es necesario continuar acercándose al barrio dentro de las ciudades.
          • ‘Acudiremos si nos invitan’. Esta máxima ejemplifica la estratégia de detectar a aquellos colectivos referentes para que sean estos los que hagan de prescriptores con el resto del tejido ciudadano. Cuando hay una comunidad activa sabe donde están los potenciales y cómo activarlos. Una participación transversal necesita de estos espacios para encontrarse.

          Los potenciales y los límites de la digitalización.

          • Actualmente, la digitalización se vive como un muro para la participación y la relación con la administración. Parecía que iba a ser una oportunidad y, a veces, es una barrera que separa y distancia.
          • Es necesario mantener un equilibrio digital-presencial. La necesidad de presencialidad es real. Se necesita pensar en modelos propios que nos eviten “vivir con la b@qk entre los dientes”. La digitalización total puede desbaratar todo un proceso.
          • En OGP están trabajando en el reto de la brecha digital. Es necesario pensar en claves multicanal (montar los servicios desde diferentes canales). E incorporar la perspectiva ciudadana y la diversidad de las personas en este diseño.

          Los problemas surgen cuando terminan los procesos y se vuelve a la rutina del día a día.

          • ¿Cómo aprovechar el cotidiano para que se generen más relaciones, más conexiones con perspectiva de colaboración comunitaria? Durante un proceso resulta más sencillo, pero en el día a día es más problemático.
          • Habitualmente se plantean procesos muy amplios y complejos que no consiguen movilizar a la ciudadanía (por ejemplo, PGOU). Es conveniente identificar las necesidades de la ciudadanía para traducir-adaptar-simplificar los grandes temas a sus intereses.
          • Generar excusas para el encuentro. Resulta vital aprovechar cada momento y espacio. Algunos ejemplos:
            • El nuevo espacio en Etxebarri con recursos acuáticos es producto del diseño ciudadano; las personas que han participado reconocen sus aportaciones en la obra final. El efecto es multiplicador.
            • Recoger fotografías de las vecinas y generar una reflexión sobre el patrimonio físico e intangible local.
            • Una formación dirigida a personas que posean mascotas y que puede acabar constituyendo una asociación canina.
            • Es una sorpresa agradable el creciente interés por la salud. Es una buena oportunidad temática para el encuentro.

          Habilidades blandas y competencias relacionales como técnicos y técnicas para el trabajo comunitario

          • Se propone que, como técnicas, se de un acercamiento en claves relacionales para aprovechar todo lo que ocurre. Con las ganas de “seducir” continuamente. Hay que tener en cuenta que, a veces, se puede valorar más que un técnico se quede en la comida popular de unas fiestas que todo el trabajo previo realizado para que esas fiestas puedan ocurrir.
          • No obstante, se deben cuidar los límites de esta implicación. Nos manejamos en la frontera y es importante definir puestos y funciones planteando un reparto de horas y propuestas claras para saber qué implica este trabajo técnico, dónde debemos de estar, dónde invertir energías… Sin perder el foco de la función pública. La estabilidad, las compensaciones y unas condiciones de trabajo adecuadas ayudan a equilibrar estas implicaciones y motivar la proactividad.
          • Las “habilidades blandas” y relacionales ¿Cómo se desarrollan? Actualmente, no se solicitan en los procesos de incorporación a los puestos de trabajo. Se presuponen y, si no se tienen, se exigen ¿Cómo se construyen en la Administración Pública las habilidades que ayudan a crear y mantener las relaciones?

          Hasta aquí la crónica resumen del encuentro de Komunitatea. Como síntesis conclusiva se puede enunciar un listado de acciones clave que definen los procesos desde la facilitación: basarse en las necesidades reales y situadas; adaptabilidad al contexto y lo emergente; construir espacios de seguridad y confianza; acercarse al barrio y encontrar prescriptores; desarrollar las habilidades blandas y relacionales; y generar excusas para el encuentro.

          Con la celebración de este encuentro concluye el ciclo temático dedicado a la facilitación. A partir de ahora comenzamos un nuevo ciclo sobre un nuevo atributo para los proyectos de colaboración públicos social: la evaluación.

          Recuerda que las sesiones de Komunitatea están destinadas a personas que, desde su responsabilidad técnica en las administraciones públicas vascas, forman parte de la comunidad Bherria. Si quieres formar parte de esta comunidad ponte en contacto con nosotras [email protected].


          Links de interés:


           

          Axel Moreno: «Es importante desarrollar marcos jurídicos flexibles para incorporar la cooperación público social a la agenda institucional»

          Axel Moreno ha desarrollado su labor profesional, en los últimos años, como director de las áreas de Participación Ciudadana y Empoderamiento Social e Igualdad y LGTBI del Ayuntamiento de Pamplona. Conocedor de los procesos de colaboración público social, afirma que la sostenibilidad de los procesos de gestión comunitaria va a depender del compromiso de las instituciones y de la capacidad del tejido social de calibrar su implicación para sostener el proyecto.

          Axel, a tu modo de ver, ¿cuáles son las claves que definen un proyecto de gestión comunitaria de un espacio público?

          La gestión comunitaria pone la gobernanza de un recurso público en manos de la comunidad local. Se trata de un modelo alternativo a la gestión pública desde el tejido institucional, a la gestión privada desde el tejido económico y a la gestión público-privada cuando las instituciones delegan la gestión de servicios en la contratación de empresas y entidades.

          Es una gestión basada en la relación público-social donde una parte de la ciudadanía, y del tejido de una comunidad, se responsabilizan de la gestión de un recurso público o un bien común de su territorio en beneficio de toda la comunidad.

          La gestión comunitaria necesita desarrollarse a través de estructuras de gobernanza democráticas y abiertas, basadas en la participación y la transparencia. Es una relación más rica y compleja que implica a múltiples agentes del territorio y donde se producen continuas interacciones entre la colaboración y el conflicto.

          ¿Qué retornos y beneficios sociales aportan los proyectos de estas características?

          La gestión comunitaria construye nuevos modelos de políticas urbanas al desarrollar una nueva concepción de lo público que no queda limitada a la esfera institucional; políticas públicas orientadas a desarrollar el derecho a la ciudad con la implicación y participación de la ciudadanía.

          Genera procesos de conexión entre personas y proyectos que construyen nuevas relaciones sociales (redes de apoyo informal y espacios de articulación colectiva), generando capital social y fortaleciendo la cohesión social.

          Impulsa la innovación social, la experimentación y la posible réplica de nuevas prácticas sociales emergentes como huertos urbanos, centros comunitarios, gestión ciudadana de equipamientos, transformación de espacios públicos, etcétera.

          Desarrolla respuestas colectivas a problemas y necesidades locales desde el empoderamiento social, la participación ciudadana y la acción comunitaria.

          Este BherriLab aborda cuatro ejes de trabajo: marco jurídico, colaboración, criterios de cesión y adjudicación e indicadores de retorno social. En tu experiencia, ¿dónde están los potenciales? ¿Cuáles son las palancas que pueden propiciar cambios en estos ámbitos?

          Es muy importante el desarrollo de marcos jurídicos abiertos y flexibles que posibiliten y faciliten la incorporación de procesos de cooperación público-social a la agenda institucional.

          Para ello, es necesario generar espacios de encuentro y diálogo público-comunitario en nuestro contexto. Esto implica impulsar procesos de aprendizaje, a través de proyectos concretos, dónde el tejido social e institucional puedan experimentar de forma práctica nuevos modelos de gestión y contar con figuras que medien, faciliten y apoyen estos procesos en sus primeras etapas.

          También es clave, conocer las experiencias que, actualmente, se están desarrollando en otros territorios y articularse con ellas para rentabilizar la inteligencia colectiva en torno estas prácticas.

          ¿Puedes compartir algún aprendizaje que pueda ayudar a proyectos que están en marcha o a punto de iniciarse?

          La confianza, el reconocimiento y la escucha van a ser claves. Esta confianza debe construirse y cuidarse por parte de todas las personas y entidades participantes, tanto en sus relaciones internas (dentro del tejido social y del institucional), como en la relación entre ellas.

          En estos proyectos, puede ser de gran ayuda contar con la facilitación y acompañamiento externo de personas o entidades expertas que apoyen el proceso y cuenten con la confianza de todas las partes implicadas.

          La puesta en marcha y la sostenibilidad de los procesos de gestión comunitaria van a depender del compromiso de las instituciones con la implementación de recursos y el desarrollo de líneas estrategias que fortalezcan este modelo de gestión. A su vez, por parte del tejido social, de calibrar su capacidad para sostener el proyecto a la hora de comprometerse con su desarrollo.

          Y por último, abordar la gestión comunitaria como procesos de aprendizaje y experimentación incluye poder generar marcos más abiertos, donde poder flexibilizar los ritmos, dejar espacio a lo imprevisible y margen al trabajo desde el error o el fracaso.

          Bherria 5 urte: Conectarnos, aprender y habitar los futuros de la colaboración público-social.


          Cuando comenzamos a planificar el encuentro de este 5º Aniversario de Bherria, la primera decisión que tomamos fue reforzarlo como un espacio para la celebración, principalmente, por dos razones. La primera es evidente, son cinco años y queremos brindar por ello; la segunda es que tenemos la sensación de pasar de reto en reto sin darnos tiempo a disfrutar de los logros e hitos importantes.

          La pregunta que nos planteábamos era cómo hacer que el momento fuera ligero y profundo a la vez; así que decidimos adelantar parte de las conversaciones a las semanas previas. Queríamos propiciar pequeños espacios de encuentro y conversación con diferentes personas participantes en el programa a lo largo de estos años. Queríamos preguntarles por su conexión con Bherria, cómo habían llegado, qué les había hecho acercarse y, también, queríamos saber cuáles eran los pequeños impactos que había generado su paso por Bherria, tanto en sus proyectos como en su propio rol.

          Buscamos espacios para grabar en los tres territorios que nos conectaran con estos cinco años (aunque no siempre fue posible). Lo importante es que estas entrevistas, estos diálogos colectivos, nos reforzaron en lo significativo de cada encuentro, en la pertinencia del trabajo que estábamos haciendo y, fundamentalmente, en el poder de las conversaciones. Unas conversaciones que fuimos trabajando cuidadosamente y que hemos ido compartiendo durante estos últimos meses.

          En paralelo, hicimos una revisión de las jornadas o encuentros que hemos organizado en este tiempo poniendo el foco en las diferentes perspectivas desde las que habíamos trabajado la colaboración público-social, y en las preguntas que habían surgido en cada uno de estos ejercicios de reflexión e investigación, y que aún resonaban.

          La producción del encuentro fue exigente (es un adjetivo al que recurrimos de manera reiterativa en el equipo de facilitación). Proyectamos en ilustraciones un resumen de estos cinco años e imprimimos el trabajo en una alfombra que pudimos utilizar como tapete de juego-serio a lo largo de la jornada. Era nuestra alfombra roja para seguir profundizando en la colaboración público-social. Un trabajo que también se vio reflejado en el cuaderno titulado “Un mapa para entender 5 años de Bherria”, que recopila el viaje realizado en estos años, al tiempo que plantea una serie de preguntas que nos ayudan a reflexionar sobre el futuro.

          El compromiso para este 5º Aniversario era triple: nos propusimos conectar personas, compartir aprendizajes y habitar futuros.

          Nerea Melgosa (@nmelg) nos dio la bienvenida, en su primer encuentro con el proyecto como Consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, subrayando que “durante estos años, Bherria se ha puesto en la piel de técnicos y técnicas y personas que lideran proyectos de colaboración. Así, hemos podido conocer las dificultades a las que hacéis frente a la hora de caminar junto a la ciudadanía en la búsqueda de soluciones a retos sociales. Por esta razón, Bherria debe ser un espacio en el que fortalecer la acción de personas, como vosotras y vosotros, que estáis permanentemente innovando en formas desarrollar los servicios públicos, con y para la ciudadanía”.

          La propia alfombra y las preguntas que recogía fueron el disparador de la entrevista a Gala Pin (@galapita) y Xabier Barandiaran (@xabarandi). Las personas conectaron con todos los matices sobre la nueva ciudadanía, la innovación pública, la necesidad de abrir el código burocrático, la pertinencia de la participación ciudadana y los retos y oportunidades que se abren.

          Utilizamos el juego de cartas sobre los atributos que hemos diseñado y contrastado las últimas semanas, y que está ya disponible en formato descargable. Como también lo estará el resto de vídeos que estamos editando para compartirlos cuanto antes.

          Esta fue la letra, la música corrió a cargo de “Amorante”, el seudónimo del músico Iban Urizar (@amorantenaiz), que nos invitó a sintonizar, escuchar y dar un paso más allá. Un ingrediente necesario para, como nos comentaban algunas personas al finalizar el encuentro, “irnos con las pilas cargadas para otra temporada”.

          Esta es la magia y el impacto de Bherria: encontrarnos para reforzarnos en una apuesta, a veces difícil de mantener, por la colaboración y por habitar la frontera.

          Bherria conecta con dos experiencias de participación ciudadana

          El pasado 16 de octubre, contactamos a través de hangouts -un formato que queremos explorar en Bherria- con Miren Martín y Alicia Suso para conocer, de primera mano, dos experiencias de participación ciudadana en el ámbito de Álava: 100% Oyón y el Gobierno en los Concejos Alaveses.

          100% Oyón, una acción para la convivencia

          Hace aproximadamente un par de años, durante 2015, la Asociación de vecinos Bitartean Jolasean propuso una acción para mejorar la convivencia entre las comunidades de Oyón-Oion (Álava), que enfrentase los rumores y anulase los estereotipos que caen sobre la población foránea, oponiendo una dimensión crítica a los prejuicios racistas.

          Esa idea fue seleccionada por el programa  Nuevos Comanditarios, una plataforma para desarrollar arte desde la sociedad civil promovida por la Asociación Artehazia.

          En junio de 2017 se lanzó el disco 100% Oion, que recoge ocho temas y que ha contado con la participación directa de alrededor de 80 vecinos y vecinas del pueblo -de todas las edades y nacionalidades-, con la artista Idoia Zabaleta, quien ha sido la encargada de coordinar el proceso intercediendo entre las partes implicadas (el coro del municipio, al grupo de rock de allí, a los bertsolaris, a la asamblea de jóvenes, a las auroras, etcétera) y con la música de Mursego, Maite Arroitajauregi.

          La iniciativa 100% Oion está removiendo la comunidad de esta localidad, a pequeña escala, pero de manera significativa. 100% Oion es un proceso participativo vehiculizado a través del arte y un ejemplo de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía.

          Los concejos de Álava y la participación de la mujer en la comunidad rural

          Desde tiempos inmemoriales, los pueblos alaveses se han regido por sus propios usos y costumbres, que lejos de ser inamovibles han sabido, respetando su esencia, adaptarse a las diferentes épocas que les ha tocado vivir. Usos y costumbres que ya desde el siglo XIII aparecen documentados en los archivos concejiles en las llamadas «Odenanzas del buen gobierno», que sin ser uniformes para todo el territorio, tienen en su parte dispositiva tres aspectos comunes:

          • La Organización, que define los cargos de cada Concejo, su modo de elección y la duración de los mismos.
          • El Funcionamiento, que habla de las diferencias entre vecino y morador, así como de los derechos y obligaciones de cada uno de ellos.
          • La Administración, que habla de las competencias y potestades, y que son desde los abastos, pasando por los bienes y sus aprovechamientos, así como el urbanismo, la enseñanza, hacienda e incluso policía y justicia.

          En el año 1996, se creó la  Asociación de Concejos de Álava con el fin de la defensa, promoción, representación y desarrollo de los mismos.

          En la actualidad, son 336 los Concejos que mantienen viva la llama fogueral, con una forma de gobierno propia que en el caso de los concejos abiertos permite a sus vecinos y vecinas,  además de elegir cada cuatro años a sus administradores, participar directamente del gobierno de su pueblo – algo que no sucede en ninguna otra administración.

          A través de la conversación con Alicia conocemos el papel de la mujer en el entorno rural, desde una perspectiva histórica pero también actual y de futuro, la forma de participación en sus comunidades, las problemáticas de género y las políticas de igualdad.

          Hablamos de situaciones reales para ofrecer y abrir debate sobre los diversos aspectos que inciden en esa mayoría social femenina, abordándolos precisamente desde la propia perspectiva de género en la educación y el aprendizaje de unos modelos de conducta más igualitarios y respetuosos.

          Bherria inicia un nuevo ciclo con un programa sostenido para fortalecer la colaboración público-social en Euskadi

          Así es. Ha llegado el día de contar que, tras unos meses de reflexión y trabajo interno, Bherria inicia un nuevo ciclo, en una versión evolucionada, y más ambiciosa, con un programa sostenido para explorar y promover nuevas formas de colaboración público-social.

          La propuesta de este nuevo ciclo, dirigida a técnicos y técnicas de la Administración Pública vasca, ha sido diseñada a partir de un diagnóstico que hemos realizado el propio equipo y que, posteriormente, hemos contrastado, con 11 personas que han participado en alguna de las ediciones del primer ciclo. En las 15 horas aproximadas de conversación, que han dado para mucho, hemos recogido más de 200 comentarios, ideas, necesidades, sugerencias, propuestas y matices que han sido esenciales para dar forma al planteamiento que ahora presentamos. ¡Gracias por vuestra ayuda!

          El programa se vertebra en torno a tres ejes de trabajo: actividades abiertas de capacitación para la acción en aspectos relacionados con la colaboración público-social (Prestakuntza); activación de una comunidad de aprendizaje donde obtener conocimiento práctico y útil para el desarrollo de proyectos a nivel local (Komunitatea); y encuentros abiertos y específicos para abordar diferentes temáticas en profundidad (Topaketak).

          El nuevo ciclo contempla, además, dos líneas clave de actuación: por un lado, establecer alianzas con agentes estratégicos, tanto a nivel municipal como gubernamental, para avanzar de forma coordinada en la estrategia de actuación para la colaboración público-social en Euskadi; y, por otro, poner en marcha un trabajo de exploración para detectar, recoger, sistematizar y tomar contacto con experiencias ligadas a la colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía. 

          Si quieres conocer mejor el programa para este segundo ciclo, y trabajas en la Administración Pública vasca, te invitamos a una sesión telemática el día 16 de marzo, entre las 13:00 y las 14:30 horas. La asistencia es bajo inscripción, a través de este enlace; el plazo para reserva de plaza finaliza el 14 de marzo. 

          Tenemos más novedades y muy visibles; por un lado, hemos dotado de más color al logotipo y la página web; por otro, hemos diseñado una newsletter que enviaremos regularmente a tu buzón de correo. Si quieres recibirla, aquí tienes el enlace para hacer la suscripción. Y más temas relevantes, además de los que acabamos de avanzar.

          Las tres ediciones del primer ciclo, Ágoras (2017), BherriLab (2018-2019) y la Residencia Bherria (2020), en las que han participado más de 270 personas, entre técnicos y técnicas de la Administración Pública vasca e iniciativas ciudadanas, han sido muy significativas para fortalecer proyectos que impactan en la mejora de su entorno desde la acción colectiva.

          Iniciamos un nuevo ciclo en el que Bherria se consolida como un proyecto que, ahora más que nunca, se considera esencial para atender y dar respuesta a las estrategias desde las que queremos contribuir a mejorar nuestra sociedad en colaboración con la ciudadanía activa.

          Bherria Komunitatea ya es una realidad

          komunitatea bherria

          Preparadas, listas, ¡ya! El próximo jueves, 6 de mayo, entre las 9:30 y las 12:00 horas, tenemos la primera cita en Bherria Komunitatea, la comunidad de aprendizaje a la que ya se han inscrito 22 técnicos y técnicas de la Administración Pública vasca que están involucradas en acciones de colaboración público-social. Si te interesa, estás a tiempo de reservar tu plaza.

          Esta comunidad está ideada para que las personas que la integran puedan obtener aprendizajes prácticos y útiles. Partiremos de las herramientas metodológicas utilizadas en la Residencia Bherria para trabajar sobre necesidades y experiencias desde el contraste entre pares y mejorar o fortalecer acciones, iniciativas y/o proyectos concretos que aportan las personas que se suman a esta propuesta.

          La comunidad se articulará mediante sesiones digitales trimestrales impulsadas y dinamizadas por el equipo Bherria. El calendario de las sesiones para 2021 es el siguiente: primera cita, 6 de mayo; segunda cita, 23 de septiembre; tercera cita; 25 de noviembre.

           

          Primera sesión e itinerario

          La siguiente pregunta, que seguro ronda por tu cabeza es, ¿cuál es el plan para estas sesiones?

          En la primera sesión, el día 6 de mayo, vamos a centrarnos en los aspectos generales desde los que configurar una comunidad:

          • Presentar y explicar los objetivos de la comunidad y la propuesta de funcionamiento desde la que partimos para poder adecuarla a las expectativas y necesidades del grupo de participantes.
          • Presentarnos y reconocernos como participantes de la comunidad y realizar un primer acercamiento al proyecto con el que cada persona contribuirá al aprendizaje en comunidad.
          • Compartir expectativas individuales sobre la comunidad y las necesidades particulares para poder formar parte de ella.
          • Establecer una serie de acuerdos para la (auto)organización.

          Sabemos que a partir de esta primera sesión la planificación de contenidos pueda variar; aún así, hemos trazado un itinerario para 2021 que validaremos en la primera sesión:

          • Dedicaremos la segunda sesión (23 de septiembre) a profundizar en los proyectos de las personas participantes: conocerlos, analizarlos, etcétera, centrándonos específicamente en identificar éxitos y áreas de mejora.
          • En la tercera y última sesión del año (25 de noviembre), además de seguir trabajando con los proyectos, queremos hacer un balance de las tres primeras sesiones y establecer prioridades para 2022.

           

          Y, ¿qué ocurre entre sesiones?

          Una de los temas a convenir son las fórmulas y los medios para mantener una conexión de la comunidad entre sesiones. Además, vamos a proponer sesiones complementarias dedicadas a la capacitación técnica de las personas integrantes para el trabajo digital.

          Todas las sesiones de Bherria Komunitatea tendrán una convocatoria y una crónica de retorno. Ahora, lo más importante es que te inscribas para formar parte de esta comunidad.

          Como ya hemos contado en otros foros y, también en nuestra página web, la invitación a formar parte de Bherria Komunitatea implica, por tanto, mantener cierto grado de compromiso e implicación, que redunda en positivo en la confianza que se genera entre el grupo y en la capacidad de exprimir cada sesión de aprendizaje conjunto.

          Bherria regresa con una nueva propuesta

          Bherria, la iniciativa orientada a explorar y promover nuevas formas de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía, pone en marcha la Residencia Bherria, una nueva propuesta para fortalecer procesos de activación ciudadana en Euskadi.

          En las dos últimas ediciones, en las que han participado cerca de 250 personas, hemos avanzado en nuevas fórmulas para la colaboración público-social, a través de las Ágoras de Bherria; y, también, hemos afrontado el reto de la gestión comunitaria de espacios públicos por medio de BherriLab, el laboratorio ciudadano de Bherria.

          Ahora, presentamos un nuevo formato: la Residencia Bherria, un espacio de encuentro y trabajo conjunto para la profundización y mejora de proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía para la mejora de nuestro entorno desde los valores de la participación social y el voluntariado.

          Este espacio de convivencia, dirigido a técnicos y técnicas de la Administración Pública que cuenten con un proyecto en marcha en su municipio, se llevará a cabo los días 12 y 13 de marzo, en Bilbao. El formato, intensivo y convivencial, aporta concentración a la experiencia y aumenta la potencia relacional del encuentro, aspectos ambos esenciales para esta propuesta.

           

          Tres ejes de trabajo

          La Residencia Bherria propone diferentes momentos, formales e informales, que se desarrollarán a lo largo de una jornada y media de trabajo, en los que se profundizará en proyectos concretos de las personas participantes para que sean analizados, contrastados o problematizados en un marco estructurado de trabajo que contempla asesoría entre pares e intercambio de experiencias desde una mirada amplia, libre, crítica, constructiva y creativa.

          El encuentro se estructura en torno a tres ejes de trabajo: la colaboración intrainstitucional para fortalecer procesos de participación y promoción del voluntariado; la colaboración entre organizaciones sociales e iniciativas ciudadanas, poniendo el foco en las estrategias de apoyo de los consistorios para impulsar estas dinámicas; y la colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía para dar respuestas más eficaces a los nuevos desafíos sociales.

          ¡Bherria se pone en marcha! Si lo que has leído te interesa, descarga el dossier para obtener mayor información sobre la Residencia. El plazo para la preinscripción finaliza el 21 de febrero, a las 14.00 horas.

          Es momento de avanzar. Si eliges ponerte en marcha…

           

          ¡VEN A LA RESIDENCIA BHERRIA!

          Bherria, claves y motivaciones para la participación social

          “He conseguido poner mi conocimiento en marcha. He compartido experiencias con personas de actividades similares. He podido llevar a la práctica mi proyecto”. Estas son algunas respuestas ante la pregunta que hemos lanzado en la jornada de inicio del proyecto a las 30 personas participantes: ¿qué ha ocurrido durante este tiempo en Bherria para que nuestras expectativas se hayan cumplido?

          El 3 de octubre es un día importante para Bherria. Es la fecha elegida para dar inicio a este espacio para el aprendizaje experiencial que busca otras maneras de ser ciudadanía. Elegimos Hirikilabs como primer punto de encuentro y de inicio de programa porque creemos importante salir de nuestras dinámicas y rutinas diarias para acercarnos a lugares y experiencias diversas que propicien nuevas formas de hacer y de relacionarnos. Hirikilabs es un laboratorio que trabaja en torno al uso social, crítico, creativo y colaborativo de las tecnologías; es, además, una herramienta para inspirar mediante el conocimiento libre y abierto. El espacio en sí, es una invitación a estar de otra manera, buscando cooperación y colaboración.

          Van llegando las personas que van a tomar parte en el programa Bherria; nos sentamos en sillas, taburetes, bancos de madera y puffs. Vemos caras de curiosidad explorando el espacio, sonrisas, saludos y ganas, nos dicen, de conocer más e iniciar este recorrido. Emilio Sola, director de Servicios Sociales del Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco abre la jornada apelando a la ilusión que el proyecto ha despertado y destacando todo el trabajo de diseño previo al lanzamiento en esta sesión. Bherria, añade, “debe convertirse en un espacio para aprender de esta apuesta por construir ciudades y pueblos desde la colaboración público-social”.

          José Alberto Vicente, presidente del Consejo Vasco de Voluntariado, recuerda que  “en estas últimas décadas hemos estado acostumbrados a administrar los recursos económicos públicos, unos administrándolos y otros aportándolos. Tenemos que darnos cuenta de que la mayor riqueza que tiene un municipio son todas y cada una de las personas que vivimos en él”. De seguido, Diana Franco, responsable de Laboratorios de Hrikilabs, propone una apetecible visita guiada por las instalaciones al finalizar la sesión. Hay mucho más de lo que vemos a primera vista. ¡Gracias Diana, por la acogida, las explicaciones sobre esta experiencia y la visita!

          Asier Gallastegi, coordinador del equipo técnico de Bherria hace un reconocimiento a la historia del trabajo voluntario y la solidaridad, tal y como los hemos entendido en las últimas décadas. “Bherria nace abierta y con la curiosidad de acercarnos a futuros que cogen forma. Se trata de aprender desde nuestras experiencias y atender lo que va cogiendo forma”, concluye.

          ¡Adelante Bherria!

          Nos encontramos con un colectivo de 30 personas con responsabilidad técnica y política en distintos municipios de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y en áreas tan diferentes como: igualdad, innovación, voluntariado, euskara, juventud, acción social, educación, deporte, comunicación, salud y participación. El movimiento en el espacio ayuda a visualizar que los intereses de las personas participantes se centran especialmente en temas relacionados con la diversidad, acción social, juventud, salud y participación. Sería muy interesante poder establecer los nexos, los puntos de interés común que existen en esta comunidad, algo que esperamos ver en los próximos meses.

          Comenzamos presentándonos, compartiendo nuestros aprendizajes y las preguntas que nos activan desde la curiosidad. Escuchando sobre nuestros roles, áreas, éxitos y fracasos, distinguimos a quién tiene más años de experiencia de quién tiene menos, visualizamos procedencias o dedicaciones. Es una manera de ir entrando poco a poco en dinámica, conociéndonos, rompiendo el hilo, hilvanando lazos,…

          Entre preguntas y respuestas

          Comenzamos a trabajar en torno a una dinámica que favorece la aparición de más preguntas que procuraremos responder a lo largo de estas semanas. Nos parece interesante transcribirlas; quizás, al finalizar Bherria, podamos echarles un ojo y ver si hemos encontrado las respuestas

          ¿Cómo no perder el foco de lo importante sin abandonar lo urgente? ¿Por qué en los procesos de participación se acaba perdiendo la confianza en la institución? ¿Cómo conjugar diferentes sensaciones políticas y participación ciudadana? ¿Cómo se arranca un proceso para crear sentimiento de colectividad? ¿Cómo concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la participación?¿Cómo involucrar a la participación “activa” voluntaria si en mi mismo o en mi entorno es costoso encontrar? ¿Cómo crear comunidad? ¿Cuanto me puede ayudar Bherria a poner orden a mi encomienda en participación ciudadana sin perderme con facilidad? ¿Cómo pasar del reto a la realidad? ¿Cómo se vincula un compromiso con una necesidad de aprender? ¿Cómo gestionar la incertidumbre en procesos complejos impulsados desde la administración? ¿Cómo incluir el voluntariado en los proyectos que traemos? ¿Cómo salir de los espacios de confort? ¿Cómo generar mínimos comunes que multipliquen y pongan avances? ¿Cómo construir puentes entre un movimiento social que surge con la administración? ¿Cómo mantener la sostenibilidad de procesos colectivos? ¿Qué aspectos de la administración debemos cambiar para adecuarnos a las nuevas demandas ciudadanas? ¿Cómo convivir/adaptar lo técnico, lo político y la ciudadanía? ¿Cómo se lidera el cambio? ¿Podemos ser líderes? ¿Cómo activar a la juventud de mi municipio? ¿Cómo llegar más a la ciudadanía y el tema de la colaboración público-social? ¿Cómo conectar/comunicar con los agentes? ¿Cómo equilibrar lo individual y lo colectivo; lo público, lo privado y lo común? ¿Cómo lograr que el voluntariado se acerque a la administración?


          Hemos pensado en los indicadores que nos ayuden a evaluar los logros alcanzados tras la finalización de Bherria. Esa es la razón por la que tratamos de imaginar que hemos llegado al último día de encuentro de esta primera edición de Bherria, el 5 de diciembre. Nuestras expectativas se han cumplido. ¿Qué cosas han ocurrido para que hayamos conseguido nuestros objetivos? Algunas de las respuestas obtenidas ponen el foco en cuestiones como:

          Trabajo en red: conocer, contactar y establecer alianzas con agentes que están trabajando desde la realidad municipal; buscar sinergias con otros municipios próximos; Crear un espacio de confianza donde poder intercambiar experiencias; Apertura a otras realidades.

          Marco Jurídico-Económico: recursos para traducir la ley a lo concreto; claves para establecer diálogo con responsables de áreas administrativas; desbloqueo de la parte administrativa.

          Sensibilización social: obtener ideas para concienciación de la importancia del voluntariado; redacción de un manifiesto al final del proyecto.

          Arquitectura Económico-Legal: desbloqueo de la parte administrativa; hemos aprendido a traducir la ley a lo concreto.

          Emociones: salir con ilusión de Bherria; transmitir y contagiar emoción.

          Nuevas formas de relación con la ciudadanía: aprender maneras de relacionarse con la ciudadanía; saber explicar el trabajo que se está haciendo; dar un sentido o relato a las diferentes formas de participación.

          Necesidad de concreción: llevar a la práctica, de principio a fin y de forma medible alguno de los proyectos compartidos en Bherria; alcanzar conclusiones relevantes; planes de acción para la puesta en marcha de políticas municipales; incorporación de herramientas; conocer ejemplos reales de participación conjunta entre AAPP y ciudadanía.

          Lo político: lograr apoyo político claro a los proyectos que impulsamos, más allá del cumplimiento de la Ley; acercar la innovación a cargos políticos; salir legitimadas gracias al apoyo del Gobierno Vasco a Bherria.

          Hemos representado, a modo de nube de etiquetas, la suma de todas las aportaciones y enfoques trabajados en este encuentro.

          Bherria ya está en marcha. Ricardo Antón da inicio a la primera de las tres Ágoras que componen el programa, ‘Autogestión y Procomún’, y que se mantendrá abierta durante dos semanas. Dos días antes del inicio de la segunda Ágora, el 16 de octubre, volveremos a encontrarnos en una visita a una de las experiencias ciudadanas de la que seguiremos aprendiendo.

          Al mismo tiempo que trabajamos hacia dentro, mantenemos la conversación y el debate en abierto con la comunidad Bherria aportando artículos, documentos, vídeos, reflexiones, experiencias y preguntas desde este blog, en nuestras redes sociales y con el hashtag #Bherria. Nos gustaría que tú también participaras. ¡Te esperamos!

          Bherria, poniendo en relación a diferentes proyectos

          “Tenemos que darnos margen al error”. Tal vez esta frase, rescatada de uno de los grupos de trabajo de esta segunda sesión presencial de Bherria, aporte la tranquilidad necesaria para enfocar el reto de la colaboración entre las administraciones locales y la ciudadanía como un proceso a largo plazo que requiere ejecutar pequeños cambios que, poco a poco, logran mover posiciones asentadas en ambos lados.

          El 31 de octubre es la fecha en la que tuvo lugar el segundo encuentro presencial de Bherria. En esta ocasión, nos acercamos a Wikitoki buscando experiencias que ya están poniendo en marcha nuevas fórmulas de colaboración. Wikitoki es algo más que un espacio físico donde diferentes organizaciones y personas llevan adelante sus proyectos; se trata de un proceso experimental y laboratorio de colaboración entre personas y organizaciones que habitan este lugar y que interactúan tanto con su entorno físico inmediato -barrio San Francisco de Bilbao-, como en el ámbito digital.

          Las personas participantes en el programa Bherria se acercan a esta sesión con la experiencia de haber mantenido un hilo de comunicación permanente, durante cuatro semanas, por medio de las dos Ágoras que ya han sido impartidas en la plataforma digital de formación: ‘Autogestión y procomún’ y ‘Smartcitizen, hacia una nueva ciudadanía en la sociedad conectada’. Al mismo tiempo, esperan reencontrarse en lo presencial con aquellas personas con las que tomaron contacto por primera vez, el 3 de octubre, en la sesión inicial de Bherria en Hirikilabs.

          En esta ocasión nos volvemos a encontrar buscando aterrizar el trabajo realizado en el espacio online para seguir mezclándolo con los proyectos sobre los que queremos seguir profundizando. Encontrarnos, volver a conectarnos, profundizar sobre los contenidos que hemos trabajado en el espacio online, conocer los proyectos presentados desde los ayuntamientos y conocer experiencias concretas que sirven de inspiración.

          Además, vamos reforzando la idea de Bherria como espacio de encuentro y colaboración interinstitucional. La diversidad de la convocatoria hace que nos encontremos técnicos/as y políticos/as con intereses muy similares y con experiencia de puesta en marcha de proyectos que aún no habían coincidido ni compartido saberes hasta este momento.

          Sobre el trabajo en las Ágoras

          Decíamos que, durante estas cuatro semanas, Ricardo Antón y Manu Fernández han facilitado respectivamente las Ágoras de ‘Autogestión y procomún’ y ‘Smartcitizen, hacia una nueva ciudadanía en la sociedad conectada’. Cada una de estas ágoras consiste en un aula digital de la plataforma Moodle, donde las personas participantes recorren un programa de contenidos y actividades propuestas por las personas facilitadoras.

          Bherria es un espacio de experimentación de diferentes formatos para facilitar la colaboración entre Administraciones locales y ciudadanía. Iniciamos la sesión con una ronda de escucha, cómo estamos, experiencias en el foro interno, cuestiones que nos interesan o nos preocupan.

          Hacemos un repaso por los contenidos abordados y descubrimos el potencial de la colaboración entre las personas que participan en Bherria y, también, “de la necesidad de buscar alianzas con personas de cada una de nuestras organizaciones”, apuntan las personas participantes. “Durante estos días”, añaden “también hemos tomado conciencia de las transformaciones sociales y el impacto que producen las tecnologías -que ya están en nuestras manos- en el modelo de relación entre ciudadanía y Administración Pública”.

          Estamos ya cosechando los primeros aprendizajes; “a pesar de que sabíamos que esto iba a ser así, nos ha faltado algo de tiempo y dedicación para interiorizar los contenidos y actividades de las Ágoras. En todo caso, todavía podemos acceder a los contenidos de los módulos”, comparten algunas personas haciendo alusión al ritmo de trabajo y personal como traba para buscar espacios de aprendizaje y colaboración.

          La percepción sobre el programa ha variado en el transcurso de estas semanas: “Ahora vemos Bherria”, dicen, “como un proceso a largo plazo. Un escenario de trabajo como éste no debería finalizar en diciembre; necesitamos nuevas formas de hacer en red y seguir compartiendo. Estas primeras ágoras nos han sido muy útiles para tomar contacto con algunas realidades que van a impactar en nuestra tarea diaria; somos capaces de intuir algo interesante que todavía no hemos llevado a terreno”.

          Poniendo en relación a los proyectos y personas participantes en Bherria

          Seguimos la sesión introduciendo una dinámica de preguntas desde la que trabajar con proyectos. Así, comenzamos un ejercicio de escritura libre y rápida, sobre cuestiones relativas a:

          • Historias vividas y explicadas. Origen del proyecto, conversaciones y sensaciones iniciales, primeras lecturas, posibles éxitos y fracasos, cuestiones excepcionales, relatos internos y externos del proceso, etcétera.
          • Las actrices y actores interesados y los contextos en los que actúan. Principales actores y actrices, relaciones entre ellos y ellas, las que no hemos tenido en cuenta, colocación y movimiento de éstas en el contexto, alianzas, enfrentamientos, cambios de contexto, etcétera.
          • La visión que nos inspira. Idea compartida que motiva, formas de activar la energía de las personas que colaboran en el proyecto, aspiraciones individuales de actores y actrices, claridad de la imagen del proyecto, percepciones internas y externas, elementos de novedad, similitudes y diferencias con otros proyectos.
          • Los valores que nos guían. Valores declarados, contrapartida de los valores declarados, frenos invisibles, coherencia entre valores declarados y vividos, valores que nos son otorgados, jerarquías de valores vividos, etcétera.
          • Los procesos organizacionales y las estructuras para dirigirlos. Cuellos de botella, adecuación de nuestros procesos para producir los resultados esperados por la ciudadanía, procesos críticos, congruencia entre los procesos y las competencias y capacidades personales, recursos imprescindibles, dispositivos y herramientas que nos conectan, espacios para construir una mirada crítica y rescatar el foco del  trabajo.
          • Objetivos y planes de acción. Priorización de objetivos, compatibilidad entre los objetivos y estructuras disponibles para realizarlos, delegación de responsabilidades, confianza en otras personas, sistema de feedback, medición de impactos, categorización de objetivos de rentabilidad, conocimiento, experimentación y desarrollo, espacios a habitar, grietas de futuros y potenciales a cuidar y alimentar.

          Cada grupo de respuestas se agrupa en post-it de colores diferentes con los que tratamos de construir una escultura que nos ayude a abordar de forma colectiva algunas de las cuestiones comunes en los proyectos que compartimos.

          Contactando con mentores y mentoras de Bherria

          Una segunda dinámica grupal pone en relación a las personas que van a realizar las tareas de mentorización en Bherria con las personas que desean compartir sus proyectos y recibir apoyo por parte del equipo facilitador. En cada uno de los cuatro grupos de trabajo, las personas que realizan la función de mentoría guían al grupo en una reflexión al respecto de sus propios proyectos y los aprendizajes obtenidos en Bherria hasta el momento.

          El resultado de este trabajo en grupos se explica en plenario. Encontramos intereses comunes en ofertar espacios de co-diseño de políticas públicas a la ciudadanía; existe una percepción compartida de una mayor demanda por parte de la ciudadanía de ser tenida en cuenta, un nuevo contexto complejo que toca gestionar desde la limitación de recursos, por lo que resulta necesario estudiar nuevas fórmulas de implicación con la ciudadanía. Hacer frente a este contexto cambiante demanda la búsqueda de alianzas internas dentro de las administraciones locales que tengan en cuenta el desgaste que implica en las personas la puesta en marcha de nuevas formas de hacer y, por consecuencia, atienda también a los cuidados de estas personas impulsoras del cambio.

          Compartimos la necesidad de flexibilizar el marco jurídico-legal, o al menos hacer más pedagogía del mismo, con el fin de lograr una invitación más clara a la ciudadanía. En este sentido, la gestión de plazos y los tiempos de los proyectos en los que implicamos a ciudadanía es determinante para no frustrar las energías y esperanzas volcadas.

          Surge también la necesidad de revisar el lugar que queremos ocupar como administración local, ¿queremos ser unos meros proveedores de servicios? ¿Desea la ciudadanía ser una mera consumidora de servicios?

          Sobre Urbanbat, la red de espacios y sobre Sarean

          Terminamos la sesión en Wikitoki conociendo el propio espacio, su historia y propósito. También, conocemos la iniciativa para la Red de Intercambio de espacios, de la mano de  María Arana, de Urbanbat. Se trata de una propuesta para compartir recursos y espacios, integrada por 56 agentes, colectivos, empresas, asociaciones y particulares de los barrios de Bilbao la Vieja, San Francisco y Zabala. “Una excusa para conocernos, compartir recursos, necesidades espaciales y relacionarnos entre nosotras”, explica María.

          Conocemos también la propuesta de Urbanbat, una iniciativa de urbanismo participativo que ofrece apoyo en la planificación del territorio a grupos, comunidades y administraciones locales. Próximamente, del 8 al 12 de noviembre, celebra la 6ª Edición del Festival Cultural Urbanbat, sobre urbanismo e innovación social. En esta edición, el festival trata sobre los procesos de desplazamiento y expulsión de los habitantes del centro de las ciudades. Una cita a tener en cuenta y que os recomendamos señalar en la agenda.

          Finalmente, nos desplazamos a Sarean, un espacio de encuentro vecinal situado en la Plaza del Corazón de María, en el barrio de San Francisco. El motivo de esta visita es conocer un excelente ejemplo de colaboración entre un colectivo ciudadano (Asociación Cultural Espacio Plaza), una explotación hostelera y la Administración Local. La historia y la insistencia han hecho que el proyecto funcione hoy después de años de construcción de las relaciones y complicidades. Nos fijamos en la relación público-social de la iniciativa y en la forma en la que garantiza la sostenibilidad del proyecto a través de, entre otras líneas, de la explotación de hostelería que alberga.

          En comparación con el voluntariado tradicional y a gracias a estos proyectos que estamos conociendo en las visitas, apreciamos cómo están emergiendo nuevas fórmulas de implicación cívica, que suponen una forma diferente de practicar el voluntariado cualificado o de la experiencia (bancos del tiempo, laboratorios y redes asociativas o cooperativas, etc.). Todas ellas están muy relacionadas con la búsqueda de fórmulas de auto-organización ciudadana, y suponen un cambio respecto al modelo clásico del voluntariado.

          Entramos ya en la recta final de Bherria. Como hemos hecho hasta ahora, mantenemos la conversación y el debate en abierto por medio del blog, las redes sociales y la etiqueta #Bherria. Seguiremos difundiendo y dando a conocer experiencias de innovación en la relación público-social y en cuestiones relacionadas con el voluntariado.

           

           

          Bherria, un virus en fase de contagio

          El Día Internacional del Voluntariado -5 de diciembre, día señalado para la participación social- es la fecha en la que se celebra la sesión de cierre de la primera edición ‘Bherria. Ágora para una nueva ciudadanía’. Aprovechamos este encuentro para realizar un reconocimiento expreso a las personas que se implican cada día en la construcción de un mundo más justo, sostenible y solidario. Tal y como recordaba José Alberto Vicente, Presidente del Consejo Vasco de Voluntariado, “lo hacen dedicando esfuerzo pero obteniendo la mejor recompensa posible, como es mejorar la calidad de vida de las personas que habitan su entorno”.

          Bherria surge como una oportunidad para la exploración de nuevos cauces y proyectos que refuercen los valores ligados a la participación y el voluntariado desde la Administración Pública en Euskadi. Han sido doce intensas semanas en las que hemos podido reflexionar en colectivo, compartir conocimiento y experiencia, tomar contacto con iniciativas de referencia en innovación social, construir red y, sobre todo, contagiarnos de ilusión para seguir trabajando en la búsqueda de nuevas fórmulas para la colaboración público-social.

          Con la idea de seguir mostrando experiencias inspiradoras, el 5 de diciembre nos damos cita en Zawp Zorrozaurre, un proyecto que nace de la inquietud de un colectivo de personas y agentes que se implican en la revitalización social, económica y cultural del barrio. De la mano de Manu Gómez-Álvarez, promotor de esta iniciativa -a quien agradecemos sinceramente la acogida-, recorremos este espacio conformado por un nutrido ecosistema de empresas y colectivos que desarrollan su actividad en ámbitos muy distintos como el diseño, la moda, la gastronomía, la infancia, la música, las artes escénicas o plásticas, la literatura, el deporte, la tecnología y la cultura.

          Esta visita guiada descubre formas de hacer que resultan sugerentes para muchas de las personas que nos acompañan; en esta ocasión, hemos querido hacer una convocatoria más amplia con el propósito de dar cabida a personas que, aunque no han podido participar en estos tres meses de programa, han manifestado el interés de conocerlo de cerca y de explorar espacios de encuentro entre la Administración Pública y la ciudadanía.

          De vuelta al pabellón Garabia, nos espera la artista eibarresa Mursego (Maite Arroitajauregi), que nos acompañará durante toda la jornada con su maravillosa voz e inigualable capacidad para narrar lo sucedido en Bherria desde la interpretación musical. ¡Un verdadero lujo de acompañamiento!

          Es así como arranca esta última sesión, en la que nos proponemos, como recuerda en su bienvenida Lide Amilibia, Viceconsejera Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, “compartir los aprendizajes y las 10 principales claves para el desarrollo de la colaboración público-social y la promoción de la ciudadanía activa y el voluntariado. Un decálogo”, añade la Viceconsejera, “con el que nos comprometemos a seguir incidiendo en el futuro”.

          “Queremos que este proyecto, Bherria, impacte en la forma de hacer de las administraciones locales”, señala José Alberto Vicente. “A todas las personas que habéis participado en esta primera edición, os animamos a mantener la red, a seguir en conexión y, si fuera posible, a contagiar de este virus a otras personas”.

          62 días incubando el virus Bherria

          A lo largo de estos 62 días, hemos combinado encuentros presenciales y digitales, con una hoja de ruta que ha permitido abordar el reto Bherria desde tres ópticas diferentes y, al mismo tiempo, totalmente complementarias como la colaboración, la ciudadanía conectada y la comunicación.

          La primera sesión en Hirikilabs ofrecía, por un lado, la oportunidad de conectar con las posibilidades que brinda la tecnología para poner en relación a personas; por otro lado, y quizás lo más relevante, este punto de partida supuso que las personas participantes en Bherria pudieran conocerse entre sí, conversar, trabajar en grupos y fijar, de forma colaborativa, los indicadores de evaluación del programa que daba inicio en aquel mismo momento.

          Dos semanas más tarde, quisimos explorar formatos que facilitan el intercambio de experiencias, conectando, por medio de videoconferencia, con dos iniciativas de participación ciudadana en el ámbito de Álava como son 100% Oyón  y el Gobierno en los Concejos Alaveses. Precisamente, la primera pieza interpretada por Mursego, ‘Tala al badru alayna’, es uno de los ocho temas que recoge el disco grabado en el proyecto 100% Oyón, en el que participaron alrededor de 80 vecinos y vecinas del pueblo con la artista Idoia Zabaleta y la música de Mursego.

          El último día de octubre, visitamos Wikitoki y pudimos conocer un lugar donde se experimenta en fórmulas de colaboración de forma permanente entre diferentes agentes, algunos de los cuales tuvimos la oportunidad de conocer “in situ”. En este segundo encuentro presencial en Wikitoki, los proyectos de las personas participantes en Bherria cobraron mayor protagonismo. Llegó el momento de compartir y poner en relación a los distintos proyectos y, de seguido, comenzaba la fase de mentorización del equipo facilitador a dichos proyectos, un apoyo valorado muy positivamente por las personas que ya han finalizado el proceso de acompañamiento.

          El 14 de noviembre, conocemos Mugarri Gaztegunea, de San Antonio de Etxebarri, y el modelo de desarrollo comunitario de este municipio de Bizkaia, un sistema que hace de la participación ciudadana, más que un fin, un medio. Buena parte de la energía comunitaria de Etxebarri está vinculada al trabajo de los grupos de tiempo libre, donde los niños y las niñas comienzan a implicarse con su entorno de forma natural.

          Un decálogo construido desde la colaboración

          La Jornada Bherria avanza con un repaso del camino recorrido en estos tres meses y datos sobre la participación, no solo de las treinta personas integrantes de esta primera edición, sino también del impacto y reconocimiento de este programa a nivel externo. Así, damos buena cuenta del itinerario de acciones y encuentros presenciales, de los datos de utilización de la plataforma digital de formación y del impacto de la comunicación. En este sentido, destacamos las más de 16.000 visualizaciones de los 29 vídeos publicados y los 2.315 tuits emitidos con la etiqueta #Bherria (dato actualizado) en estas 12 semanas.

          Tras esta primera devolución de datos de participación llega el momento de compartir las ‘Las 10 principales claves para el desarrollo de la colaboración público-social y la promoción de la ciudadanía activa y el voluntariado’, un decálogo que pretende resumir los aprendizajes más significativos que hemos podido rescatar de las acciones que se han llevado a cabo en Bherria. Estos son los titulares:

          1. Abrir las puertas y seguir conversando. 6. Herramientas ajustadas a nuestras realidades.
          2. Proceso, interacción e incertidumbre. 7. Escuchar, ganar confianza y construir relato.
          3. La botella medio llena. trabajar desde   las potencias. 8. Procedimiento al servicio: garantía y experimentación.
          4. Innovación vintage. Lo nuevo y lo viejo. 9. Tiempos para participar. el cuidado y la pedagogía.
          5. Tecnologías para maximizar las posibilidades de interacción social. 10. Somos islas formando un archipiélago.

           

          Estas 10 ideas surgen de la colaboración y de la suma de las voces de las personas que han tomado parte en Bherria; son 10 claves cuya presentación, en este encuentro, corren a cargo de 10 participantes que explican cada cada idea aportando una experiencia de participación ciudadana y voluntariado que ayuda a ilustrar cada idea. Así, tenemos la ocasión de conocer iniciativas relacionadas con juventud, gestión de subvenciones, trabajo con personas migradas, asociaciones de vecinos y vecinas, promocióń del euskara, atención ciudadana, personas mayores, presupuestos participativos, urbanismo y banco de dinero.

          Antes de pasar a la puesta en común, te invitamos a escuchar un extracto de una pieza única, creada por Mursego expresamente para el decálogo Bherria: ‘Denbora da oraina + Borobil’. ¡Adelante!

          Después de esta emocionante interpretación, se abre la conversación y el debate en torno al decálogo que acabamos de compartir, que se ve enriquecido con nuevos enfoques al respecto de la colaboración público-social. Son aportaciones ilusionantes de caminos a recorrer; hablamos de conocer, canalizar y acompañar lo que la ciudadanía ya está haciendo que suceda; superar la escasez de recursos humanos desde fórmulas de crecimiento horizontal que ponga en relación a personas de diferentes entidades organizativas para trabajar en las mismas tareas; asumir, como personas que trabajan en la función tećnica de las administraciones locales, el rol de la apertura del código burocrático buscando las oportunidades que las propias leyes y reglamentos ofrecen. Quedan caminos por explorar; un ejemplo de ello es la Ley del Tercer Sector Social de Euskadi, así como las nuevas políticas que, a nivel de Gobierno Vasco, pudieran impulsarse desde su ámbito competencial.

          El encargo de contagiar el virus Bherria

          Como broche final a este programa, hacemos entrega de los diplomas acreditativos; “queremos que este documento sirva también para para certificar un compromiso por buscar nuevas fórmulas de relación con la ciudadanía para mejorar lo público en la sociedad vasca”, subraya Beatriz Artolazabal, Consejera de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco. “Desde el Gobierno Vasco”, concluye la Consejera “nos comprometemos a seguir explorando cauces para el apoyo y la concreción e impulso de estas 10 claves que hoy hemos compartido. Tras esta experiencia, nos volveremos a sentar. Escucharemos vuestras propuestas, atenderemos a lo que hemos aprendido desde el equipo técnico y las personas de nuestro departamento y seguiremos implementando iniciativas con el espíritu Bherria”.

          Han transcurrido 62 días. El virus Bherria ha sido transmitido satisfactoriamente. De manera simbólica, entregamos unas sabrosas píldoras para seguir contagiando y reforzando esta red de personas inquietas e innovadoras que ha formado su primera comunidad en esta edición. Queremos que estas ideas y experiencias sigan llegando a más personas y sigamos construyendo entre todos y todas una sociedad más justa y solidaria y en colaboración entre la administración y la ciudadanía activa.

          !Contagiemos el virus Bherria!

          Bherria: Cuaderno de aventuras y viajes

          bherria asier 2No sé si os gustan las historias de aventuras y de viajes. Yo tengo debilidad por los cuadernos de viaje. Esas pequeñas libretas donde queriendo atrapar lo vivido, garabateamos lugares y sensaciones, pegamos fotografías de papel, tickets de museos, etiquetas de caldos autóctonos, secamos una flor, dibujamos perspectivas únicas con más o menos destreza, manchamos páginas con los dedos que antes tocaron los productos del lugar…

          Me imaginaba como pudiera ser el cuaderno de viaje de esta edición de Bherria. Recupero ese cuaderno marrón con el sello de tinta azul que repartimos aquel primer encuentro en Hirikilabs, el 3 de Octubre, y aprovecho las hojas que aún quedan por llenar para hacer este pequeño ejercicio de sentir-pensando.

          Comienzo por colocar una de las pegatinas que quedaron pequeñas y no usamos el último día. Es azul y blanca con el logotipo de BHERRIA. El nombre ya era una invitación a jugar, a mirar con cariño y respeto al pueblo, a la ciudad, al vecindario, con todas sus energías y debilidades. Y jugabamos con esa “H” sorda y juguetona que guiñaba buscando otras formas, cauces nuevos, inspiraciones… B+H en un único logotipo diseñado por Karra de Vudumedia, que ha cuidado exquisito de la forma en este proyecto, la estética, esa pauta que nos conecta.

          Nunca he sabido como incluir música en los cuadernos de viaje. He dibujado un violonchelo y un sintetizador. Estamos ultimando algunos videos del ultimo encuentro y he vuelto a escuchar a Maite Arroitajauregi cantar y gritar al tiempo y describir la conversación entre los círculos y los cuadrados. Para hacer nuevo necesitamos incorporar otros lenguajes. Dibujar, cantar y bailar. Es revolucionario si no es perfomance. Nos gustaría pensar que ha habido algo de extraño en algunas de las propuestas que hemos hecho. De ese “raro” que te saca del lugar que conocías y necesitas volver a pensarte.

          Me pasa a veces; mancho los papeles. No lo llevo del todo bien, pero sé que en este tipo de cuadernos se puede vivir como una “textura”. Ha sido chocolate. Tras algunas conversaciones dimos con el símbolo con el que queríamos lanzarnos al mundo después de la experiencia; pastillas para el contagio. Hay algo en estos procesos de participación y colaboración, imposible de controlar, de planificar, obligar… ¿Cómo acompañamos estos flujos? ¿En qué momentos nos hemos sentido invitados a participar? ¿En qué momento nos retiramos? ¿Qué ocurrió? ¿Cuáles fueron las claves? Podemos dar con parte de esta magia, pero otra parte esta llena de intangibles e invisibles: pasión, necesidades, relaciones personales, confianza, esperanza…

          Foto de Hirikilabs, el hangout con Alicia y Miren, Wikitoki, Sarean, Etxebarri, Astra y Zawp. En este proyecto hemos visitado realidades, proyectos en marcha, concreciones de los abstractos. En los esbozos, en el mundo de las ideas, todo es posible. Una clave ha sido visitar los espacios, actividades, personas que encarnan estas aproximaciones. Cuando saltas del dibujo a las tres dimensiones todo coge la dimensión del esfuerzo, de los acuerdos, los contratos, relevos, procedimientos, la densidad de las pasiones en marcha, las puertas abiertas, sabores, olores…

          Pego también un QR. Un dispositivo un tanto antiguo y superado pero que sigue siendo un descubrimiento para muchas personas. No recuerdo a qué lugar me lleva si la escaneo, pero esta imagen me ayuda a conectar con esta conversación sobre el potencial del uso de la tecnología. Este es un proyecto que ha resonado y llegado a muchas personas gracias a las redes sociales y a una estrategia de comunicación y escucha adaptada a una sociedad conectada. También esta experiencia nos la llevamos a nuestros proyectos.

          bherria asier 3.pngRecorto de una revista antigua la imagen de dos luchadores mexicanos con sus máscaras cubriendo el rostro. Un guiño a un viaje colectivo. Hay mucho de este proyecto que se juega en el proceso. Ha sido un proceso de procesos o sobre procesos. Mientras diseñamos y facilitamos Bherria hemos experimentando la construcción de confianza, la delegación y autogestión, el equilibrio entre lo que damos y recibimos, a regular el conflicto, pedir ayuda, apoyarnos, correr, parar, generar ruido y limpiarlo…

          Comienzo a esbozar un pequeño mapa con sus fronteras, relieves, ríos y mares. Con respeto a las banderas en Bherria hemos empezado a diferenciar la bandera de los brazos que las levantan. A darnos tiempo para pensar juntos y salir de las trincheras. Hemos querido dibujar nuestra propia declaración. Un texto/mapa que es fruto del conjunto de conversaciones entre las personas que hemos participado de esta edición. Un decálogo para seguir conversando. ¿Qué incluirías? ¿Qué matizarías? ¿Qué sumarías? ¿Cómo contribuimos todos los días desde estas claves?

          Cierro de momento el cuaderno. Me gusta la forma que cogen las imágenes unas junto a las otras. Estoy seguro de seguir escribiendo ideas en los márgenes y acuarelar algunos dibujos solo bocetados. Un proyecto que juega con las palabras para construir nuevo, que baila y canta, coral, interindependiente, análogico y digital, contagiador, inspirador…

          Mil gracias por la confianza y colaboración. Seguimos encontrándonos y construyendo.

          Asier Gallastegi. Acompaña procesos personales: organizacionales y de equipos. Formado como Educador Social, Psicoterapeuta familiar y experto en intervenciones sistémicas. Supervisor/coach y desarrollo organizacional. Practitioner en PNL y Constelaciones Organizacionales. Especializado en el trabajo desde de la perspectiva sistémica en el mundo de la gerencia, la acción social y comunitaria, los procesos de innovación y el uso de nuevas tecnologías. Profesor en la Universidad de Deusto.

           

          BherriLab, un compromiso que germina

          Son las ocho de la mañana y no acaba de amanecer en Donostia. Las nubes, densas y cargadas de lluvia, dan muy poca tregua y el frío arrecia. Leire Rodríguez (Uliako Lore Baratzak) nos recibe con una calurosa sonrisa para guiarnos hasta el invernadero donde se celebrará la tercera y última sesión de BherriLab. Poco a poco, convertimos el invernadero y espacio multiusos del Parque de Viveros de Ulia —nos llama la atención la biblioteca y los muebles vintage—, en un nuevo escenario para BherriLab.

          Nos reunimos más de 60 personas dispuestas a poner en común todo lo aprendido y compartido en materia de gestión comunitaria de espacios públicos durante este apasionante proceso. La anfitriona, Leire Rodríguez, presenta el enorme y maravilloso entorno que nos rodea, a la vez que lo reivindica: “Nos ha tocado no sólo gestionar este parque, sino también defenderlo”. Nos cuenta que el parque abre sus puertas a toda la ciudadanía, a diario, y que las labores de cuidado y mantenimiento se realizan de manera colectiva.

          Las huertas del parque conforman un excelente ejemplo de ocio activo, tanto para mayores como para niños y niñas. Leire destaca la felicidad que se respira en el parque durante los días de fiesta de la primavera, o del otoño, y no olvida mencionar las tensiones que viven en la actualidad respecto a la intención de la Sociedad de Ciencias Aranzadi de establecer su sede en el parque.

          Si hay algo que hemos confirmado durante este proceso es que la gestión comunitaria de equipamientos públicos es muy compleja y no existen recetas mágicas ni únicas, por lo que el equipo BherriLab agradece la buena disposición en favor del procomún y el entendimiento entre todas las personas participantes en este laboratorio ciudadano.

          La viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Lide Amilibia, también dedica palabras de agradecimiento y avanza que ya se está trabajando en la segunda edición de Bherria, porque “fomenta proyectos relevantes para la cohesión de la sociedad y sabemos que solo podemos responder a retos importantes si lo hacemos junto a la ciudadanía. Las más de 170 personas que habéis participado en las tres sesiones laboratorio”, añade la viceconsejera, “refuerza la intención de seguir tejiendo un escenario de trabajo en colaboración para elaborar propuestas que puedan ser integradas en las políticas municipales y facilitar, en este caso, el desarrollo de nuevos proyectos de gestión comunitaria de espacios públicos”.

          A continuación, el equipo BherriLab presenta la síntesis del trabajo realizado en cada uno de los cuatro ámbitos de este BherriLab: marco jurídico administrativo, colaboración, criterios de concesión e indicadores de evaluación. También, muestra el repositorio de documentos, recopilado durante estos últimos meses, que contiene modelos de reglamentos, ordenanzas, documentos de trabajo y ejemplos de convenios a los que recurrir en caso de necesitar referencias. A través de la página BherriLab también es posible acceder a todos los vídeos y artículos elaborados en este laboratorio.

          En BherriLab, así como en Bherria, la comunicación es esencial, pues la concebimos como pieza clave en la construcción de valor público, como una oportunidad para escuchar, conectar, construir red, poner en relación a personas interesadas en un mismo tema y, en el caso de BherriLab, generar una ola a favor de la gestión comunitaria. Aprovechamos la capa digital como potenciadora de la presencial y utilizamos los espacios para construir relato entre miradas diversas y para trabajar la confianza y la vinculación de las personas.

          Tras una breve pausa para (intentar) entrar en calor, con un poco de café y un pedazo de rico bizcocho, seguimos con la puesta en común de conclusiones, distribuidas en los cuatro ámbitos de trabajo en los que se ha vertebrado BherriLab: el marco jurídico administrativo, colaboración, criterios de concesión e indicadores de evaluación. Algunas de estas ideas son:

          (I) Los requisitos de obligado cumplimiento como la concurrencia, la declaración de utilidad pública, la normativa y la duración de las concesiones pueden ser percibidos como trabas o como garantías en la relación público-social, todo dependerá del grado de colaboración entre las iniciativas ciudadanas y la administración. (II) La administración y la iniciativa ciudadana son agentes necesarios para impulsar proyectos inclusivos de gestión comunitaria de espacios públicos que impactan en la construcción de otra sociedad. (III) La administración y la ciudadanía demanda criterios claros que aseguren la transparencia en el acceso a la gestión comunitaria de los espacios públicos. (IV) Es preciso fomentar la cultura de la evaluación con una herramienta base consensuada, aplicable y adaptable a diferentes dimensiones, momentos y características de cada proyecto.

          Tras la puesta en común de las principales ideas, formamos siete grupos para discutir e intercambiar impresiones al respecto. Nos preguntamos, ¿qué ha ocurrido en el proceso? ¿Qué avances y reflexiones hemos tenido? ¿Cómo puedo utilizar esta experiencia para seguir fortaleciendo los procesos de gestión comunitaria en los que participo? ¿Qué pueden hacer otros agentes?

          El debate se anima y nos olvidamos —por un momento— del frío. Proponemos un ejercicio de síntesis: cada participante resume en una frase cuál es su compromiso en la línea de trabajo explorada en este laboratorio. Minutos después, ese compromiso culminará… en una bomba de semillas. La jornada concluye con un divertido taller de jardinería comunitaria en el que utilizamos papel de periódico, un poco de tierra y un puñado de semillas de calabaza y caléndula. Se añade el compromiso escrito en una tira de papel y se invita a lanzar esta ‘bomba’ donde se desee. “¿Dónde quieres hacer germinar tu compromiso?”.

          El director de Servicios Sociales del Gobierno Vasco, Emilio Sola, despide este laboratorio aludiendo a la importancia de seguir construyendo entre todos y todas una sociedad más justa y solidaria: “Durante este tiempo os habéis encontrado personas que, desde distintos lugares compartís una misma preocupación como es la de aportar recursos y claves que permitan responder de forma ágil a las iniciativas y administraciones que ya están colaborando o a punto de colaborar en proyectos de este tipo de gobernanza. Desde el Departamento de Empleo y Políticas Sociales nos comprometemos a seguir explorando cauces de colaboración público-social”.

          Este primer laboratorio ciudadano acaba de finalizar. Publicaremos el informe del proceso, así como el vídeo de esta sesión. En próximas ediciones cambiarán las temáticas y los formatos; lo que se mantendrá, sin duda, es la propuesta de sumar personas diversas para buscar alternativas que llegan a formularse porque distintos agentes tienen la oportunidad de encontrarse. Esto es BherriLab, el laboratorio ciudadano de Bherria para Euskadi.

          BherriLab. Un laboratorio ciudadano para Euskadi

          Collage_BherriLab_PostIntroHan pasado unos meses desde que finalizó Bherria, un proyecto que surgió como una oportunidad para la exploración de nuevos cauces y proyectos que refuercen los valores ligados a la participación y el voluntariado desde la administración pública en Euskadi. Durante las doce intensas semanas que duró el programa, pudimos reflexionar en colectivo, compartir conocimiento y experiencia, tomar contacto con iniciativas de referencia en innovación social, construir red y, sobre todo, contagiarnos de ilusión para seguir trabajando en la búsqueda de nuevas fórmulas para la colaboración público-social.

          Retomamos aquella energía y volvemos a activarnos con un formato añadido denominado BherriLab, un laboratorio ciudadano para abordar retos de distinta naturaleza a los que plantear soluciones innovadoras para testear y, en caso de éxito, extender a mayor escala y/o transferir a otros entornos. En este contexto, la ciudadanía deja de ser sujeto pasivo de las políticas públicas, o de la recepción de distintos productos o servicios, para convertirse en protagonista y productora corresponsable de sus propias soluciones.

          Avanzar en la gestión comunitaria de equipamientos públicos

          Como temática de arranque, este BherriLab propone abordar el reto de la gestión comunitaria de equipamientos públicos, conectando así con el tema Laukia borobilduz de Mursego, una interpretación excelente del punto ocho del Decálogo de la primera edición de Bherria que pone el foco en la forma de abrir el “código burocrático” de la administración y poner el procedimiento al servicio de la experimentación, manteniendo las garantías.

          Los proyectos de gestión ciudadana de equipamientos, con independencia de sus orígenes -cesión, ocupación, propiedad comunitaria…-, se caracterizan por la existencia de comunidades de personas organizadas en torno a un recurso o equipamiento, que elaboran un conjunto de normas para la gobernanza de dicho equipamiento y que garantizan -o deben garantizar- la universalidad del acceso, la democracia interna y la transparencia en la gestión. El retorno de la actividad de la gestión ciudadana de estos recursos es de carácter social, es decir, impacta de manera positiva en la calidad de vida de las personas que mantienen relación con el mismo.

          Sin embargo, el cotidiano de esta gestión, a pesar de que en muchas ocasiones goza de la aprobación de personas con responsabilidad política o técnica de la administración, choca con el entramado administrativo que impide el desarrollo de otros modelos de institucionalización de lo público. Cuestiones relacionadas con la regulación de las actividades, las responsabilidades derivadas del uso, la adecuación y el mantenimiento del equipamiento, la interlocución o la sostenibilidad económica, entre otras, ponen en evidencia la inexistencia de un marco (reglamento, ordenanza o directriz) que reconozca a las partes y fije un suelo sobre el que articular una relación público-social entre ciudadanía y administración.

          Resultados esperados

          Este laboratorio se centra en elaborar propuestas —entre todos los agentes concernidos— que puedan ser integradas en las políticas municipales para facilitar el desarrollo de nuevos proyectos de gestión comunitaria de recursos públicos en forma de protocolos que ordenen los pasos a seguir en torno a cuatro ejes de trabajo: marco jurídico, colaboración, criterios de adjudicación/cesión e indicadores de impacto social. Y en forma de catálogo de recursos de carácter administrativo, jurídico-legal y normativo que permita responder de forma ágil a las necesidades y demandas derivadas de este tipo de gobernanza.

          Además, esperamos que este laboratorio contribuya a construir una red de agentes público-sociales interesados en la gestión comunitaria de equipamientos y recursos. Una red diversa llena de potencial para el apoyo, consulta e intercambio de conocimientos y experiencias.

          ¡BherriLab se pone en marcha! Si eres una persona con responsabilidad técnica y política de la administración local con proyectos de gestión comunitaria en marcha o en ciernes; si ejerces una responsabilidad técnica en áreas como patrimonio, urbanismo, contratación o con función de garantía —secretarías e intervención—; si perteneces a la administración y conoces el derecho administrativo; si formas parte de una iniciativa comunitaria que ya está ejerciendo la gobernanza de equipamientos públicos o trabajas en el entorno académico y de la investigación, ¡contamos contigo!

          Descarga el dossier para obtener mayor información y coordenadas de este BherriLab. Rellena este formulario online para que podamos conocer tu perfil y, en su caso, tu proyecto e intereses. Nos pondremos en contacto para facilitarte más detalles sobre tu participación.

          El plazo para la preinscripción finaliza el 22 de noviembre, a las 23:59 horas. Para cualquier aclaración, envía un mensaje a [email protected].

          Bienvenidos a Bherria. Un espacio en construcción desde la colaboración.

          Hace meses comenzamos a diseñar este proyecto que hoy, por fin, hacemos público y al que os damos la bienvenida. Su nombre es «BHERRIA. Ágora para una nueva ciudadanía», cuya denominación proviene de la conjunción en euskera entre los términos BERRIA y HERRIA, centrándonos así en las nuevas ciudadanías

          La idea del proyecto surge en un momento que demanda, más que nunca, escucha y colaboración conjunta. Ahora bien, ¿Cómo afrontar esta nueva realidad? ¿Qué herramientas existen y están a nuestro alcance? ¿Cómo es trabajar en red hoy? ¿Es posible mejorar nuestra realidad local escuchando qué se dice en redes sociales o a través del uso de una aplicación móvil? ¿Hacia dónde evoluciona la relación entre la ciudadanía, la Administración Pública y las organizaciones sociales?

          Tratando de dar respuesta a estas preguntas, el Departamento de Empleo y Servicios Sociales del Gobierno Vasco y el Consejo Vasco de Voluntariado inician la búsqueda de una actuación que pudiera servir de refuerzo a la acción municipal en relación al fomento de la activación ciudadana, la construcción de espacios de colaboración público-social y el impulso de las experiencias y valores del voluntariado.

          Así nace BHERRIA, como un ágora, un espacio de encuentro, tanto presencial como digital. Se trata de un proyecto ambicioso e innovador que quiere conversar, contrastar y reflexionar sobre las estrategias desde las que estamos contribuyendo a mejorar nuestra sociedad desde los poderes locales, en colaboración con la ciudadanía activa, teniendo en cuenta desde las expresiones más clásicas del voluntariado hasta las más novedosas y disruptivas.

          Esta iniciativa se dirige, en esta primera edición, a personas con responsabilidad política o técnica en Administración local que cuenten con un proyecto público-social en marcha (o que estén valorando implementar alguna experiencia de colaboración con la ciudadanía) y que quieran contrastarlo con otros procesos -en marcha o finalizados- con el apoyo de personas expertas.

          Un proceso cuidado y completo

          Las personas participantes en BHERRIA tendrán la oportunidad de tomar parte en un proceso cuidado donde poder compartir dudas y experimentar con nuevas claves en un entorno de confianza. El programa -que se desarrollará entre los meses de octubre a diciembre- propone, como eje central para el aprendizaje, tres espacios de reflexión denominados Ágoras: el Ágora de Autogestión y Procomún, el Ágora de Smart Citizen (Ciudadanía Inteligente) y el Ágora de Escucha y Comunicación Digital.

          En estas ágoras reflexionaremos sobre el tránsito entre el paradigma de competir hacía el de cooperar, planteando nuevas relaciones entre lo público, lo privado y lo común; sobre modelos emergentes y autoorganizados, sobre nuevas maneras de participar, de colaborar o de cocrear; sobre las transformaciones sociales que producen tecnologías que ya están en nuestras manos o sobre cómo la democratización de la práctica de la comunicación ha generado una nueva forma de relación que ha impactado directamente en la participación ciudadana.

          El trabajo de profundización en los contenidos se apoyará en una plataforma formativa online facilitada por un equipo de profesionales con años de experiencia en proyectos de innovación social, ciudadanía abierta y comunicación. Además, se prevén tres encuentros presenciales y dos visitas para conocer un proyecto significativo desde la perspectiva de los contenidos trabajados. Finalmente, de manera transversal, cada persona dispondrá de mentoring personalizado con una de las personas facilitadoras del proceso.

          Este proyecto cuenta con un espacio digital, un sitio con vida alimentado por la actividad del propio proceso. Aquí, contaremos algunos hitos del proceso y algunas reflexiones construidas desde los participantes. Tras finalizar el recorrido por cada ágora, compartiremos experiencias y aprendizajes. También, hemos habilitado redes sociales para el proyecto (Facebook y Twitter) desde donde se podrá seguir la actualidad y continuar la conversación, el contraste y la reflexión.

          Si te interesa participar en BHERRIA puedes ponerte en contacto con el equipo técnico a través de este formulario .   

          Ciudadanía conectada, aquí y ahora

          Lanzamos nuestra exploración de la sociedad conectada desde algunos cuestionamientos. En un tiempo de tecnología invasiva y que se ofrece como solución de cualquier cosa; es urgente hacernos las preguntas adecuadas antes de que esas tecnologías imaginen soluciones para los problemas que no tocaban. ¿Hasta dónde somos dueños y tenemos capacidad para actuar en el magma digital? ¿Cómo hacer visibles estas tecnologías que se muestran intangibles pero que tienen un reflejo físico, material y de poder real? ¿Dónde queda el potencial distribuido y auto-organizativo de las tecnologías digitales? ¿Cómo puede la ciudad inteligente ofrecernos algo más que eficiencia para liberar las capacidades colectivas? ¿Cómo hacer de la tecnología una herramienta al servicio de personas y comunidades?

          Desde estas claves hemos querido mirar nuestras organizaciones, instituciones, proyectos y relaciones. Aquí, para pensar la sociabilidad digital pisando con los pies proyectos de dinamización económica, de generación de nuevos espacios públicos, de actualización de las herramientas de comunicación de temas como la soledad o las migraciones, de reconexión sentimental con nuestros barrios o de acercamiento a las inquietudes de las personas más jóvenes de nuestros municipios. Ahora, para conjugar la tecnología en presente, con las capacidades que pone ya en nuestras manos sin esperar a nuevos ciclos tecnológicos o a infraestructuras de mayor dimensión. En la conjunción del aquí/ahora nos encontramos con tecnologías que facilitan la auto-organización, el alcance de nuestros proyectos o la renovación de las formas de comunicación para llegar y movilizar proyectos con nuevos públicos y con personas concretas que aparecen desde una visión de la sociedad conectada como fenómeno que, principalmente, refleja un cambio cultural.

          Se trata de un presente que hemos dibujado con algunas pinceladas de lo que nos pre-ocupa:

          • Una tendencia a la generalización de tecnologías y una presión de instituciones de escala supra-local que imponen una adaptación tecnológica que no se ajusta a las limitaciones de los municipios y organizaciones públicas locales pequeñas y que sienten que, de nuevo, les obligan a ir a remolque. Buscamos herramientas adecuadas, ajustadas y dimensionadas a nuestra realidad, humildes con las capacidades técnicas y organizativas.
          • Una tensión evidente entre el potencial de lo digital como herramienta de control frente a su potencial como instrumento de conexión social, una tensión que tiene su trampa burocrática: la flexibilidad de las tecnologías para la colaboración (abierta, en común,…) frente a las rigideces de las especificaciones y limitaciones para su uso en el trabajo cotidiano. Buscamos construir una ciudadanía capaz de conectarse con lo local y trabajar en abierto, pero necesitamos también modelos más ágiles de instrumentar estas nuevas relaciones.
          • Un riesgo de privatización de nuestros servicios públicos, no sólo en cuanto a la propiedad de las infraestructuras digitales sobre las que se soportan nuestros sistemas, sino también de la concepción social de estos servicios, que pueden transformarnos de ciudadanos/as en usuarios/as. Buscamos el valor público de las proyectos, sea cual sea su grado de sofisticación tecnológica.

          Digital Social Innovation. Recurso en Lecturas complementarias en el Agora 2

          En estas reflexiones hay mucho de promover lógicas no tecnificadas en la sociedad digital. Mejor dicho, de construir desde el valor de las conexiones ya existentes en forma de relaciones, formas de hacer y dinámicas que ya existen en nuestros municipios. Sobre la base del ágora anterior (Autogestión y procomún) el camino ha estado muy vinculado a conceptos como colaboración y los nuevos modelos de producir en comunidad, así que esto nos ha llevado a pensar en las potencialidades de crear nuevas redes de participación, nuevos formatos. “¡Liberemos a la bestia!”, nos sorprendía alguien en la sesión en Wikitoki. Parece una boutade, pero es quizá la mejor expresión de lo que percibimos: hay riesgos y nada es sencillo, pero la esfera digital nos puede facilitar muchas cosas que hasta ahora no podíamos. Ahí el ágora posterior (Comunicación digital para el encuentro con la ciudadanía) nos sirve como asidero para sentirnos más seguros/as ante esos riesgos: pensar el aquí y el ahora es pensar desde lo que podemos hacer, con herramientas concretas que nos facilitar participar de la sociedad conectada.

          A manifesto for smart citizens. Recurso en Lecturas complementarias en el ágora 2

          Esto lo vemos con claridad allí donde hemos encontrado nuestras expectativas en común en este ágora y el enganche con los otros módulos de Bherria: la participación ciudadana. En el mundo de la volatilidad de la opinión digital y el activismo de click, necesitamos ajustar las formas de participación digital para que sean movilizaciones colectivas y procesos de aprendizaje y colaboración estables para evitar el modelo de la participación individual. Este es el punto de conexión que más fuerte se percibe: buscamos imaginar y poner en marcha proyectos que aprovechen los recursos tecnológicos disponibles como excusas para regar las formas de intervención social ya existentes y para renovar las formas de participación.

          Manu Fernández. Doctor por la UPV/EHU (2015) con la tesis “La smart city como imaginario socio-tecnológico”. Autor del libro “Descifrar las smart cities. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de smart cities?” (2016). Investigador y consultor de políticas urbanas. Trabaja como profesional independiente desde su agencia Human Scale City. Autor del blog Ciudades a Escala Humana. Licenciado en Derecho Económico y Master en Gestión Medioambiental.
          Claridad de propósito


          Tal y como anunciamos en la presentación del programa Bherria 2022, nos hemos planteado tres ciclos anuales que giran en torno al trabajo en profundidad de los 11 atributos de la colaboración público-social.

          En este primer trimestre del año vamos a profundizar sobre la definición de propósito, entendido este como la principal fortaleza en los proyectos de colaboración. Queremos realizar una primera reflexión partiendo de la realidad de las técnicas y técnicos de la Administración Pública vasca que participan en Komunitatea (la comunidad de aprendizaje de Bherria) y en Prestakuntza (las sesiones abiertas de capacitación para la acción).

          Un proyecto, o un grupo de personas, opta por buscar la colaboración porque el reto supera sus capacidades. Esto les hace conscientes de la necesidad de incorporar otras fuerzas, otros saberes, otras perspectivas y otras experiencias. Solos y solas no podemos, y esta es la razón por la que tejemos alianzas, más o menos estables, que nos permiten articular respuestas más cercanas a las necesidades reales.

          Los roles, necesidades, vivencias y disciplinas deben ser diversas para poder ser complementarias; por eso, es habitual que en estos procesos surjan conflictos. Alinear las necesidades suficientemente, protegiendo también las diferencias, es uno de los objetivos y, al mismo tiempo, una de las claves de éxito de los proyectos de colaboración público-social.

          Tenemos la certeza de que definir un propósito compartido entre todos los agentes implicados en un proyecto de colaboración ejerce de palanca para la acción conjunta y ayuda a alcanzar relaciones centradas en la tarea desde el reconocimiento mutuo, al tiempo que favorece acciones autónomas que enriquecen el desarrollo de los proyectos a través de diferentes visiones. El equilibrio que se presenta es el siguiente; ¿cómo explicitar retos, objetivos y un propósito compartido que pueda inspirar a pasar a la acción, además de permitir los matices y maneras de sentir, pensar y hacer diferentes?

          Cuándo reflexionamos sobre la claridad de propósito ponemos el foco en las siguientes características:

          • Definición participada del reto al que atender.
          • Transparencia con respeto a los intereses presentes en el proyecto y a los agentes implicados.
          • Establecer los límites del impacto y aclarar la capacidad de incidencia del proyecto.
          • Garantizar el acceso a la información y hacer presentes los acuerdos y líneas compartidas.

          Necesitamos, por tanto, seguir generando espacios para reflexionar, de manera colectiva, sobre nuestros proyectos e ir definiendo imágenes y textos que nos alineen. Un propósito tiene que ir evolucionando con el proceso. Desde esta meta que nos une vamos a poder lograr una mayor autonomía para actuar e invertir menos energía en consensuar pasos pequeños. Esta mirada colectiva al futuro nos cohesiona, impacta en nuestra eficiencia y nos conecta más con nuestra aportación personal al proyecto colectivo.

          A veces invertimos energía en la fantasía de consensuar las diferentes perspectivas y expectativas de un proyecto, o de una organización, en una “frase Frankenstein”. Es decir, siguiendo la estela de los ejercicios de misión+visión+valores clásicos, un grupo pequeño de personas elaboran una frase carismática que pretende definir los lugares donde invertiremos nuestra energía en el futuro.

          Lo explica Brian Robertson en su inspirador libro “Holacracia”. A menudo las “esperanzas, sueños, ambiciones y deseos (…) proyectadas (…) oscurecen su propósito”. “Cada proyecto tiene cierto potencial o capacidad creativa que es el más idóneo para expresarse de forma duradera ante el mundo, teniendo en cuenta todo aquello de lo que dispone: historia, recursos, personas….”
          Creemos, de manera congruente, que el ejercicio de descubrir este propósito es más un ejercicio detectivesco, de escucha y sorpresa, que un trabajo creativo. Se trata, además, de una herramienta que queremos poder utilizar a diario. Todo lo que hacemos: nuestra gobernanza, la planificación o las acciones se estructuran para expresar de la mejor manera posible este propósito. Y ante una duda importante podemos preguntarnos cuál de las opciones contribuye mejor a nuestro propósito.

          Hace unos años, y en el marco de un proceso participativo para el diseño de un equipamiento que iba a ser gestionado desde una modelo de colaboración público-social, un grupo de personas construyeron un pequeño objeto con plastilina, maderas de colores y una lana que los unía.

          Querían reflejar que lo más importante de este proyecto debía ser, precisamente, la colaboración entre personas diferentes para ir construyendo una red más fuerte que revitalizara el barrio donde se situaba el edificio. Ese objeto acabó siendo un logotipo, y durante un tiempo importante el leitmotiv de mucha de la acción de estas personas.

          ¿Cómo cuidar este alineamiento e inspiración? ¿Dónde y cómo conectar con el potencial de los procesos de colaboración público-social?

          Claves para construir un propósito claro y compartido en procesos de colaboración

          En Bherria tenemos una nueva propuesta que hacerte; llega el turno de Prestakuntza, el eje orientado a la capacitación para la acción en aspectos relacionados con la colaboración público-social.

          En esta ocasión, el 24 de marzo, entre las 09:30 y las 11:00 horas, abordaremos en una sesión formativa online las estrategias para sostener y alimentar el propósito en procesos colectivos que, a veces, se dilatan en el tiempo.

          !INSCRÍBETE AHORA!

          ¿Nos permitimos volver a conectar con la verdadera razón detrás de un proyecto? Las urgencias, la tarea y los conflictos llevan un tiempo y energía precioso. ¿Cómo contribuimos desde el inicio a aclarar los procesos que generan grandes expectativas? ¿En qué momento definimos los límites del mismo? ¿Cómo incorporamos otras miradas para mejorar nuestro foco y hacerlo más inclusivo? ¿Somos capaces de atender a todo el potencial de trabajar de manera colaborativa, en lugar de pretender imponer nuestra perspectiva? ¿Cuáles pueden ser las estrategias para hacer más presente este foco con todas las personas y organizaciones involucradas? ¿Cómo hacemos para poder trabajar de manera más alineada y autónoma?

          La sesión formativa correrá a cargo de Asier Gallastegi. Además de ser una de las personas dinamizadoras del proyecto Bherria, ha trabajado en el Tercer Sector, dentro de la Administración Pública y, en los últimos años, acompaña proyectos en diferentes contextos. La claridad de propósito es una de las claves que trabaja de manera específica.

          Si trabajas en la Administración Pública vasca y te interesa conocer las claves para construir un propósito claro y compartido en procesos de colaboración público-social, inscríbete.


            Nunca he participado en Bherria

            datos de contacto

            ¡Colabora con Bherria en la difusión de esta convocatoria! Si conoces a alguna persona que pueda estar interesada en esta formación, por favor, hazle llegar el enlace.


            ponente

            Asier Gallastegi acompaña procesos personales, organizacionales y de equipos. Formado como Educador Social, Psicoterapeuta familiar y experto en intervenciones sistémicas. Supervisor/coach y desarrollo organizacional. Especializado en el trabajo desde de la perspectiva sistémica en el mundo de la gerencia, el trabajo en equipos, la acción comunitaria y los procesos de innovación.

            Claves para la colaboración Público-Social y la promoción de la ciudadanía activa y el voluntariado

            Entre los meses de octubre a diciembre de 2017, treinta personas con responsabilidad técnica y política de diferentes municipios de Euskadi han reflexionado sobre la relación público-social ante los retos sociales y el impulso y refuerzo de una ciudadanía activa.

            Estas ideas, que a continuación presentamos, son las principales claves con las que hemos conectado y sobre las que nos comprometemos a seguir incidiendo en el futuro.

            1. ABRIR LAS PUERTAS Y SEGUIR CONVERSANDO.

            Desde la Administración Pública nos vamos acercando cada vez más a la ciudadanía a través de procesos de participación. Aprendemos y mejoramos la forma de hacerlo, pero necesitamos realizar un trabajo estructural que permita que la lógica de la participación, más allá de los procesos puntuales, se convierta en la lógica de funcionamiento de lo público. Esto supone salir de las zonas de confort, activar conversaciones, compartir poder y asumir algunos riesgos. Ya no hay vuelta atrás, es algo inevitable y, además, merece mucho la pena.

            2. PROCESO, INTERACCIÓN E INCERTIDUMBRE. “EZ GERA BI. GERA GEHIAGO”.

            Si los proyectos no salen como los teníamos diseñados es, entre otras cosas, porque lo que ocurre en ellos no está solo en nuestras manos. Los resultados siempre son producto del proceso y la interacción. Por eso, debemos atrevernos a abordar la incertidumbre, cuidar los intangibles y, en ocasiones, mostrar fragilidad. Es lo que abre las puertas a los verdaderos cambios, porque si solo buscamos efectos predefinidos, con impactos objetivos y cuantitativos, nos podemos estar perdiendo claves muy importantes.

            3. LA BOTELLA MEDIO LLENA. TRABAJAR DESDE LAS POTENCIAS.

            Somos personas programadas para ver lo que no funciona en lugar de celebrar y sacar provecho de lo que sí funciona. En vez de desgastarnos tanto enfrentándonos a los límites, poniendo atención a las dificultades del proceso, añorando lo que falta… ¿podemos fijarnos en aquello que ya está sucediendo y se parece a lo que nos gustaría que ocurriera? Es necesario un cambio de estrategia, sumar para multiplicar, trabajar desde los potenciales de las personas que nos encontramos en los proyectos y en los municipios. Reforzar el empeño y espíritu de tantas personas que trabajan de manera voluntaria para mejorar nuestra sociedad. Escuchar, conversar, mapear, prototipar, activar…

            4. INNOVACIÓN VINTAGE. LO NUEVO Y LO VIEJO.

            A veces, la tiranía de lo nuevo provoca que proyectos ya existentes desaparezcan con la incierta promesa de algo mejor, que no siempre llega a suceder. Esto genera pérdidas de ilusión y confianza, energías y recursos desaprovechados y desorientación de la ciudadanía. Más allá de la novedad por la novedad, necesitamos equipos políticos que, con ganas de marcar impronta y compartiendo con claridad sus objetivos, se acerquen con voluntad de contribuir a la mejora conjunta de lo que ya viene sucediendo, conectando de forma directa con los orígenes y la historia de nuestros municipios y los proyectos ya en marcha, a la vez que incorporando nuevas miradas y experiencias.

            Las nuevas maneras de participación se apoyan no solo en herramientas. Son herederas de los movimientos sociales, la militancia política y las organizaciones solidarias.

            5. TECNOLOGÍAS PARA MAXIMIZAR LAS POSIBILIDADES DE INTERACCIÓN SOCIAL.

            Dar la espalda al potencial de las nuevas tecnologías es negar el futuro; dejarnos seducir por ellas, es abandonar nuestra capacidad crítica. Debemos empoderarnos tecnológicamente y aprender a sacar el máximo partido para favorecer la participación, el encuentro y la colaboración entre gente diversa. Buscamos combinar lo físico y lo virtual, que lo presencial y lo digital se complementen y retroalimenten. Queremos imaginar y poner en marcha proyectos que aprovechen los recursos tecnológicos disponibles, como excusa para regar las formas de intervención social ya existentes y renovar las vías de participación y voluntariado.

            6. HERRAMIENTAS AJUSTADAS A NUESTRAS REALIDADES.

            Hay que tener mucho cuidado con la tendencia a la generalización y la presión de adaptación tecnológica desde instituciones de escala supra-local sobre municipios y pequeñas organizaciones públicas locales, sin contemplar sus realidades y limitaciones. Una de las consecuencias de esta inercia es que las entidades se sienten, de nuevo, forzadas a ir a remolque y la adaptación se vive más como una imposición que como una ventana de oportunidad. Necesitamos partir de la escucha de necesidades e intuiciones y propiciar experiencias satisfactorias que, desde la funcionalidad, nos sitúen en positivo ante el paradigma digital

            7. ESCUCHAR, GANAR CONFIANZA Y CONSTRUIR RELATO.

            Los procesos en los que se trabaja la escucha y en los que las conversaciones se comparten, inciden en la generación de confianza y nos ayudan a realizar la transición de enfoques individuales a visiones colectivas. La ciudadanía ya está conversando; busca y comparte información, pide contraste e interpela de forma directa a los agentes implicados. El reto para las instituciones es generar relatos comunes y valor público, partiendo de este tipo de comunicación, más abierta, multilateral, espontánea y menos dirigida.

            8. PROCEDIMIENTO AL SERVICIO: GARANTÍA Y EXPERIMENTACIÓN.

            Abrir las instituciones a la ciudadanía es también abrir su código burocrático para poder conocer esta lógica de funcionamiento, comprenderla y poder situarse al respecto. Conocer las normas y procedimientos, poner en común, entender y actualizar los sistemas de protección, defensa y garantías, que se establecen desde lo público. Buscar equilibrios entre la rigidez formal y la laxitud informal, en favor del bien común. Aprender cómo lo burocrático y procedimental está siendo abordado y gestionado en otros lugares y realizar pequeños experimentos y cambios que se vivan como positivos e inspiradores.

            9.TIEMPOS PARA PARTICIPAR. EL CUIDADO Y LA PEDAGOGÍA.

            Sabemos que hacer las cosas bien requiere de tiempo. Sin embargo, parece que nadie tiene tiempo, ni quienes convocan los procesos, ni quienes tienen que activarlos y gestionarlos, ni quienes tienen que acudir a participar en ellos. Se hace absolutamente necesario buscar la forma de resolver esta ecuación. ¿Hacer menos cosas dedicando más tiempo y cuidado a cada una de ellas? ¿Hacer más cosas implicando en cada una de ellas a más personas con sus pequeños tiempos distribuidos de dedicación? Las dos caras de una misma moneda. En cualquier caso, necesitamos aprender a disfrutar del proceso, y de cada momento, buscando colectivamente los tiempos más adecuados para cada situación.

            10.SOMOS ISLAS FORMANDO UN ARCHIPIÉLAGO.

            Bherria es un lugar de encuentro entre personas con proyectos, roles, experiencias y preguntas alrededor de lo público, lo social, la participación y la ciudadanía. Un lugar para el intercambio de conocimiento y experiencias, para la renovación de ilusiones y compromisos, para contagiar el virus de la participación. Hemos habitado el cambio practicándolo y casi sin darnos cuenta nos hemos convertido en el germen de una ‘Comunidad de Práctica’, un entorno de aprendizaje compartido en el que distintas personas -a la vez que se reconocen y establecen redes de confianza- investigan y experimentan de manera práctica sobre cuestiones concretas que les interesan, interactuando e intercambiando saberes, generando inteligencia colectiva, socializando experiencias y generando transferencia.

            ¡Seguimos practicando y haciendo crecer esta comunidad!

             

            Colaboración público-social en tiempo de pandemias

            Innumerables respuestas de solidaridad y apoyo mutuo, desde la iniciativa ciudadana y la colaboración público-social, están emergiendo estas semanas para dar respuesta a la emergencia coronavírica. Eso que desde el inicio fue el núcleo de interés, reflexión y actuación de Bherria, ahora lo estamos viviendo y experimentando en tiempo real de manera aplicada.

            Esta imagen ha sido obtenida del artículo ¿Podemos confiar en la inteligencia colectiva? del blog de Zaragoza Activa

            Cuando cerrábamos la primera edición de Bherria, allá por diciembre de 2017, lo hacíamos jugando con la metáfora de Bherria como un nuevo virus que cada participante debía transmitir en su contexto cercano. ¡Lanzábamos una invitación al contagio! Hoy, aquella invitación sonaría políticamente incorrecta ante los efectos dañinos que está teniendo la pandemia. Ahora, queremos lanzar una nueva invitación a seguir reflexionando tanto sobre lo viral, como estrategia de actuación (extenderse de forma rápida y distribuida a través de otros organismos), como sobre esos aprendizajes que podemos sacar de esta situación. Podemos aprovechar la cuarentena para pensar sobre nosotras mismas,a nivel individual y colectivo, para tratar de, como sociedad, salir del encierro reforzadas, salir dispuestas al cambio, a salir más solidarias y conscientes, más articuladas y comprometidas que como entramos. Así, mientras llega la vacuna médica, proponemos fijarnos en las acciones de inmunización socio comunitarias que se están dando y señalar cuáles son algunas de sus claves.

            ALGUNOS APRENDIZAJES Y MUCHAS PREGUNTAS

            A continuación, compartimos algunas observaciones derivadas de lo que está sucediendo estos días a nuestro alrededor. Observaciones que tienen que ver con la colaboración entre agentes de naturaleza diversa en iniciativas de naturaleza híbrida y las condiciones que deben darse para que estas relaciones prosperen; la necesidad de que lo público repiense y redifina su rol para salir reforzado en este nuevo escenario; la ruptura de la dicotomía físico-digital; la importancia del estar presentes, de ponerse a disposición de la situación; el atender lo emergente y evolucionar desde la acción; el prestar atención a las formas organizativas distribuidas y corresponsables; o la construcción de lo común a través de lógicas, protocolos y estándares libres y abiertos.

            No pretenden ser conclusiones o aseveraciones cerradas, sino ideas sobre las que pensar y debatir porque quizá puedan ser buenas cepas de colaboración público-social que seguir cultivando en la sociedad postCOVID que nos viene.

            INICIATIVAS MUTANTES

            • Iniciativas con un carácter cada vez más híbrido, entre los ámbitos de lo público, lo ciudadano, lo social y lo empresarial, hacia lo común. Iniciativas que se basan en la capacidad de generar relaciones de confianza, reconocimiento y reciprocidad, haciendo equilibrios, repartiendo juego y protagonismos, conjugando la diversidad de tipologías, de intereses, de roles, de responsabilidades o expectativas. ¿Cómo combinar y poner en valor lo mejor que se puede aportar desde cada ámbito en cada momento? ¿Qué condiciones deben darse para el desarrollo de ecosistemas sociales en los que proliferan iniciativas de naturaleza anfibia, transware, mutante? ¿Cómo podemos hacer para que estas iniciativas, a la vez que logran ser efectivas para alcanzar el propósito común que las mueve, posibiliten procesos genuinos de experimentación y aprendizaje compartido para este tipo de relaciones, compromisos y procesos a los que no estamos acostumbradas?
            • En este escenario, lo público se debe repensar para salir reforzado, ensanchándose hacia lo común, recuperando con fuerza la idea de función y servicio público. Las instituciones deben ocupar su lugar y velar por el interés general (como clarísimamente se está viendo con el sistema de salud), pero también deben aprender a dejar espacios, canalizar, facilitar, abrir el código burocrático, acompañar, legitimar, aportar recursos, buscar una mayor subsidiariedad corresponsable desde la ciudadanía organizada (superando la externalización privatizadora). Ese fortalecerse, a la vez que abrirse, puede ser la mejor estrategia para abordar escenarios de creciente complejidad que demandan recursos, capacidades, competencias, miradas diversas, complementarias e interdependientes ¿Cómo combinar y retroalimentar la acción ciudadana emergente y situada con la acción institucional más garantista y planificada? ¿Cómo hacer que en la relación entre lo institucional y lo ciudadano no se produzca un proceso de cooptación, burocratización e institucionalización? ¿Cómo dotar a la institución de mayores dosis de flexibilidad para, manteniendo el suficiente rigor procedimental, poder abordar lo emergente, lo experimental, lo no convencional, más allá de las situaciones de alarma o excepcionalidad (en las que además, por falta de cultura, protocolos y costumbre, tampoco consigue dar respuestas eficientes y efectivas)?
            • Lo físico y lo digital no son dos mundos separados, sino dos capas combinables de una misma realidad. En este tiempo de confinamiento, Internet y las TIC’s nos están permitiendo mantener el contacto con nuestras comunidades naturales, llevando una nueva faceta de nuestro cotidiano a la red. Hemos aprovechado el potencial de las redes sociales para mantenernos conectadas; hemos descubierto que el teletrabajo en muchos casos no es algo tan complicado; hemos compartido y creado colaborativamente infinidad de iniciativas desarrolladas en red; hemos articulado sistemas de apoyo mutuo complementando y sofisticando lo presencial; y nos hemos dado cuenta de la importancia de lo digital como elemento sostenedor de la vida. Al mismo tiempo, nos hemos dado cuenta de la importancia de la brecha digital o de nuestra dependencia de grandes operadores tecnológicos privados. ¿Cómo podemos mejorar la interrelación y transferencia entre los entornos físico y digital? ¿Cuánto tiempo más dejaremos algo tan importante como las infraestructuras digitales en manos de intereses particulares? ¿Cómo mitigar la desigualdad derivada del acceso o no a Internet y a una capacitación tecnológica que permita ejercer la ciudadanía en un mundo cada vez más digitalizado?
            • Estos momentos extraños que estamos viviendo están destapando la importancia y la multiplicidad de posibilidades del estar presentes, que va mucho más allá de lo físico presencial. Algo que tiene que ver con el comprometerse; con poner el cuerpo (aunque sea el virtual); con rozarse y cruzarse (aunque ahora sea guardando las distancias); con hacer aquello que sea necesario hacer en cada momento, poniéndose a disposición de las situaciones; con habitarlas y que estas situaciones nos atraviesen personal y colectivamente. Algo que más allá de la cantidad de tiempo presencial, apela a la calidad de ese estar cuando se está. ¿Cómo liberar tiempo y recursos para posibilitar el estar presentes? ¿Qué espacios, ejercicios o situaciones pueden favorecer esa posibilidad?

             

            EL PODER DE LO EMERGENTE Y LO DISTRIBUIDO

            • Empezar actuando desde lo emergente, atendiendo a lo que sucede en tiempo real, de manera adaptativa y situada. La chispa, el impulso inicial viene de un PARA QUÉ que movilice, algo con lo que empatizar, que conecte con una necesidad real, una urgencia, una demanda concreta. Un propósito compartido en el que las personas se vean reflejadas, se sientan interpeladas, noten que su participación importa. En situaciones de alto riesgo como la que estamos viviendo con el coronavirus, que nos enfrenta como sociedad a lo desconocido, desbordando nuestros propios límites tanto logśiticos como mentales, surge el miedo, nos sentimos vulnerables y en general, más allá del supuesto “sálvese quien pueda” surge un sentimiento de comunidad, de pertenencia, de solidaridad y apoyo mutuo. La colaboración se hace necesaria para la supervivencia, cuando menos a nivel emocional. En estas situaciones, rápidamente, buscamos iniciativas donde actuar, aprendemos a organizarnos, a tolerar el error, a centrarnos en lo importante. Sacamos lo mejor de nosotras mismas. Pero, ¿cómo encontrar esas chispas movilizadoras más allá de situaciones excepcionales, urgentes y/o extremas?
            • Para que la chispa prenda, pueden ser necesarias personas con capacidad de movilizar, organizar y/o comunicar; y redes de confianza preexistentes sobre las que apoyarse, en las que ya hay cierta cultura y formas de hacer comunes, que permiten montar una primera acción o prototipo rápido. ¿Cómo hacer que los liderazgos de algunas personas u organizaciones no cojan demasiado peso y visibilidad y se mantenga un liderazgo distribuido y corresponsable?
            • Después de lo emergente, puede venir un momento en el que consolidar lo realizado, el escalado y el posible desborde de lo previsto (tan deseable por suponer una superación de las expectativas, como peligroso por poder suponer morir de éxito). La primera lógica de guerrilla evoluciona hacia una mayor estructuración y planificación (coordinación, grupos de trabajo, gestión de recursos, marcarse hitos…). ¿Cómo pasar de lo emergente a una fase más estabilizada buscando una posible continuidad en el tiempo? ¿Conviene hacerlo o es mejor saber reconocer la virtud y pertinencia de lo emergente como algo coyuntural? ¿Cómo hacer que una mayor organización no suponga perder el dinamismo, la adaptabilidad, la autonomía y proactividad de las personas implicadas, sino que refuerce todo esto?
            • Muchas iniciativas emergentes se organizan de forma distribuida, gracias a redes locales y/o globales, sumando y compartiendo recursos, federando energías, trabajando de manera horizontal y corresponsable. Estas estructuras distribuidas, para que funcionen bien, se basan en cuestiones tales como tener pocas normas pero claras; dejar hacer frente a querer controlarlo todo; practicar la escucha activa y aportar de forma propositiva; conseguir que ninguna de las cosas se imponga a las demás pero, dejando que cada cosa tenga su espacio. Son estructuras que posibilitan que cada persona u organización pueda participar y aportar desde distintas formas y niveles de implicación y compromiso, en la medida de su capacidad, disponibilidad o deseo. Hay que saber aprovechar y disfrutar todas estas dedicaciones fragmentadas, lo que no resulta fácil porque no estamos acostumbradas. Pero si lo conseguimos, esto hace que las iniciativas se desarrollen mucho más rápido, fortaleciendo el sentimiento de ser parte de una comunidad en la que todo el mundo es importante. ¿Cómo conjugar los distintos niveles, formas y ritmos de implicación y compromiso? ¿Son necesarias figuras fuertes de coordinación que ayuden a mantener la cohesión y rumbo del grupo o es mejor apostar por el desarrollo de protocolos y estructuras que maximicen la autonomía en red? ¿En qué casos o momentos pueden resultar más convenientes estructuras centralizadas, descentralizadas o distribuidas?

             

            LO COMÚN, LO LIBRE Y LO ABIERTO

            • Iniciativas que son procomunes, fruto de la inteligencia colectiva y la suma de capacidades. Se comparte, no solo una filosofía, sino unos cómos, unas formas de hacer, unas herramientas y protocolos que lo favorecen. Y se comparte también la autoría, porque estas iniciativas que son de todas a la vez, no son de nadie.
            • Iniciativas fundamentadas en los principios del conocimiento libre y el código abierto (en cuanto a su diseño, desarrollo, implementación y documentación), que permite que sea más sencillo sumarse y trabajar de forma distribuida para mejorarlas, escalarlas y transferirlas. Y esto hace multiplicar el valor y el impacto.
            • ¿Cómo conseguir que en iniciativas de este tipo los intereses individuales se pongan en juego de forma legítima, de manera supeditada a la construcción y mantenimiento del bien común? ¿Cómo evitar la lucha de logotipos, desactivar la hegemonía de las marcas sobre las personas, superar el de quién es esto y/o lograr que otros no quieran poner en marcha su propia iniciativa y decidan sumarse a una abierta ya en marcha? ¿Cómo incorporar las lógicas de trabajo y estándares abiertos de manera natural y fluida?

             

            ALGUNAS REFERENCIAS PARA ALIMENTAR LA REFLEXIÓN    

            Estas reflexiones y preguntas se apoyan sobre muchas referencias que ayudan a profundizar, a situarse sobre lo concreto desde lo práctico, a seguir tirando del hilo. Algunas que hemos tenido en cuenta a la hora de escribir este texto, son:

            • Repensar antes de reiniciar. En estos días han llegado muchas aportaciones, desde la filosofía y las ciencias sociales, intentando ayudar a entender lo que está pasando, no como un hecho aislado, sino como algo conectado con el modelo socio-político-económico-cultural imperante. Una de estas aportaciones ha sido la de Bruno Latour, que en su texto «Imaginando gestos de barrera contra el regreso a la producción anterior a la crisis», habla de la oportunidad de, al acabar el confinamiento, no darnos prisa en volver lo antes posible a la «normalidad», a recuperar ese ritmo enajenado, a volver a reactivar ese sistema productivo que ya sabemos que es dañino. Al final del texto propone un auto-cuestionario para ir pensando sobre cómo nos gustaría que sea ese posible sistema postcoronavirus. Partiendo de este auto-cuestionario Amalio Rey ha propuesto “Dos ejercicios para volver distintos después de la Pandemia” orientadas a reflexionar sobre el sistema económico-productivo: ¿Qué actividades no deberían regresar tras la parálisis, por qué y qué proponer como alternativa a las personas que se dedicaban a ellas? ¿Qué actividades sí deberían volver con más fuerza y mejoradas? ¿Qué actividades nuevas deberían ponerse en marcha y de qué forma hacerlo de manera viable y sostenible?. Añade otras más en clave de reflexión sobre nuestras prácticas a nivel personal: ¿Qué hábitos y prácticas personales/profesionales deberías cambiar o abandonar y por qué? ¿Qué nuevas incorporar y cómo hacerlo para hacerlo de forma auténtica y permanente?.
            • Federar esfuerzos, agregar iniciativas. Plataformas como Frena la curva que surgieron de la propia colaboración público-social, casi a la par del estado de alarma, federando esfuerzos solidarios para abordar la situación de crisis sanitaria y el confinamiento, primero mediante un foro de iniciativas, después un mapa geolocalizado, más tarde un laboratorio ciudadano distribuido… que ya se ha replicado en más de diez países. Convocatorias virtuales en las que desarrollar iniciativas, de manera más tipo hackathon como #VenceAlVirus o con formatos más extendidos como #Covid19Challenge para el diseño de soluciones de manera colaborativa desde la perspectiva UX. Así como otros ejemplos como Pienso luego actúo, que ya existían previamente, se han adaptado a la coyuntura vírica.
            • Entre lo local y lo global, lo físico y lo digital. Un sinfín de posibilidades que van de lo basado en la proximidad a lo que saca todo el potencial de lo digital. Iniciativas globales en red como Coronavirus Makers, orientadas a la producción de pantallas-máscaras y respiradores, donde si miramos a Euskadi podemos encontrarnos a grandes corporaciones como Tecnalia, organizaciones como Walter Pack, hasta makers como Tunipanea, pasando por laboratorios ciudadanos y fablabs como Hirikilabs o Espacio Open. Iniciativas ultralocales como Elkartasun Sareak, que agrupa a todas las redes de apoyo vecinal de Bilbao y que es un buen reflejo de las nuevas formas de organización ciudadana conectadas con la tradición de los movimientos vecinales de base comunitaria que se han reproducido de forma casi más rápida que el virus por municipios de todo el estado. Iniciativas que podrían situarse a medio camino, como las que están intentando ponerse en marcha alrededor del ecosistema ner, pensando en cómo su Nuevo Estilo de Relaciones puede aportar claves respecto a nuevas formas organizativas y productivas poniendo en el centro a las personas. Iniciativas que, mediante sencillos llamamientos, nos mantienen activas física e intelectualmente, demostrando que la imaginación es esa energía renovable que nos hace humanas, que no siempre ponemos suficientemente en valor, pero que puesta a fluir desde la inteligencia colectiva produce pequeños grandes tesoros como Rondadores contra el virus, donde el folklore castellano y las tecnologías 2.0, tradición e innovación, se dan la mano para combatir el miedo cantando; #HAGAMOSCASA, donde se nos propone compartir un dibujo de la planta de nuestra casa, para entre todas construir la casa común; o COR ON COLLABORATION, un podcast colaborativo en torno al COVID19, editado a partir de audios recogidos en un canal de Telegram.

             

            Somos Islas formando un archipiélago; un archipiélago de personas que componen una casi infinita red P2P formada por quienes cada día siguen saliendo a trabajar, poniéndose en primera fila para sostener los servicios básicos; por quienes se quedan en casa contribuyendo a frenar la curva; por quienes han caído enfermas, o están solas; por quienes ya están pensando que lo peor vendrá después; por quienes ven en esta extraña situación una posibilidad de cambio transformador; por quienes siguen pariendo memes que nos permiten no perder el humor; por quienes, cada tarde, salen a los balcones para aplaudir o para hacerse oir; por quienes se están comprometiendo en todo tipo de iniciativas de apoyo mutuo… ¡Todas estas personas se merecen un archipiélago de aplausos!

            Esta imagen ha sido obtenida del artículo #desAnudando #korapilatzen #14 Habitando la incertidumbre; coronavirus del blog Korapilatzen

            Cómo generar marcos de colaboración con tramas comunitarias desde la Administración Pública

            Mauro Castro y Laia Forné pertenecen al Instituto de Investigación de La Hidra Cooperativa. La investigación que presentarán en el encuentro del 14 de octubre parte del convencimiento de que las tramas comunitarias son clave para establecer nuevos marcos de colaboración entre la actividad institucional local y las iniciativas sociales ciudadanas. Estamos deseando escucharles.

            Los estudios sobre la ecología política de los desastres naturales han corroborado dos principios básicos: que frente a un mismo desastre los impactos son más perjudiciales para las poblaciones sometidas a una mayor precariedad; y que aquellas sociedades con mayor músculo comunitario son más resistentes a los riesgos y más capaces de recuperarse tras el impacto.

            La emergencia provocada por la pandemia del coronavirus no hace más que confirmar estas dos ideas. Se han agravado las condiciones para el sostenimiento de la vida llevando a la sociedad al límite y acentuando las vulnerabilidades y desigualdades existentes. En respuesta, han proliferado las iniciativas de solidaridad y apoyo mutuo a lo largo y ancho del planeta, poniendo de manifiesto la importancia de las tramas comunitarias como verdadero pilar para el sostenimiento de la vida.

            Tal y como se muestra en el proyecto Solivid, un banco de recursos que recopila información sobre iniciativas solidarias en 28 países de todo el mundo, las acciones de solidaridad se han extendido a través de áreas temáticas muy diversas. Algunas fueron de carácter individual y espontáneo (como las actividades gratuitas de profesores y artistas o los aplausos a los/as sanitarios/as) o resultado de una unión temporal de personas para dar respuesta a las condiciones específicas derivadas del confinamiento. Experiencias circunstanciales que han tenido poco recorrido. Otras han sido respuestas colectivas organizadas (o como lo ha denominado Raúl Zibechi movimientos en la pandemia) que pueden llegar a cristalizar en nuevas formas de acción colectiva, más o menos articuladas con tramas comunitarias e infraestructuras sociales preexistentes.

            El autor Eric Klinenberg en su libro “Palaces for the People: How Social Infrastructure Can Help Fight Inequality, Polarization, and the Decline of Civic Life” se refiere a la infraestructura social como aquellos equipamientos comunitarios y espacios públicos de generación de vínculos y puentes de acceso a recursos. Siguiendo a Klinenberg, la hipótesis de partida de esta investigación es que las tramas comunitarias, entendidas como formas de cooperación e interdependencia que en el hacer común reproducen la comunidad, se potencian si existe una infraestructura social densa y robusta. La solidaridad y las tramas comunitarias que no surgen en el vacío sino que se apoyan en un legado cultural previo, en infraestructuras que las sostienen y en relaciones sociales perseverantes en el tiempo.


            Partiendo de estas premisas vemos como el tejido socio-comunitario puede ser un elemento clave para construir nuevos horizontes pasada la crisis. Y que esta emergencia de la solidaridad ciudadana, abre una ventana de oportunidad para establecer nuevos marcos de colaboración entre la actividad institucional local y las iniciativas sociales ciudadanas. Marcos de colaboración que permitan dejar atrás las formas de intervención de carácter vertical y centralizado y que permitan reconocer y considerar las capacidades, conocimientos y estructuras comunitarias existentes.

            A partir de estas premisas, nos acercaremos a analizar la vertiente social de la colaboración público-social a partir de poner la lupa a cinco experiencias que representan diferentes expresiones del campo de lo social: la economía social y solidaria, los tejidos vecinales, el tercer sector, el activismo digital y las comunidades maker.


            ¿Qué sucede con las tramas comunitarias en sus vínculos con las instancias públicas? ¿Qué diferencias encontramos en los marcos de colaboración entre los diferentes actores de lo social? ¿Son los marcos de colaboración adecuados para fomentar esa infraestructura social y esas tramas comunitarias? ¿Cómo se mantiene la solidaridad más allá de la Covid? es decir, ¿qué elementos permiten ir más allá de acciones de coyuntura y pasar de la emergencia a la institucionalidad creando relaciones duraderas de coproducción?

            A partir de estas preguntas y sus respuestas esperamos poder extraer aprendizajes y claves para abordar la necesaria transición hacia nuevos modelos más justos y sostenibles.

            Comunicación: Escucha, Confianza y Relato

            Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son uno de los elementos que con mayor fuerza han transformado las formas de participación social, ejerciendo una clara influencia tanto en el trabajo interno de los procesos como en la visibilización de las diferentes actividades y la sensibilización social hacia éstas.

            El acceso a los canales digitales de comunicación propician que la ciudadanía pase de ser mera consumidora de información a ser agente proactivo en los flujos comunicativos, capaz de generar información y opinión sobre cuestiones que le interesan o le preocupan. La ciudadanía ya está conversando; busca y comparte información, pide contraste e interpela de forma directa a los agentes implicados.

            La base de una comunicación distribuida se encuentra en una red que se rige por el principio de la interacción y la colaboración, una comunicación en la que se diluyen las fronteras entre emisor y receptor y en la que poseer es sinónimo de escasez y compartir es sinónimo de abundancia. El reto para las instituciones es generar valor público partiendo de este tipo de comunicación espontánea y no dirigida. Podemos, entonces, preguntarnos de qué manera la Administración Pública puede proponer, habilitar y consensuar espacios de escucha y conversación, de qué manera puede impulsar lugares de encuentro con la ciudadanía en el entorno digital. El propósito del Ágora “Comunicación digital para el encuentro con la ciudadanía”, es precisamente reflexionar sobre estos espacios compartidos y conocer experiencias que ayuden a concretar el contenido del módulo.

            Una de las principales premisas para iniciar la conversación en un proceso participativo con la ciudadanía consiste en realizar una invitación precisa, definiendo los objetivos, los límites y los compromisos que conforman el marco del proceso que queremos impulsar. No es lo mismo invitar a un proceso de codiseño, que a uno de escucha o a otro de toma de decisión; se hace necesario partir de un diseño que sea capaz de aclarar y comunicar cúal es el nivel de implicación que pedimos a las personas y agentes sociales, o dicho de otra forma, en qué consiste la tarea voluntaria que demandamos y cuáles son los logros que esperamos alcanzar.

            La comunicación digital es una poderosa herramienta de movilización social; la clave reside en detenerse y preguntarse a quién queremos convocar, quiénes son los agentes o el perfil de las personas a las que queremos invitar a participar en un proceso. Una vez obtenido el mapa (mapeo) de la red a la que queremos llegar, estaremos en disposición de comenzar a realizar la escucha activa y monitorización en Internet. La escucha ayuda a detectar, atraer, informar, conversar y proponer espacios de encuentro a personas y agentes de interés en los proyectos que pretendemos impulsar desde las administraciones locales.

            La movilización en torno a un proyecto se cuece a fuego lento; ampliar la conversación con aportaciones diversas permite transitar de los enfoques individuales a las visiones colectivas, una transición que solo es posible introduciendo lógicas de deliberación que comprenden dos fases alternas:

            1. Conversación en la capa digital. Visibilización de diferentes puntos de vista, entrevistas, artículos de opinión, aportaciones en redes sociales, etcétera. Es muy importante tener en cuenta diferentes canales para diferentes perfiles.
            2. Encuentros presenciales. Atraer a las personas que hemos logrado implicar en el proceso de comunicación a espacios donde puedan alcanzarse consensos gracias al crecimiento de las conversaciones ya establecidas.

            Cómo veremos en el Ágora que ahora damos inicio, con muchas ganas, la comunicación digital no puede verse disociada del proceso comunicativo global. Por un lado, hay que estudiar las estrategias para llegar a un público diverso con el objetivo de generar confianza y vinculación; éste será el paso previo a participar en encuentros presenciales en los que poner en marcha dinámicas que faciliten la construcción colectiva. Por otro lado, en paralelo a las distintas fases que se dan en los procesos participativos (diseño, escucha, conversación, deliberación, resultados, etcétera) construimos un relato de valor con la suma de voces diversas, de personas que se implican de forma voluntaria; es un relato que contribuye a la legitimación del propio proceso y a la visión colectiva del mismo.

            Durante las dos semanas que dura este tercer y último Ágora, daremos cabida a la problemática de las personas que lideran la comunicación digital desde los lugares de responsabilidad técnica. Si el reto es generar valor público por medio de la conversación, necesitaremos herramientas y mecanismos que nos ayuden a realizar una escucha activa sostenible que nos permita ejercer cierto liderazgo, desde la comunicación, en los proyectos de colaboración con la ciudadanía. Internet ha facilitado que la ciudadanía pueda convertirse en agente activo de la comunicación. ¿Qué pasos pueden dar las administraciones locales ante este nuevo escenario? ¡Adelante!

            Para entrar en canción:

            A Message To You Rudy (The Specials)

            Gassed and Stoked (Lou Reed)

            Communication (The Cardigans)

            Arantxa Sainz de Murieta. Socia fundadora de Komunikatik, es consultora en comunicación y marketing digital con amplia experiencia en medios de comunicación convencionales, fundamentalmente en prensa. Licenciada en Periodismo, con especialidad en Publicidad, Máster en Marketing y Social Media. Profesora del Máster de Marketing y Dirección Comercial de la Facultad de Económicas de la UPV/EHU. Además, es una de Doce Miradas.

             

            Comunicación: la gran palanca de los procesos de colaboración

            Asier Amezaga y Arantxa Sainz de Murieta son fundadores de Komunikatik, y forman parte del equipo facilitador de Bherria desde sus inicios. Asier es consultor, director y facilitador de proyectos de transformación digital y participación ciudadana. Arantxa es consultora, directora de proyectos de comunicación estratégica y comunicación para los procesos de colaboración, y facilitadora de procesos de participación ciudadana.

            Serán los ponentes de la próxima sesión de Bherria Prestakuntza que celebraremos el próximo día 23 de febrero de 9:30 a 11:00. La sesión será online. A continuación, compartimos algunas reflexiones previas para centrar el contenido de la sesión:

            ¿QUIERES APUNTARTE?

            La comunicación es un aspecto clave para impulsar proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía, ya que permite identificar necesidades y demandas, intercambiar información y construir acuerdos y soluciones conjuntamente. En este contexto de colaboración, es importante tener en cuenta que la comunicación no es unidireccional, sino que se trata de establecer una conversación o, por lo menos, una vinculación entre las partes implicadas en dicho proceso de colaboración.

            Una de las principales premisas para la comunicación de un proceso de estas características consiste en realizar una invitación clara y precisa, definiendo los objetivos, los límites y los compromisos que conforman el marco del proceso que queremos impulsar. No es lo mismo invitar a un proceso de codiseño, que a uno de escucha o a otro de toma de decisión; se hace necesario, por tanto, partir de un diseño que sea capaz de aclarar y comunicar cúal es el nivel de implicación que pedimos a las personas y agentes sociales, y cuáles son los logros que esperamos alcanzar.

            La comunicación es una poderosa herramienta de movilización social; la clave reside en detenerse y preguntarse a quién queremos convocar, quiénes son los agentes o el perfil de las personas a las que queremos invitar a participar. Una vez obtenido el mapeo de personas y agentes con quienes queremos entablar esa conversación, estaremos en disposición de:

            • comenzar a pensar en los canales necesarios para conectar con estas personas y/o agentes; de esta manera, sabremos si la entidad pública cuenta con los canales necesarios, o no, y si es posible generar nuevos canales; o si hay que crear ex-novo un ecosistema comunicativo específico para el proyecto.
            • diseñar un sistema de escucha activa que ayude a detectar, atraer, informar, conversar y proponer espacios de encuentro a personas y agentes de interés para el proyecto.
            • determinar el lenguaje y el tono de la comunicación que vamos a utilizar en la comunicación, es decir, qué voz le ponemos al proyecto; no es lo mismo dirigirse a gente muy joven, a gente en edad madura, o a personas mayores.

            Por tanto, hay que diseñar estrategias para llegar a un público diverso con el objetivo de generar confianza y vinculación. Al mismo tiempo, y en paralelo a las distintas fases que se dan en los procesos de colaboración público social, construimos un relato con la suma de voces diversas, de personas que se implican de forma voluntaria; es un relato que contribuye a la legitimación del propio proceso y que permite transitar de enfoques individuales a visiones colectivas.

            En definitiva, la transparencia durante el proceso, la claridad y la comunicación constante y regular son esenciales para establecer confianza, mantener a la ciudadanía informada y actualizada sobre el progreso del proyecto y promover una colaboración efectiva. La falta de comunicación y la falta de transparencia pueden llevar a la desconfianza y a la falta de interés por parte de la ciudadanía, lo que puede dificultar o incluso hacer que fracasen proyectos importantes.

            En la sesión de Berria Prestakuntza exploraremos conjuntamente diferentes cuestiones que nos surgen al enfrentarnos a un proceso de comunicación:

            1. Construir un propósito compartido. Alinear los objetivos entre todas las partes implicadas nos permitirá salvar los obstáculos comunicativos que surgirán en el camino.
            2. Diseñar la facilitación. Un buen diseño de la facilitación nos dará pistas determinantes al respecto de las necesidades comunicativas del proceso de colaboración.
            3. Definir los objetivos comunicativos. No podemos conformarnos con enunciar objetivos genéricos; hay que concretar los objetivos de cada fase del proceso para hacer palanca a través de la comunicación: difusión, atracción, vinculación, debate, construcción de relato compartido, etcétera.
            4. Propuesta de valor e invitación. La comunicación de un proceso o proyecto de colaboración público-social deberá ser coherente con el nivel de invitación que se realiza, no es lo mismo comunicar para informar, para consultar, para colaborar o para co-decidir.
            5. Segmentación de públicos objetivos. Un buen diseño del proceso de colaboración tendrá en cuenta la complejidad de agentes implicados en el mismo: esta segmentación, como apuntamos más arriba, nos ayuda a concretar canales de contacto, diseñar un sistema de escucha y determinar el tono de la comunicación.
            6. Selección de canales. El primer paso para acercarnos a los públicos deseados pasa por tener en cuenta los canales y espacios, en ocasiones presenciales, en los que conectar. También somos conscientes de que nos movemos en el terreno de la comunicación institucional, que no siempre permite utilizar los canales ideales para los públicos que queremos atraer.
            7. Relato y construcción de confianza. La generación de un relato compartido constituye una palanca para construir confianza; la comunicación da voz a las partes, puede generar debate y amplifica la conversación facilitando así el tránsito de posiciones individuales a enfoques colectivos.
            8. Acciones comunicativas. A la hora de diseñar acciones comunicativas debemos tener claro que todas ellas deben obedecer a los objetivos específicos, dirigirse a públicos segmentados, con los canales o espacios adecuados y prever la medición y evaluación de los impactos de la comunicación.

            Si estás leyendo este artículo, trabajas en la Administración Pública vasca y te interesa conocer las claves de la comunicación en procesos de colaboración público-social, inscríbete a través de este formulario.

            Si es la primera vez que tomas parte en una actividad de Bherria, háznoslo saber para poder darte un poco de contexto sobre el programa y sus actividades.

            ¡Colabora con Bherria en la difusión de esta convocatoria! Si conoces a alguna persona que pueda estar interesada en esta formación, por favor, hazle llegar el enlace.

            comunicar es mucho más que informar

            Arrancamos 2023 con un nuevo ciclo sobre atributos que dan forma a los proyectos de colaboración público-social; durante estos primeros meses del año (enero-marzo), vamos a poner el foco en la comunicación de los proyectos.

            Nos interesa profundizar en la comunicación y ver el alcance de una herramienta cuyos beneficios van más allá de la transmisión de información; del ejercicio de la transparencia y la rendición de cuentas; o la convocatoria de públicos destinatarios (que son los usos que habitualmente se vinculan a este atributo). Las estrategias de comunicación bien estructuradas y diseñadas incrementan los impactos del propio proyecto y, también, la implicación de las personas. Podemos, por ejemplo, conectar con quien quiere involucrarse en un proceso cuyo tema le resulta cercano; podemos mantener los vínculos en el tiempo más allá de un momento puntual; podemos incrementar la replicabilidad del proyecto, o podemos conseguir mayor desarrollo del sentimiento de pertenencia de las personas implicadas.

            Cuando reflexionamos sobre este atributo pensamos en la importancia que tiene la planificación de la comunicación en cada fase; su innegable utilidad como herramienta a favor de la visibilidad, difusión y convocatoria; la importancia de incorporar habilidades de comunicación digital; la comunicación como conversación para el contraste y la generación de inteligencia colectiva; y ponemos especial atención a la construcción del relato colectivo sobre el proyecto.

            Si miramos los proyectos desde esta dimensión de comunicación, ¿Podemos decir que dedicamos el tiempo y los recursos proporcionales a los beneficios que obtenemos? ¿Entre quienes (nos) comunicamos? ¿Quién se encarga de la comunicación dentro de las áreas o departamentos? ¿Cómo se diseñan las estrategias o cómo se definen los canales, contenidos, formatos…? ¿Cómo hacer partícipe a la ciudadanía en la construcción del relato? ¿Qué otros usos y provechos obtenemos de nuestras comunicación?

            Para avanzar en esta reflexión y aprendizaje vamos a contar con las dos citas habituales. Primero, el encuentro de Komunitatea, la comunidad de aprendizaje de Bherria (jueves 26 de enero), nos servirá de acercamiento y reflexión partiendo de la realidad del día a día de las integrantes de esta comunidad de aprendizaje.

            Después, llegará el momento de Prestakuntza, las sesiones de capacitación para la acción (jueves 23 de febrero), en la que contaremos con profesionales que nos ofrecerán nociones fundamentales y herramientas para atender la comunicación en los proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía.

            Con los contenidos generados en ambas sesiones elaboraremos un pequeño informe que aglutine los aprendizajes y las claves para una comunicación más consciente y efectiva de nuestros proyectos.

            Y hasta aquí, el avance de contenidos sobre comunicación.
            Ondo segi.

            *Las sesiones de Komunitatea están destinadas a las técnicas de las administraciones públicas vascas que forman parte de la comunidad Bherria. Si quieres formar parte de esta comunidad ponte en contacto con nosotras.

            **Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30 a 11:00. Aquí puedes inscribirte a la próxima cita:


              Nunca he participado en Bherria

              datos de contacto

              Conectar para conocer(se)

              Bherria Komunitatea

              El jueves, 6 de mayo, nos encontramos en la primera sesión de Bherria Komunitatea. Los objetivos fundamentales de esta primera sesión fueron CONECTARSE; CONOCERSE, ORGANIZARSE. Esto es, reunirse para dar comienzo a la comunidad de práctica; conocer y reconocerse quiénes nos sentimos interpelados e interpeladas por la convocatoria, presentarnos desde y con los proyectos que aportamos; y establecer unas bases procedimentales para organizarnos.

              La sesión comenzó tímida, como suelen empezar las largas historias que merecen la pena, No obstante, según iban sucediéndose las acciones, las preguntas y las conversaciones cruzadas comenzó a aparecer “¿la magia?, ¿la conexión? ¿lo esperado?”.

              A la convocatoria respondieron alrededor de 20 personas pertenecientes a diferentes municipios y administraciones vascas. Cada una traía un proyecto específico que procesar (analizar, contrastar, completar, desarrollar), con otras personas en similar situación. Nos encontramos de forma virtual mediante la herramienta Zoom, para dar paso -tras unas sencillas premisas de trabajo-, a un tablero de Miro que articulaba cada parte/objetivo de la sesión.

              Expectativas para una comunidad de aprendizaje

              El itinerario de trabajo de la sesión fue muy concreto. Comenzamos con un primer cruce por parejas para conocernos; a continuación, pasamos a un ejercicio de sociograma para conocer la situación y localización de las integrantes de la comunidad; y terminamos la contextualización con un repaso a las expectativas sobre Bherria Komunitatea:

              • Aprendizajes útiles y prácticos.
              • Implicación en la comunidad diversa y duradera.
              • Operar desde lógicas horizontales, de conocimiento compartido y asesoramiento entre pares (aprendizaje expandido).
              • Actuar con consciencia desde lo personal (conocimiento situado), en lo colectivo (komunitatea), con una perspectiva común (colab publ-soc).
              • Compartir herramientas, contrastar experiencias y superar las barreras tecnológicas.

              Los proyectos, sus frenos y palancas

              Llegamos así al punto central del orden del día, un primer acercamiento a los proyectos en clave de obstáculos y potencias. Compartimos estos frenos y palancas mediante cruces por grupos pequeños y, como cierre, planteamos una puesta en común de conclusiones. A modo de resumen de contenidos, adjuntamos este cuadro con las aportaciones más significativas:

              PALANCAS

              Formas de participación.

              • La juventud como un potencial de la activación ciudadana a partir del trabajo en los gaztegunes para conectar la iniciativa juvenil con la realidad asociativa del municipio. De esta forma se produce renovación en el asociacionismo. Realizar un seguimiento de las necesidades de las asociaciones para ponerlas en relación unas con otras. Ej. Un club deportivo que colabora con una entidad cultural.
              • Reconocer una realidad actual de la participación social y el voluntariado (líquida) que no se articula en base a modelos organizativos, o asociaciones clásicas, y con cierto grado de profesionalidad.

              Dinámicas internas.

              • Conformar un equipo interno de técnicos y técnicas de un Ayuntamiento que impulse la participación, de forma transversal, y que haga de puente entre la iniciativa ciudadana y las partes duras de la administración.

               

              FRENOS

              Formas de participación.

              • Existe una falsa percepción de que en municipios pequeños no existen problemas de vertebración comunitaria, y esto no es así exactamente. También en los pueblos de menor número de habitantes se detectan dificultades para la participación social y el voluntariado.
              • Cómo se plantean los procesos, la participación y articulación del voluntariado a través de las asociaciones es compleja. Democratización interna y relevo en las asociaciones. La participación ciudadana ya no se da en asociacionismo.
              • ¿Cómo articular la potencialidad juvenil? Todo es más líquido, en los últimos años ha cambiado la sociedad.

              Relación con la ciudadanía por parte de la administración.

              • Es la administración la que se tiene que adaptar a las formas de hacer y de participar de la ciudadanía. Atreverse a innovar y actualizar sus iniciativas para adaptarse a nuevas realidades.

              Desgaste de la participación. 

              • La palabra participación adquiere un significado y efecto perverso; damos por hecho que la palabra participación atrae a la ciudadanía y puede que se esté produciendo el efecto contrario. El llamado a participar puede provocar rechazo en una ciudadanía cansada de que su participación no provoque impactos significativos.
              • Nos encontramos ritmos de respuesta lentos que alejan la materialización de las propuestas ciudadanas de los procesos de participación. Además, la participación debe superar las partes duras de la administración como son: urbanismo, contratación o garantía, entre otros. Si nos olvidamos del procedimiento administrativo nos vamos al fracaso. Invertir tiempo en este proyecto resta del trabajo del día a día. Necesidad de dar con los temas pertinentes.

              Visión de proyectos comunitarios a largo plazo.

              • Faltan recursos para la  intervención comunitaria  en participación; esto tiene que ver con el diseño de los procesos, pero faltan recursos comunitarios. Hay que hacer más intervención comunitaria de la calle, trabajo en red, dar más legitimidad a la dimensión comunitaria.

              Cómo organizarse para mantener la tensión (creativa).

              Para ir cerrando la sesión hicimos un repaso a las herramientas de comunicación, conexión y recursos de la comunidad. Son canales que facilitarán la comunicación distribuida y permitirán mantener la conexión entre sesiones.

              • El tablero Bherria en MIRO.
                Será el espacio de trabajo para la comunidad de aprendizaje. El lugar donde poder seguir los avances-contenidos de cada uno de los proyectos. También es un espacio de documentación y archivo..
              • La comunicación de la comunidad se realizará mediante un grupo de correo electrónico. De este modo conseguiremos conectar con todas las personas en un mismo canal; esta herramienta permite archivar conversaciones y resultará más sencillo poder volver a ellas.
              • Espacio de Archivo Digital Común.
                Proyectamos poder contar con archivos compartidos, referencias, informes… Vamos a habilitar un espacio de referencia que será alimentado de forma colectiva y distribuida.
              • El blog de Bherria.eus.
                Un espacio digital a disposición de los y las integrantes de la comunidad para dar a conocer los proyectos.

              Próximas citas en Bherria Komunitatea

              La segunda cita de Bherria Komunitatea está programada para el 23 de septiembre. Será una sesión destinada a continuar presentando los proyectos, con el objetivo de atender a su necesidades cruzando las experiencias y los aprendizajes vinculados a cada proceso.

              No obstante, como queda mucho tiempo para esa sesión, planteamos una sesión intermedia para el 17 de junio. Esta sesión no-oficial estará destinada a trabajar una ficha de proyecto que nos ayude a analizarlos y contrastarlos mediante un ejercicio de sistematización. Esta ficha fue desarrollada y testada en Bherria Egonaldia como dispositivo de trabajo.

              Además, durante la sesión se evidenció un desequilibrio en cuanto a las habilidades y conocimientos con las herramientas digitales propuestas. Por eso, hemos propuesto un encuentro formativo destinado específicamente a la capacitación en el uso de herramientas digitales que vamos a usar en Bherria Komunitatea (Miro, Drive o Zoom). Esta sesión se convocará mediante el grupo de correo de Komunitatea.

              Recuerda que Bherria Komunitatea está dirigida a técnicos y técnicas de la Administración Pública vasca involucradas en alguna actuación de colaboración con la ciudadanía. Si te interesa formar parte de esta comunidad de aprendizaje, o quieres ampliar información, rellena este formulario.

               

              Conoce las 10 claves principales para la colaboración público-social y la promoción de la ciudadanía activa y el voluntariado

              5 de Diciembre – Día Internacional del Voluntariado y última oportunidad del año para participar en Bherria

              La próxima semana, el día 5 de diciembre, concluye la primera edición de Bherria, un espacio de aprendizaje, encuentro y búsqueda de nuevas fórmulas de relación entre la Administración Local y la ciudadanía para la mejora de su entorno, un reto compartido entre las personas participantes en este proyecto, los municipios en los que desarrollan su actividad, el Consejo Vasco de Voluntariado y el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco.

              El programa de aprendizaje, que ha supuesto una dedicación aproximada de 50 horas por persona, ha girado en torno a tres ‘Ágoras’, facilitadas por personas expertas en cada temática y desarrollada en espacios formativos presenciales y digitales. En los tres últimos meses, hemos tomado contacto con iniciativas inspiradoras de Innovación Social, hemos intercambiado conocimiento y experiencia con otras personas de la Administración Local, hemos dotado de acompañamiento especializado a proyectos en marcha, o en ciernes, y hemos construido red entre una treintena de personas que desempeñan puestos de responsabilidad técnica y política en distintos municipios de Euskadi.

              Son muchos los aprendizajes y reflexiones compartidas sobre la relación público-social para dar respuesta a los retos sociales, la gestión de la incertidumbre en los proceso de participación, la necesidad de afrontar los límites desde los potenciales de la ciudadanía, la innovación pública como algo que no es tan novedoso, la irrupción de las nuevas tecnologías en la interacción social, la escucha activa, la construcción de relato público compartido, la generación de confianza, la dialéctica entre experimentación y garantía, la gestión de los tiempos y, sobre todo, la necesidad de espacios que pongan en relación a personas dispuestas a inocularse el virus de la colaboración entre la ciudadanía y la Administración Pública.

              Llega el momento de compartir todos estos aprendizajes; llega el momento de presentar las 10 principales claves para el desarrollo de la colaboración público-social y la promoción de la ciudadanía activa y el voluntariado, un decálogo con el que nos comprometemos a seguir incidiendo en el futuro.

              Por esta razón, y fieles a nuestros principios de apertura y colaboración, organizamos un encuentro, de carácter abierto, el próximo martes, día 5 de en diciembre, en Zawp Zorrozaurre, como broche final a este proyecto.

              Desde Bherria, con la presencia de Beatriz Artolazabal Albeniz, Consejera de Empleo y Politícas Sociales, y junto a la de José Alberto Vicente, Vicepresidente del Consejo Vasco del Voluntariado, queremos invitar a esta sesión a personas interesadas en estrategias para la colaboración público-social y la promoción de la ciudadanía activa y el voluntariado y que no han podido participado en esta primera edición.

              Si eres una de estas personas, puedes inscribirte rellenando ESTE FORMULARIO. Por razones logísticas, te pedimos reserves tu plaza antes de las 12.00h de este viernes, 1 de diciembre.

              La sesión dará comienzo a las 09.30h con una visita a las instalaciones de Zawp Zorrozaurre para conocer esta iniciativa de revitalización social, económica y cultural del barrio. Finalizado el recorrido, presentaremos el proceso Bherria y compartiremos las 10 claves de aprendizaje, que serán presentadas por 10 personas que han participado en esta edición.

              A continuación, y con la finalidad de aterrizar estas ideas, tendremos la oportunidad de participar en un debate propositivo por medio de diferentes grupos temáticos en base a una pregunta: ¿Cómo vamos a continuar trabajando estas claves en nuestros ayuntamientos y con la ciudadanía?

              Durante el encuentro tendremos la suerte de contar con el acompañamiento, la voz y la impresionante capacidad improvisadora de la artista eibarresa Mursego. El encuentro finalizará a las 14.00h con un aperitivo donde poder seguir conversando y tejiendo redes.

              En Bherria queremos hacer crecer esta comunidad y queremos que tú formes parte de ella. ¡Te esperamos!

              Cuarta infografía sobre atributos: 5 claves para atender desde la comunicación los procesos de colaboración

              En Bherria, continuamos profundizando en los 10 atributos que definen los proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía. Desde 2022, hemos abordado temas como «La claridad del propósito», «La facilitación de procesos» y «La evaluación de los procesos». En esta ocasión, nos complace compartir los resultados sobre «La comunicación en procesos de colaboración».

              La comunicación juega un papel clave en los proyectos de colaboración. Nos centramos en la comunicación como una herramienta conversacional, que crea un espacio para el encuentro y el intercambio de ideas, fomentando la construcción de un relato compartido, generando debates y moviendo posiciones.

              Para lograr resultados positivos en nuestra apuesta por una comunicación enfocada y eficiente, es fundamental diseñar una estrategia que incluya una buena dosis de escucha para llegar a un público diverso, establecer conexiones, acercarnos, informar y, en última instancia, generar confianza. Debemos ser conscientes de la importancia de brindar claridad en el proceso, teniendo en cuenta el perfil de las personas con las que deseamos colaborar. Esto nos permitirá determinar cómo acercarnos a ellas y descubrir los espacios presenciales y digitales en los que interactúan, con el fin de escuchar sus necesidades y solicitar su participación en el proceso, colaborando conjuntamente para tejer acuerdos y encontrar soluciones.

              En nuestra tarea de profundización en el significado y la importancia del atributo de comunicación, hemos compartido una contextualización desde la visión de Bherria. Además, hemos tenido una conversación muy significativa sobre este tema en uno de los encuentros de Komunitatea, nuestra comunidad de aprendizaje en Bherria. Por último, Arantxa Sainz de MurietaAsier Amezaga, miembros del equipo facilitador de Bherria e impulsores de Komunikatik, han liderado una sesión de Prestakuntza para seguir profundizando en este atributo desde su conocimiento situado.

              Como resultado de este trabajo colectivo, hemos elaborado un documento que resume y sintetiza las cinco claves que nos ayudarán a diseñar estrategias de comunicación que amplifiquen los proyectos de colaboración público-social. Hemos creado un formato doble para su presentación: una infografía visual y comprensible que incluye las cinco claves y algunos ejemplos inspiradores, así como un informe más detallado que permite profundizar en cada una de estas claves.

              ¡DESCARGA LA INFOGRAFÍA COMPLETA!

              ¡DESCARGA EL INFORME COMPLETO!

              Ahora, os invitamos a compartir este post con vuestros compañeros y compañeras de proyecto, contrastar las ideas y seguir manteniendo conversaciones sobre la comunicación en proyectos de colaboración público-social. Esperamos que os resulte útil.

              ¡Accede a la página que recoge los productos del atributo!

              Cuidar la trama comunitaria es clave para la colaboración público-social

              En este texto queremos compartir algunas de las reflexiones que tejimos en la sesión de Komunitatea, la comunidad de aprendizaje de Bherria, que celebramos en el mes de octubre. En ese momento estábamos organizando el encuentro para aprender sobre “La colaboración público-social en situaciones de emergencia”, a través de distintos proyectos, y pensamos que era buen momento para conversar sobre la trama comunitaria como clave para la colaboración público-social, algo que emergía con fuerza en la investigación de dichos proyectos.

              Pedimos a Eider Txarterina, técnica de cultura y juventud del Ayuntamiento de Etxebarri, que compartiera en el grupo algunas ideas para ir tejiendo una conversación sobre cómo cuidar la salud de la trama comunitaria. Y esto es lo que nos contó:

              • Visión política y técnica.
                En Etxebarri el grupo político que gestiona el Ayuntamiento tiene como origen un movimiento social y vecinal. En este caso, se vive como una oportunidad por la apertura y el foco activo en la colaboración y la promoción del asociacionismo y la participación.
              • Generar medidas estructurales de fomento del tejido asociativo.
                Como anécdota, compartía que en estos momentos la figura del interventor es la que introduce criterios de valoración, más allá de lo económico, cuando el objeto del contrato lo requiere; un ejemplo son las licitaciones sobre proyectos de atención a la ciudadanía, ya que el consistorio apuesta por la calidad del servicio como clave.
              • Generar medidas económicas de promoción.
                En Etxebarri existen dos cauces de subvención: una general; y, otra, que llaman de “Actos y Eventos”. Se trata de una subvención que puede ser nominativa y no está cerrada a CIFs colectivos; por tanto, una asociación o persona física puede recibir este apoyo económico y esto es una oportunidad para apoyar proyectos no vinculados a iniciativas no organizadas con anterioridad. Eider ponía algunos ejemplos, uno de ellos es sufragar el gasto de un coro para participar en un encuentro en Praga.Esta línea de trabajo busca reforzar la relación y la sensación de apoyo que percibe la ciudadanía; y puede llevarse a cabo porque se conoce el tejido asociativo, sus realidades y sus necesidades. Y lo que pretenden en Etxebarri es compartir esa visión y convertirla en parte de la cultura organizacional.Esta propuesta generó mucho interés en las personas que conforman la comunidad de aprendizaje. Inevitablemente surgía la consiguiente reflexión: “Si esto está jurídicamente resuelto para un municipio, debería estar resuelto para otros”. Lo que ocurre es que, en ocasiones, el interventor o la interventora interpreta la normativa de manera muy diferente.
              • Conocer, conocer y conocer.
                Decía Eider que “desde la responsabilidad pública, las personas con responsabilidad técnica necesitamos tomar muchos cafés, comer tortillas, saber de nacimientos, ir a funerales, saber de jubilaciones, enfermedades y circunstancias vitales de las personas con las que colaboramos. El equipo técnico  necesita conocer en profundidad y con sinceridad/proximidad la realidad de las asociaciones y sus necesidades. Buscamos crear relaciones de confianza y para construir estos vínculos necesitamos blindar, en lo posible, los puestos y las personas porque la rotación de las personas técnicas de referencia rompe los vínculos. En este ayuntamiento tenemos permiso para ‘perder’ el tiempo conociendo al tejido ciudadano. Y después de escuchar, facilitar, facilitar y facilitar la realización de iniciativas”.
              • Competencias y perfiles de la personas que se relacionan con la ciudadanía.
                Las habilidades sociales son esenciales; y estas, además de ser innatas, o no, pueden y deben ser entrenadas. El ámbito del voluntariado, por ejemplo, es un muy buen lugar para desarrollar este tipo de habilidades y creemos que deberían de ser reconocidas y certificadas.

              Y en este momento conectamos y recordamos la presentación del proyecto CVOL en la Residencia Bherria.

              A partir de estas ideas clave (mila esker, Eider) abrimos la conversación; fueron varios los temas con los que conectamos y que compartimos a modo de notas:

              • Tejer redes hacia el interior de nuestras organizaciones. ¿Cómo acompañar a otros y otras compañeras para romper las relaciones más paternalistas? ¿Cómo conectamos con nuestras pasiones y con las de las personas con las que colaboramos y las defendemos de procedimientos que nos pueden “apagar”?
                También necesitamos trabajar la relación con la parte política y el resto de compañeros y compañeras; necesitamos tomar café con el o la concejala y con los y las compañeras de departamento. ¿Cómo comunico a la parte política los que estoy haciendo? ¿Cómo influenciamos? Hablábamos de la encomienda de evitar los conflictos y aportar seguridad. Necesitamos trabajar más la figura de influencers internos en la Administración Pública.
              • Rol de las personas con responsabilidad técnica en la comunidad. Nuestro rol en las comunidades debería de ser, fundamentalmente, de escucha, sin tomar el liderazgo de la conversación y convertirnos en facilitadores y facilitadoras de iniciativas internas y externas.La ciudadanía nos percibe como conseguidores. ¿Cómo lograr que nos vean de otra manera? A veces, más que conseguidores somos intérpretes/mediadoras. Traducimos a las asociaciones lo que el marco permite; y al marco político lo que las asociaciones buscan (siempre en el ensayo y error). Aterrizamos en terreno. En estas fronteras “saber varios idiomas” nos viene muy bien.
              • Transversalidad y trabajo entre áreas. La mirada a la transversalidad es algo necesario, sobre todo, para áreas transversales por definición. La sensación es que es una gran asignatura pendiente que requiere un cambio de modelo en la institución. No se trata solo de crear mesas de intercambio de líneas y acciones. sino de crear otro modelo de atención transversal, en el que se fomente el conocimiento recíproco sin exigencia.Una idea pudiera ser promocionar algunas áreas como consultoras-especialistas internas de algunos contenidos, con personas de referencia para la consulta.
              • La perspectiva de la ciudadanía. A veces, la ciudadanía intenta convencer o “vender” una idea; en ese momento es determinante con quién te encuentres para conectar. También encontramos barrios y pueblos con fama de trama asociativa fuerte y vemos que no es tan real. Son realidades cambiantes que hay que actualizar. Nos dejamos llevar por la fama (para bien y para mal) y debemos actualizar la información.
              • Colaboración intermunicipal. Resulta interesante la colaboración intermunicipal. Comarcas que se organizan para impulsar proyectos. De pronto, perdemos el apoyo de una administración en un proyecto, pero conseguimos organizarnos entre 10 ayuntamientos para implementarlo.

              Por último, en esta sesión, también reflexionamos sobre el propio espacio de KOMUNITATEA y compartimos algunas ideas importantes que resumimos en dos:

              • Estamos pensando en realizar un encuentro presencial a finales de enero. Hay consenso en que puede ser un muy buen paso para seguir reforzando esta comunidad de aprendizaje.
              • “Las reflexiones que hacemos sobre cómo avanzar como comunidad son las mismas que tenemos en los proyectos”. Komunitatea es un laboratorio en tiempo real donde experimentamos cómo activar una comunidad y cómo fomentar el encuentro y participación con las ciudadanas.

              Y hasta aquí las reflexiones de nuestro último encuentro. Nos volveremos a ver el 25 de noviembre, entre las 09.30 y las 12.00 horas, en la cuarta sesión de Bherria Komunitatea para seguir avanzando con aprendizajes entre pares y poniendo el foco en proyectos concretos. ¡Hasta pronto!

              De entre los entres

              Bherria surge en tiempos manieristas, entre un fin de ciclo y el principio de aún no se sabe muy bien qué, entre la necesidad de cambio respecto a lo preexistente y el no tener suficientemente definidas las alternativas. Bherria surge en Euskadi, en el llamado estado del bienestar, en plena decadencia de la socialdemocracia europea, en plena crisis, llamada económica, pero sobre todo de modelo, de valores, de identidades. Bherria surge cuando aún en gran medida nos dejamos llevar por cierta autocomplacencia, pero cada vez con más frecuencia saltan alarmas evidentes de que “hay algo aquí que va mal”. Bherria surge entre los arquetipos supuestamente dicotómicos de lo público y lo privado: de lo público, institucionalizado, burocratizado, recortado; y de lo privado que ha naturalizado el capitalismo como aparente única posibilidad. Bherria surge en medio de un marasmo de retos y oportunidades, de tentativas, de iniciativas, de itinerarios, de prototipos, de hackeos; a medio camino entre lo instituido y lo instituyente, entre lo consolidado y lo emergente, entre lo que hasta ahora ha sido y lo que aún está por ser. Bherria surge para pasar del O al Y, desde lo co- y lo trans. Bherria surge de entre los entres.

              Un punto de encuentro desde el que afrontar el cambio colectivamente

              Bherria es un punto de encuentro para entretejer situaciones, posturas, posibilidades, entres. Quiere ser un puente, una membrana, un conversatorio, una plaza, casi mejor, una plaza en construcción, un solar aun pendiente de urbanizar, un campo de juego a medio camino entre distintos barrios. Podemos quedar allí para tirarnos piedras y ver quién se adueña del terreno o para aprender juntas a construir colectivamente, de forma corresponsable, la sociedad en la que nos gustaría vivir. Una sociedad que va a tener que redefinir sus QUÉs transformando sus CÓMOs. Una sociedad en transición que, si logra superar la lógica individualista, competitiva, neoliberal a la que está sometida, va a tener que redefinir sus formas de vivir y producir en comunidad, poniendo en el centro a las personas, sus deseos y capacidades, desde la atención al proceso, los afectos y los cuidados. Una sociedad que va a tener que cuidar mucho más su entorno y los recursos, desde una perspectiva procomunal y permacultural. Una sociedad que tiene que asumir, bien por deseo, bien por necesidad, que tiene que cambiar y tiene que hacerlo desde ya.

              Una sociedad en transición

              Y los cambios necesarios, los cambios que perseguimos, son cambios complejos, que suponen pequeñas-grandes transformaciones. No se trata de maquillaje, ni de una versión remozada de lo que ya hay. Se trata de cambiar el paradigma (si, esa palabreja tan recurrente, que viene a significar algo así como modelo, sistema, conjunto de condiciones…), de salirse del espacio de confort, de afrontar cambios culturales y de subjetividad, de hacer las cosas de otra manera. Y esas transformaciones pueden darse de forma radical (por una crisis, una revolución, un cambio drástico en las condiciones de vida) o de forma procesual, evolucionando desde lo que somos a lo que nos gustaría ser, modificando de forma paulatina nuestras estructuras sociales, nuestros modelos productivos, nuestras costumbres y rutinas. Los modelos en transición plantean eso, cambiar desde lo cercano, desde el barrio, desde la comunidad, desde el paso a paso. Innovar, pero también recuperar, remezclar saberes del pasado, con tecnologías y prototipos del presente, para proyectarnos hacia un futuro posible y deseable. Y eso pretende ser Bherria, un virus mutante que nos inocule la convicción suficiente para transicionar juntas hacia ese futuro.

              Un futuro desde lo público hacia lo común

              En Bherria nos planteamos esta transición teniendo como base lo público, como algo que no solo no podemos permitirnos perder, sino que debemos fortalecer. Un ámbito, el de lo público, imprudentemente minusvalorado, amenazado, que recibe ataques desde muchos flancos. Lo público entendido como un importante patrimonio infraestructural, pero no como algo anquilosado, sino como un organismo vivo, que se adapta a nuevas circunstancias. Lo público entendido como una serie de servicios, de dispositivos de mediación y facilitación, que aseguran el acceso para todas y la igualdad desde la diversidad. Lo público entendido como una forma de gestionar los recursos disponibles de manera más efectiva y eficiente, pero también más afectiva. Lo público entendido como un sistema que se reinventa; que se sabe parte de un ecosistema en red, basado en la colaboración, la subsidiaridad, la autonomía y la interdependencia; un ecosistema que mediante modelos abiertos de gobernanza, se proyecta hacia una nueva institucionalidad de lo común.

              Una nueva institucionalidad que debemos definir colectivamente, desde un marco de relaciones de confianza, reconocimiento y reciprocidad; entre agentes diversos; desde la polinización cruzada, el intercambio, la hibridación y la generación de nuevos roles y campos de actuación. Una nueva institucionalidad que se construye en gran medida desde fuera, gracias a la sociedad civil, que con sus iniciativas ayuda a mover los límites de la administración; pero también desde dentro, desde el compromiso transformador de las servidoras públicas, que son las que mejor conocen el funcionamiento del sistema. Y son estas servidoras públicas, técnicas y políticas municipales, a quién se dirige prioritariamente esta primera edición de Bherria, para junto a ellas descubrir nuevos horizontes, compartir experiencias y abrir juego.

              Tres temas para ir entrando en canción con Bherria:

              > La gent, Maria Arnal i Marcel Bagés.

              > Busco en la basura, Eskorbuto.

              > Disfraz de tigre, Hidrogenesse.

              Ricardo Antón. Entre el «Preferiría no hacerlo» y el ¡No puedo parar! Licenciado en Bellas Artes y Máster de Marketing por la UPV-EHU; tallerista en Arteleku, maestro ignorante y des-artista. Así como uno de los habitantes de ColaBoraBora. Una de mis características es que veo muy mal, pero (quizá por eso) algunas de mis principales capacidades tienen que ver con aportar mirada crítica, visión sintética y enfoque sistémico.

               

              Democratizar la financiación pública

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              Olivier Schulbaum se considera un impulsor de la creatividad y la democracia. Con una sólida trayectoria de más de 20 años en diseño y gestión de proyectos de innovación abierta y co-creación, lidera equipos y proyectos enfocados a la innovación democrática y las tecnologías cívicas participativas. Es reconocido como el fundador de Goteo.org, una plataforma de crowdfunding cívico que respalda iniciativas de impacto social y promueve la Economía Social y Solidaria. Además, ha colaborado en 20 convocatorias de match funding con diversas instituciones públicas y privadas. Actualmente, está trabajando en la creación de un marco para medir el impacto de iniciativas cívicas en plataformas digitales y es miembro del Consejo Asesor de la Fundación Ciudadana Civio, una organización sin fines de lucro dedicada a promover la transparencia en las instituciones públicas.

              Olivier Schulbaum también pertenece a Platoniq, una fundación  que diseña herramientas y procesos participativos digitales y facilita metodologías innovadoras de participación para contribuir a formar sociedades y organizaciones más democráticas y justas.

              ¿QUIERES APUNTARTE A LA SESIÓN DE PRESTAKUNTZA?

              Para Oliver, y otras muchas personas, la democracia no se resume en votar a representantes políticos una vez cada cuatro o cinco años y pagar impuestos, confiando en que irán destinados a los mejores proyectos posibles para sostener una sociedad del bienestar. La gente entiende que la participación ciudadana debe ser mayor y aspiran a ser parte activa de la toma de decisiones. Se hacen la misma pregunta: ¿hay procesos más democráticos que otros a la hora de decidir en qué se gasta el dinero público? Y aquí aparece «Crowdvocacy«, una forma de amplificar la incidencia de la ciudadanía en la vida pública al unir la participación política, las plataformas de participación, las campañas digitales de movilización y el crowdfunding cívico.

              En la próxima sesión de Bherria Prestakuntza del día 26 de octubre, hablaremos de iniciativas ciudadanas, presupuestos participativos y matchfunding, herramientas que ya han permitido a miles de personas decidir en qué destinar los recursos públicos y hacer realidad iniciativas de bienestar social. Profundizaremos en sus fortalezas y debilidades, y apuntaremos al interés creciente de las instituciones y autoridades públicas en actuar como multiplicadoras y co-inversoras de iniciativas de crowdfunding cívico, algo que ha aumentado significativamente en los últimos tres años, como lo evidencia el reciente informe «New Report Guides Public Authorities On Implementing Match-funding with Crowdfunding«. Los resultados del informe muestran que las instituciones pueden generar un impacto medible cuando convierten recursos públicos junto con los ciudadanos.

              Abordaremos posibles soluciones a la brecha de la participación en las plataformas digitales de participación ciudadana creadas por los gobiernos locales. Lo haremos mediante el recurso de la gamificación, la creación de incentivos y espacios más seguros para la gobernanza colectiva de recursos público-sociales.

              Se abordará la necesidad del empoderamiento ciudadano y maneras de incentivar y mejorar las condiciones de la participación ciudadana y el compromiso político en el proceso de toma de decisiones y sus implementaciones en las políticas públicas. Indagaremos en el «involucramiento progresivo» (o progressive engagement) utilizando mecánicas de ludificación (o «gamificación»). Estas mecánicas se centran en proporcionar incentivos a los participantes de forma escalonada, invitándolos a superar metas y, al alcanzarlas, recompensar con recursos nuevos.

              También se abordarán casos y modelos de Innovación Democrática Inclusiva, reflexionando sobre cómo enriquecer las metodologías digitales participativas y deliberativas combinándolas con lenguajes inclusivos (conocimiento no experto) y artefactos culturales. Trabajaremos creativamente a través del conflicto para generar resoluciones razonables, empáticas y eficaces.


              Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30 a 11:00. Aquí puedes inscribirte a la próxima cita del 26 de octubre.




                Algunas lecturas para saber más:

                El cambio solo se da en complicidad con nuestros equipos

                En Bherria tenemos una nueva propuesta que hacerte; llega el turno de Prestakuntza, el eje orientado a la capacitación para la acción en aspectos relacionados con la colaboración público-social.

                En esta ocasión, el 11 de noviembre, entre las 09:30 y las 11:00 horas, abordaremos en una sesión formativa los inconvenientes con los que se encuentran las personas inquietas que apuestan por innovar dentro de las instituciones públicas.

                INSCRÍBETE AHORA

                Este es uno de los dolores de cabeza que más abunda entre las personas que participan en Bherria; vemos que, poco a poco, se está tejiendo una red de técnicos y técnicas municipales atentas y comprometidas, que se van dotando de recursos y herramientas para poner en práctica proyectos de colaboración público-social. Pero, ¿qué pasa cuando regresan a sus lugares de trabajo? ¿Encuentran complicidad e impulso por parte de compañeros y compañeras? ¿Hay una apuesta política real por la innovación y el cambio?

                La sesión formativa correrá a cargo de Alberto Ortiz de Zárate que sabe muy bien de lo que habla porque ha desempeñado durante años distintos cargos dentro de la Administración Pública vasca. Alberto será el encargado de examinar algunas formas de hacer en las instituciones y reflexionar sobre cómo pasar de una lógica de emprendimiento individual a otra que se acomoda al ritmo del colectivo.

                Si trabajas en la Administración Pública vasca y te interesa examinar algunas formas típicas del trabajo en la Administración Pública para poder superarlas, inscríbete a través de este formulario.

                ¡Colabora con Bherria en la difusión de esta convocatoria! Si conoces a alguna persona que pueda estar interesada en esta formación, por favor, hazle llegar este artículo.

                PONENTE

                Alberto Ortiz de Zárate, especialista en el CAMBIO, con mayúsculas, actualmente es director de consultoría en la empresa DesideDatum.
                En el sector público ha desempeñado los cargos de responsable de servicios ciudadanos, jefe de proyectos de innovación y director de atención ciudadana, siempre en la Administración Pública vasca. Es pionero en la apertura de datos públicos y en las políticas de Gobierno abierto.
                También ha dirigido proyectos como consultor senior del Banco Mundial o consultoría de datos en América Latina; además, es docente, escritor y conferenciante.
                En sus ratos libres, crea música con su banda «La Paramera».


                Formulario de inscripción




                  El programa Bherria 2024 abre sus puertas

                  Hace unos días presentamos la página de los Atributos de Colaboración Público-Social, una herramienta que esperamos sea de utilidad para acceder de manera directa e intuitiva a todos los recursos relacionados con los 10 atributos esenciales para poner en marcha procesos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía.

                  Esta presentación ha sido parte de la conmemoración del 5º Aniversario de Bherria, marcando un año significativo que nos impulsa hacia adelante con nuevas propuestas. Somos conscientes del camino que hemos recorrido completando siete de los diez ciclos de trabajo relacionados con estos atributos. Desde definir un propósito hasta abordar la planificación de los recursos, pasando por el rol de facilitación, la evaluación de proyectos, la comunicación, y las formas de colaboración, hemos cimentado una base sólida para el futuro de Bherria.

                  Nuestro compromiso para el próximo año es continuar este progreso, poniendo el foco en tres nuevos atributos:

                  • Grado de apertura. Nos esforzaremos en diseñar fórmulas de participación inclusivas y abiertas, asegurando que todas las personas interesadas puedan contribuir.
                  • Hibridación de los procesos. Exploraremos cómo fortalecer, mediante el trabajo en la capa digital, los espacios presenciales de encuentro y vinculación con las personas implicadas.
                  • Espacios de coordinación. Los proyectos se construyen por medio de conversaciones; nuestro compromiso es crear espacios de coordinación como lugares privilegiados para que estas conversaciones ocurran.

                  Apertura


                  14/03/2024

                  ¡Inscríbete!

                  Hibridación


                  13/06/2024

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                  coordinación


                  24/10/2024

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                  Vamos a profundizar en estos tres desafíos a través de sus correspondientes ciclos. Aún nos queda trabajar en un último atributo que consideramos central para el diseño y desarrollo de proyectos de colaboración público-social, y que merece un tratamiento especial: la Trama Comunitaria.

                  De momento, compartimos las fechas y formularios de inscripción correspondientes a nuestra programación para 2024. Es importante recordar que las acciones de Bherria requieren inscripción previa (gratuita).

                  Las sesiones de Komunitatea están dirigidas a técnicas y técnicos de las administraciones públicas vascas que forman parte de la comunidad Bherria. Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y se realizan en horario de 09:30 a 11:00 horas. En cada convocatoria proporcionamos el enlace para la inscripción.

                  Es momento de pasar a la acción. Te invitamos a revisar las fechas y unirte a nuestras propuestas; queremos avanzar en la senda de la colaboración para abordar los desafíos presentes y futuros. Nos gustaría contar contigo para hacerlo. Te esperamos.

                  El zirimiri de la facilitación
                  Valencia, 27 de marzo 2022 sesión de “Un Botiquín para Orriols” en el marco del programa “Un botiquín para mi ciudad para promover alianzas vecinales para una implementación situada, feminista e intercultural de la Agenda 2030”. financiado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Foto: Juan Onasis

                  Susana Moliner, licenciada en Ciencias Políticas, es productora cultural y experta en el diseño y puesta en marcha de procesos comunitarios. Para ella, la facilitación implica enriquecer, conectar y descentrar nuestra vivencia de la realidad. Tiene una extensa experiencia en el diseño e implementación de programas de aprendizaje y experimentación artística en diversos entornos culturales. Fundadora de la plataforma GRIGRI dedicada a la investigación y creación cultural que centra su área de actuación en el diseño participativo, la intervención urbana y los procesos comunitarios de carácter transdisciplinar.

                  En este artículo resume parte del contenido trabajado en la sesión de Prestakuntza en la que abordamos las claves para la facilitación de procesos de colaboración Público-Social.

                  Cuando haces una búsqueda en Internet sobre ¿qué es la facilitación? encontramos que “facilitar es hacer fácil o posible la ejecución de algo o la consecución de un fin” o que es una “actividad que contribuye de manera positiva a que grupos de personas trabajen de manera cooperativa y efectiva..

                  Bien dicho pero…. ¿De qué manera ésto se aterriza para que esta facilitación pueda ser consecuente con las complejidades de nuestros procesos participativos situados en contextos territoriales específicos? ¿Cómo generar relaciones de confianza y reciprocidad en dichos procesos? ¿Qué caracteriza un proceso de participación abierto, poroso y amoroso? ¿Cuáles son las claves para el diseño de un proceso de facilitación de este tipo? ¿Cómo generar un re-encantamiento y apropiación de estos procesos de participación por parte de las personas que se involucran? ¿Cómo lidiar con la apertura del proceso y la consecución de los objetivos propuestos?

                  Desde GRIGRI, tras varios años intensamente inmersas en entornos de trabajo colaborativo, hemos podido comprobar que no hay una receta única e infalible para estos procesos vivos, contextuales y llenos de matices y particularidades, sino que más bien nos funciona guíarnos por la intuición, la humildad, y la atención. Modos de hacer, gestos, posicionamientos que nos han posibilitado generar la suficiente confianza, legitimidad y reconocimiento para que esa cooperación efectiva entre personas diferentes pueda suceder tal y como se describe en la definición que citábamos al inicio de este texto.

                  Así, en la sesión de Bherria Prestakuntza dedicada a la facilitación que realizamos el pasado 23 de junio, compartimos un antidecálogo de la facilitación, rescantando con ese “anti-” como una apuesta por lo incompleto, lo imperfecto y lo indisciplinar como base para que las experiencias de facilitación comunitaria se lleven a cabo desde la escucha, la apertura y la porosidad y para aliarse, enriquecerse y completarse con aquellos otros aprendizajes y experiencias que ya existen en cada territorio concreto. Proponíamos entonces 10+1 propuestas que, tras la sesión, se convirtieron en 10+2:

                  1. Explicar la utilidad de lo que hacemos y los objetivos que queremos alcanzar no solo al inicio del proceso sino volviendo sobre ello en cada una de las sesiones, transformándose y enriqueciéndose así esos objetivos gracias a las aportaciones de las personas implicadas. Así mismo, indicar y recordar las diferentes formas de entrar en el proceso: horarios, espacios, dinámicas… ser pesada pero maja 😉

                  2. No dar nada por hecho, trabajar el proceso de facilitación desde una mirada periférica y holística. Tener un posicionamiento empático, ponerse constantemente en lugar de las personas que participan para ir atinando el rumbo de nuestro barco, y completarlo con un punto de extrañamiento de tu función como facilitador. Estar atenta, tanto a lo que ocurre dentro del proceso como a lo que sucede a nuestro alrededor. Tal y como afirma la filósofa Simone Weil “La atención es la más extraña y más pura forma de generosidad”.

                  3. Cuidar a cada persona a través de gestos de reconocimiento y ternura, mirándonos y sonriendo más a los ojos 🙂 Por supuesto que habrá gente con la que tendremos mayor o menor afinidad pero cada una de ellas está aportando su tiempo al proceso y, por lo tanto, es necesario explicitar nuestra posición de agradecimiento. Es una cuestión ética y efectiva. Reconocer lo valioso de la aportación de cada persona ayuda sin duda al proceso de participación, además de que contribuye a visibilizar otras capacidades más allá de las reconocidas socialmente.

                  4. Estar abiertas a lo imprevisto y a lo que no está pautado en nuestra metodología y, al mismo tiempo, quizás lo más difícil y emocionante, no perder la brújula del proceso. Ser conscientes de la finitud de los objetivos y tiempos de que disponemos para llegar a nuestro puerto.

                  5. Reconocer y dar valor públicamente a las aportaciones de las participantes a través de espacios de puesta en común. Poniendo atención, de nuevo atención 😉 a quien habla y quien no habla, y asegurarse de mencionar, citar, nombrar los nombres de las personas participantes. En ese sentido un proceso de facilitación puede ser la oportunidad de recoger otras voces singulares, otras miradas, extremadamente ricas para la compresión de los procesos sociales.

                  6. Asumir que una buena facilitación desborda los horarios establecidos previamente, las relacionesx que se tejen pueden seguir estando vivas una vez que el proceso finalice. Esos mimbres y esos vínculos pueden seguir siendo parte de otros procesos comunitarios. Aunque está claro que tenemos que poner límites por parte del equipo de facilitación, es importante, incluso vital, hacernos cargo de la necesidad de adaptarnos a los tiempos, lugares y modos de hacer de la comunidad de personas con la que se quiere activar un proceso de facilitación.

                  7. Al inicio del proceso es muy útil compartir los saberes de las participantes así como del equipo de facilitación. Ante la tendencia imperante a la privatización del conocimiento y el fomento de la competencia el proceso de facilitación puede ser un espacio en el que reconocer otro tipo de saberes. Por eso resultará muy práctico habilitar, al inicio del proceso, un banco de saberes que no esté forzosamente ligado a conocimientos técnicos…Saber cocinar un buen guiso, o tener risa fácil puede abrir un espacio de proximidad y cercanía súper útil para poner en marcha un proceso comunitario, subrayando que todas tenemos un conocimiento importante para el proceso, y que, por lo tanto, el proceso es útil para todas.

                  8. El proceso de facilitación también como un proceso de reparación y terapia colectiva, el sistema en el que vivimos nos aísla y promueve la desconfianza hacia el otro y hacia nosotras mismas. No vamos a resolver las desigualdades estructurales pero sí podemos activar un espacio curativo, de reencantamiento en el que volvemos a creer que sabemos y podemos trabajar juntas.

                  9. Evitar, en lo posible, utilizar el proceso para confirmar nuestra hipótesis inicial. Intentar dejar espacio “vacío” para aprender, sorprendernos y acoger lo imprevisto, resultado del buen hacer de la facilitación, y de este modo, las participantes se sentirán, y sabrán, que están siendo parte en un proceso único y valioso.

                  10. Promover la corresponsabilidad de los resultados del proceso a todas las personas participantes, y hacernos cargo, como entidad convocante, de lo que implica prever los posibles horizontes que se pueden abrir y en la medida de lo posible realizar un seguimiento tras la finalización del proceso de participación.

                  11. El diseño metodológico de la facilitación tiene que contaminarse del contexto en el que se sitúa. No es posible replicar – hacer un corta y pega – de la facilitación hecha en otro lugar. Será necesario, por lo tanto, adherirse del contexto, no tener miedo a nombrar de otra manera – más adecuada a lo particular del territorio – las fases o el propio proceso de facilitación o a deslocalizar las acciones y acudir a los lugares donde están las personas.

                  12. Mimar la comunicación y estética del proceso. Realizar este tipo de activaciones con la ciudadanía debe estar acompañado con mimo en todo lo que se refiere a la visualización del proceso, el “brilli.brilli” gráfico también es fundamental para subrayar la dignidad que ya de por sí tiene y merece.

                  Un antidecálogo que, tal y como comentó una de las participantes en la sesión, quiere contribuir a que las prácticas de facilitación sean como el zirimiri, una lluvia fina e incansable que, más allá de vaivenes políticos y presupuestarios, continúa cayendo persistente e incesante, hasta calarnos por completo, casi sin que nos hayamos dado cuenta. Un posicionamiento ético y estético para unos procesos de trabajo comunitario que busquen y posibiliten tentativas de emancipación social.

                  Etxebarri. La participación, más que un fin, un medio

                  El 14 de noviembre amanece claro y soleado; es el tercer encuentro presencial de Bherria. Nos acercamos a San Antonio de Etxebarri, concretamente a las instalaciones de Mugarri Gaztegunea, con el propósito de conocer, de primera mano, el modelo de desarrollo comunitario y participación ciudadana de este municipio de Bizkaia. ¡Y vaya si lo hacemos!

                  Nos interesa saber sobre el origen de este barrio; así, José Alberto Vicente, párroco de San Antonio en Etxebarri, explica que “San Antonio de Etxebarri no existía hace 60 años; en aquella época solo había campas y caseríos; lo que es ahora la zona baja del municipio, era una comunidad euskaldun”. En la dećada de los 50, el pueblo creció notablemente en población por la llegada de personas migrantes del resto del Estado, quienes fueron construyendo sus chabolas en la zona alta de la localidad. No existían calles, ni saneamientos, ni servicios; solo había chabolas construidas por las personas que llegaban al lugar. “La gente que venía a San Antonio”, apunta José Alberto, “se sentía abandonada por Etxebarri. De hecho, existía una señal en la que claramente se podía leer ‘Camino a Korea’, haciendo alusión a personas que provenían de otros lugares”.

                  De esta manera, se fue configurando un barrio en el que la solidaridad estuvo presente desde el primer momento. Los intentos por derribar las chabolas se encontraron con la respuesta de un movimiento ciudadano en defensa del espacio ganado; con el tiempo, hubo una transformación de las chabolas que se asentaron en núcleo urbano en el barrio de San Antonio. “El barrio fue creciendo, no existían carreteras ni tampoco planes de urbanización, simplemente un camino de piedras (Harribide) que conectaba San Antonio con la parte baja de Etxebarri”, continúa el párroco.

                  A principios de los años noventa, ‘La Voz del Pueblo’, una agrupación electoral impulsada por el movimiento vecinal, se presenta a las elecciones municipales y las gana. Así, el primer alcalde de la agrupación fue un maestro de escuela cuya vocación era educativa, no política; la alcaldía se asume como una actividad más de voluntariado. Desde aquel primer triunfo electoral, “La Voz del Pueblo” ha obtenido mayoría absoluta elección tras elección.

                  Infancia y juventud en Etxebarri

                  Llama la atención el interés de la ciudadanía de Etxebarri por la participación. Una de las consecuencia de este interés es la existencia de Fundación Harribide, una entidad que aglutina los grupos de tiempo libre del municipio y por la que han pasado el 90% de los vecinos y vecinas de San Antonio. En la actualidad, más de 400 niños/as y jóvenes, junto a 40 monitores y monitoras, integran este proyecto de educación no formal en el tiempo libre. Este colectivo, en funcionamiento desde hace más de 36 años, comenzó llamándose ‘comunidades’ y tenía una clara vinculación con la iglesia del barrio, que fue construida ladrillo a ladrillo por los vecinos y vecinas del lugar. El trabajo realizado en Harribide se basa en la acción/reflexión, impulsando así el sentimiento, desde la infancia, de que el pueblo pertenece a las personas que lo habitan.

                  Ricardo Santamaría, gerente de Fundación Harribide, es una de la personas invitadas a este tercer encuentro de Bherria. Ricardo explica que el nacimiento del gaztegune “tiene que ver con dar respuesta, hace 20 años, a la falta de espacios para jóvenes. Llegamos a un acuerdo con el alcalde y la concejala, que también veían la necesidad: las personas jóvenes ponemos el espacio y el Ayuntamiento la mitad del dinero para programar actividades. La otra mitad se la pedimos a Diputación. Así nace Harribide, con la participación de vecinos/as”.

                  Además, surge la necesidad de gestionar espacios de hostelería que obedezcan a objetivos sociales y que permitan incidir en los lugares frecuentados por jóvenes del municipio, como son los bares. De esta forma, la juventud de Etxebarri se lanza al reto de gestionar el bar de las piscinas con un proyecto que, a día de hoy, ha generando seis puestos de trabajo de inserción y otros cinco de no inserción. Por si fuera poco, se está logrando la implicación de los clubes deportivos en la lógica de la colaboración en este establecimiento hostelero.

                  Las asociaciones del municipio que trabajan con personas en riesgo de exclusión social toman conciencia, a raíz del primer salto de valla en Melilla en 2005, de la necesidad de poner en marcha un mecanismo de acogida a personas jóvenes migrantes. Es cuando surge la colaboración entre Izangai, la Asociación para el acompañamiento socioeducativo de personas en situación o riesgo de exclusión, la Fundación Harribide y la parroquia de Etxebarri. Uno de los resultados de esta cooperación es la puesta en marcha de hasta 16 pisos de acogida para este colectivo de personas jóvenes.

                  En Etxebarri, todo el potencial del voluntariado se invierte en el municipio, ofreciendo oportunidades profesionales a las personas que trabajan cuestiones sociales y educativas en la localidad.

                  Cuando la ciudadanía llega al Ayuntamiento

                  Eider Txarteria es Técnica de Cultura y Juventud del Ayuntamiento de Etxebarri, vinculada al movimiento vecinal y a las organizaciones del Tercer Sector. Compara su función en el Ayuntamiento con la tarea de gestionar todas las mañanas una escuela de participación, a la vez que nos habla de los límites de la Administración Pública, sobre todo en cuestiones de contratación. “Las asociaciones de Etxebarri están aprendiendo continuamente a presentar proyectos perfectamente redactados y justificados; pero en esto no se puede bajar la guardia, es necesario que las asociaciones estén al día en metodologías e innovación”, recalca Eider.

                  “En Etxebarri”, continúa la Técnica de Cultura y Juventud, “existe un modelo, no escrito, de relación público-social. Las personas que llegan a este municipio quieren participar y el relevo se da de forma natural en los diferentes espacios de participación. Por ejemplo, este año se ha dado una renovación de personas muy fuerte en la comisión de fiestas del barrio de San Esteban”.

                  Etxebarri tiene una de las mayores tasas de natalidad de Euskadi; el municipio crece a un ritmo acelerado y, en algunos casos, no resulta fácil dar espacio a las actividades que el tejido asociativo del municipio genera. Ahora, para Eider Txarteria, la preocupación está en lograr que Etxebarrri no se convierta en pueblo dormitorio.

                  Seguimos la jornada, en las instalaciones del Gazteleku Mugarri, conociendo claves diversas, aunque alineadas, que impulsan y explican el desarrollo comunitario en este municipio vizcaíno y en las que ponemos mucha atención para recoger aquello que podamos incorporar a nuestros proyectos.

                  Danel Marín, concejal de Fiestas, Convivencia y Participación del Ayuntamiento de Etxebarri y una de las personas participantes en el programa Bherria comparte su trayectoria: “Empecé en catequesis, comunidades, fuí monitor, integrante del grupo de música, de asociaciones, etcétera. Me involucré en ‘La Voz del Pueblo’ y salí elegido como concejal en el número 13. En un lugar como Etxebarri resulta difícil separar la faceta de ciudadano de la de responsable público y, en ocasiones, se producen interferencias entre ambas facetas”.

                  Las fiestas de Etxebarri son una puerta de entrada, una excusa para la acogida a nuevos vecinos y vecinas que se incorporan al municipio; las comisiones son abiertas y están conformadas por personas que disponen del apoyo técnico municipal para facilitar la coordinación con otras áreas y necesidades.

                  Existe también una comisión de convivencia participada por personas y entidades que van detectando necesidades y conflictos que procuran resolver. Un ejemplo del trabajo de esta comisión es “Cuéntame-Kontaidazu”, una iniciativa en la que un grupo de mayores se acercó a las aulas de los centros escolares contando a los niños y las niñas cómo era Etxebarri en el pasado. El documental “Gu Gara” es una recopilación de aquellos relatos.

                  Garantías y desarrollo comunitario

                  Una vez escuchada la impresionante experiencia participativa de Etxebarri, con la información y las ideas a flor de piel, las personas participantes en Bherria debaten al respecto de las tensiones existentes entre la estructura garantista de la Administración Local y las propuestas que nacen del desarrollo comunitario.

                  Algunas de las cuestiones que surgen en torno a este debate apuntan a la necesidad de acercar la función de intervención a la función social. La intervención municipal debe mantener dentro de la legalidad los procedimientos de contratación, una tarea totalmente necesaria que protege a los poderes públicos de posibles acciones irresponsables. Comprendemos las necesidades que están detrás la intervención y, al mismo tiempo, somos conscientes de que el modelo de licitación actual es obsoleto y en muchas ocasiones limita la capacidad de poner en marcha los servicios diseñados desde la ciudadanía. La función de intervención conoce y garantiza el cumplimieno de la Ley de Contratación pero no ha desarrollado una dimensión de concertación social. En este sentido, la Ley del Tercer Sector y la Economía Social brinda un marco que también debería tenerse en cuenta.

                  El desarrollo comunitario tiene la vocación y la capacidad de llevar adelante servicios públicos adaptados a la necesidad y a la realidad de su entorno. Existe la posibilidad de explorar fórmulas que garanticen una contratación acorde a legalidad y unos servicios públicos diseñados y desarrollados con la ciudadanía. Podemos encontrarnos licitaciones que cumplen a la perfección los criterios de contratación pero que no logran los objetivos planteados y, también, podemos dar con propuestas que parten de la ciudadanía pero que en su formulación quedan muy lejos de cumplir los requisitos mínimos para la contratación. ¿Cómo acercamos estas dos necesidades?

                  Las vías a explorar pasan por dar más lugar al papel de los técnicos/as municipales, ya que son el puente entre la función de intervención y las propuestas nacidas desde la ciudadanía. En su mano está el cuidado de los procesos y ayudar a realizar una interpretación de la ley que favorezca este puente.

                  Entramos ya en la recta final de Bherria. Estamos preparando el último encuentro de cierre de este programa que tendrá lugar el próximo 5 de diciembre en las instalaciones de Zawp Zorrozaurre, al que queremos invitar a personas con responsabilidad política y técnica en Administración Local que buscan impactar en la mejora de su entorno desde estrategias de colaboración con la ciudadanía y que no han participado en esta primera edición.

                  Si eres una de estas personas, puedes inscribirte rellenando este formulario. Por razones logísticas, te pedimos reserves tu plaza antes de las 12.00h de este viernes, 1 de diciembre.

                  Mientras tanto, y como hemos hecho hasta ahora, mantenemos la conversación y el debate en abierto por medio del blog, las redes sociales y la etiqueta #Bherria. Seguiremos difundiendo y dando a conocer experiencias de innovación en la relación público-social y en cuestiones relacionadas con el voluntariado.

                  Explora la biblioteca virtual de Bherria. Una mina de información y conocimiento colaborativo

                   

                  Volvemos de unas semanas de descanso. El verano nos ha dado para distraernos y también para poner foco y ordenar toda la información que hemos sistematizado en Bherria. Así que, os presentamos nuestra “biblioteca virtual”. 

                  Somos conscientes de que en la era digital el acceso a la información y el intercambio de conocimiento son fundamentales para el desarrollo y la colaboración en diversos campos. La sección “Documentos de la web de Bherria alberga una amplia biblioteca virtual con los documentos generados y referenciados a lo largo de estos últimos cinco años, proporcionando una valiosa fuente de información para quien quiera profundizar en este campo.

                  Esta base de datos se organiza de manera sistemática y eficiente, con filtros que segmentan temas, ámbitos y autoría, y que posibilitan una navegación rápida y sencilla. Además, cuenta con un buscador para encontrar fácilmente documentos a través de palabras clave.

                  ¡Navega en la base de datos!

                   

                  La sección “Documentos” consta de grandes bloques temáticos que se han generado a lo largo de diferentes ediciones y diferentes ejes de trabajo de Bherria. Las temáticas son las siguientes:

                  • Atributos de la Colaboración Público-Social

                  Aquí se recopila toda la información generada en los ciclos de trabajo centrados en los 10 atributos de la colaboración público-social. Cada documento contiene una infografía animada, un póster y un informe completo que desarrolla las claves planteadas. Estas herramientas son de vital importancia para comprender y fomentar la colaboración público-social.

                  • Colaboración Público-Social

                  En 2021, Bherria llevó a cabo una investigación para extraer aprendizajes de las experiencias de colaboración público-social que surgieron durante la pandemia de la COVID-19. Desde aquí se puede acceder a la documentación utilizada en el trabajo, así como a un informe que resume las principales conclusiones de la investigación. Se trata de información muy útil para comprender cómo la colaboración puede ser un factor clave en momentos de crisis.

                  • Gestión comunitaria de espacios 

                  En este apartado se recogen numerosas experiencias, modelos y recursos relacionados con la gestión comunitaria de equipamientos públicos. Los documentos disponibles ofrecen ideas y enfoques innovadores para promover la participación ciudadana en la gobernanza de espacios públicos, impulsando un mayor sentido de pertenencia y colaboración en la comunidad.

                  Este tema recoge los aprendizajes obtenidos durante la Residencia realizada en 2020, un espacio de encuentro y trabajo conjunto que trataba de profundizar y mejorar proyectos concretos de colaboración público-social. Los documentos relacionados con esta experiencia proporcionan una visión enriquecedora de cómo la colaboración puede generar resultados significativos en proyectos específicos.

                  Una de las ventajas de esta sección es la facilidad para acceder y descargar la información requerida. Una vez que se realiza una búsqueda a través del buscador, o navegando por los temas de trabajo, se puede ver la información detallada de cada documento y descargarlo fácilmente, lo que permite un acceso rápido y eficiente al conocimiento generado por la comunidad colaborativa de Bherria.

                  La sección “Documentos” de Bherria es una fuente de conocimiento colaborativo, accesible para todas las personas interesadas en la Colaboración Público Social. La estructura organizativa de la base de datos, combinada con el buscador y la diversidad de temas abordados, convierte a esta biblioteca virtual en una valiosa herramienta para profundizar en el desarrollo de proyectos colaborativos y en la comprensión de su impacto en diversas áreas. No dudes en explorar esta mina de información y descubrir cómo la colaboración puede ayudarnos a transitar hacia la sociedad en la que queremos vivir.

                  ¡Accede a la biblioteca virtual!

                  Facilitar es acompañar

                  Con la llegada de mayo damos comienzo a un nuevo ciclo dentro del programa anual de Bherria para 2022. Recordemos que para este año implementamos esta estructura cíclica en las acciones de Bherria para profundizar en los diferentes atributos que dan forma a los proyectos de colaboración público-social.

                  Uno de los elementos esenciales para que cualquier colaboración tenga lugar de forma fluida, sana y satisfactoria, es la facilitación de los procesos y la mediación entre las personas implicadas. No obstante, no siempre se ejecuta esta mediación de forma conveniente en favor del proceso. Por eso, el atributo escogido para este segundo ciclo de acciones será la facilitación.

                  Comenzamos con un encuentro con las personas que forman parte de Komunitatea (la comunidad de aprendizaje de Bherria), que nos servirá de acercamiento y reflexión partiendo de la realidad de las técnicas y técnicos de la Administración Pública vasca; la parte formativa de este atributo -sobre nociones básicas y herramientas- la atenderemos en Prestakuntza (las sesiones abiertas de capacitación para la acción).

                  Tal y como vimos en la sesión sobre el atributo “propósito”, en los proyectos de colaboración con la ciudadanía nos movemos en el terreno de lo complejo. En su buen funcionamiento juega un papel importante la figura de la facilitación, un rol que tiene que ver con dinamización, mediación, diseño metodológico, gestión de grupos, resolución de conflictos, sistematización y relatoría de procesos, comunicación… Un mix de habilidades blandas que dibuja un nuevo perfil profesional con competencias transversales cada vez más necesarias.

                  A través de la facilitación, el acompañamiento o la coordinación, se crean las condiciones y se aporta la metodología que favorece el fluir del proceso de colaboración tanto en claves relacionales como de cumplimiento de expectativas, y de compartir los procesos y resultados. Algunos aspectos importantes para atender desde/con la facilitación son:

                  • Construir relaciones de confianza, reconocimiento y reciprocidad que refuercen los lazos interpersonales y faciliten futuros procesos de colaboración.
                  • Obtener procesos empoderadores y emancipadores en los que las personas implicadas desarrollen el sentido de pertinencia y pertenencia.
                  • Velar por una participación abierta e inclusiva en la que se escuchen todas las voces.
                  • Posibilitar diferentes grados de participación e implicación proactiva mediante la distribución de funciones, roles y tareas rotativas.
                  • Asegurar el acceso a la información y facilitar el acceso a la toma de decisiones.

                  La mediación logra que haya una participación activa en los proyectos, que se alcance cuotas de autogestión maduras y se reduzca el número de posibles conflictos. La mediadora es la figura responsable de la facilitación del proceso y de la generación de un clima amable e inclusivo. Las personas mediadoras escuchan y observan lo que está sucediendo para poder responder a las particularidades del momento, y para construir juntas los resultados que se pretenda obtener. Para hacer esto, se requieren habilidades para la facilitación y el apoyo a la colaboración. Pensamos en cuestiones como:

                  • Nociones básicas de procesos grupales, facilitación, mediación, gestión de conflictos…
                  • Desarrollo de habilidades relacionales (soft skills): escucha activa, empatía…
                  • Una actitud impulsora y posibilitadora: poner el foco en cómo hacerlo posible, búsqueda proactiva de una solución, de la información necesaria…
                  • Conocimiento práctico en metodologías específicas (acciones y herramientas).

                  En definitiva, podemos decir que la función de la facilitación es acompañar los procesos creando las condiciones metodológicas y relacionales para que quienes participen puedan ‘abandonarse al juego de la colaboración’.

                  ¿Cómo diseñamos los procesos de colaboración con la ciudadanía? ¿Qué nos resulta más útil: una planificación estructurada o un kit de herramientas para guiarnos en el proceso? ¿Cuánta implicación podemos pedir a las personas?

                  Recuerda que cada ciclo cuenta con dos citas para seguir profundizando en torno a la facilitación en la colaboración público-social: Komunitatea* el 12 de mayo y Prestakuntza** el 23 de junio.

                  *Las sesiones de Komunitatea están destinadas a las técnicas de las administraciones públicas vascas que forman parte de la comunidad Bherria. Si quieres formar parte de esta comunidad ponte en contacto con nosotras [email protected].

                  **Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30 a 11:00. Aquí puedes inscribirte a la próxima cita:




                    Facilitar y acompañar para transformar

                    Susana Moliner, licenciada en Ciencias Políticas y experta en el diseño y puesta en marcha de procesos comunitarios, participará como ponente en la próxima sesión de Bherria Prestakuntza, prevista para el 23 de junio.

                     

                    ¿QUIERES APUNTARTE?

                    Para Susana la facilitación implica enriquecer, conectar y descentrar nuestra vivencia de la realidad. Tiene una extensa experiencia en el diseño e implementación de programas de aprendizaje y experimentación artística en diversos entornos culturales y es, entre otras muchas cosas, fundadora de GRIGRI, plataforma dedicada a la investigación y creación cultural que centra su área de actuación en el diseño participativo, la intervención urbana y los procesos comunitarios de carácter transdisciplinar.

                    Durante hora y media, entre las 09:30 y las 11:00 horas, compartiremos estrategias, trucos, desafíos y aprendizajes en torno al acompañamiento en procesos comunitarios. También reflexionaremos sobre la manera en que este enfoque de facilitación abierto, poroso y empático posibilita mirar la realidad social desde otros parámetros y subjetividades. Se trata de una aproximación que nos permite, entre otras cosas, enriquecer y ampliar las maneras en que podemos abordar el diseño e implementación de políticas públicas de proximidad.

                    Estas son algunas preguntas que se plantean para esta sesión: ¿Cómo generar relaciones de confianza y reciprocidad en los procesos comunitarios? ¿Qué caracteriza un proceso de participación abierto, poroso y amoroso? ¿Cuáles son las claves para el diseño de un proceso de facilitación de este tipo? ¿Cómo generar un re-encantamiento y apropiación del proceso de participación por parte de las personas que se involucran? ¿Cómo lidiar con la apertura del proceso y la consecución de los objetivos propuestos?

                    Si trabajas en la Administración Pública vasca y te interesa conocer las claves de la facilitación en procesos de colaboración público-social, inscríbete a través de este formulario.

                    Si es la primera vez que tomas parte en una actividad de Bherria, háznoslo saber para poder darte un poco de contexto sobre el programa y sus actividades.

                    ¡Colabora con Bherria en la difusión de esta convocatoria! Si conoces a alguna persona que pueda estar interesada en esta formación, por favor, hazle llegar el enlace.

                    Formulario de inscripción




                      Formalizar la colaboración

                      Han pasado ya unas semanas desde la celebración de nuestro 5º Aniversario y seguimos sonriendo por esa magia que generan estos encuentros, y recordando algunos momentos a través de videos y textos que vamos compartiendo en nuestros canales.

                      La vida tras el 24M continua y seguimos avanzando en este listado de atributos que nos permite profundizar en los procesos de colaboración público-social. En este tercer trimestre del año vamos a indagar en las formas en las que se puede estructurar y formalizar la colaboración entre la ciudadanía y la Administración Pública a través de dos encuentros, tal y como lo hacemos habitualmente:

                      • Vamos a hacer una primera reflexión partiendo de la realidad de las técnicas y técnicos de la Administración Pública vasca que participan en Komunitatea (la comunidad de aprendizaje de Bherria).
                      • Y una sesión formativa online, el día 8 de junio, que impartirá Claudia Delso dentro del eje Prestakuntza (las sesiones abiertas de capacitación para la acción). Claudia tiene experiencia en dirección y gestión dentro de la Administración Pública; entre 2015 y 2019 fue concejala de Participación e Innovación Democrática en A Coruña. Actualmente, forma parte de La Hidra Cooperativa, entidad que colaboró con Bherria en la Topaketa 2021.

                       

                      INSCRÍBETE AHORA

                      Cuando rescatamos en este listado de atributos el ítem “forma de colaboración” lo hacíamos reflexionando sobre las diferentes maneras que la Administración Pública ha ido construyendo a lo largo del tiempo para colaborar con la ciudadanía. Ambos son agentes necesarios para impulsar proyectos inclusivos que impactan en la construcción de otra sociedad. La clave reside en reconocernos y respetarnos como actores necesarios en esta construcción, compartiendo capitales más allá de los económicos, cuidando los tiempos y los formatos de trabajo.

                      El contenido que abordamos nos lleva a un espacio de conversación complejo; requisitos de obligado cumplimiento como la concurrencia, la declaración de utilidad pública, la normativa y la duración de las concesiones, entre otros, pueden ser percibidos como trabas o como garantías. La diferencia reside en el grado de colaboración alcanzado entre la iniciativa ciudadana y la Administración Pública

                      Comprendiendo todas las necesidades detrás de los procesos, no dejamos de tener la sensación de necesitar inventar nuevas maneras de formalizar este encuentro. Desde nuestro punto de vista, esta formalización debe de dotar de sentido práctico a los discursos que buscan construir relaciones de confianza, reconocimiento y reciprocidad. 

                      Los vínculos significativos muy habitualmente se construyen entre personas concretas con diferentes funciones y roles en un clima de complicidad. Siendo esto así, ¿cómo podemos establecer apuestas para lanzar proyectos de colaboración transparentes y ágiles? ¿Cómo trascender para desarrollar marcos de colaboración, acuerdos, convenios, etcétera?

                      Y, también, conversamos sobre la necesidad de recuperar la relación directa entre las personas que gestionan política y técnicamente nuestras instituciones y la trama comunitaria. A menudo las empresas proveedoras en procesos de intermediación y participación ciudadana realizan una función que caduca en el tiempo y, muchas veces, a pesar de las bases de datos y las presentaciones, se llevan consigo el capital relacional. Es necesario dejar de delegar el vínculo entre la trama comunitaria y social.

                      Sobre estas claves queremos explorar. Como comentábamos más arriba, comenzaremos con una sesión de Komunitatea en mayo para trabajar desde las experiencias de las personas que conforman esta comunidad de aprendizaje; el 8 de junio tendremos la sesión formativa abierta online en Bherria Prestakuntza, entre las 09:30 y las 11:00 horas con Claudia Delso.

                      Con los contenidos generados en ambas sesiones elaboraremos, como lo hemos hecho con los anteriores atributos, un pequeño informe que aglutine los aprendizajes y las claves para formalizar la colaboración con la ciudadanía.

                      Y hasta aquí, el avance de contenidos sobre colaboración.
                      Ondo segi. 

                      *Las sesiones de Komunitatea están destinadas a las técnicas de las administraciones públicas vascas que forman parte de la comunidad Bherria. Si quieres formar parte de esta comunidad ponte en contacto con nosotras (link de mail to).

                      **Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30 a 11:00. Aquí puedes inscribirte a la próxima cita.

                        Nunca he participado en Bherria

                        datos de contacto

                        Si tienes algún comentario en la inscripción, solo tienes que escribirnos a [email protected].

                        PONENTE

                        Claudia Delso Carreira (A Coruña, 1986)
                        Siempre en tránsito entre la gestión, la mediación y las prácticas situadas de lo político, lo público y lo cultural. Durante más de siete años habité una institución pública; desde entonces me siento atraída por lo jurídico y la apertura de lo institucional.

                        Gestora y mediadora cultural. Licenciada en Historia del Arte. Posgrado en Gestión Cultural y Cooperación Internacional y Posgrado en Tecnopolítica y Derechos en la Era Digital. Como profesional independiente ha trabajado en la gestión, coordinación y acompañamiento de proyectos culturales e interdisciplinares de ámbito local, nacional e internacional. Tiene amplia experiencia trabajando con metodologías de participación e innovación social. Fue Concejala de Participación e Innovación Democrática en el Ayuntamiento de A Coruña entre 2015-2019. Actualmente es investigadora en el Institut de Recerca Urbana de Barcelona (IDRA) y co-coordina el Seminario «Repensar el Museo» dentro del Plan de Estudios «Tejidos Conjuntivos» del Museo Reina Sofía.

                         

                        Gernika Gogoratuz: Intercambio de alternativas de vida

                        Hace unos días, el 21 de abril, Gernika Gogoratuz nos invitó a participar en las XXXI Jornadas Internacionales de Cultura y Paz para contar la experiencia Bherria en el marco de las actividades conmemorativas del 84 aniversario del bombardeo de Gernika.

                        Nos pedían compartir las claves de este proyecto en una jornada que, bajo el título, “Intercambio de alternativas de vida en el País Vasco. Territorios de vida en tensión buscando solución”, pretendía unir la reflexión a la acción, desde un enfoque de capacidades, a través de proyectos en marcha.

                        Maria Oianguren, directora de Gernika Gogoratuz y Alfonso Dubois, economista y colaborador de este Centro de Investigación por la Paz, abrieron el encuentro compartiendo algunas reflexiones sobre los espacios de diálogo, la investigación y la epistemología al servicio de la construcción de alternativas sostenibles con la vida. “La razón por sí sola es ineficaz. Mirar al reto del planeta necesita imaginar lo que todavía no es. Necesitamos espacio y tiempo para hacer este trabajo”, comenzaba María Oianguren.

                        Continuaba Alfonso Dubois, haciendo referencia al proyecto “Territorios en Conflicto” y la necesidad de “reflexionar sobre nuevas epistemologías y narrativas”. A lo largo de todo el encuentro los cruces con las claves que desde Bherria hemos cosechado en estos años aparecían reforzados y traducidos a un lenguaje más académico.

                        “El enfoque metodológico no es neutro, no es atemporal y nos debe permitir acceder a la realidad”, señalaba Alfonso Dubois. Este pensamiento enlaza con la idea de Bherria de construir capacidades colectivas para los procesos de cambio y la construcción de alternativas. Un comienzo inspirador para seguir descubriendo iniciativas reales. Itxaso Bengoetxea, coordinadora del proyecto “Territorios en conflicto”, presentó las experiencias:

                        • Experiencias participativas en el País Vasco. Igor Ahedo (Parte Hartuz–UPV/EHU).
                        • Territorios en Conflicto. Jokin Alberdi (Gernika Gogoratuz) Busturialdea-Urdaibai.
                        • Gora Gasteiz! Rosalba Argote (CEAR Euskadi).
                        • Alternativas Económicas Solidarias de Euskadi. Carlos Askunze (REAS Euskadi)
                        • Tejiendo compromisos por la paz. Eneko Calle (Foro Social).
                        • Construyendo un modelo de innovación social propio. Ione Ardaiz (Arantzazulab).
                        • Experiencias solidarias de acogida: El proyecto Artea. Nati Ovelleiro (OEE)
                        • Gure Aukera, otros modelos de comedores escolares. Lourdes Imaz (EHIGE).
                        • Hacia otra política forestal. Keko Alonso (Kolore Guztietako Basoak).
                        • Colaboración público-sociales en Euskadi. Asier Gallastegi (Bherria).

                        Escuchar estas iniciativas nos hizo conectar con un futuro alternativo en construcción, aquí y ahora. A través de este documento podéis acceder a más información sobre cada uno de los proyectos. Tras esta secuencia de experiencias inspiradoras abrimos un círculo de conversación donde compartimos retos y aprendizajes. Esta es la síntesis que nos hicieron llegar desde Gernika Gogoratuz:

                               RETOS

                        • Incluir en los procesos a la comunidad ausente.
                        • Precariedad, inestabilidad, individualismo.
                        • Incorporar la diversidad en la vida local.
                        • Ser una fuerza común dentro de la diversidad de objetivos y prioridades.
                        • Comunicación clara y accesible; dejar los tecnicismos a un lado.
                        • Cómo tender puentes entre la gente y las organizaciones, e instituciones.
                        • Conectar alianzas entre sectores excluidos con colectivos organizados.
                        • No reinventar la rueda.
                        • Construir sobre la gran experiencia y conectar con lo que existe.
                        • Evitar el social-washing.
                        • Reto económico de los movimientos sociales cuando no quieres pedir fondos públicos.
                        • Aumentar la capacidad de trabajar en red. Discriminar lo urgente y lo prioritario/estratégico.
                        • Ser más consciente del propio comportamiento y ser más autocrítico.
                        • Hiperactividad.

                         

                               APRENDIZAJES

                        • Humildad.
                        • La importancia de asociarse para hacer frente a las problemáticas socio-ecológicas o buscar asociaciones que ya estén trabajándolas.
                        • Hay muchas alternativas que no conocemos bien y que deberíamos conocer mejor.
                        • Traducir ciertos conceptos en un lenguaje accesible.
                        • La sociedad civil sí tiene la capacidad de articularse y movilizarse para llevar a cabo alternativas y cambio.
                        • Los procesos son tan importantes como los resultados.
                        • Evitar posturas de confrontación intransigentes, posturas “a la defensa” para socializar y comunicar nuestros objetivos y cambios.
                        • Es posible decir lo que somos sin decir lo que no somos.
                        • Incluir las alternativas y no quedarnos en la denuncia.
                        • Observar mejor las interseccionalidades, las discriminaciones múltiples y ponernos en el otro.

                        Un espacio y tiempo el que construyeron los amigos y amigas de Gernika Gogoratuz para conectar con experiencias y alternativas que nos conectan con un futuro presente. Como apuntaba María Oianguren, “la razón por sí sola es ineficaz. Mirar al reto del planeta necesita imaginar lo que todavía no es. Necesitamos espacio y tiempo para hacer este trabajo”.

                        Gestionando energías en los procesos de cambio y colaboración

                        Estas claves son algunos aprendizajes que hemos ido adquiriendo en procesos de cambio y participación ciudadana. Algunas de estas ideas ya las hemos ido expresando, de una manera o de otra, a lo largo de las semanas que llevamos trabajando en #Bherria. Las compartimos para seguir conversando; nos interesa seguir profundizando en estas reflexiones, aterrizándolas en prácticas concretas.

                        Os proponemos algunas ideas sobre las habilidades o dinámicas más invisibles que, a menudo, se llevan nuestra energía en los proyectos. Solo unas ideas, a veces preguntas e incluso algunos videos.

                        LÍMITES

                        Necesitamos reflexionar sobre qué cosas dentro de este tipo de procesos no pueden modificarse. El listado puede ser amplio o escueto, pero debe de ser consciente y compartido. De esta manera, dibujamos una especie de marco para los procesos; explicitando los límites estamos también dibujando el área de todo lo que sí podemos cuestionar y modificar. Todo lo que no está dibujado como incuestionable, se puede cuestionar. Es importante que este ejercicio pueda realizarlo quien invita al proceso, por ser parte de su responsabilidad. Hay algo en el establecer límites que despierta la creatividad y la energía que supera obstáculos.

                        ¿Dejáis claros los límites en los proyectos que impulsamos junto a otras personas? ¿Sabéis cuáles son las cosas que es importante pudieran permanecer en el cambio?

                        El poder de las limitaciones creativas – Brandon Rodríguez

                        CONFLICTO

                        Los procesos de cambio no son fluidos. El conflicto es parte de estos por definición. Tenemos un reto que tiene también de insatisfacción, hay algo que nos gustaría modificar. Si se mantiene en el tiempo es porque hay algo importante que, a su vez, está permitiéndolo; suena extraño, pero en estas situaciones siempre hay una ganancia actual y oculta.

                        Comenzar a trabajar en el cambio a veces significa cuestionar equilibrios precarios. Nos necesitamos. No se trata de buscar responsables fuera de nosotros; los enemigos también cumplen su función, nos construyen más fuertes como colectivo. Nosotros contra vosotros.

                        ¿Nos sirve esta fotografía de bandos? ¿Qué nos estamos perdiendo que ven desde la otra perspectiva? ¿Cuáles son las necesidades detrás de las partes que declaran de manera explícita o implícita resistencia? ¿Y si en lugar de defender nuestra perspectiva defendemos los procesos?

                        Why are we so attached to our things? – Christian Jarrett

                        POTENCIALES

                        Estamos programados para ver lo que no funciona de todo lo que ocurre. Muchas veces invertimos tiempo y energía en aquellas personas que parecen responsables del ritmo lento de los proyectos, las dificultades del proceso, lo que falta… Hay otra estrategia que puede ayudarnos a trabajar de otra manera: vamos a fijarnos en aquello que ya está ocurriendo y se parece a lo que nos gustaría que ocurriera.

                        En la variedad de futuros posibles hay uno que está cogiendo forma y nos parece interesante y, además, permitimos que nos cuestione e inspire en la construcción de otras alternativas que no estaban en nuestros planes.

                        ¿Cómo hacemos que esos futuros tengan más oportunidades de ser? ¿Cuáles son las habilidades y capacidades que tenemos en nuestros equipos y proyectos? ¿Dónde está el punto de palanca? ¿Dónde invirtiendo menos energía puede comenzar el primer cambio?

                        #tecno_blandas o la organización tras el 15m en Korapilatzen

                        FRAGILIDAD, CONGRUENCIA Y APUESTA

                        Son procesos frágiles. Estamos experimentando a hacer diferente y las inercias para repetir lo conocido son muy fuertes. Este tipo de procesos colectivos cogen forma como resultado de la aportación de todas las personas implicadas. Un cuestionamiento sin respuesta, un abandono por parte de alguien importante, una respuesta rápida, una necesidad expresada con fuerza y no respondida pueden ser una oportunidad o un paso hacia el desdibujado definitivo. Cuando un proyecto de estas características no funciona y cerramos en falso, la siguiente vez que invitemos a las personas a participar no lo harán.

                        ¿Cómo escuchamos las críticas? ¿Cómo cuidamos a las personas participantes en estos procesos? ¿Reconocemos la acción voluntaria y ciudadana? ¿Somos conscientes de cuáles de las acciones, o falta de acción por nuestra parte, han podido contribuir a que ocurra eso que nos molesta por parte del resto de actores/actrices en el proceso?

                        How to practice effectively…for just about anything – Annie Bosler and Don Greene

                        RITMOS, ESTRUCTURAS Y CONSTRUCCIÓN COLECTIVA

                        El manejo de los tiempos es una clave. Por un lado, necesitamos mantener la tensión suficiente que nos mantenga dentro. A veces, otras necesidades hacen que los procesos se alarguen, las personas que podrían estar interesadas en aportar su trabajo ya se han enganchado en otros lugares, quienes tenían dudas las ven confirmadas.

                        Si estos tiempos son necesarios es importante pensar para qué vamos a aprovecharlos. Podemos seguir contando el proyecto e ir sumando perspectivas. Muy importante informar de estos procesos más invisibles, invertir energía en conversaciones e ir avanzando. Incluso cuando aparezcan los bloqueos comprender las necesidades detrás de estos e incorporar ese aprendizaje al proyecto.

                        Y rescatando espacios para aprender de la experiencia y comunicarlo, lanzamos semillas para nuevos proyectos en nuestro municipio y en otros. Rescatamos ideas para las siguientes acciones en común y por separado.

                        ¿Cómo unimos los hitos? ¿Cómo compartimos los procesos? ¿Qué proyectos podemos cerrar para dedicar energía a los que priorizamos? ¿Cuál es el lugar que debo ocupar en este proyecto y cuáles pueden ocupar otras personas?

                        INNOVACIÓN Y ORÍGENES

                        Pareciera que hoy el saber reposado y fruto de la experiencia no es tan importante como la fuerza de lo nuevo. Quizás porque detrás de algunas prácticas defendidas como las “verdaderas”, las “únicas” o las “mejores”, se escondía cierta repetición de una misma experiencia en lugar de aprendizaje acumulado. De la misma manera que hay quienes quieren acabar con todo lo viejo para impulsar lo nuevo, hay quienes se protegen de todo lo nuevo y su potencial. Parece “humo”, “cantos de sirena”…

                        En ocasiones esta actitud en relación a la “innovación” se descubre en un rechazo a la tecnología, renunciar a aprender a usar nuevas herramientas, a entender lo que podemos hacer con ellas.

                        Nos ocurre a veces que en el mundo de lo digital tenemos la experiencia de estar en cualquier lugar en cualquier momento.

                        Necesitamos de toda la experiencia, la construida y la por construir; necesitamos entrenar la mirada de sorpresa y curiosidad además de la distancia que da la experiencia.

                        ¿Cómo unimos los proyectos? ¿Cuidamos las marcas para dar continuidad a los esfuerzos? ¿Cómo reconocemos los proyectos que fueron el origen de lo que estamos haciendo en este momento? ¿Cómo conseguimos que las experiencias de valor sobrevivan el cambio político en nuestras concejalías? ¿Cuáles son las palabras que usamos para nombrar las nuevas ideas y avanzar? ¿Cómo incluimos el potencial de las nuevas herramientas para la conectividad, la escucha y la colaboración en nuestros proyectos? ¿Cuáles son los espacios donde nos encontramos complementando las conversaciones digitales?

                        DEFENDER Y ARRIESGAR

                        A menudo, desde la perspectiva de la relación público-social, nos situamos en la crítica a la función garantista de la Administración Pública. La sensación es que incluso leyes como la de transparencia, que compartimos en todo su potencial, está haciendo aún más rígidos nuestros procedimientos. En esta tensión, las batallas a menudo se dan entre departamentos de nuestros ayuntamientos y entre técnicos/as sensibles a unas necesidades a otras.

                        Cuestionar las necesidades detrás de la protección, defensa, rigidez de los procesos solo los hacen más rígidos. Necesitamos reconocer estas necesidades para ver de qué manera podemos incluir estos objetivos en los procesos que necesitan de mayor flexibilidad y adaptación. De alguna manera habría un proceso en dos tiempos:

                        • No nos peleamos con los límites. Solicitamos información sobre los mismos, conocemos experiencias en marcha similares y dentro de la estructura y de lo posible. Pedimos a las personas expertas en procesos que nos lo recuerden a lo largo del proyecto.
                        • Por otro lado, necesitamos también poder crear y cuestionar parte de estas estructuras. Conocer otras iniciativas similares gestionadas desde otros lugares similares. Y en todo caso, quizás, acompañar explotando las áreas de incertidumbre, pequeños cambios que se vivan como positivos e inspiradores.

                        ¿Qué necesidades están detrás de los procedimientos? ¿Cuáles son los lugares donde podemos explorar a hacer nuevo porque no están aún regulados? ¿Cómo construir una burocracia colaborativa?

                        A lo largo de estas semanas estamos explorando, recordando, viviendo parte de estas dificultades y estrategias en los procesos de cambio. No hay recetas. Es posible que las soluciones de un lugar no sirvan para otro. Puede ser frustrante o podemos vivirlo como una aventura. Lo primero nos paraliza, lo segundo nos lanza. Seguro que hay caminos intermedios; lo que también es seguro es que las personas que están participando de esta edición de Bherria están conectadas con el movimiento, la investigación, como decía una vez alguien que conocí “el insistencialismo”. ¿Cómo lo veis? ¿En qué terreno os movéis mejor? ¿Cuál os atrapa? ¿Qué hemos intentado? ¿Funcionó? ¿En quién podemos apoyarnos? ¿Dónde probaron a hacer algo diferente?

                        Asier Gallastegi. Acompaña procesos personales: organizacionales y de equipos. Formado como Educador Social, Psicoterapeuta familiar y experto en intervenciones sistémicas. Supervisor/coach y desarrollo organizacional. Practitioner en PNL y Constelaciones Organizacionales. Especializado en el trabajo desde de la perspectiva sistémica en el mundo de la gerencia, la acción social y comunitaria, los procesos de innovación y el uso de nuevas tecnologías. Profesor en la Universidad de Deusto.

                         

                        Gi2030, un proceso colaborativo para imaginar el futuro del territorio de Gipuzkoa

                        El proyecto Gi2030, un proceso de investigación y acción destinado a alcanzar una visión compartida del territorio guipuzcoano para el año 2030, surge desde un esfuerzo conjunto liderado por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), y respaldado por la Diputación Foral de Gipuzkoa, a través de Etorkizuna Eraikiz. La vocación de esta iniciativa durante el año en curso es experimentar, colaborar y tejer soluciones colectivas para los desafíos que se nos presentan a corto y medio plazo.

                        La dinámica de Gi2030 consiste en establecer un espacio de debate en torno a 5 ámbitos: personas, ciencia, economía, bienestar y clima. En la primera fase de este proceso, se han desarrollado doce enriquecedores talleres presenciales desde donde han emergido más de 100 preguntas iniciales sobre la Gipuzkoa que queremos para el futuro. Posteriormente, estos interrogantes se someten a un proceso para una mayor concreción, agrupamiento y priorización de las mismas con la ayuda de personas expertas. Como resultado de este minucioso proceso obtenemos diez preguntas finales, sentando así las bases sobre la que se sustenta la reflexión para obtener propuestas tangibles que culminen en un documento de visión compartida para el territorio gipuzkoano en 2030.

                        El proyecto se articula en la combinación de talleres presenciales y la plataforma digital Gi2030.eus que, a su vez, se asienta en Decidim, una solución informática fruto de la colaboración público-social-privada que, a día de hoy, se ha desplegado en más de 20 países.  No es la primera vez que desde Bherria hablamos de Decidim; en la residencia que llevamos a cabo en el 2020, contamos con la presencia de Carolina Romero, responsable de producto y coordinadora interinstitucional, que expuso los principios de esta plataforma y que sirvió de inspiración a la hora de explorar escenarios más abiertos de colaboración público-social.

                        Aunque todavía es temprano para materializar resultados concretos en términos de propuestas que encaren los desafíos del futuro de manera colectiva, el proceso Gi2030 ya ha traído consigo valiosas lecciones que nos gustaría compartir:

                        1. Hibridación presencial-digital. La fusión de encuentros presenciales, junto a la plataforma digital de interacción, ha sido una de las claves. Los 15 encuentros presenciales han dejado una huella digital de 116 preguntas en la plataforma. Estas preguntas han catalizado interacciones digitales que incluyen comentarios y reacciones como «me gusta», comentarios, votaciones, etcétera. Simultáneamente, Twitter es la red social desde donde se está construyendo una narrativa, un relato del proceso bajo el hashtag #Gi2030.
                        2. Método para la priorización de las preguntas. El equipo motor ha implementado un enfoque creativo para concretar más las preguntas, agruparlas y priorizarlas. En colaboración con un grupo de personas expertas, se ha adaptado y aplicado una versión personalizada de la técnica «Delphi«. A través de esta técnica, se ha logrado una selección y refinamiento de las 116 preguntas iniciales. Este enfoque se revela especialmente valioso para proyectos futuros en los que la participación ciudadana masiva requiere un procesamiento estructurado y una categorización precisa.
                        3. Transparencia y trazabilidad. A través de la tecnología proporcionada por Decidim, el proceso asegura la transparencia y trazabilidad tanto de las preguntas como de las propuestas elaboradas en fases previas. Cada paso, desde la priorización hasta la fusión y demás fases, queda registrado de manera tangible en la plataforma. Este sólido sistema de registro permite comprender, a tiempo real, el estado y la evolución de estos elementos. Aquí podemos ver un ejemplo.
                        4. Comunicación eficiente. El sistema de notificaciones de Gi2030.eus garantiza que las personas participantes en la plataforma reciban, de inmediato, información sobre cualquier cambio o desarrollo relacionado con sus propuestas. Además, la plataforma dispone de un sistema de boletines informativos para mantener al cabo de la actualidad a las aproximadamente 200 personas que ya se han registrado en la plataforma.

                        Ahora, Gi2030 entra en la fase que trata de obtener propuestas. Por medio de nuevos talleres presenciales, que se realizarán en diversas localidades de Gipuzkoa, las preguntas prioritarias se transformarán en propuestas concretas. Estas propuestas, en armonía con las preguntas centrales de la fase anterior, se verán reflejadas en la plataforma. Un sistema de votación permitirá que las personas participantes expresen su interés en propuestas específicas, subrayando aún más la naturaleza colaborativa del proyecto.

                        Hacia un común de los cuidados


                        Iñaki García, psicoterapeuta experto en salud mental, y coordinador de Erain Cooperativa abordará, el 14 de octubre en Bherria Topaketa, los caminos de colaboración entre lo público y lo social desde la perspectiva de los cuidados y el sostenimiento de la vida. Iñaki llega con la intuición de que el diálogo entre lo PÚBLICO y lo SOCIAL es un potente generador del COMÚN.

                        La irrupción de la pandemia generada por la COVID-19 ha hecho emerger en el espacio público una nueva mirada sobre la asunción de la vulnerabilidad de la vida.

                        Al menos en el contexto de las sociedades postindustriales occidentales, y a pesar de la percepción de la amenaza de la crisis económica y del calentamiento global, el imaginario público de las clases medias ha estado sujeto por la concepción de la seguridad y el control sobre las propias vidas cotidianas, sobre todo en el periodo previo a la crisis del 2008.

                        Sin embargo, que un minúsculo e invisible virus haya puesto patas arriba el mundo tal y como lo conocíamos, y que hayamos inaugurado un “nueva normalidad”, que comienza a no ser tan nueva, nos ha llevado a darnos cuenta de la presencia del malestar, de la muerte, de la incertidumbre en nuestro cotidiano, en una forma globalizada, como no habíamos conocido.

                        La vulnerabilidad de la vida ha entrado en la agenda pública, y de este modo van tomando relevancia aspectos relacionados con la vida cotidiana y los cuidados: la preocupación por la sanidad pública, por las residencias de ancianos, por la salud mental, los suicidios, por la muerte digna… Comenzamos a percibir que somos vulnerables y que otra vida puede ser vivida.
                        En este sentido, y tal y como afirma Yayo Herrero (https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6292633)

                        (…) cada persona, desde que nace hasta que muere, depende absolutamente de que haya otros seres humanos que cuiden de ese cuerpo vulnerable en el que vivimos encarnados, sobre todo en algunos momentos del ciclo vital. La cultura dominante permanece ajena no solo a los límites, sino también a la inmanencia y la vulnerabilidad de cada cuerpo en solitario. Ha construido una especie de idea de transcendencia, como si cada uno de nosotros pudiéramos concebirnos como emancipados de la naturaleza y de nuestro propio cuerpo. No es así. Vivimos en la naturaleza y vivimos en nuestro cuerpo, que envejece, que enferma, que tiene que ser cuidado. Y si es posible que algunas personas piensen que pueden vivir emancipadas de la naturaleza y del cuerpo, es porque en otros lugares hay sujetos subordinados, invisibilizados, que se ocupan de sostener esa vida.

                        En este sentido, la presencia del virus y el despliegue de las políticas de contención del mismo, han colocado el asunto de la salud mental y los cuidados dentro del espacio público, en un proceso de creciente toma de consciencia sobre la relación entre nuestro estilo de vida y los malestares que vivimos, de la mano de movimientos como los de los Grupos de Apoyo Mutuo y del movimiento feminista que han puesto el foco en los contextos sociales que nos atraviesan, rompiendo la concepción individualista o medicalizada hegemónica.

                        Si consideramos el cuidado como un eje vertebrador del Estado del Bienestar (el famoso cuarto pilar) conocemos los riesgos de implementar lógicas neoliberales en la gestión del cuidado delegando los mismos dentro del ámbito privado, tal y como hemos podido percibir en todos aquellos espacios sanitarios, sociales o educativos en los que la gestión de dichos recursos ha caído en lógicas de mercado y de beneficio, que han redundado en una lastimosa caída de los estándares de calidad de atención y de generalización de la precariedad laboral.

                        La salud, como otros bienes, sufren lo que David Harvey describió como procesos de cercamiento: fuertes privatizaciones de aquello que es común para la extracción y multiplicación de beneficios de unos pocos. Estos procesos de cercamiento, no ocurren solamente en el ámbito de la salud desde la oferta pública (gestión hospitalaria, de recursos públicos…) sino también en relación a los determinantes sociales de la salud: el acceso a la vivienda, el diseño urbanístico de nuestras ciudades, la precarización laboral, o la desigualdad son factores poderosos que influyen sobre la salud comunitaria.

                        Además de los procesos de cercamiento, el enfoque de los comunes sobre la salud corre el riesgo de ser desplazado por la concepción securitaria en la que pivotan las políticas de gestión de la pandemia. Con la articulación de discursos bélicos y prácticas eminentemente policiales, se ha ha creado un marco de sospecha alrededor de la salud pública, alentando actitudes de vigilancia entre los vecinos y vecinas, bajo la concepción de que la salud es un asunto que corresponde al Estado y no a la comunidad. En contraste con este prisma han sido las prácticas comunitarias de cuidados y de promoción de la salud las que han ofertado un paradigma de producción de los comunes, donde entendemos que las prácticas colaborativas entre lo comunitario y lo público tienen un papel protagonista.

                        En palabras de Raquel Martínez Buján (https://investigacionesregionales.org/es/article/cuidados-con-sentido-comun-desafios-vacios-y-contradicciones/)

                        (…) “las fronteras que separan las experiencias comunitarias del Estado, la familia o el sector privado no están claras y los bordes se muestran difusos. Las combinaciones entre “lo público” y “lo común” parecen múltiples: pueden darse por la propia auto-gestión, pueden crearse a partir de organizaciones no gubernamentales o asociaciones de distinto signo, pero también parece activarse cuando los poderes públicos municipales se asocian con las redes vecinales y ciudadanas. Todo ello demuestra que la comunidad se ha convertido ya en una de las agendas imprescindibles para evaluar la organización social de los cuidados”
                        Y es que, en los últimos años, y especialmente tras la irrupción de la pandemia, se han desplegado diversas de redes comunitarias para la provisión de cuidados en muchas ciudades. Se trata de iniciativas colectivas que abarcan ámbitos muy diversos (prevención de soledades no deseadas, espacios de crianza compartida o el fomento de una alimentación saludable y de proximidad…).

                        En relación a todas ellas, el trabajo de investigación que plantemos en Bherria tiene por objeto explorar los efectos que la colaboración público-social han generado a partir del conocimiento de aquellas iniciativas de cuidados y de promoción de la salud mental.

                        Trataremos de repensar colectivamente cuáles serían las claves a partir de las que desarrollar caminos de colaboración entre lo público y lo social desde una perspectiva del sostenimiento de la vida, desde la intuición de que el diálogo entre lo PÚBLICO y lo SOCIAL es un potente generador del COMÚN.

                        Implicar genera complicidad

                        Más que conclusiones… aprendizajes, matizaciones, sofisticar preguntas, reconocerse en las realidades, problemáticas y avances del resto. Poner luz y foco. Identificar señales. Cierta sensación de que quizá eso que tenemos entre manos aún es algo informe y mutante, pero que lo estamos engendrando colectivamente. Ser conscientes de que somos más de las que pensábamos (tanto a nivel técnico, como político y desde la sociedad civil). No estamos tan solas. Eso, aunque no soluciona las muchas vicisitudes del día a día, si las hace más llevaderas. El reto es no pensarnos como islas, sino sabernos y sentirnos archipiélago.

                        Ese es quizá el mayor “resultado” del tránsito por el primer ágora de Bherria. Probablemente un sentir que acompañe todo el camino por el resto de ágoras. Pero no anticipemos acontecimientos. Mantengámonos abiertas a la sorpresa por lo que pueda venir.

                        Y tratemos de interiorizar lo ya sucedido. Para ello, compongamos un texto que trate de encarnar las voces colectivas, las conversaciones sucedidas. Fijémonos en las señales del camino, para remarcarlo y rememorar lo caminado. Identifiquemos algunos hitos o temas que han aparecido con más fuerza o han generado más inquietud.

                        Entender lo que somos para poder transformarnos

                        En esta edición de Bherria, lo que somos en gran medida es administración pública, trabajadoras en ayuntamientos, principalmente a nivel técnico, pero algunas también a nivel político. Personas críticas y autocríticas con la forma de desplegar la función pública, pero también reconocedoras de los avances de la criatura. Miembros de estructuras garantistas y burocratizadas que no son fáciles de mover, pero que aunque a veces no nos lo parezca (o nos nos resulte suficiente), van intentando transformarse, adaptarse. Y si mantenemos la mirada y prestamos atención, veremos que ¡se mueven! Los cambios se notan: presupuestos participativos, mecanismos de control social, transparencia, rendición de cuentas, etc. Y son cambios que además perduran, que van modificando de forma ¿irreversible? el proceder político y técnico, haciendo que el diseño, seguimiento y evaluación de políticas públicas no participadas, carezca cada vez más, de prestigio o reconocimiento desde la ciudadanía.

                        Pero aún hay mucho por hacer: asumir ciertos riesgos, ser menos rígida y más ágil y flexible, probar, aprender haciendo, atender lo emergente, operar de formas más transversales e interrelacionadas hacia dentro y hacia afuera… La institución necesita no estar tan orientada al resultado a corto plazo y dar más valor a los procesos y al poso que estos van dejando a medio y largo (¿cómo conjugar esto con los ritmos y las agendas políticas?). La institución también necesita dar un paso atrás, para que la ciudadanía pueda ganar terreno en la gestión de lo público y lo común, aumentando así la corresponsabilidad de las partes (¿cómo desinstitucionalizar la institución sin que esto suponga su desmantelamiento? y a la vez ¿cómo reactivar a una ciudadanía que mayoritariamente se ha acostumbrado a delegar en las instituciones muchas de las cuestiones que le afectan?).

                        Participar debe ser un derecho civil más de todas las personas (ya decidirán estás si lo ejercen o no)

                        Las instituciones, por tanto, deberían asegurar que este derecho pueda ser ejercido, poner las condiciones materiales e inmateriales para ello (informar, disponer de recursos y herramientas adecuadas, etc.).

                        Y hablando de participación ciudadana dentro del marco institucional, es necesario hacer un proceso de apertura y pedagogía desde las propias instituciones, para que la ciudadanía pueda conocer mejor su lógica de funcionamiento, sus normas y procedimientos, sus tiempos, para saber situarse respecto a ello.

                        Además, se requieren marcos de actuación y reglas claras. Para a partir de ahí, generar un clima de confianza que posibilite ir modulando los procesos garantistas con marcos cerrados y fines concretos, para ir llegando a acuerdos que permitan mayor flexibilidad y más margen para la informalidad, así como la redefinición de los resultados sobre la marcha.

                        Entre la representación colectiva y la representación individual

                        Hay muchas personas en nuestros municipios con ganas de participar, de comprometerse, con conciencia de ser ciudadanas activas. Esa potencia, ese derecho, ese deseo de participar, hay que canalizarlo, hacerlo operativo.

                        Lo fundamental es atender a la diversidad, que en los procesos estén presentes los distintos agentes afectados. Huir de espacios en los que siempre participan lOs mismOs, regular lo sobrerrepresentado y subrepresentado, reconocer a los agentes formales de representación colectiva, pero también a los agentes informales y dar lugar a los agentes subalternos (todo el mundo tiene derecho a participar, no solo quien considera pertinente la institución).

                        Y también hay que manejar la tensión entre lo colectivo y lo individual, sacando partido a las identidades múltiples (todas somos muchas cosas diferentes según el momento; hay que saber modular y poner en valor esa pluralidad de pertenencias y representatividades, potenciando todas sus facetas y particularidades, sin reprimirlas).

                        Todo estos agentes deberían conformar una especie de bandada de estorninos, que logran comportamientos globales complejos partiendo de tres reglas muy simples pero fundamentales: 1) mantenerse lo suficientemente lejos como para evitar colisionar con sus vecinos; 2) mantenerse lo suficientemente cerca como para no alejarse de sus vecinos; y 3) ser capaces de seguir la misma dirección que marque el resto del grupo. Pero ¿podemos los humanos comportarnos como estorninos para buscar un objetivo común? ¿tenemos una voluntad clara de colaboración? ¿estamos preparadas para operar como un agente colectivo y no solo como un grupo de individuos? ¿estamos dispuestas a buscar nuestro sitio en el mundo, contribuyendo también a que otros puedan hacerlo, aprendiendo, desarrollando habilidades de vida como la comprensión de las emociones, la autogestión, la resiliencia y la conciencia plena?

                        Ensalada de intereses

                        Perseguir un objetivo, un interés común, no tiene por qué dejar de lado los intereses particulares. Al contrario, la mejor forma de buscar el interés común es buscando a la vez cumplir los intereses de cada una de las partes. Es importante que en los procesos se puedan trabajar los intereses individuales, tratarlos de forma legítima, para que no se pongan en juego de forma soterrada.

                        Por lo general, la gestión de intereses no está exenta de conflictos. No tenemos que tenerles miedo. Debemos saber entenderlos como oportunidades que desvelan tensiones y cuestiones emergentes. Pero por lo general, desde las instituciones si algo no se quiere, es tener conflictos. Por eso es muy importante saber canalizar y gestionar los posibles conflictos, para que no se desencadenen de forma violenta sino de forma productiva; y para ello hay que dotarse de herramientas que habitualmente no tenemos y/o no sabemos manejar (muchas de ellas ligadas a la inteligencia emocional).

                        Juntarnos con los que (creemos que) menos nos entienden

                        Todo esto va de personas y sí, “los interventores” también son personas. Hablan otro lenguaje diferente al nuestro, pero eso no significa que no podamos entendernos. Es un problema de querer comunicarse, de dedicar tiempo a escucharse e intentar comprenderse, de traducir e interpretar, de empatizar entre las partes. Los interventores y otros eslabones duros de la correa administrativa, están ahí para contribuir al despliegue de lo público. Para alinear objetivos debemos ser capaces de incluirles, comprometerles, afectarles. Intentar que nos entiendan, pero también entenderles. No llegar donde ellos al final del proceso, sino buscar su participación y complicidad desde el inicio. Para eso son muy interesantes espacios mixtos de reconocimiento y aprendizaje mutuo, también con participación de agentes ciudadanos. Una muy buena referencia sobre esto son por ejemplo las jornadas  Cómo tramitar un unicornio, que este año se celebraron en Zaragoza.

                        El tiempo ¿nuestro peor enemigo?

                        En nuestras sociedades estresadas una de las cosas de las que más se carece es de tiempo. Nadie tiene tiempo, ni quienes convocan los procesos, ni quienes tienen que activarlos y gestionarlos, ni quienes tienen que acudir a participar en ellos. Paradójicamente, no hay tiempo pero si hay prisa, mucha prisa. O peor aún, al principio todo va muy lento, no avanza y de repente… se precipita.

                        Por lo general, no se dedica el tiempo requerido para los procesos participativos, siempre hay problemas de agenda, pero también de organización de plazos y de agilidad en los procesos administrativos. Por otro lado, hay inadecuación entre las agendas políticas, técnicas y de la sociedad; y dificultad de ajuste de ritmos, de horarios, de disposiciones. Además, suele pasar que algo extraordinario -como a día de hoy todavía siguen siendo por lo general los procesos participativos-, no encaja en la gestión ordinaria de la administración.

                        Así, el tiempo se suele convertir en una de las grandes trabas. Por eso es una cuestión fundamental a tratar. Una ecuación que si se resuelve para lograr una gestión sostenible, puede además resolver de forma colateral otras muchas cuestiones (cuidar más los procesos y relaciones, mejorar la comunicación y compenetración entre las partes, corresponsabilidad entre los distintos agentes …).

                        Un ejercicio que todas las partes quizá deberíamos hacer, es aprender a relativizar el tiempo y así, aprender a relativizar otras cuestiones que tienen que ver con la gestión, el orden y el control.

                        Del gobernar al habitar

                        Y es que la institución -el tipo de institución que mayoritariamente conocemos para administrarnos-, está muy basada en la planificación, la normativa y el control o la lógica racional. Un modelo que parece no satisfacernos y que además tampoco hay indicios de que funcione del todo bien, pero que se entiende como el terreno seguro del “más vale lo malo conocido”. Porque lo otro nos da demasiado miedo. Un miedo que debemos superar individual y colectivamente, creando monstruos, para entender y atravesar nuestros límites y convenciones, y poner en valor las anomalías.

                        Un proceso de superación que pueda liberarnos del corsé que supone el paradigma del gobernar, para avanzar, como propone Amador Fernández Savater, hacia un paradigma del habitar, en el que buscar el lugar que ocupar es ya en sí parte del proceso. Un proceso que pueda llevarnos hacia relaciones de nueva institucionalidad, con mayor tolerancia hacia la (y deseo de ) informalidad, flexibilidad y autonomía. Un proceso en el que ir testeando niveles de (des)regularización; que deje espacio para lo no articulado, para las formas de representatividad periférica, para lo subalterno. Un proceso en el que se vayan configurando espacios y formatos para la participación, en los que las normas nos las pongamos entre todas y puedan cambiarse. Normas que sean un pacto, no una cárcel, que faciliten el flujo en lugar de cortarlo. Procesos y normas para las que ,como en casi todo, se trata de encontrar el equilibrio, un equilibrio que además no se puede fijar, sino que es dinámico

                        En ese sentido, en las conversaciones del ágora sonaba bien la ecuación: el QUÉ marca el QUIÉN, cuánto más concreto es el primero mejor identificas lo segundo, y más fácil se fijan las estrategias (CÓMOs). Una fórmula que debe tener muy en cuenta, que si bien es cierto que las personas tienden a unirse en torno a una tarea concreta (QUÉ), esta tarea no es sino en gran medida el reclamo, no el fin (o solo uno de los fines, probablemente el más finalista), pero también es una gran oportunidad para abrir otras muchas puertas. Una fórmula sin receta, que solo se debe aplicar de manera contextual y situada; combinando lo formal con lo informal, lo pactado y lo emergente; escuchando el proceso en cada fase, para atender en cada momento las necesidades y reajustar objetivos y metodologías. Una fórmula que pone en juego las tecnologías blandas, esas que tienen que ver con cómo nos organizamos, cómo nos comportamos, cómo nos comunicamos, en definitiva, cómo nos relacionamos; y que muchas veces quedan minusvaloradas frente a otras tecnologías de la participación.

                        Ser comunidad de práctica

                        Pero pasar del gobernar al habitar no es fácil. Llevamos muchos años instaladas en el paradigma normativo. Para encaminarnos hacia el otro, a todas (instituciones, ciudadanía, técnicas, políticas, movimientos ciudadanos), nos falta recorrido y aprendizaje, nos falta cultura de experimentación.

                        Desde las instituciones, que es la posición que nos ocupa ahora en Bheria, es necesario dar pasos atrás, soltar cuerda (para que otros agentes puedan ganar terreno), es necesario trabajar mucho más los preliminares y saber entender los ritmos (más allá del ritmo propio). Y sobre todo, falta volver a ganarse la credibilidad, la confianza de la ciudadanía, para que pueda brotar un verdadero sentimiento de corresponsabilidad, para que el bien común y el auzolana sea entendido como mucho más que un eslogan.

                        Una manera práctica de avanzar en esto es aprender (una vez más) del feminismo y reconocer lo político en lo personal. Y desde ahí, buscar las maneras de afrontar estas transformaciones individuales en colectivo, acompañándonos en los procesos de transformación, compartiendo fortalezas y vulnerabilidades.

                        Habitar el cambio practicándolo. Ser algo de lo que Bherria ya se siente podría ser un prototipo germinal (y que se podría desplegar con más potencia), como es una Comunidad de Práctica. Un entorno de aprendizaje compartido en el que distintas personas -a la vez que se reconocen y establecen redes de confianza-, investigan y experimentan de manera práctica sobre cuestiones concretas que les interesan, de manera informal, interactuando e intercambiando saberes, generando inteligencia colectiva, socializando experiencias y generando transferencia.

                        Jugar y lenguajear

                        Para terminar, no olvidarse de incorporar lo lúdico. Jugar nos abre puertas, nos permite abandonar las pautas convencionales. Jugar nos libera y hace fluir la imaginación. Jugar también nos ayuda a ser comunidad. Jugar y jugar también con las palabras. Porque para entendernos, no hay por qué renunciar a la exuberancia del lenguaje. Jugando aparecen palabras que abren universos y que componen un nuevo transicionario. Jugando nos encontramos con cuidadanía, participasión, atrabesarse, vulnerhabilidad, sostevidabilidad, fallondizaje… Y para quienes piensan que no estamos hablando suficiente de economía, jugando nos encontramos con la ecosinuestra.

                        Ricardo Antón. Entre el «Preferiría no hacerlo» y el ¡No puedo parar! Licenciado en Bellas Artes y Máster de Marketing por la UPV-EHU; tallerista en Arteleku, maestro ignorante y des-artista. Así como uno de los habitantes de ColaBoraBora. Una de mis características es que veo muy mal, pero (quizá por eso) algunas de mis principales capacidades tienen que ver con aportar mirada crítica, visión sintética y enfoque sistémico.
                        Innovación pública y social abiertas. Una mirada al futuro más allá de la emergencia

                        Encarna Hernández defiende que se necesita músculo (inteligencia colectiva) para “dar respuesta a los nuevos retos”. Y no podemos estar más de acuerdo con esta afirmación. Es licenciada en Periodismo y doctora en Ciencia Política y Administración Pública por la Universidad de Murcia. En la actualidad, es directora de la Fundación NovaGob, desde donde desarrollan proyectos de intervención, investigación y formación para el desarrollo de la innovación en las Administraciones Públicas de Iberoamérica. Autora, docente y consultora en materia de Gobierno Abierto, especialmente en las áreas de comunicación, participación con tecnología y presupuesto abierto, tema este último que abordó en su tesis doctoral.

                        El 14 de octubre presentará en Bherria Topaketa su investigación para aprender y trabajar sobre proyectos concretos que han construido respuestas comunitarias en situaciones de emergencia.

                        Con la irrupción de la pandemia, muchos procesos de participación ciudadana que venían desarrollándose en los municipios quedaron paralizados por la imposibilidad de llevar a cabo los eventos presenciales que había previstos, pero también porque las miradas y esfuerzos se dirigieron a luchar contra el virus y sus efectos. Sin embargo, al mismo tiempo, surgieron otras iniciativas desde lo público y lo social, precisamente para dar respuesta a la emergencia sanitaria, social y económica, y afrontar la recuperación. Estas experiencias, con enfoque abierto, participativo y colaborativo se han ido recopilando por organismos como la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP), Observatorio Internacional de la Democracia Participativa (OIDP) y también en el marco de iniciativas como Cities for Global Health. El esfuerzo de estas plataformas para el intercambio y difusión de experiencias es notable y suponen una fuente de información importante para afrontar una necesaria siguiente fase de reflexión para analizar lo acontecido y extraer conclusiones.

                        Este es, de hecho, el objetivo del encuentro Bherria que se celebra el próximo 14 de octubre, bajo el título “La colaboración público-social en situaciones de emergencia: claves para dar respuesta a nuevos retos”, y en el que tendremos el placer de participar desde la Fundación NovaGob, junto a Erain y La Hidra. Lo que nos proponemos durante esa jornada es exponer y debatir las conclusiones de un trabajo previo que venimos desarrollando desde antes del verano para identificar buenas prácticas (o prácticas significativas) de colaboración que hayan supuesto la unión de fuerzas desde distintas esferas y que hayan creado realmente valor y abierto camino para saber cómo afrontar los retos comunes.

                        Poder mirar más allá de la emergencia es fundamental. De un primer vistazo, la indagación nos lleva a pensar en el hecho de que la gran mayoría de las iniciativas que surgieron frente a la crisis estaban muy centradas en dar una respuesta inmediata, y menos en afrontar, como bien se afirma desde OGP, una recuperación y reforma “abierta”, con transparencia, participación y rendición de cuentas, y, sobre todo, mirando más a largo plazo y en sintonía con los objetivos de la Agenda 2030 (lo importante frente lo urgente). Por tanto, uno de los puntos importantes a analizar es la continuidad, esa visión de futuro (encontramos algunos, aunque pocos, interesantes procesos deliberativos sobre el futuro de la ciudad, como el emblemático de Bristol y algo menos ambiciosos pero valiosos como la encuesta de valores de Bilbao), así como la escalabilidad de las iniciativas (muestra de ello es Frena la Curva). También nos proponemos indagar en los grados de colaboración. Este aspecto es clave, pues es a partir de aquí donde se empiezan a generar sinergias que transforman a las partes implicadas y su forma de trabajar, y este cambio cultural es el que va a posibilitar que surjan nuevas y más sólidas oportunidades de colaboración.

                        Un nuevo vistazo al capital de experiencias nos lleva hasta las plataformas digitales de participación de los ayuntamientos. Algunas de ellas ya estaban en marcha y albergaban las fases digitales de procesos de participación tradicionales (como, por ejemplo, los presupuestos participativos), en ese momento paralizados por la crisis sanitaria. La tecnología, que ya era protagonista en la transformación de la participación ciudadana local, cobra ahora aún más protagonismo. Así, estos espacios se convirtieron en canales para la provisión y puesta en común de información, apoyo, recursos e iniciativas tanto públicas como ciudadanas, dando cabida, difusión y soporte a las redes de solidaridad en ciudades como Madrid, Barcelona, Alcobendas o Granollers. Apps para apoyar al comercio, apoyo emocional, alimentos o mascarillas para personas en situación de aislamiento y vulnerabilidad, actividades culturales y entrenamientos desde casa, y un largo etcétera. La gran pregunta aquí vuelve a la ser la continuidad y si estos lazos solidarios se han consolidado de alguna manera con el apoyo institucional a lo largo de una pandemia que aún no ha terminado. Esta perspectiva es la que subyace, por ejemplo, al proyecto comunitario desarrollado en la ciudad de La Laguna, que tendremos la oportunidad de comentar.

                        Esta crisis tan dura puede ser también una gran oportunidad. Es algo que escuchamos muy a menudo, pero es cierto. Las redes de colaboración y solidaridad que hemos visto, es verdad que sobre todo en las primeras semanas de la pandemia, han supuesto un rayo de luz y esperanza en un contexto, como sabemos, de desinterés y desconfianza hacia lo público (no tanto, quizá, hacia lo común). Desde la Administración Pública no se puede dejar de aprovechar esta oportunidad para establecer estrategias de colaboración con la sociedad que sean francas y estables. No tenemos otra alternativa, pues hace mucho que se sabe con certeza que las instituciones públicas no pueden afrontar por sí solas problemas cada vez más complejos. Con la pandemia, aún menos.

                        Por tanto, se necesita músculo (inteligencia colectiva) para “dar respuesta a los nuevos retos”, como propone el título de la jornada a la que os invitamos a participar. Ciudadanía a título individual, colectivos y organizaciones de la sociedad civil, empresas, empleadas y empleados públicos y representantes políticos, necesitamos incluir, implicar y poner a dialogar a todas y todos. Para conseguirlo, pensamos que será fundamental encontrar la necesaria “porosidad” entre todas las partes y esferas de nuestro mundo que representan, buscando los puntos de unión y espacios de encuentro entre la innovación pública y social abiertas, que naturalmente deben entrelazarse.

                        Juana Aranguren: «Optar por la co-gestión en Emakumeen Etxea ha sido un acierto»

                        emakumeen etxea bherria

                        Emakumeen Etxea de Donosti, antigua reivindicación del movimiento feminista, se creó hace siete años después de un largo proceso donde se debatió el tipo de Casa de las Mujeres que quería impulsar, teniendo en cuenta los distintos modelos de gestión existentes en el Estado español. El modelo que eligieron, y que consideran un acierto tras estos años, es el de co-gestión entre el Ayuntamiento y la Asociación Casa de las Mujeres, que fue creada para poder gestionar este espacio público.

                        Emakumeen Etxea es un lugar de encuentro, debate y reflexión para incidir en políticas, programas y proyectos dirigidos a conseguir la igualdad entre los sexos. Conversamos con Juana Aranguren para conocer la experiencia y aprendizajes de este colectivo feminista en la colaboración público-social.

                        Juana, a vuestro entender, ¿cuáles son las claves que definen un proyecto de gestión comunitaria de un espacio público?

                        La clave para definir ese tipo de proyecto consiste, en nuestra opinión, en apostar por la democracia participativa. Si la ciudadanía, en nuestro caso el movimiento feminista, se implica en gestionar un espacio público, este espacio será realmente participativo, y vivo, y responderá mejor a los intereses de la ciudadanía —en nuestro caso las mujeres— que deciden sobre los contenidos y la marcha del espacio.

                        ¿Qué retornos y beneficios sociales aportan los proyectos de estas características?

                        La gestión comunitaria favorece que el espacio público se llene de vida y no sea un lugar frío e infrautilizado. Una ciudadanía implicada en la organización de los proyectos de los espacios públicos supone que esos proyectos tienen una mayor conexión con sus anhelos y necesidades.

                        BherriLab aborda cuatro ámbitos de trabajo: marco jurídico, colaboración, criterios de cesión y adjudicación e indicadores de retorno social. En vuestra experiencia, ¿dónde están los potenciales? ¿Cuáles son las palancas que pueden propiciar cambios en estos ámbitos?

                        Respecto al marco jurídico, existe un convenio de cesión — actualizado en una ocasión— del espacio entre el Ayuntamiento y la Asociación Casa de las Mujeres, asociación en la que participamos todas las mujeres, aunque seamos de otros grupos, a título individual. Existe, además, una instrucción de uso que viene siendo respetada, sin problemas, por las dos partes: Ayuntamiento y Asociación.

                        Tenemos, también, un convenio de colaboración con Diputación de Gipuzkoa que comprende una subvención anual y que se revisa cada cuatro años.

                        La colaboración establecida entre la ciudadanía —femenina en esta iniciativa— y las instituciones facilita el desarrollo de un proyecto cuya finalidad es el impulso de un espacio de empoderamiento para las mujeres. Y las mujeres consideran Emakumeen Etxea un espacio propio donde poder desarrollar todo tipo de iniciativas en aras de la igualdad de mujeres y hombres.

                        La cuestión de los criterios de cesión y adjudicación del espacio Casa de las Mujeres ha sido discutida, ya que había opiniones municipales que consideraban que había que sacar este equipamiento a concurso. Finalmente, la opinión que prevaleció fue que la fórmula más democrática para que éste sea realmente un espacio participativo es mantener la relación actual entre el Ayuntamiento (Berdintasuna) y el movimiento asociativo de mujeres organizado de forma abierta a tal efecto.

                        El indicador de evaluación más importante, desde nuestro punto de vista, es el aumento de socias de la Asociación Casa de las Mujeres; empezamos con unas 20 socias y ha superado las 1.000 socias a lo largo de su andadura. Otro indicador es el aumento de mujeres que utilizan diariamente la Emakumeen Etxea, que vamos registrando con un contador.

                         

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                        La experiencia de Galdakao con los presupuestos participativos

                        Cada sesión de Komunitatea, la comunidad de aprendizaje de Bherria, es una oportunidad para seguir profundizando en distintas cuestiones que afectan a la colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía, y también para seguir inspirándonos en cuestiones que nos preocupan o que no sabemos cómo resolver atendiendo a un sentido amplio de lo que significa la participación ciudadana.
                        Unai Amezaga, técnico de participación ciudadana en el Ayuntamiento de Galdakao, y que forma parte de esta comunidad de Bherria, comparte en este artículo la manera en la que desarrollan los presupuestos participativos en este municipio de Bizkaia.

                        «El Ayuntamiento de Galdakao ha puesto en marcha cuatro ediciones del proceso de los presupuestos participativos a lo largo del mandato anterior, 2019-2023. Ha sido un recorrido lleno de aprendizajes y cambios caracterizado por el “ensayo-error”. Las dos primeras ediciones generaron muchísima expectación en la ciudadanía, ya que se trataba de un proyecto novedoso. Esta respondió a la llamada a la participación, llegando incluso a celebrarse asambleas con más de 60 personas. Y ello, a pesar de las limitaciones y la complejidad de la gestión de los procesos derivada de las condiciones impuestas por la pandemia.

                        La apuesta política por el proyecto fue muy fuerte desde el primer momento, y es que el Ayuntamiento destinó 1 millón de euros por cada proceso. Una cifra muy elevada para un municipio de unos 30 mil habitantes con un presupuesto que ronda los 35 millones de euros.

                        La inexperiencia en la gestión técnica y política de un proyecto de estas características, unida al aluvión de propuestas recibidas hizo que la organización municipal llegara extenuada al final del segundo proceso.

                        Por ello, para 2022 se optó por realizar los primeros cambios importantes. Por un lado, se optó por un proceso que primase la “calidad” de las propuestas frente a la “cantidad”. Así, se recuperaron las propuestas que en los dos procesos anteriores no habían sido seleccionadas y se priorizaron en el seno del grupo motor compuesto por una parte municipal y una ciudadana. Por otra parte, las propuestas se agruparon en torno a 5 bloques temáticos y se seleccionaron las 5 propuestas priorizadas por cada bloque.  A partir de ahí, el trabajo propuesto a la ciudadanía fue desarrollar esas propuestas elaborando micro proyectos que, finalmente se votaron, seleccionando una única propuesta de cierta entidad: la recuperación del Ibaizabal como columna vertebral de Galdakao.

                        El último proceso del mandato también vino con cambios. Los más importantes fueron: recoger propuestas para los presupuestos de 2023 y 2024 (convirtiendo así el proceso en bienal), zonificar Galdakao asignando a cada zona un presupuesto garantizando el equilibrio territorial, determinar qué parte del presupuesto se destinaría a inversiones y qué parte a servicios y, finalmente, apoyar el proceso con la nueva plataforma de participación erabaki.galdakao.eus.

                        Dos observaciones finales. Por un lado, es importante destacar algo que parece una obviedad: la necesidad de cumplir los compromisos. No puede iniciarse un proceso así sin los compromisos anteriores cumplidos, al menos en un grado aceptable. Al mismo tiempo, lo no cumplido pide una explicación pública. Nuestra plataforma de participación digital es una gran ayuda en esto porque permite realizar un seguimiento de todos los compromisos.

                        Finalmente, recalcar la importancia del trabajo interno con todas las áreas, explicando bien el proyecto y alertando sobre su importancia. Un proceso así implica a toda la organización. Para ello, el impulso político es fundamental.

                        Actualmente, avanzamos hacia otro modelo de proceso, que pivotará sobre el proyecto Auzotik Galdakao«.

                        Eskerrik asko, Unai! Desde Bherria seguiuremos este proyecto con atencción.

                        Por último, recordamos que las sesiones de Komunitatea están destinadas a las técnicas y técnicos de las administraciones públicas vascas que forman parte de la comunidad Bherria. Si quieres formar parte de esta comunidad ponte en contacto.

                        La verdadera riqueza de un municipio reside en cada una de las personas que lo habita

                        Son muchos los movimientos sociales, los proyectos o las teorías que están contribuyendo a la formación de una nuevo enfoque sobre cómo hacer ciudad que va más allá de las instituciones públicas y del urbanismo como instancias centrales. Hacer ciudad ya no es, únicamente, un asunto de planificadores públicos o de urbanistas en sentido estricto, sino también, y en gran medida, un asunto que concierne a la ciudadanía que habita estas ciudades y municipios.

                        Impulsar la participación de todas las personas implica conocernos, construir confianza, descubrir los potenciales para desarrollar actividades y poner el conocimiento y las pasiones en favor del bienestar y la calidad de vida de la comunidad de la que formamos parte. Corresponde, entonces, desde la acción local escuchar, deliberar, liderar, tomar posiciones creativas/proactivas, construir socialmente e integrar la incertidumbre como un elemento a gestionar. Este es nuestro escenario y de donde parte Bherria, un proyecto que pretende reforzar esta idea y, además, recuperar estas claves a través de de la creación e impulso de proyectos, teniendo en cuenta las nuevas posibilidades de una nueva sociedad conectada.

                        Bherria es un proceso de innovación social pensado para aquellas personas con responsabilidad técnica y política, en la Administración local de Euskadi, que quieran contrastar nuevos sistemas y estrategias para impulsar una participación importante y voluntaria de la ciudadanía de su municipio.

                        Bherria propone un espacio para la reflexión, trabajo en red y profundización sobre ideas, sugerencias y experiencias que sirvan de inspiración para las personas que tomen parte en el programa. Al mismo tiempo, Bherria incluye un servicio de mentoring personalizado, con una de las personas facilitadoras del proceso, para el contraste y acompañamiento en el proyecto, iniciativa o acción desde la que cada participante quiera enfocar su aprendizaje.

                        Recuperar la iniciativa ciudadana, el voluntariado e invitar a la Administración Pública a administrar la energía y el saber que cada persona pueda aportar a su comunidad es el objetivo de Bherria.

                        Comenzamos ahora este viaje. Bienvenidos y bienvenidas. Seguiremos compartiendo, y reflexionando también, en este espacio.

                        José Alberto Vicente es el párroco de la parroquia de San Antonio en Etxebarri, miembro del Consejo Vasco del Voluntariado y uno de los impulsores del programa ‘Bherria. Ágora para una nueva ciudadanía’. Alberto dedica una parte importante de su actividad a la promoción y realización de todo tipo de acciones solidarias, especialmente las vinculadas al tiempo libre como instrumento educativo y de integración.

                         

                        Llega la quinta entrega de los atributos de la colaboración público-social: 6 claves para la colaboración

                        En Bherria, seguimos explorando a fondo los 10 aspectos que caracterizan los proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía. Desde el año 2022, hemos abordado cuestiones como «La claridad del propósito”, “La facilitación de procesos”, “La evaluación” y “La comunicación”. En esta ocasión, hemos profundizado en «Las formas de colaboración». 

                        El trabajo realizado en este ciclo explora la importancia de abordar las formas de colaboración en proyectos de carácter público-social y la necesidad de superar desafíos y resistencias para lograr una colaboración efectiva entre la Administración Pública y la ciudadanía. Sabemos que esto conlleva sus complicaciones e implica equilibrar la necesidad de seguir procedimientos para garantizar lo público, con la exploración de nuevas formas de relación que permitan nuevas posibilidades e iniciativas. A menudo, la colaboración puede ser conflictiva y burocrática, pero también ofrece oportunidades de aprendizaje y ampliación de horizontes.

                        Planteamos cinco motivos apoyan la la necesidad de esta colaboración:

                        1. La Administración no puede actuar sola; es esencial colaborar con la ciudadanía.
                        2. La evolución de la sociedad requiere que la administración también evolucione.
                        3. La colaboración público-comunitaria contribuyen a la democratización de las instituciones.
                        4. Debemos superar los binarios excluyentes y promover relaciones inclusivas.
                        5. Una administración que colabora es también ciudadanía.

                        En los documentos que compartimos incluimos claves para entender y atender las formas de colaboración en los proyectos de colaboración público-social:

                        1. Establecer estructuras que impacten y visibilicen proyectos, buscando institucionalidad flexible.
                        2. Ampliar la red de relaciones y fomentar el crecimiento del ecosistema.
                        3. Facilitar la experimentación y consolidación a través de aprendizajes situados.
                        4. Establecer la conexión entre el procedimiento y su impacto final.
                        5. Poner en valor la subjetividad profesional y la coherencia.
                        6. Promover la participación como un derecho más allá de la colaboración.

                        Ante la necesidad de comprender la importancia del atributo de las formas de colaboración, hemos proporcionado una contextualización desde la mirada que ofrecemos desde Bherria. Además, hemos tenido una conversación significativa acerca de este tema en uno de los encuentros de Komunitatea, nuestra comunidad de aprendizaje. Por último, Claudia Delso Carreira, investigadora en el Institut de Recerca Urbana de Barcelona (IDRA), ha liderado una sesión de Prestakuntza para seguir explorando este atributo desde su experiencia y conocimiento.

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                        Os invitamos a compartir este post y seguir conversando sobre las formas de colaboración en proyectos que necesiten de la relación entre la ciudadanía y la Administración Pública. Esperamos que encontréis valor en este trabajo de sistematización.

                        Los cuatro ámbitos de trabajo para el primer BherriLab

                        Dentro de unos pocos días comienza el primer laboratorio ciudadano de Bherria. En este BherriLab atenderemos, desde un enfoque de colaboración público-social, el reto de la gestión comunitaria de equipamiento públicos en desuso con el propósito de elaborar propuestas —protocolos, pautas o guías— que puedan ser integradas en las políticas públicas para facilitar el desarrollo de nuevos proyectos.

                        Es un tema apasionante, lleno de potencias y posibilidades, tanto para las administraciones públicas como para las iniciativas ciudadanas. Y complejo, puesto que está atravesado de tensiones y matices, marcos reguladores poco (pre)definidos, objetivos cruzados, voluntades desequilibradas y experiencias muy diversas. Esta falta de definición conlleva un riesgo alto de mantener un debate excesivamente abstracto que termine con pocas propuestas concretas.

                        Para evitar esta amplitud del debate, el laboratorio se centra específicamente en cuatro ejes de trabajo. No son ámbitos estancos sino que están directamente interrelacionados. Y los cuatro son esenciales para seguir reforzando la colaboración entre la administración pública y la ciudadanía en el impulso de espacios de gestión comunitaria. Los repasamos a continuación, poniendo el foco en algunas de sus tensiones y potenciales.

                        1) El marco jurídico

                        Este ámbito pretende definir el marco que regula los procesos de gestión comunitaria: personalidades jurídicas, libre concurrencia, duración de los convenios de cesión, instrucciones de uso de los espacios, etcétera. Se hace necesario, por ejemplo, elaborar un glosario de términos, de fácil comprensión, para todas las personas que intervienen en estos procesos. 
Al mismo tiempo, este marco plantea otras cuestiones:

                        • Existen múltiples interpretaciones de un mismo marco jurídico, lo que genera situaciones de gran desequilibrio. En algunos casos las ordenanzas locales son más restrictivas que leyes marco.
                        • ¿Existe una figura jurídica ideal para ser sujeto de la cesión de estos espacios? ¿Se puede definir previamente a poner en marcha el proceso?
                        • ¿Qué sucede con el potencial de cohesión e integración social de la gestión comunitaria cuando el agente ciudadano no tiene la capacidad de instituirse con todas las garantías?
                        • Garantía frente a exploración. ¿Qué debemos priorizar? ¿Repetir una estructura que resulta operativa (consolidar) o probar una diferente (nuevos escenarios)?
                        • ¿Qué tipo de actividad económica se puede desarrollar en un espacio de gestión público-social? ¿Tal vez una actividad dentro de la economía social y solidaria?

                        2) La colaboración público-social

                        La relación entre la ciudadanía y la administración pública se enfoca, en ocasiones, desde lógicas excesivamente técnicas y/o burocráticas pero, al mismo tiempo, necesarias para cumplir con la función de garantía. Tratamos de avanzar en fórmulas de mediación y espacios de comunicación directos entre los diferentes agentes que faciliten el desarrollo de los proyectos. La construcción de confianza resulta complicada cuando se enfrenta a un cruce de exigencias desigual:

                        • Tiempos de la ciudadanía vs. tiempo de la administración. Si el proyecto es común, ¿no resulta lógico compartir una hoja de ruta que contemple ambos ritmos?
                        • ¿Existen sistemas de mediación en base a las necesidades del proyecto? ¿Es suficiente con canales de comunicación/información accesibles y transparentes?
                        • La imagen y visibilidad del proyecto es delicada. ¿A quién pertenece? ¿Cómo se visibilizan las personas integrantes? ¿Con qué actitud?
                        • En la puesta en marcha es de mucha ayuda que la función de mediación se desarrolle por personas expertas en facilitación. Estos agentes externos deben propiciar un escenario de colaboración directa entre el agente ciudadano y personal técnico de la administración. ¿Partimos de esta premisa?

                        3) Criterios de cesión y adjudicación

                        Buscamos analizar unos criterios mínimos que eviten la arbitrariedad y la adjudicación interesada, oportunista y/o de mala praxis en la cesión de espacios y que, al mismo tiempo, permitan el acceso a una ciudadanía más vulnerable, informal o desorganizada. En definitiva, facilitar la diversidad en el acceso a la gestión, a la vez que se garantiza el rigor. Algunas tensiones que identificamos en este ámbito son:

                        • La necesidad de criterios de contratación pública responsable que garanticen la concurrencia en procesos de participación de entidades con arraigo y legitimación comunitaria en cada contexto.
                        • La libre concurrencia en igualdad de oportunidades y su convivencia con los criterios de interés público y social.
                        • Lógicas de subcontratación que buscan la garantía y la viabilidad en proyectos que solo pueden ser de exploración y laboratorio.
                        • Dificultades para generar escenarios de seguimiento de proyectos y aprendizaje desde la experiencia.

                        4) Los indicadores de evaluación del impacto de la gestión comunitaria

                        Creemos que es muy importante elaborar indicadores que permitan medir y evaluar, haciendo hincapié en lo cualitativo, en el retorno social de los proyectos de gestión comunitaria. Estos indicadores podrían formar parte de los criterios para la cesión de espacios a colectivos, entidades sociales, etcétera. Sin embargo, no siempre existe hábito o costumbre de evaluar los procesos:

                        • La necesidad de evaluación de los proyectos se percibe como un lastre fiscalizante. Un requisito dentro de la cesión. No se identifica el valor y el aporte de la evaluación para la mejora de los proyectos.
                        • Los indicadores empleados en la evaluación son mayoritariamente cuantitativos: número de actividades, número de participantes, etcétera.
                        • ¿Cuáles pudieran ser los indicadores específicos alineados con los objetivos de cada proyecto? ¿Cómo podemos fijar estos indicadores de forma previa al inicio de los proyectos? ¿Cómo se acuerdan dichos indicadores?
                        • No se establece una conversación constructiva sobre las evaluaciones. Ni dentro de los colectivos ciudadanos, ni en su interlocución con la administración.

                        La primera sesión de BherriLab, el laboratorio ciudadano de Bherria, se llevará a cabo el 30 de noviembre, en Plateruena de Durango. El reto que proponemos no es pequeño; se necesita inteligencia, conocimiento y voluntad para abrir los códigos y avanzar en la relación público-social. Es momento de enfocar bien la tarea y compartir un espacio de trabajo en común. ¿Estás preparada?

                        Los preliminares que afectan a un final feliz con las tecnologías

                        Ana Rodera. De formación, es doctora en Educación y Tecnología; de vocación, profesora de educación física. Profesionalmente, se considera “poli-val(i)ente”. Combina la consultoría artesana, la docencia y la investigación. Idea, activa, evalúa y acompaña en experiencias de aprendizaje de construcción de conocimiento colectivo aderezadas con tecnologías.

                        Si eres una o un profesional con implicación en proyectos de colaboración ciudadana que desea impulsar la participación mediada por las tecnologías (aunque sea tímidamente) para mejorar los procesos público-sociales que te traes entre manos, este post es para ti.

                        Aunque no existen fórmulas infalibles para integrar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) con tu equipo de trabajo, sí puedes tener en cuenta ciertos criterios que te van a facilitar su aplicación exitosa. A continuación, te comparto algunos de ellos (los que a mí me funcionan).

                        Pon a las personas en el centro

                        Aunque parezca mentira, a la hora de seleccionar y aplicar tecnologías las personas implicadas en la iniciativa, el proceso en sí mismo, y tú importáis… ¡y mucho! Adoptar una visión determinista de las herramientas tecnológicas, solo te va a llevar a meterlas con calzador en tus proyectos y eso, a corto o medio plazo, seguro que produce algún tipo de llaga en el grupo que ralentizará o paralizará el proceso.

                        Así que antes de lanzarte a pedir consejo y seleccionar TIC, prepárate un café, un té o una bebida energizante, y formúlate algunas cuestiones sobre el trío personas-proyecto-tecnologías.

                        Ten muy claro: qué objetivos persigue el proyecto, cuáles son las etapas y acciones que pueden digitalizarse para agilizarse o aumentar su eficiencia, qué competencia digital presentas tú y las personas implicadas, cuáles son las tecnologías en las que se mueven como pez en el agua las personas que se encuentran en la iniciativa o a las que esta impacta, con qué recursos tecnológicos contáis, a título individual y colectivo, entre otras cuestiones (ves ampliando el listado de preguntas según tus vivencias).

                        ¿Velocidad y rapidez? Tú eliges

                        Ten siempre presentes las metas de proyecto que has consensuado con tu equipo. Si las tienes claras, te será más fácil situar las tecnologías como recursos mediadores, capaces de facilitar la consecución de hitos dentro de las diversas etapas de vuestra agenda de trabajo.

                        Pregúntate qué tipo de herramientas tecnológicas os pueden ayudar a: (1) conseguir los objetivos que habéis establecido, en plazos diversos; y, (2) validar que vais por buen camino, o que habéis alcanzado el éxito (gracias a la posibilidad de medir vuestro progreso hacia vuestros resultados clave).

                        Inversiones varias

                        Siento decirte que sí, el uso de tecnologías en tus iniciativas va a requerir de inversiones que tanto tú como la gente de tu equipo vais a tener que realizar.

                        • Inversión en la selección de los recursos tecnológicos. Busca un lugar tranquilo y alguna que otra dosis de paciencia que te ayude a ir experimentando con las herramientas tecnológicas que, después de tu análisis y priorización inicial, consideras que pueden dar respuesta a alguna de las etapas o acciones de tus iniciativas ciudadanas.
                        • Inversión relacionada con la búsqueda y preparación de recursos (in)formativos que ayuden a aprender a manejar las herramientas tecnológicas. Las personas te agradecerán ese videotutorial o esos enlaces a manuales que expliquen con precisión el uso de las herramientas que les compartas
                        • Inversión en tiempo, que variará en función de la competencia digital de las personas, para poder superar la curva de aprendizaje que os lleve a todas las personas dominar las funcionalidades básicas de las tecnologías escogidas.

                        El mítico plan B

                        Siento confesarte que las tecnologías no son infalibles, por eso siempre es bueno que te guardes un par de ases/recursos de dinamización y tecnológicos (analógicos o digitales) bajo la manga para poder hibridar o hackear con relativa facilidad y comodidad las tareas que tiene que desempeñar tu equipo.

                        Así que, si vas a trabajar con un recurso tecnológico ten siempre a punto otro que cuente con funcionalidades similares que puedas aplicar por si el primero “se rompe”. También puede haber momentos en los que vas a necesitar volver a lo analógico. No te resistas al poder de los pósits, los rotuladores o el papel e intenta combinar un cocktail tecnológico-analógico equilibrado.

                        Trabaja las 3Cs

                        Cuando tu equipo cuente con un kit de herramientas tecnológicas intenta promover con él su pensamiento crítico, su creatividad y la colaboración. Estos tres componentes tienen que ir siempre alineados hacia las metas que habéis establecido en vuestro proyecto. Además, tienen que ayudar a maximizar la experiencia analógica a través del uso de lo tecnológico.

                        Insisto en la fuerza de lo colaborativo. La experiencia es un grado, así que intenta aprender de otras puestas en escena en procesos de colaboración público-social donde las herramientas tecnológicas han jugado un papel clave.

                        Aprovéchate de la inteligencia colectiva. Activa el play en tu espíritu investigador para descubrir iniciativas inspiradoras en los que las tecnologías funcionaron bien, regular o incluso mal. Ya sabes que de la superación de los errores se aprende (bastante).

                        Lo de copiar y pegar no se lleva, pero lo de investigar casos reales, adaptarlos, aplicarlos/transferirlos y evaluarlos, sí está tan de moda como los smartphones 4G.

                        No te enamores a primera vista

                        Caer en la tentación de quedarte con la primera tecnología que se te cruce por delante, para salir del paso, es un fenómeno habitual cuando se trabaja en proyectos colaborativos en los que se desea incluir las TIC.

                        Para prevenirte de la situación anterior, cuando te encuentres en el momento crítico de tener que seleccionar herramientas tecnológicas, tómate un respiro para…

                        • Reflexionar sobre el “para qué” de la tecnología. Es decir, clarifica qué acción/tarea permite llevar a cabo.
                        • Buscar tecnologías que las personas ya dominen o cuyo tiempo de aprendizaje sea breve. Identifica qué otras herramientas tecnológicas conoce el equipo que podamos utilizar para el fin concreto que perseguimos. Activa tus antenas. Existen tecnologías que “están de moda” entre determinados públicos. Date la oportunidad de conocerlas para saber si te pueden resultar útiles en algún momento de la iniciativa. Nunca se sabe. Mira con ojos nuevos cualquier tecnología que se cruce en tu camino.
                        • Comparar las tecnologías existentes estableciendo ciertos criterios de elección. Te dejo por aquí algunos, cuál de las tecnologías que tenéis sobre la mesa: se encuentra más a mano, responde de una manera más eficaz al objetivo para la que la habéis seleccionado, etc. Define qué criterios van a hacer que te decantes por el uso de una u otra tecnología.
                        • Probar las tecnologías en un entorno seguro. Antes de lanzarte a pedir que las personas se registren en ciertas aplicaciones o que entren a ciertos programas, ensaya para ver cómo funciona la tecnología desde dentro (es decir, cuando tienes que toquetearla para utilizarla) y desde la perspectiva de la persona participante (que tendrá que usarla en ciertos momentos del proyecto con confianza).

                        Todas las acciones anteriores si las puedes realizar en compañía, para contrastar informaciones y resultados, mucho mejor.

                        Hay que usar la cabeza…

                        Lo que de verdad importa cuando implementes tecnologías es lo que hagas con ellas para mejorar la co-construcción de soluciones dentro de tus proyectos colaborativos.

                        Recuerda que el cambio vinculado a una mejora en las iniciativas en las que administración y ciudadanía intervienen va íntimamente ligado, no tanto a las tecnologías, y sí al …

                        • QUERER – contar con la motivación para evolucionar y agilizar el proyecto con ayuda de las tecnologías.
                        • SABER – tener los conocimientos para poder aplicar recursos analógicos y tecnológicos que permitan aterrizar acciones en diferentes fases del proceso.
                        • PODER – poseer los recursos y también el equipo para poder diseñarlo, implementarlo y evaluarlo.

                        … para que en tus proyectos colaboraTICvos sucedan (buenas)… stranger things.

                        Lo sé, este post llega a su fin y no te he mencionado ni una sola herramienta tecnológica, pero te aseguro que tecnologías haberlas haylas, y se multiplican por momentos. Te compartiré algunas herramientas tecnológicas el jueves, 29 de junio, en el webinar que celebraremos a la hora del desayuno, para que puedas ir componiendo tu propio kit tecnológico.

                        ¿QUIERES APUNTARE?

                        ¡Nos hablamos pronto!

                        P.S. ¡Ah! No seas egoísta e invita a la charla virtual a todas aquellas personas a las que les interese el tema de cómo integrar con criterio las TIC, y sin calzador, en sus iniciativas. Tenemos asientos virtuales reservados en primera fila.

                        Mantener el vínculo para colaborar con la ciudadanía

                        Formamos parte de la comunicación en red. Esta manera en la que accedemos a la información, y nos convertimos en personas generadoras de opinión, no tiene vuelta atrás. Una vez más, transitamos de una lógica de la escasez a otra de abundancia, el conocimiento está en la red y éste se construye de forma social. La democratización de la práctica de la comunicación ha generado un nuevo estilo de relación que impacta de manera directa en las formas de participación ciudadana.

                        Bajo esta premisa iniciamos el tercer Ágora de Bherria, ‘Comunicación Digital para el encuentro con la ciudadanía’, enfocando la comunicación no solo como una poderosa herramienta de movilización social, sino también como una oportunidad de escuchar, generar confianza y construir un relato compartido en los procesos de colaboración entre la ciudadanía y la Administración Pública. Este post cobra mayor sentido unido a las ideas que Ricardo Antón y Manu Fernández exponen a partir de su trabajo de facilitación en sus respectivas Ágoras de este programa.

                        Las instituciones necesitan adaptarse para ofrecer nuevas respuestas y soluciones a la ciudadanía. Si salud pública implica hospitales y personal sanitario, o la planificación urbana requiere de plazas, calles y alumbrado ¿dónde está el valor público en la comunicación? En este Ágora, hemos reflexionado y recogido algunas de las características definitorias del cambio de paradigma que ha provocado Internet:

                        • Impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las formas de participación social. Nos encontramos con una ciudadanía formada e informada, una ciudadanía activa en la producción de información y opinión gracias a la utilización de los canales de comunicación sociales. La comunicación para la participación no es una herramienta que sirva únicamente para informar sobre el lanzamiento y fin de proyectos, sino un medio que ayuda a conseguir resultados y que comienza en la propia gestación del proceso.
                        • La comunicación distribuida diluye las fronteras entre el rol de emisor y el de receptor de información; abrimos la comunicación para sumar personas interesantes/interesadas en alguna cuestión que impacta en su entorno. Al mismo tiempo, centralizamos, construimos red y ponemos foco en aquello que nos concierne.
                        • Comunicación pública. Las conversaciones en red hacen posible el surgimiento de nuevas formas de organización social y de intercambio de conocimiento. Las personas se empoderan; no buscan a alguien que les diga qué tienen que hacer, buscan personas y herramientas con las que hacer lo que quieren hacer.
                        • La construcción de relato de forma compartida, otorga voz a las personas que forman parte en procesos de colaboración con la Administración Pública y, al mismo tiempo, legitima dichos procesos. La construcción de un relato compartido facilita, además, la transición de posiciones individuales a enfoques colectivos.
                        • Escucha activa y monitorización, de forma sostenida, estructural, para detectar las necesidades de la ciudadanía y, puntualmente, para conectar y hacer partícipe de cada proceso de participación ciudadana a personas y agentes que puedan sentirse concernidos.
                        • Lograr la confianza y vinculación, por medio de los procesos comunicativos con valor público, es el paso previo a poner en relación a las diferentes personas que se suman a una propuesta de colaboración.
                        • Lo digital para apoyar lo presencial; los medios sociales permiten, además de detectar personas, conectar con ellas, atraerles, informales y proponer espacios de encuentros presenciales.

                         


                        Juega a imaginarte la comunicación distribuida pinchando en un nodo y arrastrándolo

                        A lo largo de estas semanas, hemos mantenido conversaciones al respecto de las características de este nuevo (ya no tan nuevo) paradigma de la comunicación y su impacto, concretadas en tres ejemplos muy distintos de colaboración entre ciudadanía y Administración Pública: Lan Irekia, un proyecto para el desarrollo de iniciativas ciudadanas con trasfondo social, impulsado por Gobierno vasco; #GetxoKirolak, un proceso para construir una comunidad de deportistas que comunican y contribuyen a una ciudad más saludable, impulsado por Getxo Kirolak (Ayuntamiento de Getxo); y #BilborockLab, un proceso de participación para escuchar a las personas jóvenes de Bilbao e incorporar nuevas propuestas de usos y actividades en Bilborock, impulsado por el Área de Juventud del Ayuntamiento Bilbao.

                         

                         

                        De estas tres propuestas surgen varios aprendizajes. Merece la pena refrescar el hecho de que las personas, y las organizaciones, necesitamos entornos de relaciones favorables para desarrollar iniciativas con posibilidades de éxito. En este marco, se hace imprescindible propiciar y mantener espacios de encuentro (presenciales y digitales) donde compartir experiencias, colaborar, contrastar y buscar apoyos mutuos que ejerzan de palanca para pasar a la acción. La ciudadanía ya lo está haciendo; busca y comparte información, pide contraste y experimenta en nuevas fórmulas de relación. Aprender de estas prácticas ayudaría a generar nuevos espacios sostenidos en el tiempo.

                        Admitiendo que la tarea es ardua y compleja, estos tres casos (y muchos más que ya existen), demuestran que es posible convocar a la ciudadanía y lograr que se acerque a la Administración Pública.

                        Y, si sabemos que esto funciona, ¿por qué no se incorpora como práctica habitual para resolver problemas que afectan a todas las personas?”, es uno de los interrogantes que sonaban en este Ágora.

                        Una derivada de esta pregunta es que desde las administraciones públicas nos acercamos cada vez más a la ciudadanía a través de procesos de participación, pero existe un reto mayor al de las convocatorias puntuales que consiste en mantener la vinculación con la ciudadanía de forma estable, desde una lógica de funcionamiento de lo público. Esto supone salir de las zonas de confort, activar conversaciones, establecer líneas de acción, medir impactos y asumir algunos riesgos.

                        El contacto con la ciudadanía permite detectar colectivos, grupos de personas con intereses o necesidades comunes; el solo acercamiento supone una oportunidad para que estas personas pueden conocerse y ponerse en relación. Nos gusta decir que cuando las personas se ‘juntan’ pasan cosas; son los primeros pasos para impulsar comunidades que se organizan y ofrecen solución a las cuestiones que impactan en su entorno.

                        En los distintos procesos participativos que hemos analizado, y en los que hemos sido parte activa, hemos comprobado que aunque la estructura y los recursos de comunicación disponibles todavía no estén del todo a punto para dar respuesta a las demandas actuales, podemos encontrar grietas de acción que, además, aportan conocimiento en nuevas formas de hacer. Son pequeños movimientos en los que aprender a mover(nos).

                        Mantener el vínculo para colaborar con la ciudadanía requiere de una revisión de los procesos actuales. En las mayor parte de las ocasiones, nos encontramos con dos conversaciones que se desarrollan en paralelo: una, en el seno de la Administración Pública; otra, entre la ciudadanía. El desafío consiste en lograr una tercera conversación, resultante de la suma de las anteriores, es decir, conectar en un mismo dial. Es aquí donde generamos valor público, que precisa de acuerdos con la ciudadanía para la utilización de espacios comunes de conversación y escucha activa.

                        ¿Qué elementos de comunicación digital planteados en Bherria podemos incorporar a la tarea diaria de la Administración Local una vez finalizado un proceso participativo? ¿Hasta qué punto es posible desvincularnos de lo que nos conecta de forma directa con la ciudadanía sin alejarnos de ella?

                        Arantxa Sainz de Murieta. Socia fundadora de Komunikatik, es consultora en comunicación y marketing digital con amplia experiencia en medios de comunicación convencionales, fundamentalmente en prensa. Licenciada en Periodismo, con especialidad en Publicidad, Máster en Marketing y Social Media. Profesora del Máster de Marketing y Dirección Comercial de la Facultad de Económicas de la UPV/EHU. Además, es una de Doce Miradas.
                        Medir impactos y evaluar para mejorar

                        En septiembre arranca un nuevo curso y, en Bherria, comienza un nuevo ciclo temático en torno a los atributos que dan forma a los proyectos de colaboración público-social.

                        Dedicaremos este tercer ciclo a un aspecto cada vez más demandado y presente en cualquier proceso colaborativo: el cuidado de espacios para la evaluación, el contraste y el aprendizaje. Por tanto, reflexionaremos sobre la pertinencia de realizar una evaluación práctica y cómo esta repercutirá en la mejora de los proyectos, tomando como punto de partida las preguntas y aprendizajes recogidos en BherriLab, el laboratorio ciudadano de Bherria, sobre “La evaluación como brújula de orientación hacia la gestión comunitaria deseada”.

                        Al igual que en los ciclos anteriores, las acciones programadas durante el periodo septiembre-noviembre girarán sobre esta temática. La sesión de Komunitatea (22 de septiembre), ayudará a detenernos y analizar qué está sucediendo en nuestros proyectos con respecto a la evaluación de los mismos. Y para la sesión de Prestakuntza (27 de octubre) contaremos con la presencia de Maje Reig y Pascual Pérez, de Civímetro, que aportarán su experiencia evaluando procesos ciudadanos. Para terminar el ciclo, sistematizaremos todas las reflexiones y los aprendizajes en un pequeño informe y un diagrama que sirva para acercarnos a las claves de este atributo de forma más sintética y ágil.

                        A priori, enunciamos algunas características de este atributo:

                        • Definir previamente indicadores de medición claros y entendibles.
                        • Clarificar los criterios de evaluación y hacerlos accesibles.
                        • Diseñar preguntas de escala que ayuden a la medición y evaluar conectando con los recursos puestos en marcha.
                        • Dotarnos de herramientas de medición diversas, ágiles y participadas (observación + entrevistas + encuestas).
                        • Realizar mediciones y evaluaciones parciales, durante todo el proceso, para poder corregir desviaciones o implementar mejoras.
                        • Visualización y comparación (contraste).
                        • Identificamos fortalezas y aspectos por desarrollar.

                        No obstante, lanzamos algunas preguntas que motiven la reflexión en torno a la evaluación en los proyectos de colaboración con la ciudadanía.

                        ¿Qué aspectos se deben medir en cada proceso? ¿Quién se encarga de la evaluación? ¿Bajo qué criterios? ¿Cuándo pensamos en la evaluación: en el diseño del proceso o al llegar a la justificación? ¿Aplicamos los aprendizajes de un proceso en el siguiente? ¿Cómo identificamos esas mejoras aplicables?

                        Recuerda que este ciclo cuenta con dos citas para seguir profundizando en torno a la facilitación en la colaboración público-social: Komunitatea1, el 22 de septiembre; y Prestakuntza, el 27 de octubre.

                        Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30h a 11:00h. Aquí puedes inscribirte a la próxima cita. Te esperamos.




                          1. 1. Las sesiones de Komunitatea están destinadas a las técnicas de las administraciones públicas vascas que forman parte de la comunidad Bherria. Si quieres formar parte de esta comunidad ponte en contacto con nosotras en [email protected].
                          Mucho más que medir: la evaluación como proceso de aprendizaje compartido

                           

                          La evaluación es ese ser mitológico y mágico cuya representación más común es en forma de formularios, indicadores, gráficos o discursos, muchas veces ilegibles, con la intención de medir y representar los sesgos de quien promueve el proyecto a evaluar. Pero, ¿tiene que ser esto así? ¿Existen alternativas? ¿Es posible la evaluación honesta y rigurosa? ¿Es viable?

                          Tratando de explorar estas y otras muchas preguntas participamos, el 27 de octubre, en una sesión formativa de Bherria titulada “¿Cómo medir lo invisible? Evaluación de procesos de innovación ciudadana”.

                           

                          ¿Qué es Civímetro?

                          Civímetro es una guía para la evaluación de iniciativas de innovación ciudadana. Esto no siempre ha sido así. El proyecto surge de la necesidad de profesionales vinculados a proyectos de innovación ciudadana de analizar, entender y comunicar las transformaciones que estos proyectos generan.

                          Tras años de reflexión colectiva, junto a compañeras de la red CivicWise y mucha experimentación sobre el formato y enfoque que Civímetro debería tener, se realiza un primer prototipo de la mano de Medialab-Prado (Madrid, 2019), al que le siguen experiencias por diferentes proyectos y espacios de innovación ciudadana: Medialab-Tabakalera (San Sebastián, 2020), Mestura Puerto (Fuerteventura, 2021), Comunidades de Aprendizaje y Práctica (CAPs) de BBK Kuna (Bilbao, 2021).

                          Durante la sesión de Bherria Prestakuntza, y a través de 4 ideas fuerza, compartimos los aprendizajes que nos ha brindado desarrollar Civímetro en los últimos años.

                           

                          1. El Plan de Evaluación como herramienta para diseñar proyecto

                          La evaluación, como cualquier otro aspecto vinculado al desarrollo de proyectos, puede ser muchas cosas: una potentísima herramienta que nos ayude a pensar y a enriquecer nuestro proyecto o un tedioso trámite burocrático con el que cumplir. En nuestra experiencia con Civímetro creemos en las posibilidades de la primera de las opciones, y hemos podido comprobar que disponer de un Plan de Evaluación ayuda a definir y comprender nuestro proyecto. ¿Cuál es la clave? Entender la evaluación como un proceso que se incorpora al inicio del mismo, convirtiendo la evaluación en una herramienta muy útil y que va mucho más allá de definir indicadores. Partimos de una idea clara: evaluar no es (únicamente) medir.

                          Por ejemplo, contextualizar la iniciativa y definir sus objetivos de forma clara y unívoca para que estos sean evaluables (específicos, medibles y ajustados en el tiempo) es un primer paso común en planes de evaluación, también en el de Civímetro. Realizar este ejercicio de manera colectiva entre las personas encargadas del proyecto y los y las evaluadoras externas facilita poner en común puntos de vista sobre el planteamiento y futuro desarrollo del mismo. Evitamos así asumir y dar por hecho consensos que quizá no existan o descartar cuestiones que podrían ser interesantes para el desarrollo del proyecto. En definitiva, evaluar también permite definir, ajustar y diseñar el proyecto.

                          Estructura para la definición de objetivos evaluables

                           

                          2. La importancia de emplear un marco de evaluación adaptado al proyecto

                          Una de las mayores dificultades a la hora de evaluar es encontrar un sistema de evaluación que permita analizar lo que realmente es importante en nuestro proyecto. Dicho de otra forma, ¿no sería absurdo pretender medir distancias con un termómetro?

                          Civímetro se centra en la evaluación de proyectos de innovación ciudadana. Un tipo de procesos cuya principal particularidad es conseguir que las personas que participan compartan y desarrollen ideas mediante dinámicas colaborativas, comportamientos inclusivos y formas de hacer y pensar abiertas y experimentales. Por ello, Civímetro articula su marco metodológico de evaluación a través de 7 dimensiones cuya definición encaja con este tipo de dinámicas.

                          Analizar qué dinámicas son importantes para la consecución de nuestros objetivos nos permite también llevar a cabo un ejercicio de autoconsciencia previo sobre la naturaleza de nuestro proyecto: ¿cuál es la identidad de mi proyecto? ¿Qué dinámicas busca generar entre sus participantes?

                          Peso de los objetivos y dimensiones en la evaluación de necesidades de Medialab-Tabakalera

                          Si tienes un proyecto de innovación ciudadana entre manos quizá Civímetro pueda serte de utilidad: puedes consultar aquí las 7 dimensiones y ver el encaje de tu proyecto con su metodología. Si por el contrario, consideras que tu proyecto cuenta con una naturaleza particular, o quieres tratar de desarrollar un marco de evaluación propio, lánzate a definir tus propias dimensiones de evaluación. Piensa en las dinámicas que tu proyecto genera, trata de nombrarlas y definirlas, intenta que no sean más de 5-7 dimensiones, y articula después un cuestionario similar al de Civímetro que te permita evaluar en qué grado tu proyecto cumple con ellas.

                          Para profundizar sobre este tema compartimos el vídeo de la sesión “¿Cómo medir la experimentación ciudadana?”, de 2020, donde pueden encontrarse experiencias de evaluación así como un debate entre diferentes profesionales donde el concepto de “identidad” en proyectos de naturaleza de innovación social o ciudadana tuvo especial protagonismo.

                           

                          3. Entender la evaluación como un proceso (subjetivo) y no un fin

                          Tendemos a pensar que la evaluación es un hecho objetivo. Asumir que la evaluación es un proceso largo y que, además, es subjetivo y depende de la mirada de quien lo lleva a cabo, nos ayuda a aceptar sus limitaciones. Pero, no nos llevemos a engaño, que la evaluación cuente con un sesgo subjetivo no tiene por qué implicar que se convierta en un proceso arbitrario. Evaluar consiste en generar un método riguroso y bien documentado que facilite su trazabilidad, de forma que si alguien repite el mismo proceso pueda llegar a los mismos resultados, o bastante similares.

                          Entender cómo funciona el proyecto a evaluar –el peso de sus objetivos, qué actividades se van a evaluar y por qué o cuáles son las dimensiones más relevantes– es clave para la generación de una narrativa común en torno a la evaluación: ¿cuál es el fin último por el que evaluamos: para rendir cuentas, para aprender, para ambas…?

                          Es en este punto el proceso de evaluación facilita comunicar dónde se quiere poner el foco, asumiendo que hay cuestiones que, aun pudiendo ser importantes, quedan fuera de la evaluación. Además, si esto va acompañado de elementos gráficos, nuestra narrativa se entenderá mucho mejor. Realizar una comunicación efectiva sobre qué es y qué no es nuestro proyecto nos permitirá ajustar expectativas y evitar generar desconfianza hacia proyectos cuyos resultados, muchas veces, son intangibles.

                          Diagrama de flujos que vincula actividades y objetivos de Medialab-Tabakalera con los aspectos y dimensiones de Civímetro

                           

                          4. Acotar para poder llegar

                          De todas las cuestiones que hemos tratado hasta ahora sobre evaluación, ninguna corresponde a la definición de indicadores, y todas se desarrollan en una fase inicial del plan de evaluación. Esto nos aporta dos conclusiones: (1) la importancia y el peso que esta fase inicial del proceso de evaluación tiene; y (2) la gran cantidad de tiempo y energía que puede suponer llevar a cabo un proceso de evaluación de forma amplia e integral.

                          Evaluar bien requiere de una gran cantidad de recursos económicos, humanos, materiales y técnicos, y los proyectos no siempre cuentan con ello. Por esto, es muy importante saber acotar: poder decidir qué es, de todo aquello que podríamos medir y evaluar, lo más relevante. Toma de nuevo especial relevancia todo el trabajo previo y el ya mencionado ejercicio de autoconciencia para poder decidir de manera informada qué incluimos en la evaluación y qué dejamos fuera.

                          ¿Cómo acotar una evaluación? Puedes seguir alguna de las siguientes estrategias:

                          • Priorizar objetivos: no evaluar todas las acciones o actividades de nuestro proyecto, pero sí asegurar que mediremos y evaluaremos todos los objetivos de nuestro proyecto.
                          • Priorizar actividades: poner especial atención en la evaluación de nuestras acciones, midiendo y observando todas ellas, o una selección de aquellas que consideramos fundamental evaluar, aunque ello suponga dejar fuera de la evaluación alguno de los objetivos con menor peso.
                          • Priorizar dimensiones: atendiendo al peso de las 7 dimensiones de evaluación para nuestro proyecto, focalizar los recursos en medir aquellas dimensiones prioritarias, aunque ello suponga no evaluar todos los objetivos o actividades de nuestro proyecto.

                          Los mínimos, como podemos ver, los marca el propio proyecto y los recursos con los que se cuente. Tendremos que considerar la incorporación de un equipo de evaluación externo que, además de realizar todas las fases previas ya mencionadas, se encargue de definir los indicadores a aplicar. Es importante también atender a los posibles recursos técnicos con los que el proyecto pueda contar, como bases de datos o herramientas de gestión que puedan facilitar y agilizar el proceso de medición.

                          Priorización de actividades a evaluar para cubrir todos los objetivos en la evaluación de necesidades del proyecto Mestura Puerto

                          Todos estos condicionantes determinarán la amplitud y profundidad con la que llevaremos a cabo la evaluación. Lo importante, pese a tener que considerar el dejar algunos aspectos fuera de la misma, es realizarlo de forma rigurosa y documentada, pudiendo trazar el camino inverso y argumentar así las razones que sustentan nuestras decisiones en el proceso de evaluación.

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                          La evaluación puede y debe ser un proceso que nos dote de herramientas e información para transmitir lo que nuestro proyecto es capaz de generar. Esperamos que, con lo compartido en la sesión del 27 de octubre en Bherria Prestakuntza y en este texto, hayamos contribuido a su desmitificación.

                          Participación con vocación pública o las fronteras blanditas entre administración y ciudadanía

                          Gala Pin estudió filosofía, ha sido desde 2003 activista por el derecho a la ciudad en el movimiento vecinal de Barcelona, donde también formó parte la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Implicada en luchas por la defensa de libertades y derechos en la red, formó parte activa del movimiento 15M. De 2015 hasta 2019 ocupó la concejalía del distrito de Ciutat Vella en el gobierno de Barcelona y la de Participación ciudadana, actualmente trabaja temas de tecnología, derechos humanos y gobernanza democrática; y colabora en diferentes medios de comunicación.

                          La pandemia marca el cambio de siglo de manera definitiva. En este siglo XXI, los ciclos políticos son cada vez más rápidos, también son cada vez más complejas las sociedades con las que tiene que lidiar la Administración Pública: con cambios más veloces (y fugaces), con más diversidad entre quienes la componen, con avances tecnológicos con más incidencia a nivel estructural, al mismo tiempo que prefiguran más el tipo de subjetividad y las maneras de relacionarnos… Frente a ello, las administraciones materializan cambios lentos, maquinarias burocráticas que se mueven como gigantes a cámara lenta, dentro de un contexto de creciente desconfianza y desafección por parte de la ciudadanía hacia la institución pública. A menudo, esta desconfianza se plasma no solo en la desafección hacia la clase política, sino también hacia los/as trabajadores/as públicos/as, que son los que tienen que implementar los procesos y mecanismos de participación con herramientas, a veces, obsoletas y, a menudo, insuficientes.

                          En este contexto, no hay que renunciar a lo público, sino fortalecerlo y, aunque parezca contradictorio, esto pasa por su capacidad de abrirse y dejar que las fronteras entre lo público, lo comunitario y lo social se diluyan cada vez más en determinados ámbitos. Ahí, la participación ciudadana es clave. Es clave como un mecanismo para redistribuir poder que permita mejorar la confianza en las instituciones; y es clave también para rediseñar las administraciones. No es la ciudadanía la que necesita de la participación, es la administración la que necesita de la ciudadanía, y una de las herramientas que tiene para ello es la propia participación.

                          Resulta difícil imaginar la posibilidad de plantear, de llevar a cabo una gran reforma de la administración para adecuarla a los tiempos que corren; es de la mano de la ciudadanía como se pueden ir efectuando cambios que la tornen más porosa, que desdibujen las fronteras entre ciudadanía y administraciones públicas.

                          La participación se puede entender de diferentes maneras; aquí apuntaremos solo algunas que nos parece que pueden ayudar a la hora de repensar la institución, a la vez que en la implementación del día a día de políticas públicas vinculadas a ella.

                          La administración necesita cada vez más a la ciudadanía para sostener situaciones de crisis. La pandemia de la COVID-19 y las redes vecinales han sido un gran ejemplo. Para esto, es necesario replantear determinados marcos normativos en la cesión de espacios, en la evaluación e implementación de las políticas públicas, en la capacidad de incidencia en la toma de decisiones por parte de la ciudadanía, en la gestión de servicios o equipamientos púbicos o a la hora de incidir en la agenda política. Legislar desde la confianza en la ciudadanía, no al contrario; es necesario también desburocratizar la participación. La burocracia es como el colesterol, la hay buena y la hay mala; podemos mantener aquella que lo que hace es evitar procesos arbitrarios, aquella que garantiza la universalidad de la acción, pero eliminar aquella que responde solo al lenguaje privado de la administración que habla consigo misma.

                          La capacidad de legislar no está siempre en nuestras manos, y no se agota ahí la posibilidad de replantear la influencia de las vecinas y vecinos en las decisiones políticas. Es necesario establecer mecanismos de escucha para atender a los disensos que se están fraguando fuera de las instituciones, no utilizar la participación como una forma de legitimar las decisiones tomadas en la administración sino habilitarla como una herramienta de influencia que permite redistribuir poder. Una forma de ampliar también el mapa de actores que tiene que jugar un papel en la acción pública. Para aterrizarlo, pondremos un ejemplo: los mecanismos de democracia directa precedidos por procesos de recogida de firmas o de avales ciudadanos para asegurar que responden a un interés generalizado. En la participación ciudadana bien entendida entran en tensión la democracia representativa y la democracia participativa o la democracia directa. Tensar las costuras de esa fricción ayuda a virar la administración hacia un lugar más abierto, con más capacidad de escucha. Estos mecanismos de democracia directa tienen que ligarse también de formas de trazabilidad y rendición de cuentas, por supuesto.

                          La escucha es el primer paso para dejarse modificar, influir por el afuera; y puede ir acompañada de otros procedimientos, más sencillos, que ayuden a ampliar el público objetivo de los atisbos de democracia participativa que pueden darse en las instituciones de hoy en día. Desde la apertura de diferentes canales (un whatsapp o telegram, una oficina, una reunión, un mail, un teléfono, una plataforma digital, una asamblea…), pasando por aplicar modelos híbridos de participación offline y online (véase aquí la filosofía que hay detrás de la plataforma Decidim, impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona), a la posibilidad de contar con traductores/as o mediadores/as interculturales, o a cambiar el lugar en el que tienen cita los procesos para realizarlos allá donde están las comunidades a las que queremos llegar, invitar a los procesos de participación a los actores económicos… Son formas de reblandecer las fronteras entre administración y ciudadanía. Una ciudadanía que puede nutrir a la administración de una inteligencia colectiva que la propia arquitectura de la administración, a menudo, hace difícil que se desarrolle de puertas para dentro. Por eso, generar espacios como los que se construyen desde Bherria es un ejemplo de un tipo de colaboración que la administración necesita para crecer, para mejorar la vocación de servicio público.

                          Porque la participación, la capacidad de incidencia de la ciudadanía, la cogobernanza es más plena cuando se orienta a satisfacer el interés general y tiene también vocación pública.

                          Inscripción

                            Recuerda que para cualquier incidencia relacionada con la inscripción puedes acudir a [email protected].

                            pH Gunea – Por un PH más saludable

                            En Bherria nos gusta compartir experiencias interesantes de colaboración público-social, experiencias de innovación pública que puedan ser inspiradoras y servir de palanca en otros lugares y en otros proyectos. Una de estas experiencias es pH Gunea, un proyecto de participación colaborativa. Para conocer la iniciativa, hemos hablado con los y las responsables de ponerla en marcha y esto es lo que nos han contado.

                            ¿Qué es Ph Gunea? ¿para que se ha creado?

                            pH Gunea es un laboratorio innovador de Donostia que pretende propiciar un espacio de participación (pH) más saludable en el que poder explorar, crear, reflexionar, debatir e innovar en relación a la participación ciudadana. Conlleva dos objetivos principales: promover en Donostia la cultura de una política participativa, así como reforzar el asociacionismo, la ciudadanía activa y el desarrollo comunitario.

                            pH Gunea propone una vía para la transformación, un “cómo” y no tanto un “qué“, con la intención de ir a la práctica y aprender de la acción. El motivo para echar a andar el proyecto es mejorar la salud o calidad del pH de Donostia, mejorar la calidad de la participación colaborativa que mide la escala pH. Entre otras, se atienden las relaciones con la administración pública y las relaciones entre los ciudadanos, analizando su cualidad, para mejorar su calidad, en favor un pH saludable.

                            La idea es crear y ofrecer un contexto y un espacio para la transformación. Se buscan pequeños cambios significativos, en una dirección firme, que sean duraderos en el tiempo, reforzando las acciones correctas, promoviendo pequeños cambios que conlleven una profunda transformación.

                            Simultáneamente se trabajarán tres trayectorias, en favor de un pH más saludable:

                            Conectar; redes, iniciativas e investigaciones que se conectan: proactivamente, nos acercarnos a iniciativas e investigaciones para un pH saludable/ colaborativo, creando y mejorando relaciones, y así podremos mirar nuestra manera de actuar, y compartiremos problemas, aportando soluciones de manera conjunta.

                            Reforzar: Se promoverá transformar el ayuntamiento de Donostia, reflexionaremos sobre su actuación y la cualidad de sus relaciones, valorando y reforzando lo que se hace correctamente desde el punto de vista de la participación saludable, identificando lo que se deba mejorar y diseñando las maneras de lograrlo.

                            Implementar acciones: así mismo, la idea es diseñar y poner en marcha nuevas actividades. Así, se prevén proyectos piloto, cursos, kit de recursos o comunidad práctica.

                            Mencionáis la participación colaborativa. ¿Cómo definiriáis este tipo de participación en relación a otros tipos de participación?

                            La participación colaborativa debe servir para identificar dónde se ubican los retos compartidos y buscar cómo responder conjuntamente a estos.

                            Hay que tener en cuenta todos los condicionantes que guardan relación con el tema de la participación colaborativa deben incluirse para ser parte del proyecto, en favor del asociacionismo; ya sean personas individuales, sociedades y/o movimientos sociales, ayuntamiento, otros tipos de institución, profesionales…

                            El pH Gunea se basa en esa lógica, siendo el objetivo pasar de “ofrecer un servicio” desde el ayuntamiento para lograr un pH más saludable en Donostia a “construir alternativas comunes”.

                            ¿Cómo lograr la participación colaborativa con la colaboración público-social?

                            La colaboración público-social se logrará de la mano del máximo desarrollo de la participación colaborativa. En ese aspecto, las instituciones públicas deberán desempeñar otro rol, serán compañeras de viaje de la ciudadanía y facilitarán el desarrollo de sus iniciativas. Así, estaremos en el nivel máximo de escala del pH, garantizando un pH equilibrado y saludable, la participación plena y constante, el empoderamiento y la emancipación.

                            Así, podemos decir que la cooperación público-social se produce cuando se cumplen algunas condiciones a nivel del pH: cuando haya cooperación, cuando haya reconocimiento, cuando la escucha es activa, diversa, con diferentes orientaciones, transformadora, permanente, flexible, co-creada y co-gestionada, en un clima de confianza, consciente y conectada, inter-generacional, inspiradora, práctica y funcional y experimental.

                            según vuestra opinión, ¿qué ganará la ciudad al desarrollar esa participación colaborativa?

                            En nuestra opinión, Donostia saldrá ganando en diversos aspectos con el desarrollo de la participación colaborativa. Por ejemplo:

                            • Habrá más oportunidades para crear ideas nuevas ante el mismo problema o reto.
                            • Se facilitará el conocimiento mutuo entre la ciudadanía y las instituciones públicas, así como el aprendizaje compartido y el asociacionismo.
                            • Es importante ser efectivos en lo que será de ayuda para poner la atención en ello, trabajando a su favor de manera estratégica y de manera complementaria, a partir de lo que cada cual pueda aportar.
                            • Se creará una base adecuada ante las situaciones que podrían surgir en el futuro, con valores en común.

                            Qué esperáis de una iniciativa como Bherria?

                            La iniciativa Bherria se complementa plenamente con una trayectoria del pH Gunea: con la conexión. Bherria nos brinda la oportunidad de conectar con quien está trabajando cerca de nosotros y nosotras con nuestra misma intención. Podemos conocernos mutuamente, conocer las últimas tendencias, conocer experiencias inspiradoras, de cara a nutrirse y enriquecerse mutuamente, compartir problemáticas y trabajar en soluciones compartidas. Y, en general, conocer qué está pasando “ahí fuera” con relación a la participación colaborativa.

                            Presentamos la plataforma de los atributos para la colaboración público-social

                            Vamos a cerrar el año en el que Bherria cumple su 5º aniversario y lo queremos seguir celebrando aportando recursos y herramientas fundamentales para los proyectos de colaboración con la ciudadanía. Por eso, lanzamos ahora la plataforma de los atributos esenciales para la colaboración público-social, que son la piedra angular de nuestro programa de contenidos que vamos explorando a fondo a través de ciclos temáticos.

                            ¡Accede a la página de atributos!

                            En cada ciclo, nuestra aproximación implica sesiones de trabajo con profesionales de la Administración Pública vasca (Komunitatea) y capacitación para la acción con personas expertas en cada ámbito (Prestakuntza). Como resultado final de este proceso colaborativo, obtenemos las principales claves que sistematizamos a través de informes e infografías, tanto estáticas como dinámicas.

                            A través de la página principal de los atributos, se accede a la base de datos documental de todos los atributos que hemos trabajado hasta el momento, con todos los materiales disponibles. También se puede descargar el juego de cartas de los 10 atributos, una herramienta para analizar, comparar y comprender las claves de éxito de las experiencias de colaboración con la ciudadanía.

                            Cada atributo indica, junto con una breve presentación, detalla las claves importantes para su desarrollo, los artículos relacionados publicados en el blog de Bherria y su grado de avance, es decir, si ha completado su ciclo de trabajo, si está en curso o si está pendiente de abordar. En este último caso, se pueden ver las convocatorias para las actividades que continuaremos desarrollando en los próximos meses y para las que ya está abierta la inscripción. También desde esta página se puede acceder a la base de datos documental de cada uno de ellos.

                            Es mejor que lo veas. Entra en la página y guárdala en tus favoritos. Seguro que servirá de referencia para proyectos actuales y futuros.

                            Presupuesto y recursos

                            Habitualmente la llegada de septiembre nos pilla con buen tono: descansadas, relajadas y llenas de energía. Es, por tanto, una buena fecha para comenzar el nuevo curso.

                            En Bherria, el inicio del nuevo curso coincide con el comienzo de un nuevo ciclo temático en el que vamos a poner el foco, y profundizar, en otro de los atributos que resulta determinante para las iniciativas de colaboración con la ciudadanía: presupuesto y recursos.

                            Con esta nominación tan clara, nuestro objetivo es explorar y analizar, durante los últimos meses de este año, aspectos vinculados con los recursos económicos y las infraestructuras necesarias para el desarrollo efectivo de este tipo de proyectos en colaboración.

                            Para analizar este atributo partimos de una premisa central, que es la necesidad de contar con los recursos necesarios en cada fase de los procesos, ya sea en los previos (definición y concreción del reto, diseño de proceso), en el desarrollo y su implementación, o en posibles derivaciones posteriores, para que los proyectos se ejecuten en su totalidad y de forma sostenida en el tiempo.

                            La financiación adecuada de este tipo de proyectos suele ser, habitualmente, uno de los desafíos más evidentes, sobre todo en administraciones pequeñas. Ante esta situación, ¿qué alternativas tenemos? ¿Deberíamos planificar nuestros proyectos a partir de los recursos disponibles o diseñamos y, después, obtenemos los recursos? ¿Qué métodos tenemos a disposición para encontrar esos presupuestos o qué otras formas de financiación podemos activar?

                            Este análisis nos lleva a reflexionar sobre las fórmulas que empleamos para dar acceso a la ciudadanía a esos recursos, y a la búsqueda de nuevas posibilidades. Esto abarca subvenciones nominativas sin número de identificación fiscal (CIF), adjudicaciones directas, subvenciones y cesión de espacios, innovación en el ámbito de las subvenciones (concurrencia excluyente), prácticas de contratación pública innovadoras, etcétera.

                            Y, por supuesto, no olvidamos que los recursos no son sólo financieros; comprendemos que los recursos son un espectro amplio que incluyen también infraestructuras, dedicación, compromiso, formación o apoyo técnico y profesional, entre otros. Así que, nos asaltan nuevas preguntas pertinentes: ¿Qué recursos del municipio podemos activar y cómo podemos ponerlos a disposición de los proyectos de forma ágil? ¿Cómo asegurar que los proyectos no solo despeguen, sino que también se mantengan en el tiempo fortaleciendo así la colaboración con la ciudadanía?

                            Para profundizar en estas y otras cuestiones hemos programado, como hacemos habitualmente, dos acciones:

                            • Una primera reflexión partiendo de la realidad de las técnicas y técnicos de la Administración Pública vasca que participan en Komunitatea (la comunidad de aprendizaje de Bherria).
                            • Y una sesión formativa online, el día 26 de octubre, entre las 09:30 y las 11:00 horas, que impartirá Olivier Schulbaum dentro del eje Prestakuntza (las sesiones abiertas de capacitación para la acción).

                            ¡INSCRÍBETE AHORA A LA SESIÓN ABIERTA DE PRESTAKUNTZA!

                            Con los contenidos recopilados en ambas sesiones elaboraremos, como hacemos habitualmente, un pequeño informe que aglutine los aprendizajes y las claves sobre aspectos vinculados a los recursos económicos y las infraestructuras necesarias para el desarrollo efectivo de proyectos en colaboración con la ciudadanía. Además, compartiremos una infografía estática, y otra en movimiento, que resuma aún más dichas claves.

                            Y hasta aquí, el avance de contenidos sobre el atributo referido a presupuesto y recursos.

                            Ondo segi.

                            *Las sesiones de Komunitatea están destinadas a las técnicas de las administraciones públicas vascas que forman parte de la comunidad Bherria. Si quieres formar parte de esta comunidad ponte en contacto con nosotras.

                            **Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30 a 11:00. Aquí puedes inscribirte a la próxima cita del 26 de octubre.





                              PONENTE

                              Olivier Schulbaum
                              Es cofundador de la Fundación Platoniq cuya misión es diseñar futuros sostenibles y deseables poniendo en el centro la cultura democrática, la ESS y la justicia social “por diseño”. Dirige equipos y proyectos de innovación democrática y tecnologías cívicas participativas. Es impulsor de la plataforma de crowdfunding cívico Goteo.org, a través del que se financian iniciativas con impacto social. Actualmente, es miembro del Consejo Asesor de la Fundación Ciudadana Civio.

                              Primera infografía sobre atributos: cinco claves para analizar la fortaleza del propósito en tu proyecto

                              En Bherria nos hemos propuesto profundizar en los 11 atributos que definen los proyectos de colaboración público social, es decir, la colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía, que son el resultado de un proceso de investigación que culminó en la Tokapeta Bherria 2021.

                              Planteamos tres ciclos anuales que giran en torno al trabajo en profundidad de dichos atributos. Cada ciclo comienza con una primera contextualización del atributo; más adelante, conocemos una experiencia real ligada a dicho atributo en uno de los encuentros de Komunitatea; proponemos una sesión de Prestakuntza para seguir profundizando en el tema, de la mano de una persona experta en la cuestión; mantenemos una conversación en abierto para contrastar desde el conocimiento y la experiencia las principales claves definitorias del atributo; y, por último, sistematizamos la nueva información proporcionando así una herramienta útil para que cualquier proyecto pueda analizarse y evaluarse.

                              Este primer ciclo lo hemos dedicado a profundizar en el atributo “Propósito de la colaboración público social”. El ejemplo del proyecto thinking Fadura, en una sesión de Komunitatea, sirvió como punto de partida para obtener algunas claves importantes; estas claves sirvieron de hilo conductor de la sesión posterior de Prestakuntza, facilitada por Asier Gallastegi, y de la que dejamos constancia en el artículo ¿Qué diría este proceso sobre su propósito si pudiera hablar?

                              Cómo resultado de este trabajo colectivo, en el que han participado más de 20 personas, hemos elaborado un documento que se resume y sintetiza las cinco claves que pretender servir de ayuda a aquellas personas que deseen definir o actualizar algo tan importante como el propio propósito de los proyectos de colaboración entre la ciudadanía y la Administración Pública.

                              Para ponerlo fácil, hemos llevado estas cinco claves de forma sintética a una infografía, más visual y comprensible, con aportaciones y herramientas que pueden resultar de ayuda para entender, integrar y desarrollar un propósito compartido.

                              ¡Descarga la infografía completa!

                              También ponemos a vuestra disposición un informe, una versión más extendida y con más detalle, para poder profundizar en estas cinco claves.

                              ¡Descarga el documento completo!

                              Ahora, os invitamos a repasar cada una de ellas para conocer la fortaleza del propósito de un proyecto de colaboración público-social que está en marcha o en ciernes. Esperamos que resulte útil.

                              ¡Accede a la página que recoge los productos del atributo!

                              Radiografía de los proyectos de colaboración público-social a través de sus atributos


                              Cada encuentro de Bherria es una oportunidad de avanzar en la comprensión de la realidad de la colaboración público-social. Así, en el último evento, Topaketa 2021, realizamos una investigación de 15 experiencias concretas que respondieron a las necesidades desbordadas bajo el efecto de la crisis sanitaria.

                              Junto a Novagob, La Hidra y Erain definimos una estructura que pueda dotar de cierta homogeneidad a una realidad compleja que aportan estas 15 experiencias. Como fruto de este trabajo, y los aprendizajes cosechados en estos últimos años en Bherria, hemos generado una serie de atributos que facilitan una forma de comprender, comparar y analizar las claves de éxito de las experiencias de Colab. Publ-Soc.

                              En este artículo añadimos algunas características que ayuden a situar la presencia o ausencia de cada uno de los 11 atributos en las experiencias de colaboración. También añadimos una serie de valores que ayudarán a comprender el grado de desarrollo del atributo en una escala de valoración del 1 al 3, siendo el 3 el máximo impacto positivo en el proyecto.

                              1. claridad de propósito
                              2. presupuesto y recursos
                              3. trama comunitaria
                              4. forma de colaboración
                              5. grado de apertura
                              6. facilitación
                              7. comunicación
                              8. hibridación
                              9. coordinación
                              10. evaluación

                              El trabajo en base a los atributos centrará el programa de contenidos de Bherria 2022, que nos ayudará a ir enriqueciendo cada uno de los atributos haciendo de ellos una herramienta útil para el impulso de la colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía.

                              1. Claridad de propósito

                              Cuando pensamos en la claridad de propósito estamos reflexionando sobre las siguientes características:

                              • Definición participada del reto al que atender.
                              • Transparencia con respeto a los intereses presentes en el proyecto y a los agentes implicados.
                              • Establecer los límites del impacto, y aclarar la capacidad de incidencia del proyecto.
                              • Garantizar el acceso a la información y hacer presente los acuerdos y líneas compartidas.

                              La escala de valoración de este atributo es la siguiente:

                              1. Había necesidades claras a las que responder: más allá de estas, no había un objetivo compartido.

                              2. Ha habido espacios de reflexión compartida donde hemos podido conversar sobre el objetivo de la colaboración.

                              3. Las conversaciones se documentan y se comparten. El propósito del proyecto es algo presente que se comunica y se socializa de forma permanente.

                              2. Presupuesto y recursos

                              Ahora ponemos el foco sobre los recursos económicos e infraestructuras necesarias, y su sostenimiento en el tiempo para el desarrollo del proyecto. En concreto definimos como características centrales:

                              • Destinar recursos a cada fase del proceso: previa (definición y concreción del reto, diseño de proceso); desarrollo del proceso participativo; implementación/derivaciones posteriores.
                              • La financiación de los proyectos es fundamental para que puedan impactar y sostenerse en el tiempo.
                              • Los recursos no son solo monetarios, también se deben disponer de infraestructuras, dedicación, formación, apoyo técnico y profesional, entre otros.

                              La escala de valoración de este atributo es la siguiente:
                              1. El proyecto no ha contado con recursos.

                              2. Ha contado con recursos de forma puntual.

                              3. Dispone de los recursos necesarios y sostenidos en el tiempo.

                              3. Trama comunitaria

                              Reflexionamos sobre la importancia de la existencia de una trama comunitaria previa a la colaboración. Nos referimos a un conjunto de organizaciones, colectivos, asociaciones y proyectos ciudadanos conectados entre sí que comparten una perspectiva comunitaria. Las características de las tramas comunitarias son:

                              • Conocimiento de la realidad local: colectivos, asociaciones o redes que trabajen en el ámbito temático del proyecto.
                              • Interacción con la realidad local.
                              • Acciones para el apoyo y fortalecimiento de ese tejido.
                              • Reconocimiento de esta trama y el lugar que ocupa en el territorio.

                              La escala para la valoración de este atributo es la siguiente:
                              1. No existía un tejido asociativo o comunitario previo, es el propio proyecto el que lo activa.

                              2. Se habían detectado demandas puntuales y personas concretas con interés en el proyecto, pero no estaban articuladas en torno a un colectivo.

                              3. Existían colectivos, asociaciones o redes que estaban trabajando en el ámbito temático del proyecto.

                              5. Forma de colaboración

                              Desde este atributo buscamos comprender las formas que toma la colaboración entre la ciudadanía y la Administración Pública en los proyectos compartidos:
                              1. Construcción de relaciones de confianza, reconocimiento y reciprocidad.

                              2. Establecer vínculos desde/con la administración y no solo desde/con las personas técnicas: marcos de colaboración, acuerdos, convenios, etcétera.

                              3. La importancia de no delegar el vínculo entre la trama comunitaria y social (por ejemplo, en empresas proveedoras).

                              La escala de valoración de este atributo es la siguiente:
                              1. Encuentros y conversaciones para compartir información y contrastar actuaciones concretas.

                              2. Reconocimiento y subvención.

                              3. Refuerzo del proyecto, impulso a su escalabilidad y contagio.

                              6. Grado de apertura

                              Reflexionamos también sobre el grado de inclusividad y participación enun proceso de colaboración. Las características de este atributo son las siguientes:

                              • Diseño de procesos abiertos (participación plural y abierta a la totalidad o parte del proceso, fórmulas de participación diferentes y adaptables, etcétera).
                              • Poner a disposición canales, herramientas, metodologías y recursos para que todas las personas susceptibles de participar puedan hacerlo.
                              • Trabajo en red y fortalecimiento de vínculos entre personas y organizaciones como objetivo.

                              La escala de valoración de este atributo es la siguiente:
                              1. La iniciativa es particular y no teje red a lo largo del proceso.

                              2. Se activan relaciones de colaboración puntuales que ayudan a hacer más fuerte el proyecto.

                              3. El trabajo en red y el fortalecimiento de vínculos entre personas y organizaciones es un objetivo en el que avanzamos.

                              7. Facilitación

                              Estos proyectos requieren de roles y habilidades para la facilitación y el apoyo a la colaboración. Pensamos en:

                              • Nociones básicas de procesos grupales, facilitación, mediación, resolución de conflictos.
                              • Desarrollo de habilidades relacionales (soft skills): escucha activa, empatía…
                              • Cambio hacia una actitud posibilitadora: ver cómo hacerlo posible, búsqueda proactiva de una solución, de la información necesaria….

                              La escala de valoración de este atributo es la siguiente:
                              1. Todas las personas han hecho un poco de todo.

                              2. Una persona, o grupo de personas, lidera y coordina el proceso desde el primer momento.

                              3. Se han repartido los roles; cada persona y organización ha estado trabajando y aportando allí donde era más fuerte. Los liderazgos han sido rotativos.

                              8. Comunicación

                              Reconocemos la importancia de la comunicación, más allá de un ejercicio de transmisión de la información, porque un uso adecuado incrementa los impactos y las implicaciones en los proyectos. En este atributo reflexionamos sobre la importancia de:

                              • Planificar la comunicación en cada fase.
                              • Además de utilizar los recursos de convocatoria o difusión, ponemos especial atención en la construcción del relato colectivo (multivoz y altavoz).
                              • Incluir habilidades de comunicación digital (autonomía, solvencia, inmediatez, medición,..).

                              La escala de valoración de este atributo es la siguiente:
                              1. No se ha tenido en cuenta la comunicación. Se ha dado de manera espontánea, o no se ha dado.

                              2. Se han desarrollado acciones eficaces para la comunicación del proceso.

                              3. Se ha planificado de manera activa la comunicación y ha sido parte del proyecto, buscando generar impacto positivo en cada fase.

                              9. Hibridación

                              La capa digital está llena de herramientas que nos ayudan a alcanzar una mayor vinculación de las personas para con el proyecto en el que participan. Entendemos por hibridación el proceso porque el trabajo realizado en la capa digital termina reforzando los espacios presenciales de encuentro.

                              Las características de este atributo son las siguientes:

                              • Presencia de las tecnologías digitales.
                              • Conocimiento en el uso de dichas tecnologías.
                              • Poder capacitar a otras personas en el uso de estas tecnologías. (O asegurar el acceso a las mismas).
                              • Aplicación en los casos en los que resulten beneficiosas para el proceso.

                              La escala de valoración de este atributo es la siguiente:
                              1. El proyecto se ha desarrollado solo de forma presencial o digital.

                              2. Internet y la capa digital ha sido determinante.

                              3. Se han combinado la capa digital y la presencial.

                              10. Coordinación

                              Los proyectos se construyen tejiendo conversaciones; y los espacios de coordinación son un lugar privilegiado para que estas se produzcan. Para ello será necesario:

                              • Articular espacios funcionales y operativos para la coordinación entre agentes.
                              • Definir estos espacios especificando sus funciones y objetivos.
                              • De forma accesible (claros, comprensibles y de libre acceso).

                              La escala de valoración de este atributo es la siguiente:
                              1. Una organización, principalmente, ha liderado el proyecto, pero con apoyos puntuales de otras personas y entidades.

                              2. Se han definido espacios formales e informales, de carácter permanente, para la coordinación y gobernanza del proyecto que implica a agentes de otras áreas.

                              3. Los espacios de coordinación funcionan y cumplen los objetivos para los que han sido diseñados.

                              11. Evaluación

                              Reflexionamos sobre el cuidado de espacios para la evaluación, el contraste y el aprendizaje. Una evaluación conveniente y práctica repercutirá en la mejora del proyecto. Las características de este atributo son las siguientes:

                              • Definir previamente indicadores de medición claros y entendibles.
                              • Dotarnos de herramientas de medición diversas, ágiles y participadas (observación + entrevistas + encuestas).
                              • Realizar evaluaciones durante todo el proceso.
                              • Clarificar los criterios de evaluación.
                              • Diseñar preguntas de escala y conectar con los recursos puestos en marcha
                              • Visualización y comparación.
                              • Conocemos aspectos más fuertes y por desarrollar.

                              La escala de valoración de este atributo es la siguiente:
                              1. No se han previsto mecanismos de evaluación.

                              2. Se ha realizado una evaluación informal del proyecto.

                              3. La evaluación impacta en la mejora del proyecto y de otros procesos similares.

                              Sabemos que el éxito de un proyecto no es una suma exacta del desarrollo de estos atributos. Sin embargo, este ejercicio nos ayuda a reflexionar sobre la fuerza de responder a una escala que facilite la representación visual de estos datos. Seguimos avanzando en mejorar este ejercicio, y lo hacemos experimentando.

                              ¿Cuál es tu aportación a esta investigación? ¿Te animas a sistematizar un proyecto desde estas características? ¿Profundizarías de otra manera en algún atributo? ¿Echas de menos alguna clave importante?

                              Reencuentro con la democracia a través de la gobernanza colaborativa

                              Xabier Barandiaran es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Deusto y doctor en Sociología. Actualmente, compagina su labor docente en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Deusto, con la de asesor de estrategia del Diputado General de Gipuzkoa. Además, es impulsor del proyecto Etorkizuna Eraikiz.

                               

                              No descubro nada nuevo si afirmo que el actual modelo de desarrollo global ha generado nuevas condiciones para la construcción de realidades económicas, sociales y políticas. Esta realidad que emerge fundamentalmente con la revolución tecnológica de la segunda mitad del siglo XX ha impactado de una manera determinante en las democracias liberales del mundo occidental. En los inicios de la tercera década del siglo XXI nos enfrentamos a esta enorme crisis de transformación. ¿En qué consiste este profundo cambio?

                              Básicamente se trata de una redefinición de los espacios de interacción (económica, social y política), una modificación de las formas de interacción (con un proceso creciente de digitalización) y una modificación de la velocidad en la que se desarrollan las interacciones entre los seres humanos (creciente aceleración); esta redefinición de espacios ha influido de manera decisiva en el estado nacional: en las economías nacionales, en las instituciones democráticas nacionales y en las soberanías nacionales. Las empresas tractoras compiten globalmente, los estados han perdido capacidad para incidir desde lo público y las personas tenemos menos capacidad para incidir en la realidad económica y social de nuestras respectivas comunidades políticas.

                              Las consecuencias del actual modelo de desarrollo global son claras: insostenibilidad desde el punto de vista medioambiental, lucha geoestratégica por los recursos naturales, crecientes desigualdades sociales, concentración de la actividad en las grandes ciudades, enormes dificultades para mantener el estado de bienestar, movimientos migratorios, brecha digital y sociedades más diversas y complejas; sociedades en las que los valores, las formas de relación y la acción social en general vienen condicionadas por la sociedad de consumo y los valores individualistas. Los valores y los registros de acción de la lógica de las sociedades de consumo alcanzan a interacciones sociales que van más allá de las transacciones económicas (la comunicación pública es un buen ejemplo de ello) y están condicionando su desarrollo desde el punto de vista democrático. El imaginario de una comunidad política (como un envase perfecto) que se dota así misma de unas reglas de juego para organizar la acción pública, la acción económica y la vida social (con un sistema homogéneo de normas y valores) nunca existió salvo como categoría analítica y/o paradigma de gestión; la realidad siempre ha sido más compleja. Pero ahora nos enfrentamos a las consecuencias de unas fuerzas que han dinamitado el estado-nación. Toda crisis de transformación significa el final de algo y el comienzo de otra cosa y genera procesos de decadencia, procesos emergentes, miedo, incertidumbre y…. oportunidades.

                              El elefante es demasiado grande para digerirlo en un único acto. En este contexto de crisis y de transformación de las democracias liberales me interesa especialmente abordar la cuestión del espacio público como el escenario dónde se produce el debate y la deliberación pública; las instituciones públicas tienen problemas a la hora de representar y gestionar una realidad cada vez más compleja pero, el mayor problema reside en el vaciado que se está produciendo en las comunidades políticas a través de la desvinculación de las personas respecto de estas; esa desvinculación desestructura la comunicación entre la ciudadanía, las instancias de intermediación y las estructuras de representación institucional; esta desestructuración de raíz impide la configuración de un terreno de juego común dónde se puedan desarrollar los procesos de diálogo y de deliberación; esta es la fuente de alimentación fundamental de la desconfianza política; una desafección política que presenta unas comunidades políticas cada vez con menor capital social, interacciones políticas más pobres, legitimaciones de naturaleza instrumental y un lenguaje que simplifica la construcción social de la realidad y lo ajusta a parámetros del ciudadano consumidor.

                              Frente a esta situación hay quien quiere regresar a una casa que ya no existe y hay quien apela a la necesidad de institucionalizar nuevas arquitecturas que den respuestas a necesidades futuras. No se puede construir el futuro desde el miedo y la nostalgia y creo que los populismos no son sino el reflejo de ese enfado, miedo y de esa nostalgia; cambiarán las arquitecturas, pero, la democracia sigue siendo el mejor destino y sigue siendo la mejor vía para alcanzar escenarios de convivencia que garanticen la seguridad, libertad y la igualdad de oportunidades. La Gobernanza Colaborativa busca ese reencuentro democrático que permita ir cohesionando la comunidad política y fortaleciendo la capacidad de acción colectiva. Cuando hablamos del proceso de Gobernanza Colaborativa nos referimos al proceso de deliberación y acción compartida que vincula a las instituciones públicas, sociedad organizada y sociedad civil con el objetivo de fortalecer el ecosistema de las políticas públicas en el contexto de un espacio público compartido, a través de la generación de capital social y desde una nueva cultura política. La Gobernanza Colaborativa nos remite, por lo tanto, a la búsqueda de nuevos modelos para la gestión del espacio público y de las políticas públicas para hacer frente al déficit de capital democrático que viven las sociedades avanzadas.

                              Frente a la idea de un poder gestionado en exclusiva, la gobernanza colaborativa implica redefinir nuevos espacios deliberativos y de decisión (sin que la legitimidad de la representación democrática se resienta) que implique nuevos actores (tanto de la sociedad organizada como individuales); implica también la creación de una nueva cultura política en la que la colaboración genere más capital social (confianza) y autorresponsabilidad que permita la creación de sistemas amplios orientados al desarrollo de políticas públicas que no pueden ser abordadas en exclusiva por la administración pública por la complejidad que requiere abordar una determinada misión (por ejemplo, la lucha contra los efectos del cambio climático o el desarrollo de un sistema competitivo de un territorio). Hay que crear nuevos espacios para pensar, decidir y abordar las políticas públicas.

                              Es más fácil hablar de gobernanza colaborativa que practicar la gobernanza colaborativa y para llevarlo a cabo hay dos requisitos fundamentales: renunciar a la instrumentalización de la gobernanza colaborativa como herramienta de comunicación política al servicio de la obtención de mayores réditos electorales y superar ese desgraciado estadio de lo políticamente correcto en el que tendemos a instalarnos en no pocas ocasiones. Finalmente, en la medida en que la gobernanza colaborativa implica una transición hacía nuevos “qué”-s y nuevos “cómo”-s está obligada incorporar espacios de “reflexividad”, de “experimentación activa” y de “creación compartida”. La Gobernanza Colaborativa resulta un proceso de innovación social donde la prueba, el error y el riesgo son parte ineludible de la ecuación. La democracia, más que un sistema estático, debe convertirse, hoy más que nunca, en un proceso dinámico de cambio y adaptación que nos permita abordar los retos de futuro.

                              Xabier Barandiaran forma parte de la Topaketa 2023, donde celebramos el 5º aniversario de Bherria. Tendrá un diálogo inspirador junto con Gala Pin acerca de las claves de la colaboración público-social y cómo abordar los retos de futuro. Si quieres unirte puedes inscribirte aquí:

                              Inscripción

                                Recuerda que para cualquier incidencia relacionada con la inscripción puedes acudir a [email protected].

                                Residencia Bherria, un encuentro para fortalecer proyectos de colaboración público-social

                                ¿Una nueva edición de #Bherria? ¿Y, además, con un formato de residencia? ¡Cuántas buenas noticias en un tuit! Así se recibía el 23 de enero el lanzamiento de la nueva propuesta de Bherria. Unas semanas después, el 12 de marzo, llega la Residencia Bherria.

                                Son las ocho de la mañana en La Terminal de ZAWP, un antiguo pabellón de ‘Estampaciones y Calderería’ reconvertido en un espacio polivalente, un lugar significativo al que nos acercamos porque nace de la inquietud de un colectivo de personas que se implican en la revitalización del barrio de Zorrozaurre. Es aquí donde nos damos cita más de 30 personas para convivir, durante una jornada y media, en un formato intensivo para profundizar y mejorar proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía desde los valores de la participación social y el voluntariado. Somos conscientes de la situación de incertidumbre que viviremos en los próximos dos días porque comienzan a llegar los primeros mensajes sobre el coronavirus. No sabemos hasta dónde podremos avanzar. Echamos a andar con la ilusión de la llegada de la Residencia Bherria tras meses de preparación y trabajo intenso.

                                La directora de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Marian Olabarrieta, da la bienvenida y agradece la presencia tanto de las técnicas y técnicos municipales de Euskadi, como de las personas que se han desplazado desde Barcelona, Pamplona, Manlleu, Zaragoza o Sevilla por aceptar la invitación y presentarnos sus proyectos. “Bherria es una apuesta innovadora para promover nuevas formas de relación público-social; la respuesta a esta convocatoria es un claro indicador de la necesidad de establecer relaciones de colaboración entre la propia administración, entre la ciudadanía y entre la administración y la ciudadanía. En el Departamento de Políticas Sociales del Gobierno Vasco tenemos la certeza de que solo podemos responder a retos importantes si vamos junto a la ciudadanía”, explica la directora.

                                ¡Comienza la Residencia Bherria!

                                Después de las oportunas explicaciones del equipo facilitador, iniciamos la primera sesión. Los principios de esta Residencia invitan a situarse en disposición de construir en común, de ir a lo concreto, de abrirse a la proactividad y de aportar desde el conocimiento situado en la propia experiencia. Así, comenzamos a trabajar. El movimiento en el espacio ayuda a (re)conocernos: ¿De dónde venimos? ¿En qué áreas o departamentos trabajamos? ¿Cómo vivimos los proyectos? ¿Son una carga o una fuente de inspiración? Tenemos un objetivo claro: conectar y aprender desde proyectos similares buscando utilidad y practicidad.

                                Vestimos las paredes de La Terminal con 18 paneles de gran formato, uno por proyecto, que contienen un itinerario de acciones y espacio donde recoger aprendizajes y volcar conclusiones.

                                Comenzamos con un autodiagnóstico individual y colectivo de los proyectos participantes; de seguido, hacemos un trabajo sobre  arquetipos y reflexionamos sobre la relación entre los agentes implicados en nuestros proyectos para buscar el punto de palanca —mayor impacto con menos energía— que pudiera generar un cambio importante. ¿Quiénes son? ¿Qué actitud tienen? ¿Qué frases escuchas a las personas que participan o participarán en el proyecto? ¿Cómo es su tono? ¿Su estado de ánimo? ¿Tienen algo importante que contarte? Tras este primer acercamiento a nuestro proyecto, y el contexto desde el que se impulsa, llega el momento de conocer otros proyectos; nos acercamos con ganas de contrastar, de aprovechar la experiencia de otras personas y compartir dudas y aprendizajes.

                                A continuación, y después de un pequeño descanso para tomar un café, fruta y unos bizcochos, llega el momento de conocer proyectos que, por su naturaleza, dimensión, desarrollo o impacto, parecen tener otro brillo; estos proyectos son útiles como espejos donde mirarnos. Arranca Carolina Romero presentando Decidim, la plataforma de participación ciudadana que explicaba Xabier Barandiarán en este video. La siguiente intervención corre a cargo de Raúl Oliván, que trae un nuevo enfoque sobre el voluntariado y el lugar que pueden tener las tecnologías en su visibilización y reconocimiento a través de CVOL. Por último, Axel Moreno nos acerca al proyecto Iruñategi, una iniciativa que recoge datos de un total de 1.960 recursos de Pamplona que se pueden consultar a través del mapa interactivo online y en 13 planos de cada barrio. 

                                Durante las presentaciones van surgiendo preguntas; por eso, nos distribuimos en tres mesas para mantener conversaciones con Carolina, Raúl y Axel, al tiempo que tomamos buena nota, en el cuaderno de bitácora, de todo lo que resulte relevante y con lo que podamos enriquecer nuestros propios proyectos. También queremos aprovechar la potencia de la inteligencia colectiva organizando pequeños grupos de asesoría entre pares para intercambiar preguntas, compartir dudas y recoger aportaciones sobre cada uno de los proyectos; esta dinámica se exprime y se aprovecha al máximo. Como decíamos, se nota que hay mucha fuerza y energía entre estas personas.

                                 

                                Terminamos la sesión recorriendo todos los paneles; cada persona destaca un avance que ha experimentado. Es un buen ejercicio. A continuación, hacemos un plenario dando nuestra opinión sobre lo que ha sucedido. Y la sensación de satisfacción es bastante compartida. Así llegamos a las 18.30h, momento en el que finaliza la primera jornada en la que hemos escuchado, conversado e intercambiado ideas y opiniones sobre nuestros proyectos.

                                En esta Residencia queremos estrechar relaciones y tejer redes entre personas inquietas que quieren seguir avanzando en lógicas de colaboración. Por eso, nos vamos a cenar a Sarean, un espacio vecinal situado en el barrio de San Francisco y un ejemplo de colaboración entre un colectivo ciudadano (Asociación Cultural Espacio Plaza), una explotación hostelera y la Administración Local (Bilbao Ekintza). Aunque la reunión daba para horas, nos retiramos temprano porque al día siguiente queremos volver pronto a La Terminal.

                                Es viernes, 13 de marzo. Retomamos el trabajo identificando aquello que extraemos de esta Residencia. Llegan nuevas noticias sobre el coronavirus y, por precaución, decidimos suspender la sesión. Aún así, pudimos recoger algunos aprendizajes que se podrán ver en su integridad en los informes que publicaremos próximamente, junto a un vídeo resumen, recursos y la evaluación de la Residencia Bherria que, en una escala del 1 al 6, ha llegado a los 5,36 puntos. Esta es una muestra de algunos de estos aprendizajes:

                                1. Cuidar los espacios y el tiempo para coger distancia y reflexionar sobre los procesos y proyectos.
                                2. Cuidar los equipos, las alianzas y las personas implicadas en los proyectos transversales.
                                3. Dejar de tener miedo a cambiar a modificar algunas estructuras, lógicas establecidas… 
                                4. Dejar de luchar con los límites y enfocar la energía en lo que podemos modificar.
                                5. Dejar de usar un lenguaje tecnócrata y construir puentes que nos permitan acercarnos a otras personas.
                                6. Construir con mayor atención a la capa digital. Seguir explorando el uso de la capa digital, su hibridación y convivencia con los procesos presenciales. 
                                7. Mejorar los procesos participativos. Que se conviertan en espacios de encuentro real entre la Administración Pública y la ciudadanía.
                                8. Aclarar cuestiones relativas al voluntariado, a su reconocimiento y formalización. Cómo trasladar proyectos de un ámbito a otro para que puedan ser palancas de acción solidaria.
                                9. Probar a hacer los ejes transversales en sí mismos. Pensar en cada proyecto con qué otros departamentos, organizaciones y personas podríamos ampliar nuestro equipo.
                                10. Conectar participación y transparencia dentro de la propia organización, con el municipio y en línea con los intereses de la propia ciudadanía.

                                Hasta aquí llegamos con esta crónica. Las jornadas de trabajo útiles son las que generan aprendizajes para poner en práctica y, por eso, deseamos que lo aprendido en la Residencia Bherria os llene de energía y contribuya a mejorar vuestro proyecto. Nos gustaría que estas ideas y experiencias sigan llegando a más personas para seguir construyendo, entre todos y todas, una sociedad más justa y solidaria y en colaboración entre la administración y la ciudadanía activa.

                                Mientras tanto, toca cuidarse.

                                Segunda infografía sobre atributos: 4 claves para atender desde la facilitación los procesos de colaboración

                                En Bherria llevamos unos meses profundizando en los 10 atributos que definen los proyectos de colaboración público social, es decir, la colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía. Arrancamos septiembre con el atributo sobre “El propósito de la colaboración público social”, cuyo análisis derivó en un informe y una infografía que pueden resultar de ayuda para entender, integrar y desarrollar un propósito compartido.

                                El segundo atributo que hemos analizado ha sido el de la “Facilitación de los procesos”. En los procesos de colaboración entre la ciudadanía y la Administración Pública la facilitación juega un papel relevante. Hablamos de diseño metodológico, dinamización, gestión de grupos, regulación de conflictos, sistematización y relatoría de procesos. A través de la facilitación se generan las condiciones que hacen fluir la colaboración tanto desde el punto de vista relacional como de cumplimiento de expectativas, así como en la idea de compartir el proceso y los resultados.

                                En esta tarea de profundización en el significado y la importancia del atributo facilitación, en primer lugar, compartimos una contextualización del mismo; después, conocimos una experiencia real ligada a dicho atributo en uno de los encuentros de Komunitatea, la comunidad de aprendizaje de Bherria; a continuación, invitamos a Susana Moliner, productora cultural y experta en el diseño y puesta en marcha de procesos comunitarios, a una sesión de Prestakuntza para seguir profundizando en el tema.

                                Finalmente, como resultado de este trabajo colectivo hemos elaborado un documento que resume y sintetiza las cuatro claves que nos ayudarán a diseñar y llevar adelante la facilitación en proyectos de colaboración público-social. Y lo hemos hecho en un doble formato:

                                Por un lado, hemos llevado estas cuatro claves de forma sintética a una infografía, más visual y comprensible, con aportaciones y herramientas que pueden resultar de ayuda para entender, integrar y desarrollar la facilitación de procesos.

                                ¡DESCARGA LA INFOGRAFÍA COMPLETA!

                                Por otro lado, ponemos a vuestra disposición un informe, una versión más extendida y con más detalle, para poder profundizar en estas cuatro claves.

                                ¡DESCARGA EL INFORME COMPLETO!

                                Ahora, os invitamos a repasar cada una de ellas para conocer las dinámicas de facilitación que se generan en un proyecto de colaboración público-social que está en marcha o en ciernes. Esperamos que resulte útil.

                                ¡Accede a la página que recoge los productos del atributo!

                                Sociedad conectada. ¡Qué bien suena y cuánto tenemos por cuestionarnos!

                                Avanzamos. Venimos de explorar y hacernos preguntas, muchas preguntas ¿Demasiadas? Pues toca seguir cuestionándonos. Surgen dudas sobre nuevos conceptos, nuevas potencialidades para desarrollar instituciones que estén cerca de las necesidades y expectativas de las personas. Hemos trabajado desde la convicción de que estamos en una transición, dejando unas formas de hacer e inventándonos otras formas, sin perder la perspectiva de lo que funciona, pero con la intuición (¿o certeza?) de que hay cosas que ya no valen.

                                En esa transición (hipótesis) ha jugado un papel fundamental el cambio cultural derivado de vivir en una sociedad conectada. Sociedad conectada como término simplista con el que representar todos los cambios derivados de la presencia de Internet en casi cualquier ámbito de la vida. Lo vemos, lo sentimos, lo experimentamos cada día. Dicen que ha sido una revolución, pero, en realidad, hemos adoptado tantas y tantas prácticas conectadas de manera progresiva y sin grandes aspavientos. Organizar nuestras vacaciones, acceder a información, trabajar documentos en la distancia, buscar una plaza en una calle que no conocemos, escuchar música, leer libros… Todo ello lo hacemos de manera inmediata, personalizada, autónoma. Cambian las prácticas más cotidianas porque, tal vez, está cambiando nuestra forma de ser y estar en la vida.

                                La tecnología digital está presente en todo ello, es el mediador que nos facilita las cosas y nos ofrece conveniencia. Ha sido fácil el intercambio: Google (y todos los demás) te lo da gratis y tú le das tus datos. Parece un intercambio ganador, al fin y al cabo, ¿qué más me dan mis datos si no soy nadie y no soy peligroso? No es tan fácil ni tan inocuo. ¿Somos dueños de nuestros datos? Ni inmigrantes ni nativos digitales, tal vez solo somos esclavos digitales. Primer cuestionamiento de este módulo.

                                La tecnología, en realidad, es lo de menos. Sí, es espectacular, los periódicos nos inundan cada vez que Apple presenta sus nuevos productos. Son los nuevos chamanes que ponen en nuestras manos los artilugios de esa conveniencia. Esos smartphones acabarán en nuestros bolsillos, en nuestras mesillas de noche y serán lo primero que miremos al despertarnos y lo último que miremos al acostarnos. Vivimos en la fascinación por los cacharros y lo queremos todo conectado. Cunas conectadas, chupetes conectados, biberones conectados. Y más allá del espectáculo está lo que no vemos: los datos que generamos y que se almacenan en algún inmenso centro de datos en la Costa Este de Estados Unidos, los datos que circulan a velocidades imposibles por cables submarinos privados, los datos que gestionan empresas a las que les damos acceso al mentir cuando decimos a una nueva aplicación que hemos leído los términos y condiciones. ¿Sabemos lo que tenemos entre manos? Segundo cuestionamiento de este módulo.

                                Tecnologías que se presentan para hacer realidad ciudades inteligentes. Las smart cities son la nueva aspiración de presentarnos un mundo eficiente, sostenible, participativo…, o eso nos dicen a veces. Servicios públicos interconectados, administración electrónica, sistemas predictivos de gestión de infraestructuras, gestión en tiempo real de la información de la ciudad, personalización de servicios públicos, etcétera, gracias a sensores, datos masivos (big data), cámaras de seguridad, centros integrados de control… Ciudades presentadas como lugares sin conflicto, donde la ciudadanía se convierte en usuaria y las instituciones públicas se convierten en garantes de eficiencia. ¿Dónde queda el potencial distribuido y auto-organizativo de las tecnologías digitales? Tercer cuestionamiento del módulo.

                                Puede (volvemos a la hipótesis inicial) que la tecnología, con su fascinante mundo de pantallas, nos esté distrayendo. No es un cambio de cacharros, es un cambio de cultura sobre lo que se puede y no se puede hacer. ¿De dónde surgen los conflictos sociales y las demandas de los últimos tiempos? Quizá sólo pedimos/demandamos lo de siempre: transparencia, participación, autonomía de organización colectiva, justicia o derechos, pero lo hacemos porque las cosas han cambiado. Si vivimos en un mundo de acceso inmediato a información, ¿cómo me vas a decir que no tengo acceso a una determinada información pública? Si vivimos en un mundo que nos permite trabajar a distancia y decidir de manera compartida sobre cuestiones de nuestra vida privada, ¿cómo me vas a decir que no puedo participar en las decisiones de lo público? La ciudad inteligente tendrá que hablarnos de más capacidades para la ciudadanía y de nuevas formas de activismo, de participación en la vida pública de organización colectiva, pero no está muy claro si esto es sólo un diálogo de sordos. Cuarto cuestionamiento del módulo.

                                La Red como ágora, como espacio de discusión abierta, pública e inmediata. Esa es la idealizada imagen de una Internet aséptica. La democracia digital prometía tantas cosas… y la tecno-política nos explica que las cosas no son tan fáciles. La tecnología tiene ideología y se inserta en la sociedad condicionando lo que se puede y no se puede hacer. La tecnología nos la presentan como algo dado y con manuales de uso y especificaciones técnicas. ¿No estábamos en el mundo de lo abierto? La tecnología será abierta, pero este maldito iphone no lo puedo abrir y este maldito software no me sirve para lo que yo quiero. Está el mundo de las tecnologías cívicas, que nos invita a producir dispositivos en abierto y en comunidad, pero sigue siendo tan fácil el activismo de click. ¿Cómo hacer de la tecnología una herramienta al servicio de personas y comunidades? ¿Cuánta tecnología es suficiente? ¿No es la tecnología una excusa para encontrarnos en los mismos problemas sociales de siempre? Quinto cuestionamiento del módulo.

                                Estas son sólo algunas de las claves que queremos trabajar en este módulo orientado a explorar la ciudadanía digital. De alguna forma, será el aterrizaje de las contradicciones que vivimos en esta transición en ámbitos más concretos: los nuevos roles de las instituciones públicas, las nuevas formas de hacer que la ciudadanía individual y organizada ya ha asumido, las nuevas expectativas de una sociedad conectada. En el camino de estas dos próximas semanas nos haremos estas preguntas, exploraremos proyectos que nos avanzan un nuevo horizonte de proyectos y formas de actuación, analizaremos las posibilidades de la cultura digital y esa será la puerta para entender la comunicación digital como un nuevo lenguaje con el que intentar acercar expectativas, prácticas y culturas emergentes.

                                Temas para ir entrando en canción con el Ágora:

                                Great leap forward (Billy Bragg)

                                Paranoid android (Radiohead)

                                The Mercy Seat (Nick Cave & The Bad Seeds)

                                Space Oddity (David Bowie, Chris Hadfield desde la ISS)

                                Manu Fernández. Doctor por la UPV/EHU (2015) con la tesis “La smart city como imaginario socio-tecnológico”. Autor del libro “Descifrar las smart cities. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de smart cities?” (2016). Investigador y consultor de políticas urbanas. Actualmente, trabaja como profesional independiente desde su agencia Human Scale City. Autor del blog Ciudades a Escala Humana. Licenciado en Derecho Económico y Master en Gestión Medioambiental.

                                 

                                Tensiones, historias y retos de la gestión comunitaria

                                Un reto: la gestión comunitaria de equipamientos públicos en desuso. Un objetivo: elaborar, desde la relación público-social, propuestas  —protocolos, pautas o guías— que puedan ser integradas en las políticas públicas para facilitar el desarrollo de nuevos proyectos. Esta es la propuesta de BherriLab, el laboratorio ciudadano de Bherria, que reunió al 30 de noviembre a más de 80 personas para escuchar las principales problemáticas y preocupaciones a las que se enfrentan en este tipo de proyectos y sobre las que trabajar en las siguientes fases de laboratorio.

                                Elegimos Plateruena Kafe Antzokia como primer punto de encuentro para BherriLab porque creemos que los espacios nos acercan a los propósitos. Plateruena es un espacio cultural, ubicado en Durango; es un recurso público que abrió sus puertas en 2004, a propuesta de Berbaro Elkartea, con el objetivo de convertirse en un lugar para el impulso de la cultura vasca. Las actividades que programan —música, conferencias, exposiciones, teatro o bertsos— se ven acompañadas de un servicio de hostelería con menú del día, servicio bar, meriendas o celebraciones especiales. Según cuentan en su página web, después de todos estos años, el proyecto se siente reforzado, entre otras cosas, “porque creemos que la iniciativa popular y la administración debemos y podemos hablar de tú a tú y trabajar conjuntamente”.

                                Hemos madrugado; en la sala nos reunimos personas que participaron en Bherria y muchas otras que, actualmente, impulsan proyectos de gestión comunitaria de espacios públicos desde la administración pública o desde la ciudadanía, personas expertas y profesionales de la academia, entre otros. Arranca la sesión con la bienvenida de Lide Amilibia, Viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, quien recuerda que “Bherria es una apuesta innovadora para promover nuevas formas de relación público-social” y agradece la respuesta a la convocatoria, “un claro indicador de que la gestión comunitaria de espacios públicos nos preocupa”. A continuación, Emilio Sola, Director de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, remarca que “los espacios de gestión comunitaria son consecuencia de la existencia de un tejido social vivo y apegado al territorio”. En estos espacios, finaliza Sola, “las relaciones personales son indispensables y los cuidados se convierten en el eje vertebrador de este tipo de proyectos”.

                                ¡Adelante BherriLab!

                                Después de las oportunas explicaciones del equipo facilitador, iniciamos la dinámica. El movimiento en el espacio ayuda a (re)conocernos, a romper el hielo: ¿quién ha madrugado más? ¿Qué motivación me trae a este laboratorio? ¿Desde dónde vengo?

                                Los principios de este laboratorio invitan a situarse en disposición de construir en común, de ir a lo concreto, de abrirse a la proactividad y de aportar desde el conocimiento situado en la propia experiencia. Así, ¡comenzamos a trabajar!

                                El sentido de este primer encuentro es conocer y conectar a agentes que comparten preocupaciones y problemáticas relacionadas con la gestión comunitaria y establecer un mapa de enfoques sobre los que trabajar en las siguientes fases de BherriLab. El trabajo se organiza en cuatro ámbitos —marco jurídico, colaboración público-social, criterios de cesión y adjudicación y los indicadores de evaluación del impacto de la gestión comunitaria—, que comparten una misma estructura para recoger preguntas, tensiones, historias relacionadas con  la gestión comunitaria y aprendizajes.

                                Pedimos, en primer lugar, una reflexión individual para incorporar preguntas pertinentes que vamos colocando en cada uno de los paneles/ámbitos, por medio de post-its de colores. Las contamos. Son 178 las preguntas formuladas y compartidas por las personas reunidas en BherriLab.

                                A continuación , damos un siguiente paso. En el espacio, cada persona se acerca al ámbito que más le preocupa. A simple vista, se aprecia que el número de participantes que se agrupa en torno al ámbito de colaboración público-social es visiblemente más amplio. Nos preguntamos si es una muestra significativa de las preocupaciones que mayoritariamente tienen las personas relacionadas con este tipo de proyectos en Euskadi.  

                                La primera tarea de cada grupo de trabajo consiste en agrupar las preguntas recogidas en el trabajo individual. A partir de este momento, comienza la conversación, escuchamos y contamos historias, hablamos sobre experiencias que ya están funcionando y de las que podemos tomar nota y, también, sobre las tensiones que surgen y que están presentes en estos proyectos. Hay mucho que contar y compartir.

                                Conclusiones principales de cada ámbito

                                En BherriLab animamos a compartir con generosidad, a respetar los tiempos, a mostrar empatía, a colaborar y disfrutar de la sesión. Con este talante, llegamos a concretar algunas frases, casi en formato tuit, con el que vamos construyendo unas bases, un suelo común desde el que continuar el trabajo de laboratorio. Estas ideas son reflejo de un primer acercamiento que sabemos parcial, controvertido, discutible, matizable o ampliable y que, al mismo tiempo, sintetizan y retornan los debates mantenidos en la sesión:

                                 

                                Marco jurídico legal

                                • La gestión creativa no es la solución de la gestión comunitaria. Hace falta un nuevo marco legal que la habilite.
                                • La normativa debe ser compleja porque aborda problemas complejos de la sociedad, lo que no implica que ésta no sea accesible.
                                • Hay que separar el uso común del uso privativo de un bien común para no generar perversiones.
                                • Que los aprendizajes tengan una incidencia en la normativa, que se pueda cambiar realidad local.

                                 

                                Colaboración público social

                                • El conflicto está. Conscientes de la diversidad de experiencias, personas, contextos… compartimos un desencuentro. En relación a este creemos que debe ser percibido como una fuente de transformación que permite avanzar en el diseño de nuevos escenarios, en lugar de algo que debamos evitar.
                                • En muchos lugares se están dando proyectos de gestión comunitaria de espacios. Un principio de respeto mutuo entre administraciones y entidades ciudadanas es un excelente primer paso para ir avanzando. Dejar hacer como un mínimo.
                                • El juego político impacta de forma directa en los procesos de gestión comunitaria de espacios. Se trata de diseñar nuevas políticas. Sentirnos y reconocernos responsables de eso que llamamos público y social desde la administración y la ciudadanía.
                                • Desde un punto de vista del marco jurídico-administrativo, parece que es más fácil ceder el poder que compartirlo. ¿Cuáles pueden ser los principios que nos ayuden a avanzar por escenarios de cogestión? ¿Cómo adecuar los procedimientos a los retos compartidos?
                                • La relación entre los agentes implicados debe construirse desde la confianza para permitir la experimentación. En este ejercicio de encuentro y desencuentro vamos construyendo un lenguaje común.

                                 

                                Criterios de cesión y adjudicación

                                • Es necesario dar con criterios de evaluación que ayuden a evitar la adjudicación ‘aleatoria’ o la cesión instrumental ante demandas de grupos de presión.
                                • Estos criterios pasan porque cada demanda esté respaldada/enunciada por un proyecto más amplio. Que corresponda a una necesidad de la ciudadanía.
                                • ¿Cómo se pasa de tener una demanda, o una idea, a construir un proyecto?
                                  En algunos casos la demanda no llega de un grupo articulado ni organizado. O, simplemente, la propuesta no está madura y/o no se tiene la suficiente capacidad como para enunciarla como proyecto. La mediación, acompañamiento y mentorización de estos casos es necesaria, conveniente y constructiva para fortalecer la sociedad.

                                 

                                Indicadores de evaluación

                                • Las entidades ciudadanas y las administraciones manejan ritmos y lenguajes diferentes; hay que reconocer esta realidad y poner medidas para acercar posturas.
                                • Es necesario abrir una reflexión al respecto del significado de la palabra “procomún”; de esta reflexión es de donde extraeremos los indicadores de evaluación.
                                • Los proyectos de gestión comunitaria a evaluar son proyectos en los que se debe tener en cuenta la variable del tiempo, de forma que no prevalezca la inmediatez de los resultados.

                                 

                                Ahora toca digerir y ordenar las preguntas, las tensiones, y los aprendizajes para continuar procesando en el laboratorio. Las historias nos servirán de ejemplo e inspiración y alimentarán el archivo de experiencias y referencias en el que ya estamos trabajando.

                                La segunda sesión del laboratorio, el 18 de diciembre, promete ser intensa y productiva. Toda la potencia del encuentro entre agentes diversos, de la complementariedad de perfiles y de la inteligencia colectiva se pondrá al servicio de la construcción de un reto compartido.

                                 

                                Tercera infografía sobre atributos: 7 claves para atender desde la evaluación los procesos de colaboración

                                Continuamos profundizando en los 10 atributos que definen los proyectos de colaboración entre la Administración Pública y la ciudadanía. Arrancamos septiembre de 2022 centrándonos en el atributo que trata sobre “La claridad del propósito” y en diciembre compartimos lo aprendido en relación a “La facilitación de procesos”, también con su correspondiente informe e infografía.

                                El tercer atributo que hemos analizado ha sido el de la “Evaluación de los procesos”. En los tres artículos que hemos escrito al respecto hablamos de valorar impactos, evaluar para mejorar, medir lo invisible y, también, sobre la evaluación como un proceso de aprendizaje compartido.

                                Evaluar la eficacia de las acciones que ponemos en marcha ayuda a comprender en qué medida dichas acciones nos acercan al cumplimiento de los objetivos que fijamos. Esto cobra aún más importancia cuando se trata de iniciativas facilitadas o promovidas desde la Administración Pública donde la rendición de cuentas debería ser, no sólo necesaria, sino inevitable. Es preciso transitar de una evaluación vista como una batería de indicadores a una evaluación diseñada en torno a conversaciones porque abrir la conversación con agentes importantes de la comunidad es una oportunidad para seguir tejiendo.

                                En esta tarea de profundización en el significado y la importancia del atributo evaluación compartimos, en primer lugar, una contextualización del mismo; a continuación, tuvimos una conversación muy significativa sobre el tema en uno de los encuentros de Komunitatea, la comunidad de aprendizaje de Bherria; por último, invitamos a Maje Reig y Pascual Pérez, que pertenecen a la red internacional Civicwise desde donde coordinan el proyecto Civímetro, a una sesión de Prestakuntza para seguir profundizando en el tema.

                                Como resultado de este trabajo colectivo hemos elaborado un documento que resume y sintetiza las siete claves que nos ayudarán a diseñar y llevar adelante la evaluación en proyectos de colaboración público-social. Y lo hemos hecho en un doble formato:

                                • Por un lado, hemos llevado estas siete claves de forma sintética a una infografía, más visual y comprensible, con aportaciones y herramientas que pueden resultar de ayuda para entender, integrar y desarrollar la facilitación de procesos.

                                 

                                ¡DESCARGA LA INFOGRAFÍA COMPLETA!

                                • Por otro lado, ponemos a vuestra disposición un informe, una versión más extendida y con más detalle, para poder profundizar en estas siete claves.

                                ¡DESCARGA EL INFORME COMPLETO!

                                Ahora, os invitamos a compartir este post con vuestros compañeros y compañeras de proyecto, contrastar las ideas y seguir tejiendo conversaciones sobre la evaluación en un proyecto de colaboración público-social. Esperamos que os resulte útil.

                                ¡Accede a la página que recoge los productos del atributo!

                                Va de tríos en los proyectos público-sociales: objetivos, dinámicas y tecnologías

                                El pasado martes, 29 de junio, tuve un speed dating de aprendizaje con técnicos y técnicas que están participando en el proyecto Bherria. Fue una experiencia de lujo, intensa, veloz y algo corta.

                                Por si estás ya con una neurona puesta en las vacaciones o no tienes tiempo para echarle un par de ojos críticos a la presentación que utilicé como hilo conductor, en los párrafos que siguen, te dejo algunas ideas-fuerza derivadas del webinar (in)formativo (no están todas las que son, pero son todas las que están).

                                define etapas para no perderte por el camino

                                Ten en la cabeza un esbozo, más o menos delineado, de la iniciativa que quieres desarrollar. Asegúrate, que el resto de personas integrantes de tu equipo también lo comparten. A partir de aquí, desglosad las etapas por las que tendréis que transitar hasta llegar a culminar (con éxito) vuestra propuesta.

                                Una “chuleta” que te puede servir de inspiración para “trocear” tu proyecto es esta:

                                • Etapa 1 – Escucha activa y comprensión de la situación y de las personas.
                                • Etapa 2 – Definición de problemas o retos: los primeros tienen una connotación negativa, mientras que los segundos poseen un carácter positivo.
                                • Etapa 3 – Ideación de soluciones: donde con tu taldea pasaréis de la divergencia a la convergencia.
                                • Etapa 4 – Proceso: o lo que vais a hacer en equipo para sacar el proyecto adelante (ej. actividades, hitos, fechas, responsables, etc.). ¡No dejes las cosas en manos de la diosa de la Fortuna!
                                • Etapa 5 – Prototipado y evaluación: aquí daréis forma a vuestra solución y la haréis realidad para poder aplicarla y valorar su impacto.
                                • Etapa 6 – Comunicación: es una fase transversal al proyecto. Se caracteriza por el uso de multiformatos a la hora de producir y compartir informaciones relevantes.
                                • Etapa 7 – Retorno: muy necesario para agradecer, reflexionar, comentar próximos pasos y cerrar con buen sabor de boca el proyecto.

                                Recuerda que las etapas anteriores son 100% tuneables en función de las necesidades, expectativas, tiempos y otros factores propios de tu equipo y de vuestra propuesta.

                                tus objetivos siempre a la vista

                                Asocia cada una de las fases que hayas establecido con tu equipo con su objetivo u objetivos correspondientes. Con uno es suficiente, pero si lo necesitas puedes escribir hasta tres, como máximo que sean alcanzables y realistas, considerando las circunstancias que os rodean.

                                Edita objetivos concisos, pertinentes y útiles (CPU), y porqué no, también SMART. Utiliza un único verbo en infinitivo al iniciar la redacción de tu objetivo.

                                apuesta por relaciones con sentido

                                Cuando tengas tus objetivos escritos, con buena letra y precisión, habrá llegado el momento de incluir dos elementos más en tu trío de acción como son las dinámicas y los recursos, tanto tecnológicos como analógicos. Sí, el lápiz, los pósits, el bolígrafo BIC, etc. pueden seguir siendo aliados en tu proyecto, sobre todo si este tiene carácter híbrido, contando con sesiones presenciales y también virtuales.

                                Según ciertos criterios, como pueden ser: el tiempo disponible, los perfiles de las personas participantes, los recursos variados, los espacios de actuación (ej. virtuales, presenciales o semipresenciales), etc., así como su relación de dependencia entre ellos, podrás determinar qué dinámicas pueden permitir avanzar hacia las metas que os habéis propuesto con un elevado índice de eficacia.

                                ten a mano dinámicas efectivas

                                Si los objetivos son tus “para qué”, en función de ellos vas a tener que seleccionar aquellas dinámicas que te facilitarán la vida para poder alcanzarlos, es decir, te tocará determinar tus “cómo”.

                                Dinámicas haberlas haylas. Realiza una búsqueda rápida por internet y encontrarás cientos de ellas. Sin explorar por la nube, seguramente entre tus compañeras y compañeros o tu red personal de aprendizaje (personal learning network o PLN), también podrás dar con acciones que puedes transferir en alguna de las etapas de tu propuesta.

                                Una vez tengas seleccionadas las actividades que va a vivenciar tu equipo de proyecto, piensa en cuestiones tales como:

                                • ¿Necesitas equipos aleatorios, de asignación obligatoria o de acceso libre por parte de las personas?
                                • ¿Cuántas personas tienen que componer cada equipo?
                                • ¿En qué espacio se implementará la actividad?
                                • ¿Cuánto tiempo de duración tendrá la dinámica?
                                • ¿Qué conocimientos previos y recursos son requeridos para asegurar su éxito?
                                • ¿Cuál será el resultado o resultados tangibles?
                                • ¿Qué roles desempeñarán las y los integrantes del equipo durante la dinámica?

                                 

                                Por si no sabes por dónde empezar con esto de las dinámicas, te dejo tres enlaces para que los tengas a mano cuando quieras profundizar sobre este tema:

                                 

                                ordena para mitigar la infoxicación

                                Tanto tú como las personas de tu equipo, os vais a tener que convertir en curadoras de contenido. Seguramente, esto os va a llevar a tener que aplicar las cuatro eses: (search) buscar las informaciones precisas que necesitáis, (select) seleccionar aquellas que son más relevantes, (save) guardarlas, con un orden aceptado por Marie Kondo; y, (share) compartirlas o ponerlas en juego en el momento en que sea necesario.

                                Para poder “curar” bien, te tocará, sí o sí, consensuar con tu equipo tanto el “cómo lo vais a hacer” (ej. utilizando etiquetas, descripciones breves, palabras clave, etc.), como el “con qué herramienta” (ej. Wakelet, Diigo, Pearltrees, Pinterest, .) en función de vuestros intereses u otros elementos que consideréis oportunos.

                                desarrolla tu kit tic (sin prisa, pero sin pausa)

                                Si has leído hasta aquí, ya te habrás dado cuenta de que las tecnologías son unos medios que tienen que facilitarle la vida a ti y a tu equipo en el momento de implementar ciertas dinámicas, encaminadas a conseguir vuestros objetivos.

                                Pero para poder cumplir con su propósito, te aconsejo que tengas a mano un repositorio bien organizado de las herramientas tecnológicas de las cuales puedes hacer uso. Para ello, diseña una ficha virtual (en la herramienta que prefieras como: presentaciones o documentos de Google Drive, Canva, etc.) que te permita recoger informaciones, por un lado, sobre la tecnología en cuestión (ej. enlace, descripción breve, funcionalidades principales, carácter colaborativo, coste, tutoriales en diferentes formatos, etc.).
                                Y, por otro lado, incluye también campos relacionados con su uso: en qué dinámicas se puede utilizar y cómo, cuál es su curva de aprendizaje para una persona novata, experiencias donde se ha puesto en práctica con resultados buenos y no tan buenos, etc.

                                En un mundo ideal, te diría que configurases el kit TIC de manera colaborativa, con los aportes de todas las personas de la propuesta, pero para hacerlo, primero todo el mundo, tiene que tener clarísimos los ítems que se deben concretar.

                                ¡IMPORTANTE! Una misma tecnología te puede servir para llevar a cabo múltiples dinámicas, pero (ahora es cuando te decepciono) no sirve para realizar todo lo que te propongas. Así que, mantén tu mente abierta, porque en ocasiones te va a tocar realizar un cocktail tecnológico para poder desarrollar con tu equipo todo aquello que tengáis marcado en vuestra particular receta de proyecto.

                                ¡Practica, sin vergüenza!

                                Los tiempos de experimentación con las tecnologías son necesarios… o mejor dicho, son obligatorios. Tienes que perderle miedo a las herramientas tecnológicas y para ello no te queda otra que realizar un salto con triple tirabuzón para sumergirte en ellas.

                                Pero… ¡ojo!, no te lances a la brava, primero, mírate un par de videotutoriales cortos que te permitan entender el funcionamiento básico de las tecnologías. Si tienes tiempo también lee algún manual breve o post informativo que te ayude a aclarar ideas. Después de esa ducha informativa, métete poco a poco en la corriente que te lleve a probar el recurso que hayas seleccionado.

                                No tengas miedo, te aseguro que nada explotará mientras trasteas las funcionalidades de una nueva tecnología. Como mucho puede que pierdas lo que has ido produciendo mientras experimentabas, pero ese es un riesgo que tiene un bajo costo y entre tú y yo para eso son las pruebas, ¿no? (y, sino que se lo pregunten a Arguiñano).

                                ¡Ah! Lee la letra pequeña cuando uses tecnologías. Esto significa que tienes que prestar atención a las funcionalidades de la versión gratuita para no llevarte una sorpresa (probablemente desagradable) luego. Una vez hayas saboreado una tecnología decide si es necesario apostar o no por su versión de pago, para incluirla en el trabajo que estés desarrollando.

                                Y hasta aquí este post de síntesis con tamaño XL, que espero te haya sido nutritivo.

                                Soy todo oídos y neuronas por si me quieres compartir algún comentario constructivo, alguna duda incómoda o alguna experiencia profesional derivada de la integración de las tecnologías en tus proyectos colaborativos público-sociales.

                                Aurrera con Bherria!

                                P.S. Ya sabes que si eres técnica o técnico que está participando de la iniciativa Bherria, estoy a tu disposición durante todo un mes para que me digas cómo vas avanzando con tu Kit TIC. ¡Aprovéchate que me tienes a un clic!🙂

                                Vamos a avanzar

                                Dos grados en la ciudad, un amanecer frío en Gasteiz. Afortunadamente, nos reciben con calor en la Casa de Asociaciones Rogelia de Álvaro, un equipamiento público puesto a disposición de las entidades de carácter social, cultural o educativo y sin ánimo de lucro, que desarrollan programas y actividades de interés general para el municipio.

                                Este segundo laboratorio de BherriLab se presenta intenso: 30 personas de perfiles diferentes de la administración pública, ciudadanía y personas expertas se ponen al servicio de la construcción de un reto compartido: avanzar en la gestión comunitaria de los equipamientos públicos en Euskadi.

                                A medida que llegan los invitados e invitadas más madrugadoras, agradecen un café para entonar cuerpo y mente. Damos comienzo al encuentro con una sesión plenaria de bienvenida donde se plantea una interesante y exigente dinámica. Cada participante, en post-its de diferentes colores, escribe cuáles son sus expectativas con respecto a la sesión laboratorio y cuáles sus propios boicots con respecto a lo que va a ocurrir durante la jornada. Es una reflexión personal que depositamos en una urna.

                                Para continuar la sesión, el grupo se subdivide en los cuatro ámbitos que vertebran esta primera edición del laboratorio ciudadano de Bherria: colaboración público-social, marco jurídico-administrativo, criterios de cesión y adjudicación e indicadores de evaluación del impacto de la gestión comunitaria. Contamos con un buen punto de partida que son las -¡178 preguntas!- que se plantearon en el encuentro inicial de BherriLab, en Plateruena de Durango.

                                En el grupo que trata el marco jurídico-legal escuchamos en varias ocasiones: “Vamos a avanzar”, algo que nos resulta especialmente significativo. Así van surgiendo tensiones, expectativas, experiencias e inquietudes que generan un caldo de cultivo para continuar el debate, no solo en las mesas de trabajo, sino también durante la pausa del café y en el almuerzo.

                                El tiempo pasa rápido. Son las tres de la tarde y llega la hora de poner en común lo trabajado durante toda la jornada. Las 30 personas participantes en este laboratorio vuelven a reunirse en una misma sala para escuchar las conclusiones a las que ha llegado cada grupo.

                                El conflicto es un elemento recurrente a la colaboración público-social. De hecho, se reafirma la idea de partir del desencuentro y de la diversidad de opiniones y experiencias como fuente de transformación que permita avanzar en el diseño de nuevos escenarios. De nuevo, aludimos al leitmotiv de este BherriLab: “Vamos a avanzar”. El -complejo- cometido de este grupo de trabajo reside en establecer las bases de colaboración que contribuyan a resolver -parte de- este conflicto.

                                Entre otras conclusiones, se acuerda algo tan sencillo como primordial: para llegar al entendimiento es necesario dejar controles y tutorías al margen. Además, no se trata de poner el foco en ‘quién’ define ese marco público-social sino de pensar el ‘para qué’: la gestión comunitaria.

                                En cuanto al marco jurídico, el punto de partida es la propia complejidad de la realidad social en materia de gestión comunitaria. Dos realidades: la social y la jurídico-administrativa. ¿Cómo acercar ambas desde el prisma de un marco jurídico-legal habilitador? Aclaramos conceptos básicos y muy importantes.

                                Existen dos tipos de bienes: patrimoniales o de dominio público. En cuanto a los segundos, el tipo de cesión se rige en función de su carácter privativo (o no). Es decir, si la cesión de un espacio público a una asociación o varias es de carácter privativo, el régimen será el de concesión. Por el contrario, si se trata de un uso especial, puntual pero no privativo -por ejemplo, la cesión de una sala de un centro cívico a una asociación una vez por semana-, el régimen sería el de autorización. Además, a la hora de conceder un espacio para utilidad pública, es necesario diferenciar dos modelos principales: el de concurrencia, cuya finalidad es garantizar el acceso de toda la ciudadanía e igualdad de trato; y la excepcionalidad de adjudicación directa para entidades de utilidad pública o que realizan una actividad de interés general.

                                ¿Cesión o co-gestión de los recursos públicos? También abordamos este complejo dilema en el grupo de criterios de cesión y adjudicación. Entendemos la facilitación como un conjunto de personas y recursos que comprenden formación, grupos de trabajo, etcétera; y que responde a la necesidad de crear un vínculo. Se crea un nuevo debate -o fuente de discusión-, acerca de los criterios de arraigo con el territorio y su conveniencia en valorar el mismo en términos de impacto.

                                El mapa conceptual de este grupo es muy alentador: transparencia, lenguaje sencillo, apertura y democratización… Se trata de garantizar la concurrencia con el respeto de aspectos fundamentales como la igualdad, la diversidad, la ausencia de ánimo de lucro, etcétera. A partir de ahí, la prioridad es construir. Abrir, cerrar, volver a abrir, adaptar… De nuevo, avanzar.

                                La disparidad de opiniones también conforma uno de los puntos de partida en el grupo de indicadores de evaluación del impacto de la gestión comunitaria. Desde los proyectos ciudadanos, la evaluación se vive como una rendición de cuentas y, en pocos casos, como un apoyo para la mejora de los procesos. Por otro lado, desde la administración pública, se entiende como un requisito a cumplir que permite extraer conclusiones sobre los proyectos.

                                Con el objetivo de acercar ambos puntos de vista, a priori antagonistas, se realiza un ejercicio de intercambio de roles, lo que genera una empatía imprescindible a la hora de entender las necesidades y particularidades de cada agente implicado en la gestión comunitaria. Los indicadores son diferentes para la administración y la ciudadanía, pero es preciso superar esa tensión técnico-política y todas las contradicciones en aras de cumplir el objetivo de la evaluación: mejorar la gestión. Entre otras ideas y soluciones, se plantea la creación de un formulario que se adecúe a las particularidades de ambos agentes.

                                Terminamos este segundo e intenso laboratorio acusando el cansancio de tantas horas de trabajo y, al mismo tiempo, con mucha satisfacción. Tenemos la cabeza llena de ideas, conceptos y experiencias que ahora toca ordenar de cara a la tercera sesión de BherriLab del próximo 28 de enero. ¡Os esperamos!

                                Venga, ¡vamos a por el 2023!


                                Y un día, de pronto, te das cuenta que ya ha pasado casi un mes del inicio del nuevo año. 2023 ha irrumpido en nuestras agendas de forma abrupta, así que queremos contaros las actividades que tenemos planificadas para este año anticipándonos a las posibles urgencias del calendario que vayan apareciendo.

                                El año 2023 será significativo para la colaboración público-social (en general), o eso creemos. Cada vez se están impulsando más iniciativas ocupadas en la innovación ciudadana, la innovación pública y la colaboración entre la ciudadanía y la Administración Pública. En cualquier caso, va a ser un año muy singular para Bherria puesto que es nuestro 5º Aniversario.

                                Es por eso que, además del trabajo habitual centrado en los atributos de la colaboración público-social, estamos preparando un encuentro presencial (esta vez sí), para celebrar este tiempo juntos y juntas, analizar el trabajo y los avances realizados, y proyectar los siguientes pasos a futuro. El encuentro será el 24 de marzo, en Vitoria-Gasteiz. Todavía no tenemos ubicación definitiva, pero anótalo en tu calendario y reserva la fecha.

                                Además, durante 2023 continuaremos con el trabajo en ciclos temáticos sobre los atributos de la colaboración público-social. Comenzaremos analizando la Comunicación, uno de los elementos más relevantes de los procesos puesto que, más allá de un ejercicio de transmisión de la información, su uso adecuado incrementa los impactos y las implicaciones en los proyectos. Continuaremos reflexionando sobre las formas de Colaboración que se activan entre la ciudadanía y la Administración Pública en los proyectos compartidos. Y cerraremos el año profundizando sobre los Recursos e infraestructuras necesarias, y su sostenimiento en el tiempo para el desarrollo de cada proyecto.

                                Como es habitual, en cada ciclo tendremos un encuentro con la comunidad de aprendizaje de Bherria (Komunitatea) y otro encuentro formativo en abierto (Prestakuntza). Las fechas de los encuentros son las siguientes:

                                #comunicación

                                26/1 Komunitatea
                                23/2 Prestakuntza

                                #colaboración

                                11/5 Komunitatea
                                8/6 Prestakuntza

                                #recursos

                                21/9 Komunitatea
                                26/10 Prestakuntza

                                En resumen, este 2023 viene cargado, con una cita de Bherria cada mes. No obstante, nuestra actividad en la web y en redes sociales es contínua (puedes seguirnos en twitter, facebook e instagram). Por cierto, esta última red es la que hemos activado hace solo unas semanas, así que date una vuelta.

                                Esperamos no haber abrumado a nadie con esta batería de planes. Seguiremos informando en detalle de cada actividad a través de la newsletter. Es la forma más sencilla de mantenerte al día. Si quieres puedes apuntarte ya a las sesiones de Prestakuntza.

                                  Nunca he participado en Bherria

                                  datos de contacto

                                  ¡A por el 2023!

                                  Una aclaración: recuerda que las acciones de Bherria necesitan de una inscripción previa (gratuita). Las sesiones de Komunitatea están destinadas a las técnicas de las administraciones públicas vascas que forman parte de la comunidad Bherria. Si quieres formar parte de esta comunidad ponte en contacto con nosotras (link de mail to). Las sesiones de Prestakuntza son abiertas y en horario de 09:30 a 11:00. En cada convocatoria se facilita el link de inscripción.

                                  Y tú, ¿juegas a la oca o cazas mamuts?


                                  El pasado 11 de noviembre tuve el privilegio de mantener un taller de reflexión con participantes en el proyecto Bherria, bajo el lema “el cambio solo se da en complicidad con nuestros equipos”.

                                  Para mí no iba a ser una sesión fácil. Quienes hemos impulsado ideas de cambio desde dentro de una Administración Pública hemos sufrido, en algún momento, la dura constatación de que es más fácil encontrar resistencia e incomprensión que complicidad y buena sintonía.

                                  De hecho, comencé con esta frase: «el drama de las personas que desean un cambio en la Administración Pública es enfrentarse a compañeros y compañeras que no lo desean«.

                                  Comencemos por aceptar que los habituales eslóganes de autoayuda, como “hay que salir de la zona de confort”, o “si no hubiera dificultades, no habría éxitos”, no van a solucionar nada. Y, al revés; tampoco tendría sentido dedicar la sesión a quejarse y lloriquear. Tal como escribí días antes: chega de saudade.

                                  Con este lío en la cabeza, la sesión siguió un curso que voy a resumir a continuación.

                                  Del control a la gestoría

                                  Para empezar, reconocimos que la agenda de cambio en nuestras administraciones empieza a ser compleja y exigente. No se trata de una anchoa que podamos comer de un bocado, sino de un atún que habrá que ir sirviendo en rodajas. Y, seguramente, ninguna de nosotras tiene la clave acerca de todos y cada uno de los temas. Se imponen la humildad y la multidisciplinareidad.

                                  Sin embargo, hay un asunto que debería ser común a todas las disciplinas: la búsqueda del valor. Todo cambio debe dirigirse a mejorar la vida de la ciudadanía y, también, la de quienes prestan el servicio público.

                                  Pues bien, uno de los aspectos que más dificulta poner en marcha proyectos de progreso, y que más entristece la vida administrativa, es la obsesión por el control absoluto y por la hipergestión; esto es, por limitar hasta extremos absurdos la autonomía humana, para cambiarla por la aplicación estricta de normas que pretenden abarcarlo todo.

                                  Vimos, además, que los controles suelen situarse en la casilla 58 del juego de la oca. Es decir, que nos mandan a la casilla de salida cuando ya hemos invertido un gran esfuerzo. ¿Pudiera haber otra forma de aplicar los controles a los que obligan las normas? Pues sí, claro que sí.

                                  Analizamos en grupo la experiencia del Servicio Web del Gobierno Vasco y su viaje desde una unidad de control hasta convertirse en una unidad de servicio, en el equivalente a una gestoría que resuelve tus problemas. Esto es, quien ejerce el control tiene la oportunidad de implicarse en los proyectos o en los servicios desde el primer momento, acompañando y ayudando a las unidades técnicas para que los procesos salgan de manera ágil y segura. Las claves de aquella experiencia fueron:

                                  1. Apelar al propósito.
                                  2. Compartir metas claras.
                                  3. Orientarse al servicio, al valor.
                                  4. Ser siempre consecuente.
                                  5. Respetar los tiempos del equipo.
                                  6. Celebrar cada paso bien dado.

                                  Del individuo a la horda

                                  Durante la segunda mitad de la sesión, nos centramos en la relación dialéctica entre las personas innovadoras y los equipos donde desarrollan su trabajo.

                                  Por una parte, se reconoció el valor de las personas con ganas y con creatividad que desatan la chispa del cambio. Por otro, se recordó que las ideas no valen nada hasta que se llevan a un entorno social donde se adoptan y se aplican. El equipo de trabajo es el lugar donde las cosas suceden.

                                  Hace algunas eras, en el Pleistoceno, los homínidos alcanzaron la capacidad de cazar el mamut lanudo. Sin duda, el mamut suponía una meta muy clara para unos seres humanos que lo cazaban en equipo. De hecho, más que equipo habría que hablar de horda, de una tribu que lo compartía todo y que no necesitaba manuales de procedimientos para alcanzar su objetivo, medible en varios cientos de carne comestible.

                                  Hay algo que aprender de estos antepasados. Puesto que la vida laboral se debe desarrollar en equipos, hay algunas ideas que pueden mejorar su funcionamiento.

                                  La primera idea sería la aceptación incondicional. Los compañeros y compañeras son nuestra tribu. Cada uno y cada una son insustituibles. Incluso esa persona que trabaja menos, o peor, o con peores modos que el resto. Midamos lo que midamos, alguien será el peor en esa magnitud. No es importante fijarse en eso, sino en que el grupo entero avance. Piensa que, si alguien no fuera el peor, igual te tocaba a ti serlo. Acepta, influye, empuja.

                                  Por otra parte, el equipo no lo es todo. Necesitamos salir de nuestro entorno habitual y refrescarnos con el contacto de otras personas. De hecho, ¿no es eso lo que hacemos en Bherria? Es de vital importancia formar parte de redes profesionales que nos ayuden a crecer personal y profesionalmente.

                                  Un manifiesto

                                  La sesión acabó con un manifiesto, inspirado en el manifiesto ágil, y que encontró amplia suscripción entre las personas participantes:

                                  VALORAMOS

                                  la acción frente a la planificación
                                  la libertad frente a la organización
                                  la confianza frente al control
                                  la red frente a la jerarquía
                                  el equipo frente al individuo
                                  la diversidad frente a la especialización

                                  Y para acabar, comparto dos cosas que me pidieron las personas participantes en la sesión de Bherria Prestakuntza: el libro “Intraemprendizaje público. Por una Administración innovadora y abierta”, que escribí hace unos años; y la presentación que utilicé en el encuentro.

                                  Ya está disponible el programa Bherria 2022 para la colaboración público-social

                                  El año 2021 ha sido un año importante para Bherria. A principios de año, concretamente en el mes de marzo, presentamos un nuevo ciclo y un programa vertebrado en tres ejes: Komunitatea, Prestakuntza y Topaketa.

                                  Hemos mantenido tres sesiones de Komunitatea (la comunidad de aprendizaje de Bherria) en las que han participado 40 personas. También se han desarrollado dos actividades de Prestakuntza (el espacio de capacitación para la acción) a las que se han sumado 35 personas. En octubre celebramos Bherria Topaketa 2021, con más de 80 personas interesadas en conocer los aprendizajes de tres investigaciones que pusieron el foco en “La colaboración público-social en situaciones de emergencia: claves para dar respuesta a nuevos retos”.

                                  Las acciones que hemos puesto en marcha en 2021 nos han ayudado a extraer aprendizajes significativos y valiosos para diseñar un programa 2022 que refuerce más aún el trabajo de personas, que desde su responsabilidad técnica en la Administración Pública, impulsan proyectos de colaboración con la ciudadanía.

                                  Entre estos aprendizajes, destacamos la importancia de continuar profundizando en lo que hemos denominado “Los 11 atributos de la colaboración público-social”, fruto del  trabajo de investigación realizado en Bherria Topaketa 2021. Estos atributos nos ayudan a comprender, comparar y analizar las diferentes experiencias que vamos conociendo; son aspectos relacionados con la trama comunitaria, experiencia de relación, grado de apertura, forma de colaboración, facilitación, comunicación, hibridación digital-presencial, coordinación, claridad de propósito, evaluación y presupuesto.

                                  Programa Bherria 2022

                                  El programa que presentamos plantea tres ciclos anuales que giran en torno al trabajo en profundidad de los atributos que acabamos de mencionar. Cada ciclo de trabajo pone el foco en uno de los atributos que servirá de eje temático para el trabajo en la comunidad de aprendizaje y en las sesiones de Prestakuntza. Los tres ciclos programados para 2022 se centran en la claridad en el propósito, la facilitación y la evaluación de los proyectos de colaboración público-social.

                                  Un ciclo comienza con una contextualización del atributo; más adelante, conoceremos una experiencia real ligada a dicho atributo en uno de los encuentros de Komunitatea; asistiremos a una sesión de Prestakuntza para seguir profundizando en el tema, de la mano de una persona experta; mantendremos una conversación en abierto para contrastar desde el conocimiento y la experiencia las principales claves definitorias del atributo; y, por último, sistematizaremos la nueva información que enriquecerá los atributos haciendo de ellos una herramienta útil para que cualquier proyecto pueda analizarse y evaluarse.

                                  A continuación, detallamos las fechas y las acciones previstas en cada uno de estos ciclos y, ¡desde ya! queda abierta la inscripción en las actividades del programa.

                                  #propósito

                                  Entre el febrero y abril profundizaremos en los aspectos que hacen que el propósito esté presente en el día a día de los proyectos de colaboración Público Social.

                                  3/3
                                  24/3
                                  Komunitatea
                                  Prestakuntza

                                  #facilitación

                                  De mayo a junio dedicaremos el segundo ciclo de Bherria a analizar los diferentes roles y habilidades necesarias para llevar adelante procesos de colaboración.

                                  14/7
                                  23/6
                                  Komunitatea
                                  Prestakuntza

                                  #evaluación

                                  Desde septiembre y hasta noviembre pondremos la atención en el cuidado que requieren los espacios de evaluación para extraer e incorporar aprendizajes.

                                  22/9
                                  27/10
                                  Komunitatea
                                  Prestakuntza

                                  APUNTARSE A PRESTAKUNTZA

                                  Una aclaración: las actividades relacionadas con Komunitatea están dirigidas a las personas que forman parte de esta comunidad de aprendizaje. Recordamos que esta comunidad está abierta a cualquier persona que quiera formar parte. El resto de acciones está abierta a cualquier persona que desde su responsabilidad técnica en la Administración Pública vasca quiera impulsar o esté desarrollando proyectos de colaboración con la ciudadanía.